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124: Capítulo 124: Salvando A Los Soldados De Hiller (5) 124: Capítulo 124: Salvando A Los Soldados De Hiller (5) Editor: Nyoi-Bo Studio Hiller bajó su espada y miró a Rhode, que estaba parado no muy lejos de él.
Rhode miraba el cadáver del señor de las serpientes de viento a sus pies, pensando en algo que Hiller no sabía.
Francamente, aún no tenía una buena o mala impresión del grupo mercenario Starlight.
Cuando se enteró de su existencia por primera vez, solo pensó que era increíble.
Pero eso fue todo lo que pensó, y dejó de importarle.
Habían pasado muchos años desde que se convirtió en mercenario; había visto muchas cosas y por eso no se sentía extrañado.
Ese tipo de cosas podían pasar en cualquier parte.
Nuevo mercenario, nuevo líder; sin importar lo que pasara, no era su problema.
Después de conocer a Rhode por primera vez en la Reunión Conjunta de Mercenarios, Hiller sintió curiosidad por el apuesto joven.
No por su apariencia, sino por su actitud.
Durante la Reunión Conjunta de Mercenarios, Rhode dijo que quería destruir al grupo mercenario Jade Tears, pero la forma en que lo dijo no hizo que pareciera que tuviese un profundo odio hacia ellos.
Era puramente a causa del desprecio, como una persona que se para en lo alto y mira a las hormigas debajo de él.
Solo estaba molesto porque esas hormigas bloqueaban su camino.
Ni siquiera parecía considerarlos seres humanos.
Hiller no sabía por qué se sentía así.
En general, pensó que debía sentir que Rhode era un tipo cruel, con un corazón distorsionado y sin sentido común.
Sin embargo, no creía que fuese así.
Él era inteligente, racional, tranquilo y sereno.
También había decidido salvarlo, lo que significaba que no le faltaba ninguna característica positiva que debía tener una persona.
Pero su actitud seguía siendo la misma.
Hiller podía sentir la forma en que Rhode lo miraba.
Además de calma, en sus ojos había un ápice de admiración.
Pero no era admiración hacia un ser humano.
Al contrario, la forma en que Rhode miraba a Hiller era como la de alguien que miraba una pintura o una escultura legendaria.
«¿Quién es este joven?» Rhode no sabía en qué pensaba Hiller.
Luchar espalda con espalda con él, le había recordado su vida anterior como jugador.
En esos tiempos, también aceptaba ese tipo de misiones, luchaba junto con un NPC, ganaba EXP, subía de nivel, completaba la misión, obtenía equipo y recibía recompensas.
Realmente, nunca llegó a cansarse de hacerlo.
Ahora, parecía como si hubiese vuelto a esos días.
—Dos señores de las serpientes de viento.
Rhode miró con calma el campo de batalla, sintiendo una ligera decepción.
—Es una menos de lo que dijeron, y el mago tampoco apareció.
—Creo que va a aparecer pronto —dijo Marlene sosteniendo su varita.
Luego, su rostro se volvió sombrío—.
Aunque sea poco, puedo sentir la ola mágica.
Debe estar vigilándonos.
Claramente no es una buena señal, Sr.
Rhode.
Aunque no puedo hacer un juicio preciso, creo que el nivel de magia del oponente es más alto que el mío.
Va a ser difícil.
—¿Cuántas pociones de precipitación nos quedan?
—Ocho botellas; solo nos podrán durar una hora como máximo —respondió Lize luego de revisar el inventario rápidamente.
«Una hora».
Rhode levantó la cabeza para mirar el cielo.
El grupo de serpientes de viento todavía los rodeaba desde lejos y no parecía que estuviesen planeando retirarse.
Eso significaba que aunque pudieran perseverar durante una hora, seguiría siendo inútil.
—¿Qué debemos hacer ahora?
¿Líder?
Anne tenía el escudo dorado en su mano, la cara cubierta de sangre y estaba abrumada por el miedo, pero parecía tener la energía de siempre.
Miró fijamente a los otros mercenarios que estaban sentados en el suelo, en silencio.
