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152: Capítulo 152: Llegada Al Risco Alto 152: Capítulo 152: Llegada Al Risco Alto Editor: Nyoi-Bo Studio La lluvia cesó alrededor de la medianoche y los mercenarios finalmente pudieron continuar su viaje bajo la cálida luz del sol y el aire fresco.

La reconfortante mañana mejoró el humor de todos.

Los mercenarios empacaron sus cosas y partieron después de desayunar.

La niña que conocieron el día anterior los seguía no muy lejos en la parte trasera del grupo.

Llevaba su ropa de siempre.

Movía su delicado palo de madera de izquierda a derecha mientras arreaba a los corderos.

Después de que la niña se despertó, Rhode se las arregló para descubrir que en realidad era una aldeana del pueblo del Risco Alto, pero no obtuvo más detalles.

Debido a la máscara de cuero, la niña tenía dificultades para hablar.

Solo podía comunicarse asintiendo y negando con la cabeza.

Esa forma de comunicación no permitía emitir palabras complicadas, así que Rhode decidió llevarla de vuelta al pueblo y descubrir lo que realmente sucedió.

Si no fuese por la sanación de Lize, la niña, que no había comido en todo el día, ni siquiera tendría fuerzas para estar de pie.

Aun así, decididamente rechazó con educación la amable ayuda de los mercenarios y siguió conduciendo al rebaño de corderos rechinando los dientes.

Tenía mucha experiencia haciendo eso.

Al menos los corderos la seguían a su lado con obediencia.

Incluso mientras caminaban, los mercenarios nunca dejaron de hablar de la niña.

Después de todo, aunque habían participado en muchas aventuras, nunca habían visto un incidente tan extraño.

—Pobre niña.

¿Por qué la trataron así?

—¿Tendrá una maldición?

—No bromees con eso.

Si fuera una maldición, ¿crees que la Srta.

Lize no lo sentiría?

Dijo que era solo una enfermedad.

—¿Puede ser que oculte su rostro porque está desfigurada?

He visto a una señora en la ciudad que después de sufrir una gran quemadura en la cara se cubría con una tela todos los días.

—Eso es solo para ocultarla, supongo.

¿No has visto el collar y las cadenas en el cuello de la niña?

Obviamente es un acto de tortura.

—¿Pero quién haría tal cosa?

Una persona normal no sería tan cruel… —Tú lo has dicho, «persona normal», ¿cómo calificarías a esa escoria del pueblo del Risco Alto?

Escuchando la respuesta de su camarada, uno de los mercenarios respondió con desdén, y los otros mercenarios terminaron su conversación sobre ese tema.

Para ser sinceros, no querían ir al pueblo del Risco Alto.

De hecho, la actitud de Shauna y el viejo Walker representaba las actitudes de los mercenarios.

Si fuese por ellos, preferirían que esas personas murieran asesinadas por las criaturas no muertas en lugar de ayudarlas.

Después de todo, esa gente tenía una mala reputación y todos en el grupo mercenario, excepto Marlene, habían tenido algún problema con ellos.

Para mucha gente, los aldeanos del pueblo del Risco Alto solo eran un montón de basura que harían cualquier cosa por dinero.

Su infame nombre era bien conocido, y ningún mercenario estaba dispuesto a prestarles servicio.

Pero esas personas eran tan desvergonzadas que incluso rogaban y lloraban a la Asociación de Mercenarios para que los ayudasen.

Cada uno de ellos gritaba y lloraba patéticamente, pero una vez que los mercenarios se descuidaban, esa escoria les daba la espalda y los echaban de la aldea.

Los mercenarios, llenos de odio y rabia, no podían hacer nada porque en el pueblo estaba el capitán de la guardia de una región cercana.

En el momento en que los mercenarios y los aldeanos tuvieran conflictos, inmediatamente se quejarían ante él.

