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117: Capítulo 117: Encuentro En El Bosque 117: Capítulo 117: Encuentro En El Bosque Editor: Nyoi-Bo Studio —¡Ugh!

El feroz lobo salvaje se lanzó hacia adelante.

La trampa escondida en el arbusto se activó y le atrapó la pata, pero él no se echó para atrás.

Al contrario, rugió y siguió avanzando, sus afiladas garras rozando a Randolf y los demás, arañando profundamente la tierra.

Randolf rodó a un lado para evadir el ataque y le disparó una flecha.

El lobo salvaje, que había sido atrapado, no pudo escapar cuando la flecha voló hacia él.

Luchó para evadirla, pero igual le dio en la pierna.

Esto hizo que sintiera más dolor y dejara de pelear, abriendo su boca para desahogar su ira.

Sin embargo, una segunda flecha que atravesó fácilmente su cabeza selló el aullido.

¡Ahhh…!

Después de sacar la Espada de Fuego del cuerpo del último lobo, Shauna se limpió el sudor de la frente y se dio la vuelta.

—¿Todos están bien?

—No hay problema.

—Estoy bien.

Ante la pregunta de Shauna, todos alzaron las manos para demostrar que estaban bien.

Después de asegurarse de que todo estuviera normal, Shauna asintió con la cabeza.

Siguió adentrándolos en el valle.

Como Rhode había esperado, esta prueba no era muy difícil para ellos.

Incluso sin las habilidades que Rhode les había acabado de enseñar, pudieron lidiar con las bestias salvajes dependiendo solo de sus capacidades.

Sin embargo, sabían que no habían venido aquí a terminar una misión, sino a mejorar estas capacidades y sus estándares.

Si solo iban a arreglárselas improvisando, no tendrían éxito.

Randolf se dispuso a quitarle las garras al lobo muerto para hacer un exquisito clip metálico.

Al ver a Andon y Joey, pudo ver rastros de alegría y sorpresa en sus rostros.

Al principio sus ataques no se veían fuertes porque su oponente de entrenamiento era el aire, pero en una batalla de verdad, era completamente distinto.

Cuando empezaron a familiarizarse gradualmente con el ritmo de la batalla, también empezaron a percatarse de cómo mejoraban.

Antes pensaban como el viejo Walker: preocuparse porque este tipo de entrenamiento pudiera usarse en peleas verdaderas.

Después de todo, incluso los mercenarios novatos conocían la situación cambiante de una batalla real.

Era imposible que todo saliera según lo planeado, así que también estaban un poco confundidos.

Pero después de lograrlo, finalmente descubrieron la efectividad de las habilidades que Rhode les había enseñado.

En efecto, las batallas reales cambiaban todo el tiempo y no podían predecirse, pero al usar las habilidades que Rhode les había enseñado, básicamente no tenían que pensar en cómo lidiar con el oponente, ya que este no tendría tiempo de reaccionar.

Aunque sus profesiones y habilidades aprendidas de Rhode eran distintas, todos descubrieron similitudes después de luchar por un rato.

Lo que Rhode les había impartido permitía conectar ataques sin ser interrumpidos fácilmente.

Al mismo tiempo, también era peligroso.

Ya fuera un ladrón que podía moverse tan rápido como un rayo, un espadachín o incluso un espadachín pesado, daba igual.

Cuando atacaban, el próximo movimiento dejaba completamente impotente al enemigo, independientemente de que estuvieran en una posición defensiva o de curación.

Así minimizaban el riesgo de ser atacados en la batalla.

Esta sensación también los emocionaba.

Pensaban que los ataques abrumadores y de alta presión solo podían ser realizados por personas sumamente hábiles, pero nunca pensaron que pudieran hacer lo mismo.

Los lobos y perros salvajes en los arbustos y el bosque se convirtieron en sus blancos de práctica.

Aunque las bestias salvajes no fueron fáciles de manejar al comienzo, ahora los mercenarios las atacaban hasta que no pudieran levantarse, lo que los hacía sentir satisfacción desde el fondo de su corazón.

Incluso más adelante las bestias no se atrevieron a provocarlos más, pero los mercenarios no se detuvieron allí.

Eran como trasgos que empezaban a buscar enemigos.

Pero Shauna detuvo rápidamente sus imprudentes acciones.

Antes de la partida, Rhode les había dicho que las habilidades que les había enseñado solo eran para hacer combinaciones básicas.

Aunque eran efectivas, no eran invencibles.

Actualmente solo esperaba que pudieran dominarlas para que desarrollaran sus propios ataques en lugar de depender de ellas como un amuleto.

Si seguían haciendo eso, sería muy peligroso.

Obviamente Shauna entendía lo que Rhode había querido decir.

Aunque esta combinación podía mejorar su fuerza, no era completamente fiable.

La razón por la que sus acciones se veían tan potentes era porque el enemigo no era poderoso.

