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114: Capítulo 114: Detrás De La Emboscada 114: Capítulo 114: Detrás De La Emboscada Editor: Nyoi-Bo Studio Para el viejo Walker, Rhode era una existencia muy contradictoria.
Normalmente era firme, terco, y a veces bastante duro, violento, loco e incluso tan valiente como para matar a varias personas frente a la Asociación de Mercenarios.
En la Reunión Conjunta de Mercenarios ni siquiera intentaba esconder sus deseos de destruir un grupo mercenario.
Esto hacía que Rhode se viera como un loco, pero por otro lado, también era cuidadoso y hasta un poco tímido.
Esta vez habían viajado al Bosque Crepúsculo, y Rhode le había pedido a Walker que explorara los alrededores para ver si había alguna anomalía cerca.
Claramente, esta vez no habían venido a completar una misión.
El viejo Walker también sabía que era razonable que Rhode se preocupara, ya que había antagonizado completamente a Jade Tears en la reunión conjunta.
En Piedra Profunda, Rhode no necesitaba ser cuidadoso porque la Asociación de Mercenarios los estaba vigilando, pero era difícil decir lo mismo estando en el Bosque Crepúsculo.
Si Jade Tears decidiera lanzar un ataque sorpresa en secreto, todos morirían aquí.
Incluso si la Asociación de Mercenarios quisiera investigar, no podrían encontrar evidencia concreta.
Por eso Rhode les había pedido que estuvieran alerta.
Walker no pudo evitar admirar esta parte de él y se sintió aliviado porque sus acciones probaban que no era un condenado imprudente que solo pensaba en sí mismo.
Si se había hecho enemigo de Jade Tears solo porque le provocaba, quería decir que Rhode era otro canalla que actuaba por instinto sin pensar en las consecuencias.
Si de verdad era así, entonces las cosas podían ser muy complicadas.
Pero Rhode no solo se lo recordó verbalmente, sino que le indicó varias direcciones específicas para que pudiera tener más cuidado.
Esto sorprendió a Walker.
No entendía cómo una persona de poco más de veinte años podía ser tan hábil en tácticas clandestinas.
Y algo de verdad ocurrió desde la dirección que Rhode mencionó.
—Allí.
—Mientras se escondía en los arbustos, Walker señaló la tenue zona negra en la distancia y le dijo a Rhode.
Él miró en esa dirección y, después de un rato, habló.
—¿Cuántos hay?
—De seis a siete personas.
—¿Nos descubrieron?
—Creo que siguieron las huellas que dejamos atrás —dijo el viejo Walker con seguridad.
Como rastrear y contrarastrear eran las habilidades de un montaraz, si ni siquiera pudiera hacer eso bien, lo mejor sería que se retirara y volviera a casa.
—¿Y las otras direcciones?
—Por ahora no hay movimiento —el viejo Walker miraba a Rhode mientras le hablaba—.
¿Qué planeas hacer?
—¿Qué planeo hacer?
—Al escuchar la pregunta de Walker, Rhode solo resopló y le respondió de manera práctica—.
Obviamente los mataré a todos.
Como todos se atreven a venir hasta acá, es imposible que los deje ir —Rhode se detuvo—.
Necesito tu ayuda.
Infórmales a Shauna y Randolf que aumenten la vigilancia.
Además, dile a Randolf que ponga trampas cinco metros alrededor del campamento base.
Walker se sorprendió.
—¿Solo nosotros dos?
¿Y los otros…?
—Ellos no tienen que saberlo.
—Rhode sacudió la cabeza.
No planeaba dejar que los novatos se unieran a la batalla.
Primero, no eran lo suficientemente fuertes y, segundo, Rhode no confiaba en ellos todavía.
Uno tiene que recordar que las batallas entre dos grupos mercenarios era algo diferente de matar monstruos.
La mayoría de la gente se sentía culpable después de matar a otro humano.
Tal vez, después de enfrentarse a muchas pruebas y peligros lo aceptarían, pero eso no quería decir que lo disfrutaban.
Además, aún estaban en el período de prohibición establecido por la Asociación de Mercenarios, así que él no quería ver una bomba de tiempo en su grupo.
—Por eso esto solo lo conocemos tú y yo.
Yo me quedaré aquí y observaré sus movimientos.
Adelántate y busca a Marlene y Shauna.
Además de informarles, necesito que observes otras áreas.
Estoy bastante seguro de que los de Jade Tears no serían tan estúpidos como para pensar que esta gente era suficiente para acabar con nosotros.
Sospecho que planean algo, así que te dejo la exploración a ti.
—No hay problema —al escuchar que Rhode le había asignado su tarea, el viejo Walker asintió solemnemente—.
Me iré ya.
La noche cayó.
Un brillante fuego iluminaba el campamento base.
Desde lejos se podía oler un espectacular y fragante aroma que salía de una gran olla.