Aunque los mercenarios eran temerarios por naturaleza, solo podían llevar a cabo «negocios legales».

Si fuesen capturados por los guardias y encerrados en la cárcel, después no tendrían la oportunidad de ganar dinero.

Esta vez, aceptaron ir con Rhode, en parte, por la gran remuneración ofrecida por el propietario de Ciudad Piedra Profunda, Klautz.

Solo la mitad de la remuneración para cada mercenario era de una docena de monedas de oro.

Como los que pagarían esa vez eran los oficiales, que no tenían ninguna posibilidad de estafarlos, no les importaría mostrar su «ética profesional», siempre y cuando fuese por dinero, ayudarían a cualquiera.

Por otro lado, tenían curiosidad por ver lo que Rhode les haría a los aldeanos del pueblo del Risco Alto.

Aunque no habían pasado mucho tiempo con él, los mercenarios eran conscientes del temperamento de Rhode: era frío, cruel y despiadado.

Si podía matar a alguien delante de la Asociación de Mercenarios debido a un insulto, entonces nadie podía garantizar que esa escoria pudiera salirse con la suya.

De hecho, la mayoría de los mercenarios nunca habían visto a ese joven de buen humor.

Debido a eso, se podría decir que la mitad de su motivación provenía de la actitud de Rhode y la otra mitad de la recompensa.

Les importaba un bledo salvar a esa gente.

—Sr.

Rhode, esa pobre niña… Caminando al lado de Rhode, Lize continuaba dándose lavuelta para cuidar a la niña que luchaba por mantenerse en pie atrás.

Aunque la mayoría bajó su ritmo para hacerlo más fácil para ella, eran adultos, así que caminaban rápido.

Aunque la niña se esforzaba por seguirlos, debido a sus cortas piernas y su falta de energía, jadeó por todo el camino rocoso hasta el pueblo.

Pero aun así, nunca les pidió ayuda.

Había rechazado la ayuda de Lize muchas veces.

—Es una niña fuerte, pero,esto es demasiado cansado para ella.

Marlene miró a la niña con admiración en sus ojos.

Su punto de vista era diferente al de Lize.

Apreciaba mucho la voluntad de la niña.

A pesar de que sabía que le esperaba un camino difícil, decidió no depender de los demás.

Marlene mostró su respeto admirando sus esfuerzos y decidió no destruir la determinación de la niña.

—Parece estar interesada en el líder—dijo Anne estirando sus brazos detrás de la espalda.

No se equivocaba.

Entre la multitud, lo que más le importaba a la niña era Rhode.

Periódicamente miraba al joven sin ninguna razón.

Por supuesto, eso no le resultó extraño a nadie.

Además, Rhode era un hombre atractivo con hermosos rasgos femeninos.

Solo eso era razón suficiente para que la gente lo mirara fijamente.

Rhode lo sabía bien, pero no decía nada al respecto.

En ese momento, una voz angelical resonó tras los oídos de Rhode.

—Puedo sentir una oscura energía maligna desde el interior del cuerpo de la niña.

Por la mañana, cuando nadie miraba, Rhode invocó a Celia.

Puesto que el objetivo de la misión eran las criaturas no muertas, como enemigo natural de los ángeles, Celia mataría con gusto a esos viles seres.

Además, Rhode esperaba aprovechar la oportunidad para enseñarle una lección de humildad y humanidad a la escoria del pueblo del Risco Alto.

En cuanto a la repentina aparición de Celia, los mercenarios no se sorprendieron en absoluto.

Después de la batalla en el bosque Crepúsculo, sabían que su líder siempre tenía un ángel haciendo guardia a su lado, así que no se extrañaron.

—¿Energía maligna?

Marlene escuchó esas palabras inquietantes y frunció el ceño.

—¿Linaje?

¿O maldición?

—No estoy muy segura.

Pero parece que la niña no se ha dado cuenta.

Tal vez aún no ha despertado.

