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160: Capítulo 160: Una Opción 160: Capítulo 160: Una Opción Editor: Nyoi-Bo Studio —¡Aaahh!
Un repentino grito agudo hizo que los mercenarios entraran en pánico.
Rápidamente volvieron la cabeza para mirarse unos a otros, buscandoa la pobre alma que encontró su muerte.
Pero luegode un tiempo, para su sorpresa, los mercenarios descubrieron que ninguno de ellos había desaparecido.
Entonces, ¿de dónde salió ese grito?
Empezaron a inspeccionar sus alrededores con cautela.
Rhode frunció el ceño y dirigió su atención a las pequeñas residencias cercanas de los aldeanos.
Les servían de recordatorio que había otras personas alrededor.
El pueblo que antes había caído en la oscuridad y el silencio, había despertado repentinamente.
En la fría noche se podían escuchar vagamente una mezcla de llantos de dolor, gritos agudos, gruñidos de enojo y lamentos.
Eso confundió aún más a los mercenarios.
Miraron hacia Rhode, sin saber qué hacer a continuación.
En ese momento, incluso un idiota reconocería que los no muertos estaban atacando a los aldeanos.
«¿Qué debemos hacer?» Rhode solo se paró en el centro de la zona defensiva y observó el pueblo a su alrededor; su expresión estoica reveló que en realidad no le importaba lo que les pasaba a los aldeanos.
—Señor, esa gente… Después de un breve momento de silencio, Randolf finalmente no pudo soportarlo más y habló.
Pero antes de que pudiera completar su oración, Rhode hizo un gesto con su mano para interrumpirlo.
—Lo sé.
Déjalos en paz.
—¿Dejarlos en paz?
—El objetivo de los no muertos no es el pueblo, no te dejes engañar.
Y no olvides nuestra misión.
—Pero, esos aldeanos…—añadió Shauna con vacilación.
—Pase lo que pase, los aldeanos siguen siendo forasteros.
No quiero que mis hombres vuelvan como zombis sin vida.
Comparado con todos ustedes, sería mucho más fácil para mí cortarlos en pedazos a ellos.
La respuesta despreocupada de Rhode dejó pasmados a todos los mercenarios.
Quedaron boquiabiertos, pensando lo extraña que podía ser la actitud del líder de su grupo mercenario.
Por supuesto, la mayoría de la gente allí eran veteranos, así que pudieron entender lo que Rhode quería decir.
La«estrategia» de los no muertos era clara.
Después de darse cuenta de que no podían atravesar la defensa de los mercenarios, decidieron desviar su atención para obligarlos a desarmar su defensa, y una vez que los mercenarios se dispersaran, sería más fácil tratar con ellos.
Si Rhode enviara a algunos de sus hombres a comprobar la situación, quizá los no muertos ya estarían preparados para tenderles una emboscada.
Si fuese así, sería una gran pérdida para el equipo de Rhode.
Por otro lado, si Rhode utilizara a sus mejores mercenarios para ayudar a los aldeanos, su actual posición defensiva se vería comprometida.
En otras palabras, sin importar lo que eligiese, había una alta probabilidad de caer en la trampa del enemigo.
Esa táctica era comúnmente utilizada por los bandidos, especialmente cuando se requería que los mercenarios escoltaran comerciantes a través de rutas peligrosas.
Si los bandidos no eran capaces de penetrar sus defensas, entonces usarían medios más suciospara separar a los mercenarios, como mantener cautivos a los miembros de su familia.
Una vez que la línea defensiva se rompía, atacaban y eliminaban a los miembros más débiles.
Rhode estaba entre un 80 y 90% seguro de que sus enemigos vendrían por Christie.
La niña era demasiado débil para poder escapar mientras luchaban contra los no muertos.
Celia y Rhode eran los miembros más fuertes del grupo, y si él mismo entraba en batalla, no podría supervisar toda la operación.
En caso de emergencia, no tenía suficiente confianza en las otras tres doncellas para comandar a los mercenarios individualmente.
Sin embargo… Celia se dio la vuelta y le informó suavemente a Rhode: —Maestro, iré a ver.
No tiene que preocuparse por mí.
Después de escuchar la petición de Celia, Rhode se quedó en silencio por un momento.
Después, tocó el hombro de Anne, indicándole que protegiera a Christie.
Salió del círculo hacia el lado de Celia y sacó la espada de su cintura.
La expresión de Rhode se volvió solemne y dijo: —Tienes cinco minutos.
Luego dijo en voz baja: —Si no regresas en cinco minutos, te invocaré de nuevo por la fuerza.
—Sí, maestro—respondió Celia suavemente extendiendo sus alas con rapidez, y volando hacia el cielo nocturno.
—Sr.
Rhode.
Mirando a la doncella ángel que se fue volando, Marlene estaba un poco insegura.
—¿Estará bien la Srta.
Celia sola?
¿Qué tal si encuentra un gran problema?
—Solo la envié para comprobar la situación, no para que resuelva el problema.
—Pero…—dijo Lize tímidamente—.
Nuestra misión es proteger al pueblo… —No, Lize —dijo Rhode agitando la cabeza suavemente—.
Nuestra misión es deshacernos de las criaturas no muertas.
No te equivoques.
Proteger al pueblo no es nuestra obligación.
Estrictamente hablando, si viven o mueren no es mi problema, y si los rescato o no, dependerá de mi estado de ánimo.