Los mercenarios, que habían estado cansados todo el día, no pudieron evitar babearse cuando vieron la deliciosa comida.
Sin embargo, tuvieron que contener sus impulsos cuando vieron a la persona sentada en la roca que estaba en el borde del campamento.
Lize se sentía mal.
Su triste expresión no se debía al incidente de antes, sino a que Rhode todavía no había aparecido.
En la tarde, el viejo Walker le había transmitido las palabras de Rhode, informándole que no volvería esta noche porque tenía algo que hacer.
Incluso le había pedido a Marlene y Shauna que aumentaran la vigilancia, y también envió a una inesperada persona al campamento.
Lize alzó la cabeza y vio a la solitaria figura.
La chica ángel estaba sentada en silencio sobre una roca.
Sus alas blancas ondeaban en la brisa nocturna mientras ella disfrutaba un baño de luna.
Tenía los ojos cerrados y su cara tampoco mostraba emociones.
Parecía una espada afilada, y generaba en la gente una sensación de frialdad.
Ella conocía a la gente que se había unido a la pelea en la Meseta Silenciosa, y sabía que el ángel era uno de los subordinados de Rhode.
Pero Shauna y Randolf, que todavía no habían conocido a la chica, sintieron una impresión increíble cuando vieron a Celia por primera vez.
Los ángeles eran seres nobles que rara vez se aventuraban afuera.
Pero un distinguido ser como Celia era en realidad un subordinado de Rhode y le habían dado órdenes de protegerlos a ellos.
No pudieron evitar sentirse impactados.
Por esto, muchos que antes actuaban de formas moco escrupulosas, ahora estaban calmados.
Aunque Celia no parecía molestar a los humanos que la rodeaban, estos no podían evitar sentir una presión invisible sobre ellos, como si fueran un montón de rufianes.
La leyenda decía que los ángeles eran los mensajeros de los cinco dragones.
Aunque esa era había acabado hace mucho, la leyenda había dejado una profunda impresión en la gente.
Aun así, los mercenarios estaban desconcertados porque un noble ángel como ella sirviera a Rhode.
Randolf y los otros novatos no pudieron evitar sentir un poco de miedo.
Incluso Shauna, que había interactuado antes con Rhode, se conmocionó.
Sabía que este hombre era un noble, pero no esperaba que pudiera ser capaz de reclutar un ángel como su subordinada.
¿Quién es ese hombre…?
En ese momento no solo estaban sorprendidos, sino aliviados por su decisión de unirse a Starlight.
Aunque.
en teoría.
unirse a Jade Tears sería más gratificante, seguir a este impredecible joven resultaba ser más prometedor.
Era solo que, a diferencia de los demás, Lize siempre se había sentido un poco confundida en cuanto a Celia.
Lize sentía que esta chica había aparecido de la nada.
Nunca había escuchado a Rhode decir que tuviera un ángel como subordinado.
Así que sus orígenes le daban mucha curiosidad.
¿De dónde vino?
¿Quién es?
En el grupo mercenario, solo Marlene conocía la identidad verdadera de Celia, pero no era una chismosa.
Sabía que Rhode no quería que este asunto se conociera, así que no le dijo a los demás.
Esto podía considerarse un pequeño secreto entre ellos dos…
En cuanto a Anne, estaba tan enérgica como siempre.
Cuando vio otra vez a Celia corrió hacia ella y le agarró la mano al ángel.
Además, se atrevió a tocar sus alas.
Mucha gente se impresionó e incluso tuvo miedo de que el noble ángel se fuera a enojar, pero no pareció importarle.
Lize rebanó unas suaves piezas de liebre a la parrilla y se las ofreció a Celia.
—Srta.
Celia.
—Al escuchar que alguien dijo su nombre, abrió los ojos y se volteó.
Vio a Lize parada a su lado, evidentemente un poco incómoda, entregándole el plato—.
Esto…
¿Tiene hambre?
¿Quiere comer algo?
—No tengo hambre.
—Celia negó con la cabeza y respondió rápidamente.
Esto incomodó un poco a Lize, que se quedó parada al lado del ángel sin saber qué decir.
Antes Lize solo lo hizo por capricho, porque de repente quiso hablar y entenderla mejor.
Pero no pensó que las cosas fueran a resultar tan incómodas…
Mientras Lize estaba en un dilema, Celia de repente abrió los ojos de nuevo y se le quedó viendo.
—Puedo sentir mi linaje corriendo por tus venas…
—¿Eh?
—Lize no pudo evitar quedarse sin aliento y retroceder un paso.
Alzó la cabeza y miró a Celia, esperando que continuara.
Inesperadamente, después de decir eso, Celia cerró los ojos una vez más para disfrutar su baño de luna, como si su conversación hubiera terminado así, sin más.
…
Esto hizo que Lize quisiera llorar.
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