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159: Capítulo 159: Batalla A La Medianoche 159: Capítulo 159: Batalla A La Medianoche Editor: Nyoi-Bo Studio Las corrientes de viento se escuchaban cada vez más fuerte.
El silbido del viento nocturno de repente se volvió más violento.
Desde adentro se podían oír unos vagos lamentos y la desgastada puerta no podía dejar de temblar por el fuerte viento.
—¡Activen los buffs!
—ordenó Rhode rápidamente, pero sus mercenarios se mostraron confundidos cuando escucharon esa orden desconocida.
Rhode se dio una palmada en la frente con impotencia y se corrigió—: Usen las pociones.
¡Las pociones!
¡Lize, prepárate!¡Marlene, protección!
Una vez que lo entendieron, los mercenarios sacaron hábilmente un tubo lleno de una sustancia roja y pegajosa de las bolsas en sus cinturones.
Volcaron la mezcla en sus armas y las agitaron.
Eso causó un fenómeno similar a la ruptura de la barrera del sonido, ya que su equipo inmediatamente comenzó a envolverse en una llama azul mágica.
Las llamas ardían hacia arriba, emitiendo un fuerte aura.
En ese momento, Lize levantó su báculo lentamente, haciendo que varios escudosmágicos cubrieran a los mercenarios.
Luego Marlene sujetó su báculo con fuerza y lo golpeó contra el suelo.
Casi de inmediato, aparecieron unas misteriosas runas que se expandieron rápidamente en un patrón circular, con el báculo de Marlene como epicentro.
Las runas formaron un conjunto de tres capas mágicas con las runas en la parte superior siendo casi invisibles a los ojos.
Rhode y Anne se pararon dentro del círculo, protegiendo a la asustada Christie.
Antes de la batalla, Rhode les dijo a los mercenarios que ese combate contra las criaturas no muertas sería una prueba para sus habilidades.
Como tal, solo intervendría cuando fuese necesario.
En cuanto a Marlene, Lize, Celia y Shauna, cada una de ellas sería responsable del ataque y la defensa de sus respectivas zonas.
Rhode eligió esa estrategiaadrede, ya que quería comprobar sus habilidades de mando y reacción.
De hecho, frente a la presión de los no muertos que se acercaban, las cuatro tuvieron diferentes estilos de mando.
Shauna, que era la más experimentada, fue la primera en completar la formación.
Usó la táctica más común; hizo que sus hombres formasen dos escuadrones, uno para la defensa mientras que el otro buscaría una oportunidad para atacar.
Creía que la forma más fiable de destruir al enemigo era manteniendo un equilibrio entre el ataque y la defensa.
La «táctica» de Celia se inclinó hacia la matanza en solitario.
Se puso delante del equipo como una diosa de la guerra, sujetando su espada con ambas manos.
Sus majestuosas alas blancas se extendían, dando una ilusión de superioridad y grandeza.
Su estilo de batalla era distinto.
Se encargaría de los monstruos de élite y dejaría que el resto se ocupara de las sobras.
En comparación con las dos veteranas endurecidas por la batalla, el método de lucha de Marlene era completamente diferente.
No eligió comandar al grupo ni participar en el frente de batalla.
Decidió usar la forma convencional de luchar de un mago; desde la retaguardia.
De esa forma, podría hacer uso de las primeras líneas para ganar tiempo y así poder cargar y lanzar grandes hechizos de área de efecto sin el acoso de los no muertos.
La actuación de Lize fue la más decepcionante de las tres.
No sabía cómo comandar mercenarios de manera eficiente, así que, finalmente, dio unas pocas órdenes simples y permitió que los mercenarios hicieran lo que consideraban conveniente.
Después, se unió a la retaguardia para lanzar buffs y sanarlos.
Lize no era tonta.
Ciertamente entendía que no podía comparar sus habilidades de batalla con las del resto, por lo tanto, trajo a sus hombres y se posicionó dentrodel círculo de defensa.
Su estrategia era usar a Marlene y Celia como escudos para protegerse y para tener más tiempo para dedicarse a las tareas de curación y defensa.
Aunque no tenía mucho talento para comandar, la doncella entendía muy bien su papel.
Reconoció que su deber no era destruir enemigos, sino quedarse en la zona defensiva.
Mientras que no atravesaransu lado, sería suficiente.
Podía dejar el resto a cargo de Celia, Marlene y el resto de los mercenarios.
Durante esa batalla los mercenarios estaban extrañamente serios.
Esa era su primera misión después de firmar el contrato.
Según la explicación de Rhode, su desempeño tendría un impacto directo en sus remuneraciones diarias futuras, lo que afectaría explícitamente su vida dentro del grupo mercenario.
En el pasado, nunca habían firmado un contrato, pero ahora que la presión sobre ellos era mayor, se habían decidido en secreto a tener un buen desempeño en la misión.
Si Rhode reconocía sus esfuerzos, entonces podrían considerarla un éxito.
En ese momento, finalmente aparecieron los no muertos.
Sus cuerpos traslúcidos, liberaban una ligera presencia espiritual, y las vacías cuencas de sus ojos estaban llenas de una oscuridad espeluznante.
Los espíritus que flotaban sobre el suelo abrieron sus enormes bocas mientras cargaban hacia delante gritando.