Si se encontraban con uno fuerte, sin importar lo perfecta que fuera su combinación de habilidades, el enemigo sería capaz de hacerlos volar hasta el cielo.

Después de todo, la brecha de niveles ya era muy obvia y la fuerza no podía reemplazarse solo usando estas habilidades.

Al ser un exlíder de mercenarios, Shauna era muy sensible a los cambios en el equipo.

Cuando vio que todos estaban por las nubes, les echó agua helada para despertarlos.

—Sean serios.

No hemos pasado la prueba así que no se emocionen demasiado.

Manténganse vigilantes: ¡el final ya está al frente!

Al escuchar los gritos de Shauna, el resto finalmente se despertó.

Se reunieron y avanzaron bajo el mando de Shauna.

Pronto, sin sentir presión alguna, se encontraron con el manantial que Rhode había mencionado.

Estaba ubicado debajo del acantilado y el agua se veía clara y transparente.

Adentro había gemas transparentes reflejando la luz del sol.

Eran piedras de hielo, una piedra de bajo grado producida dentro del agua.

También eran la razón por la que Rhode había elegido este lugar.

No solo podía dejar que sus subordinados entrenaran, sino que podía recolectar las piedras como material de alquimia de Lapis.

Si podía matar dos pájaros de un tiro, ¿por qué no hacerlo?

Como mercenario, Shauna ya había recolectado esto antes.

Sacó una jarra de su cintura y vertió el agua que tenía dentro.

Después le dijo a los demás que metieran el agua y las piedras juntas en el jarrón.

Luego de llenar dos jarrones grandes y de asegurarse de que no hubiera problema, Shauna les indicó a todos que se fueran.

—¡Esperen!

—gritó Randolf de repente.

Frunció el ceño y movió la nariz—.

Aquí huele a sangre.

—¿A sangre?

Todos se sorprendieron por un momento.

Luego sacaron sus armas y formaron un círculo pegando sus espaldas.

Después de la loca matanza de antes, las bestias salvajes tenían demasiado miedo y no se atrevían a buscar más problemas.

Por eso nadie fue atacado cuando llegaron al manantial.

¿Finalmente había aparecido un jefe?

Sintiéndose incómodos, intentaban tranquilizarse y escuchar con cuidado los alrededores.

Poco después, una voz grave sonó en el viento.

—Ugh…

Aaa…

—¡Hay alguien!

—Shauna saltó de inmediato y corrió hacia la voz con la espalda en alto.

Los otros la siguieron.

Pronto, en unos arbustos no muy lejos de ellos, encontraron un mercenario herido.

Se veía como un espadachín, pero no había ningún arma en su funda y su cuerpo estaba cubierto de heridas.

A juzgar por las graves heridas que tenía en la espalda, parecía que el mercenario se había caído por el acantilado.

Si no fuera por los densos arbustos, seguramente ya se habría convertido en la comida de una bestia salvaje.

—¿Qué deberíamos hacer, hermana mayor?

Los mercenarios que rodeaban al hombre estaban preocupados.

Miraron a Shauna rápidamente ya que, después de todo, ella era la actual comandante del equipo.

Ante sus preguntas, Shauna no respondió de inmediato sino que miró al mercenario más de cerca.

Después de ver la insignia que tenía en el pecho, los ojos de Shauna se iluminaron.

—Llevémoslo de regreso.

Tal vez Lize pueda salvarlo.

—Shauna dejó de vacilar y respondió rápidamente.

Después de eso, otra persona se acercó y cargó cuidadosamente al herido para emprender el viaje de vuelta.

Shauna miró en silencio las espaldas de todos, y luego agachó la cabeza para ver la insignia que tenía en la mano.

Era exactamente la misma insignia que había tomado del mercenario.

Solo podían imaginar lo sorprendido que estaría Rhode cuando trajeran a una persona herida del bosque.

No estaba claro de qué había ocurrido: ¿por qué trajeron a alguien en lugar de lo que él había pedido?

Pero Rhode igual le dijo a Lize que curara al hombre.

Luego se acercó a Shauna y le preguntó: —¿Qué pasó?

¿Quién es?

—Yo tampoco lo sé—ante la pregunta de Rhode, Shauna negó con la cabeza—.

Seguimos sus instrucciones y llegamos al manantial.

Lo encontramos cerca y pareció que había pasado por una batalla muy violenta.

Si no fuera por su suerte, ahora no estaría vivo.

Y…

encontré esto en su cuerpo.

Shauna estiró la mano y le dio la insignia a Rhode.

Después de recibirla, Rhode entrecerró los ojos.

Era una insignia roja.

Había un símbolo de fuego ardiendo en la parte superior y, en el centro, una espada que parecía haber nacido de la llama.

Rhode conocía esta insignia.

Había visto algo parecido en la Reunión Conjunta de Mercenarios, unos días atrás.

Era el símbolo del grupo mercenario Burning Blade.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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