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Heidi y el señor - Capítulo 68

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68: Capítulo 68 – Resistencia – Parte 2 68: Capítulo 68 – Resistencia – Parte 2 Editor: Nyoi-Bo Studio Nicholas tenía un indicio de que el conde Morris no había usado la rutina habitual que seguía generalmente.

Si el hombre resultaba ser desleal, no pensaría dos veces antes de cortarle la cabeza, independientemente de cuántos años habían estado trabajando juntos.

Levantándose de su asiento, cruzó la habitación.

El mayordomo, al ver a su Señor hurgando en su ropa mientras canturreaba en voz baja, aprovechó la oportunidad para hablar:—Lady Heidi preguntó por usted en la cena.

—¿Preguntó por mi?

—murmuró el señor Nicholas.

—Sí, milord.

Ella no ha estado comiendo bien desde esta tarde —informó Stanley antes de presionar sus labios y esperar a que el Señor dijera algo al respecto.

El mayordomo se quedó callado hasta que escuchó al señor Nicholas volverse para hablarle: —Dime Stanley, ¿cómo cree que reaccionaría una persona después de ver un cadáver desconfigurado hasta ser irreconocible?

—preguntó el Señor.

—¿Enojado o sorprendido?

Un vampiro por lo general puede resistir la sangre debido a sus instintos básicos, pero a un humano le puede resultar difícil manejarlo —respondió Stanley, sin entender de qué hablaba su Señor.

—Eso es correcto.

Nadie puede resistirlo, pero ella se quedó allí—murmuró el señor Nicholas con el ceño fruncido, pensando en el día en que la criada fue asesinada en la residencia de los Meyers.

Haber vivido como un vampiro de sangre pura durante muchos años y siendo un Señor, Nicholas se había acostumbrado a eso.

No se estremeció ante tal visión, en un sentido retorcido lo excitaba.

Toby, su pájaro solo le había informado sobre el asesinato; no sabía que el cadáver se vería así, sino, le hubiese pedido a Heidi que se quedara en el carruaje, pero de todos modos, ella los había seguido adentro.

A menudo había visto a hombres y mujeres vomitar ante tal visión, pero ella se mantuvo estable.

Como mencionó Stanley, ella se sorprendió, pero a él le impresionó lo bien que se comportó ella, lo que le hizo sentir curiosidad.

Sin saber si su maestro estaba hablando sobre la Srta.

Curtis, Stanley confirmó:—¿Está hablando de Lady Heidi?

—y vio a su maestro asentir:—Pero ella se enfermó después de presenciar lo que sucedió en el vestíbulo.

Nicholas usualmente llevaba a los criminales directamente a las mazmorras para investigar, pero por curiosidad, los había llevado adentro, sabiendo que Heidi estaría allí para verlo.

Simplemente estaba confirmando su capacidad mental para soportar la muerte cruel frente a ella.

Pero teniendo en cuenta lo que dijo Stanley, parecía que ella era igual que los otros humanos.

Desde un principio, su plan no implicaba ensuciarse las manos, ya que había decidido dejar el asunto entre su amigo Rhys y el chico llamado Issac.

Pero las cosas se habían agriado después de las palabras pronunciadas por el hombre a quien le había roto la garganta.

—¿Los lobos terminaron sus comidas?

—Sí, maestro.

Hasta los huesos.

Los restos ya se han dejado caer en el lago —respondió el mayordomo, los cuerpos fueron trasladados desde el pasillo a la jaula del calabozo, donde residían los lobos en la propiedad Rune.

Los lobos originarios de la tierra del Este se consideraban fatales para muchos vampiros.

Aunque los lobos adultos no afectaban a los vampiros de sangre pura, una sola mordida podría paralizar a un vampiro promedio durante más de cuatro días.

Debido a esto, la mayoría de los vampiros se mantenían a distancia de los lobos, no importaba si era un lobo adulto o un cachorro.

A los lobos que fueron domesticados por el señor Nicholas se les había enseñado a alimentarse de cualquiera y de todo lo que se movía, ya que a veces no se los alimentaba durante una semana, lo que los hacía sentirse ferozmente hambrientos.

—Vamos a tener las manos ocupadas los próximos días —comentó el señor Nicholas con un suspiro.

—¿Eh?

¿Es por el matrimonio del Sr.

Lawson y Lady Heidi después del compromiso?

Una vez resuelto el asesinato del Sr.

Meyers, podremos avanzar con la tregua sin problemas, ¿no es así?

—preguntó Stanley, al ver una expresión sombría caer en la cara de su maestro.—¿No …?

—De acuerdo con la esposa de Rhys, ella le había dado su ropa y joyas a la doncella para que pudiera usarla.

La señora abandonó la habitación por unos minutos para regresar y ver a la doncella, que se había vestido con su ropa, muerta en el suelo.

Por la sorpresa, ella no vio al atacante cuando escapó de la casa.

—El atacante pensaba que era la dama y no la criada —agregó el mayordomo, sabiendo algunos detalles al respecto.

—Eso es lo que todos pensamos —Stanley frunció el ceño ante las palabras de su maestro:—¿Cuándo suele Heidi visitar la mansión de los Meyers?

—preguntó el Señor.

—Miércoles o jueves.

Principalmente los miércoles porque a ella le gusta ir a visitar la iglesia los jueves por la mañana y luego se sienta en la biblioteca por las tardes…

—respondió el mayordomo, recordando el horario de la dama y como si la realización lo golpeara, sus ojos se ensancharon.—¿Lady Heidi?

—Nunca fue la esposa de Rhys, sino Heidi a quien tenían la intención de matar desde el principio —dijo Nicholas y recordó la noche anterior al asesinato.

Fue durante la hora de la cena.

«—Iremos a un evento organizado por una familia mañana —dijo Warren, después de que todos hubieron terminado su cena.

—¿Mañana?

—preguntó Heidi con un temor subyacente en su voz, que pasó inadvertida para el.

—Sí, ¿por qué?

¿Ya tienes planes para mañana?

—preguntó Warren.

—No, no exactamente —respondió ella, mirando su plato vacío y suspirando para sí misma cuando Warren se levantó de su asiento, que estaba a su lado.»

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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