Extendían sus extremidades, tratando de agarrar todo lo que estaba frente a ellos.
Aunque los no muertos carecían de inteligencia básica, su odio hacia los vivos era suficiente para que los atacaran inconscientemente.
—¡Muerto malvado, regresa a la nada!
—gritó Celia y lanzó su espada larga hacia el alma muerta que la atacaba.
La espada que ardía en llamas sagradas cortó el cuerpo de los no muertos como un cuchillo caliente a la mantequilla.
Casi de inmediato, el fuego sagrado surgió y devoró a su presa.
No terminó ahí.
El fuego creció con furia mientras se propagaba como combustible en llamas.
Cuando la llama rozaba a un no muerto, casi instantáneamente lo envolvía en una bola de fuego.
Pronto, el campo de batalla del lado de Celia parecía una tormenta de llamas sagradas.
Los no muertos que fueron atrapados en la tormenta de fuego gritaban y retrocedían, usando sus frágiles miembros para golpear sus cuerpos en un intento de extinguir las llamas de color blanco plateado.
Sin embargo, Celia no les dio ninguna oportunidad para recuperarse.
Gritó mientras extendía sus alas, volando y cortando a través de la horda de no muertos, dejando un camino de luz sagrada a su paso.
En el otro lado, la batalla de Marlene era igual de emocionante.
—¡Aliya!
El canto de la doncella resonó con energía mágica, haciendo que trozos de partículas mágicas empezaran a fusionarse en las yemas de sus dedos.
Rayos de energía mágica salieron disparadosde sus dedos como una lluvia torrencial, atravesando con precisión a los no muertos que peleaban con los mercenarios.
Antes de que pudieran reaccionar, Marlene ya comenzaba a conjurar su próxima ola de hechizos.
Acarició la gema en su báculo y recitó unas cuantas órdenes mágicas, haciendo que las runas escondidas en el suelo se activaran repentinamente.
Se elevaron columnas de fuego de hasta 2 metros de altura que quemaron a los no muertos hasta hacerlos cenizas.
—¡Quédense dentro de la barrera mágica, no avancen!
Marlene frunció el ceño y detuvo a los mercenarios que intentaban salir a atacar.
Los obligó a regresar a la zona de defensa interior.
Al mismo tiempo, miró al hueco que había a un lado y frunció el ceño.
En un instante, fragmentos de hielo tomaron la forma de espadas y se dirigieron hacia los no muertos como un rayo intentando colarse por un lado.
Al otro lado, Marlene gritó a sus hombres para que vigilaran el frente.
—Presten atención a sus manos.
Tengancuidado.
¡No lo fuercen, tontos!
Mientras gritaba órdenes, Marlene esquivó el ataque de un no muerto.
Tomó una espada y la blandió horizontalmente.
La espada atravesó el cuerpo del no muerto con facilidad, forzándolo a gritar e intentar escapar.
Pero en ese momento, los otros mercenarios siguieron el ataque con sus propias espadas, atravesando su cuerpo.
El no muerto finalmente dejó de luchar.
Retorció su cuerpo y gritó con dolor y alivio mientras se convertía en cenizas.
«Todo está yendo bien».
Viendo la batalla, Rhode asintió con satisfacción.
Los mercenarios habían pasado por un cierto período de entrenamiento y también por la batalla en el bosque Crepúsculo, por lo que naturalmente se conocían más entre ellos.
Su trabajo en equipo parecía ser mucho más fluido que antes.
Incluso la defensa del equipo de Lize era tan sólida como una montaña.
A pesar de comprender sus limitaciones, eligió el método más efectivo que conocía para mostrar mejor su eficacia en el combate.
Se comprometió plenamente en la defensa de los mercenarios al mismo tiempo que debilitaba la ofensiva de los no muertos.
Además, con la ayuda periódica de Marlene y Celia, no tuvo muchos problemas.
Rhode estaba complacido con la batalla.
Acarició el cabello de Christie y al mismo tiempo observó la oscuridad a su alrededor.
Rhode confirmó que esa ola de no muertos era solo para probar su fuerza.
Si los enemigos se daban cuenta de que algo andaba mal, se retiraban inmediatamente.
Después de todo, el número de no muertos era limitado.
En el aviso del sistema, Rhode podía ver líneas y líneas de experiencia apareciendo y desapareciendo ante sus ojos.
Los no muertos daban poca EXP, solo más de diez, aunque, francamente, era mejor que nada.
Contó la cantidad en silencio.
«25… 27… 29… 30…¡Por ahí!» Justo cuando Rhode contaba hasta 35, los no muertos que atacaban ferozmente, de pronto se detuvieron y retrocedieron con rapidez, desapareciendo en la oscuridad en un abrir y cerrar de ojos.
De repente, el campo de batalla quedó en silencio.
Los mercenarios se miraron entre ellos.
«¿Qué pasó?» «¿Por qué huyeron los no muertos?» «¿Se dieron cuenta de que fracasaron?» «¿Qué está pasando?» —¡Prepárense, ahora llegan los problemas!
Rhode les recordó a sus desconcertados mercenarios que permanecieran en alerta, pero antes de que pudieran reaccionar, se oyó un grito.
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