Celia habló con voz baja mientras miraba a la niña.

—Pero la energía es débil.

No debería haber ningún impacto negativo en los alrededores.

Anne se rascó la cabeza con curiosidad y preguntó frunciendo el ceño: —¿Es por eso que tiene una máscara?

Anne no creía que la niña fuese a hacer cosas malas.

—Mucha gente es así.

Lo desconocido causa miedo, lo cual es muy normal —dijo Marlene y continuó—, pero esto es demasiado.

Aunque tengamos en cuenta lo que dijo la Srta.

Celia, no podemos confirmar nada.

Solo podemos esperar hasta llegar al pueblo para investigar y averiguar qué es lo que realmente está pasando.

Mientras Marlene hablaba, el pueblo del Risco Alto finalmente apareció ante todos.

Era un pequeño pueblo situado dentro de una cordillera moderadamente profunda.

A primera vista, el pueblo no era diferente a los demás.

Una valla de madera rodeaba cientos de casitas con una corriente de agua clara que fluía de arriba hacia abajo haciendo que el molino girara lentamente con el flujo del agua.

Los niños jugaban felices, y los aldeanos cosechaban sus cultivos.

Era una escena próspera y armoniosa.

La mayoría de los mercenarios emitieron gruñidos desagradables.

—¡Todos ustedes, quietos!

Muy pronto, los mercenarios se detuvieron ante la milicia que vigilaba la entrada de la aldea.

Tenían armas en sus manos y miraban a todos con desdén.

—¿Ustedes son mercenarios?

—Así es.

Rhode se adelantó y asintió ligeramente.

—Recibimos una petición del dueño de la ciudad, Klautz, para deshacernos de las criaturas no muertas.

¿Hay algún problema?

—¡Deberían haber llegado antes!

¿Por qué llegaron tan tarde?

Mirando a Rhode, el capitán de la milicia que estaba en el frente, gruñó y sujetó su arma.

—¿Saben lo problemáticas que son esas criaturas no muertas?

¡Nos abrumaron!

Maldición, parece que los mercenarios son un montón de bastardos que solo trabajan por dinero.

Si no hubiesedinero de por medio, no nos ayudarían, ¿no?

¡Entren de una vez!

Voy a decir esto primero.

Este camino es una avenida comercial, así que será mejor que todos ustedes, bárbaros mercenarios, no me creen ningún problema.

Si no, cuando los cuarteles se involucren, verán las consecuencias.

Oyendo las amenazas del capitán de la milicia, uno de los mercenarios escupió fríamente.

El capitán inmediatamente abrió los ojos de par en par.

—¿Qué pasa?

¿Tienes alguna objeción?

Déjenme decirles, si no fuera por la situación actual, ni siquiera le pediríamos ayuda al oficial administrativo.

Todos ustedes deberían estar felices de estar aquí, así que, ¿de qué se quejan?

Será mejor que escuchen atentamente.

No creen problemas.

Hagan su trabajo y lárguense.

Si rompen algo o empiezan a hacer tonterías durante la misión, no nos culpen si nos quejamos al oficial administrativo.

Entonces, ¡solo podrán soñar con obtener su recompensa!

El capitán de la milicia, no se dio cuenta de que la mirada de Rhode se volvió fría como el hielo.

Entonces, el capitán desenvainó su espada y, como si estuviera examinando prisioneros, se acercó al grupo mercenario.

Cuando posó su mirada sobre la última chica en la parte de atrás, inmediatamente puso una cara horrible.

—¡Pequeña zorra!

¿Dónde te has estado escondiendo?

Gruñó y dio grandes pasos hacia adelante.

Viendo el terror que se acercaba, el cuerpo de la niña tembló instintivamente.

Sostuvo con firmeza su delgado palo de madera, y se quedó parada con las piernas temblorosas.

De repente, un brazo le impidió al capitán moverse un centímetro más.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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