Por desgracia, por ahora, no estoy de humor para hacerlo.
—Lo que quiere decir es que no vale la pena proteger a los malos de este pueblo —refunfuñó Anne mientras movía su puño—.
De todos modos, incluso si los rescatamos, se nos pondrían en contra para culparnos.
Después de todo, esta gente no entiende lo que es la gratitud, ¡así que es mejor que se mueran!
—Bien, este no es el problema por el que todos ustedes deberían preocuparse.
Como si hubiese detectado algo, Rhode preparó su mano y una espada carmesí cortó una brillante luz en el aire.
—Tenemos compañía, otra vez.
Junto con las palabras de Rhode, unos gruñidos graves sonaron en la oscuridad.
Docenas de figuras oscuras se pararon en los techo de las casas que rodeaban la plaza.
Tenían lapiel arrugada, los ojos sin vida, y se aferraban a sus armas rotas.Se podían ver algunos huesos en sus cuerpos en descomposición, que largaban un olor pútrido.
Rhode levantó su espada y ordenó: —Todos, prepárense para llevar a cabo nuestra segunda estrategia.
En ese momento, acompañados por unos gruñidos monstruosos, los ghouls saltaron hacia ellos.
— Celia desplegó sus majestuosas alas y voló por el cielo nocturno.
Usando la brillantez de su aura, rápidamente descubrió la fuente del caos.
Frente a una pequeña casa, había muchos aldeanos desmayados en un charco de sangre, y a su lado había milicias temblorosas agarradas a sus antorchas de fuego como si fueran su última cuerda de salvamento.
—¿Qué pasó?
—preguntó la doncella ángel aterrizando con gracia.
—¡Esos malditos no muertos!
¡Atacaron a Beck e incluso capturaron a su hijo!
Una de las milicias agitó su antorcha con enojo.
Debido a que los ángeles eran muy apreciados, no la regañó directamente, aun así mostró un fuerte descontento en su voz y su expresión.
—¿Qué hacen esos mercenarios?¿No están aquí para protegernos?
—Es verdad, es verdad.
¿Qué diablos está pasando?
—¡Mi hijo!
¡Mi hijo!
Muchos gritos de terror e incertidumbre inundaron el pueblo.
Ante la caótica situación, Celia no hizo muchos comentarios.
Inspeccionó brevemente los alrededores, y como si hubiese sentido algo, empezó a fruncir un poco el ceño.
Celia rápidamente dio una orden a la multitud.
—Corran inmediatamente.
Ahora.
Dense prisa.
—¿Por qué deberíamos hacerte caso?
¡Vamos a encontrar a ese niño porque sabemos que está vivo!
No estoy seguro de lo que esos malditos no muertos le harán.
Si no vamos… Antes de que la milicia terminara de hablar, Celia abrió los ojos de par en par y blandió su espada hacia adelante con su mano derecha.
Las desbordantes llamas sagradas comenzaron a surgir en todas direcciones, con Celia como núcleo.
Ese cambio repentino sorprendió a todos los aldeanos que gritaron y levantaron las manos en el aire, tratando de defenderse de las llamas sagradas.
Pero las llamas plateadas no les causaron ningún daño.
En vez de eso, el fuego se sentía como un viento suave que soplaba entre sus cuerpos.
Al mismo tiempo, el espíritu no muerto escondido en la oscuridad gritó y reveló su posición.
Rápidamente se alejó volando para evitar la llama plateada, y al mismo tiempo, gruñó enfadado.
Celia miró fríamente a los no muertos que tenía delante.
Los aldeanos también estaban atónitos y miraban fijamente a los no muertos que, sin saberlo, aparecieron a su lado.
Sus mentes quedaron en blanco, sin saber qué hacer.
—Ah… ah… ah… En ese momento, se escuchó una voz grave y siniestra.
—Ya he fijado la posición de mi presa… pero para mi sorpresa…¿un ángel?
Es una gran cosecha.
Tu alma debe ser muy hermosa.
¡Mi amo definitivamente me dará una enorme recompensa!
—¿Así que tú eres el depravado adorador del diablo?
Celia levantó su espada y replegó sus alas.
Observó atentamente los alrededores, pero la voz de repente se rio, como si pensara que era una pregunta estúpida.
—No soy un depravado, Srta.
Ángel.
Ustedes los ángeles nunca entenderán a los humanos… pero eso no es extraño.
Nosotros los humanos tenemos nuestros pensamientos y objetivos.
No creo que eso sea «depravado».
Tal vez debería decirlo de esta manera.
Esta es mi batalla por esperanza.
Por eso, no me importa usar mi alma como una transacción para la persona que es más importante que mi propia alma.
Creo, Srta.
Ángel, que no entendería lo que pienso.
—No tengo intención de entender —contestó Celia fríamente—.
Además, bajo el brillo del Alma del Dragón, no importa qué ambiciones tengas tú o tu amo; al final, todo quedará en la nada, porque no se supone que esas cosas deban estar en este mundo.
—Bien dicho.
Pero no me afecta en lo más mínimo.
La voz se detuvo antes de continuar con un tono sarcástico.
—Pero ya que estás aquí, entonces podemos dejarnos de charlas… Tengo un trabajo que hacer.
En cuanto a estos niños… le servirán, así que es mejor que no te vayas, ¿de acuerdo, Srta.
Ángel?
Si no, hoy será el fin para esta gente inocente.
Entonces, ¿a cuántas de estas personas puedes salvar?
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