Durante la batalla, Randolf y los otros no usaron las habilidades que aprendieron en el entrenamiento con Rhode.
Cuando se enfrentaron al enemigo, parecían haberse olvidado de las habilidades que habían aprendido y volvieron a su estilo de lucha habitual.
Naturalmente, el resultado fue el que Rhode esperaba.
Si no fuese por el mando y la gestión de Shauna, la fuerza actual de los miembros de Starlight habría disminuido.
La actuación de Lapis fue aún peor.
Al principio, se armó de valor para luchar, pero cuando la cola de un señor de las serpientes de viento pasó por encima de ella, la pobre chica gritó inmediatamente y se agachó cubriéndose la cabeza.
Permaneció en esa posición hasta que la batalla terminó.
Aunque esa forma de defensa personal parecía extremadamente débil, se las arregló para sobrevivir.
A diferencia de los mercenarios que yacían en el suelo, heridos por el contraataque del señor de las serpientes, ella aguantó sin recibir ningún daño hasta el final de la batalla.
Sin embargo, eso no significaba que saliera ilesa.
Como se quedó en cuclillas demasiado tiempo, no podía ponerse de pie.
—Dile a Hiller que venga, tenemos que hablar sobre la próxima batalla.
Después de pensar un tiempo, Rhode tomó una decisión.
—¿Qué?
¿Atraerlo?
—preguntó inmediatamente el ayudante de Hiller tras oír las palabras de Rhode.
Hiller también frunció el ceño.
Aunque no dijo nada, la forma en que miró a Rhode mostró su claro desconcierto.
—Así es —respondió Rhode asintiendo y rápidamente explicó—.
No quedan muchas pociones de precipitación.
Para proteger a tanta gente, solo duraran una hora.
Es imposible que nos vayamos de aquí en una hora, y si esperamos hasta que se nos acaben las pociones, las cosas se complicarán mucho.
Durante ese tiempo, el mago que se esconde de nosotros usará la misma táctica para atraparnos aquí.
Por eso debemos atraerlo y obligarlo a que nos enfrente.
Si podemos acabar con él, entonces habremos terminado.
—Pero los magos raramente pelean cara a cara —dijo el ayudante mientras miraba a Marlene, cuyos ojos estaban cerrados—.
Además, como solo quedan ocho pociones de precipitación, ¿no podríamos irnos antes de agotarlas?
O podríamos preparar más…
—El material se ha agotado —dijo Rhode encogiendo los hombros—, y ya no hay tiempo para hacer más pociones, pero…
fingiremos lo contrario.
—¿Qué quiere decir?
Al escuchar las palabras de Rhode, el ayudante se sorprendió.
—Es muy fácil.
Aunque sabemos que solo nos quedan ocho pociones de precipitación, el oponente no lo sabe.
Podríamos fingir que seguimos usando las pociones para enfrentarnos a las serpientes de viento.
En ese momento, inevitablemente dará la cara.
Mi idea es muy simple.
Primero, usaremos el efecto de las pociones para seguir avanzando y mostrarle que no hemos entrado en pánico.
Entonces, descansaremos para demostrar que tenemos el poder de hacer más pociones en cualquier momento.
Al hacerlo, inevitablemente saldrá personalmente, ya que las serpientes de viento tienen miedo a la precipitación del elemento gas.
Pero no será gran cosa para un mago contratado como él.
Si podemos atraerlo para que luche contra nosotros, estaremos a medio camino de la victoria.
Luego, tendremos que acabar con él.
—Pero…¿Qué tal si…?
—En ese caso, moriremos inevitablemente.
Por supuesto, Rhode se adelantó a lo que quería decir.
—Si usamos todas las pociones de precipitación, nuestro destino será casi el mismo.
Por eso, al menos tenemos que tomar la iniciativa, ya que muchos magos son…—Rhode hizo una pausa, miró a Marlene y luego siguió hablando—, presumidos y piensan que con su inteligencia pueden descubrir cualquier plan.
Creo que podremos hacer algo al respecto.
—Pero, pero… Tras oír eso, el ayudante se puso de pie, pero no pudo terminar sus palabras y fue detenido por Hiller.
