Leer Novelas
  • Completadas
  • Top
    • 👁️ Top Más Vistas
    • ⭐ Top Valoradas
    • 🆕 Top Nuevas
    • 📈 Top en Tendencia
Avanzado
Iniciar sesión Registrarse
  • Completadas
  • Top
    • 👁️ Top Más Vistas
    • ⭐ Top Valoradas
    • 🆕 Top Nuevas
    • 📈 Top en Tendencia
  • Configuración de usuario
Iniciar sesión Registrarse
Anterior
Siguiente

Heidi y el señor - Capítulo 71

  1. Inicio
  2. Todas las novelas
  3. Heidi y el señor
  4. Capítulo 71 - 71 Capítulo 71 - Debajo de la mesa - Parte 1
Anterior
Siguiente
Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo

71: Capítulo 71 – Debajo de la mesa – Parte 1 71: Capítulo 71 – Debajo de la mesa – Parte 1 Editor: Nyoi-Bo Studio —¿Estás bien?

—preguntó Lettice, sentándose junto a Heidi en la cama.—¿Te sientes mal por el compromiso?

Después de que Heidi saliera de la sala de piano, había ido a dormir a su habitación, pero no pudo.

El corazón le latía con fuerza en el pecho, yacía en la cama, incapaz de borrar la sensación que sintió en la sala del piano con el Señor.

Se sentía confusa.

—Yo…

no puedo —dijo Heidi, mientras Lettice la miraba con una expresión de asombro.

—¿De qué estás hablando?

—susurró Lettice preocupada.

—No creo que pueda seguir adelante con esto, comprometerme con alguien a quien no amo —se encontró con los ojos alarmados de Lettice.

—¿Acaso amas a alguien?

¿Por qué no lo dijiste antes?

—Heidi se lo habría dicho, pero se había percatado de sus sentimientos recientemente.

Al ver que no había respuesta, Lettice vio la expresión de dolor y deseo pasar por el rostro de su amiga.

En cierto modo, eran muy similares, ya que ella había pasado por la misma circunstancia hacía unos meses.

—¿Se hizo más fácil para ti?

—preguntó Heidi a la joven y la vio sonreír, pero la sonrisa no llegó a los ojos inicialmente, ya que contenía tristeza en ellos y una parte de ella deseaba no haberle hecho esa pregunta.

—Fue difícil al principio.

Estaba demasiado enamorada de Issac.

Tampoco quería casarme con Rhys, pero lo hice eventualmente, porque el hombre que amaba no cumplía con las expectativas de mi padre o, más bien, Rhys superó todas las expectativas establecidas.

Después de que mi padre aprobara entregarme a un vampiro, no se me permitió salir de casa e Issac se mantuvo encerrado en una mazmorra de la ciudad.

Quería odiar a Rhys por separarme de mi primer amor, por forzarme a entrar en algo que no quise pero no pude.

Como dije antes, ahora soy feliz.

Rhys es un marido amoroso y él ha estado a mi lado como una sombra en mis momentos difíciles.

—¿Eso significa que ya no amas a Issac?

—preguntó y Lettice negó con la cabeza.

—Los sentimientos que tenía por Issac se han convertido en recuerdos que aprecio profundamente en mi corazón.

No se lo he contado a Rhys.

Los vampiros son criaturas posesivas y de sangre fría, debes tener cuidado con ellos —Heidi no lo dudó, especialmente después de ver a Rhys matar al hombre de una manera tan cruel.

Lettice era una amiga muy querida, pero ella decidió guardar esa información para sí misma sin querer compartirla, ya que solo causaría problemas entre Lettice y el Sr.

Meyers.

También existía el hecho de que Issac se había convertido en un medio vampiro y había ayudado a matar a la criada en la mansión.

Lettice colocó su mano sobre la mano de Heidi que estaba descansando en su regazo.—¿Qué dijo él?

—¿Quién?

—La persona que amas, por supuesto —preguntó Lettice.

—Ah, eso…

él no sabe.

Él no es consciente de mis sentimientos —ella clavó los ojos en su mano.

Lettice se quedó en silencio sin saber qué decir y también porque una doncella acababa de entrar en la habitación para dejar el vestido que se suponía que debía usar Heidi.

Al verla partir, Heidi se rió entre dientes:—No debería pensar demasiado.

Ahora que lo había dicho en voz alta, se dio cuenta de lo tonta que era.

El hecho de que tuviera sentimientos románticos hacia el Señor no significaba que fuera lo mismo en el otro extremo.

Desde que se conocieron, el Señor no había hecho nada más que burlarse de ella de vez en cuando y se dijo a sí misma que ayer era como cualquier otro momento.

Hace solo tres días, una mujer de aspecto sensual había entrado en su habitación y ella no era tan idiota para ignorar lo que podía suceder allí dentro.

«¿En qué estaba pensando?

Era el día de su compromiso y la recopilación de tales pensamientos no estaban bien.

De ahora en adelante, solo tendría que ser más fuerte que antes.» Pero luego había otros asuntos que la molestaban en el fondo de su cabeza.

Ella era una esclava.

Una esclava fugitiva, con la que Warren pronto se casaría.

«¿La aceptaría por la persona que es?» Warren era un caballero, un hombre amable, por lo que había notado estos últimos días y en algún lugar ella sentía que él lo entendería.

—Heidi, desearía poder ayudarte, pero este es un asunto que involucra al Consejo y la tregua entre los dos Imperios.

Incluso te ayudaría a huir, pero eso solo causaría traición —al escuchar esto, Heidi sonrió.

—No te preocupes por eso.

No tienes que hacer nada —los ojos verdes musgosos de Lettice miraron a Heidi antes de devolverle una suave sonrisa.

—Debemos creer que el Sr.

Lawson te hará más feliz que el hombre al que amas.

Él te corresponderá—dijo y le apretó la mano.

—Sí—eso era algo que Heidi ya había decidido.

Warren y Nicholas eran diferentes en cuanto a apariencia y carácter.

Debido a que Warren estaba callado la mayoría de las veces y hablaba correctamente, con menos emociones, generalmente solía ser alguien de quien desconfiar.

Por otro lado estaba Nicholas.

La forma en que hablaba, de una manera tan suave y la facilidad de su sonrisa eran muy atractivas para las personas que lo rodeaban.

Siempre estaba relajado y tranquilo, lo que lo hacía más accesible cuando en realidad era un hombre malo cuando se trataba de ella.

Él la perturbaba.

Heidi había sido vestida con ropa cara.

El vestido rojo mostraba la parte superior de sus hombros, cubriendo el resto con una cremallera trasera que ella misma había elegido.

Su cuello estaba adornado con el collar de perlas blancas que Warren le había regalado.

La mujer que antes la había ayudado con su cabello había venido a peinarla a petición de los mayordomos.

Lettice la había ayudado, asegurándose de que su amiga estuviera bien todo el tiempo.

Debido a que la ocasión era mayormente política, había demasiados invitados del Consejo, aparte de otras autoridades sociales superiores y la futura familia de los novios.

—Creo que todos ustedes están bien informados de la ocasión de hoy.

Como muchas otras parejas, la pareja que está aquí—habló Reuben, el Consejero Principal en el estrado, mientras se giraba hacia Heidi y Warren, que estaban junto a él.—Nos reunimos aquí para una feliz ocasión, con la esperanza de que haya paz debido a la relación entre los vampiros y la mitad vampiros.

Esta tregua no es…

—Heidi se desconcertó por el discurso.

Afortunadamente, el compromiso se llevó a cabo afuera, lo que le facilitó la respiración.

«Había perdido peso desde que había llegado a la mansión.

No, no era eso.

Ella había empezado a perder peso desde que había oído hablar de ella como parte de la tregua.» E incluso después de perder peso, las sirvientas habían tirado demasiado de las cuerdas, que estaban apretadas en su espalda para hacer que se viera lo más delgada posible con la esperanza de que encajara en la sociedad de vampiros.

Había demasiadas personas que tenían sus ojos puestos en ella, y ella no era ajena a ello.

Por esa razón, ella miraba al horizonte, al contorno de los árboles y al cielo.

Pero no solo evitaba la mirada de los desconocidos.

Entre la multitud estaba su familia.

Su padre, su hermano Daniel y su hermana Nora que habían asistido para presenciar el compromiso.

Su tía y su tío también habían venido.

También había otra persona con la que ella quería evitar desesperadamente cruzar las miradas.

Era el Duque Dorian Scathlok.

Sintió un escalofrío de miedo cruzar su mente.

—…

dicho esto.

Permítame devolverle el estrado para pedirle al Sr.

Warren Lawson y a la Srta.

Heidi Curtis que intercambien sus anillos —el Consejero Principal hizo una pequeña reverencia a la audiencia frente a él, dejando solo a Heidi y a Warren en el estrado.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

Anterior
Siguiente
  • Inicio
  • Acerca de
  • Contacto
  • Política de privacidad

© 2025 LeerNovelas. Todos los derechos reservados

Iniciar sesión

¿Perdiste tu contraseña?

← Volver aLeer Novelas

Registrarse

Regístrate en este sitio.

Iniciar sesión | ¿Perdiste tu contraseña?

← Volver aLeer Novelas

¿Perdiste tu contraseña?

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirás un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.

← Volver aLeer Novelas

Reportar capítulo