Ese hombre serio y tranquilo miró a Rhode durante un momento y luego asintió.
—… Hagámoslo —tradujo el desanimado ayudante con impotencia.
El mago de capa negra rápidamente notó que sus objetivos empezaban a moverse.
Sin embargo, no lo hacían de la forma que esperaba.
No se apresuraron a abandonar el bosque.
Al contrario, sus movimientos eran ordenados y controlados, pero tampoco demasiado rápidos.
Parecía que estaban caminando hacia el borde exterior del bosque Crepúsculo.
¿Qué pasó?
¿No tenían miedo de ser rodeados por las serpientes de viento?
Al ver esa escena, el mago de capa negra frunció el ceño.
Empezó a arrepentirse de haber subestimado al oponente, lo que le hizo perder a dos señores de las serpientes de viento.
Pero como todavía tenía su carta ganadora, perder algunas serpientes insignificantes no era un problema.
Al menos pudo ver su fuerza.
Entre ellos, no debía haber nadie con suficiente poder para ser una amenaza.
Lo mismo ocurría con la chica maga que notó antes.
Aunque había entrado al círculo medio a una edad muy temprana, cosa que le sorprendió bastante, aún le faltaba mucho para compararse con él.
Sin embargo… Pensando en eso, el mago de capa negra entrecerró los ojos.
La chica era muy talentosa y le hacía sentir bastante amenazado.
Pasaron casi 50 años hasta alcanzar finalmente su fuerza actual; esa chica solo tenía 17 o 18 años, pero ya estaba en el círculo medio.
Si no la mataba ahora, en el futuro podría convertirse en otra guerrera fuerte de ese país.
Para él, no serían buenas noticias.
Necesitaba acabar con ella antes de que creciera.
Con eso en mente, el mago de capa negra apretó ambos puños y condensó gradualmente su magia.
Los mercenarios avanzaban cuidadosamente bajo las órdenes de los dos líderes.
Aunque estaban desconcertados porque no sabían por qué no abandonaban ese lugar fantasmagórico de inmediato, no hicieron preguntas y solo siguieron desde atrás en silencio, mirando cuidadosamente a sus alrededores mientras recuperaban su energía.
En ese momento, Rhode estaba caminando al lado de Marlene—.
¿De verdad no puedes descubrir el nivel del oponente?
—Es muy difícil, Sr.
Rhode.
Solo estoy segura de que es mucho más fuerte que yo.
Su control de la magia elemental también es mayor que el mío.
No puedo indicar su fuerza con precisión.
Será difícil de hacer a menos que lo enfrentemos cara a cara.
Iba a ser difícil.
Rhode frunció el ceño.
No le tenía miedo al oponente, ya que si no podía acabar con él, podría invocar a Gillian para resolver el problema.
La cuestión era que no quería usar ese método porque invocar esa carta requería un gran sacrificio; sería mejor guardarla para más tarde.
Al principio, Rhode esperaba poder resolver el problema usando su propia fuerza, pero parecía que la situación no sería tan fácil.
Aunque derrotaron al caballero de la muerte, que era un oponente fuerte, fue una batalla frontal, así que mientras tuvieran suficiente gente y fuerza, no les sería difícil.
Sin embargo, los magos eran diferentes; eran astutos y temidos.
Tenían muchos métodos para proteger su vida.
Excepto en el caso de un ataque mortal, podían escapar de cualquier cosa.
La única subordinada que Rhode podía preparar para la batalla era Marlene, pero aunque era una genio, no era una guerrera.
Marlene aún carecía de experiencia en ese tipo de confrontaciones.
Entonces, ¿qué debía hacer?
¿Debería usar a Gillian?
«Veamos cómo resulta todo».
Con eso en mente, Rhode levantó la cabeza para mirar al cielo una vez más.
De repente, se puso serio.
Rápidamente se aferró a Marlene y rodó hacia un lado.
—¡Cuidado!
En ese instante, un rayo cayó directamente desde las sombrías y oscuras nubes en el lugar donde se encontraba Marlene.
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