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163: Capítulo 163: Demonio de Sombras 163: Capítulo 163: Demonio de Sombras Editor: Nyoi-Bo Studio ¡¡¡…!!!
Christie empezó a respirar intensamente.
Su pecho se encogía mientras agarraba su capa con fuerza, pero no podía soportar la energía negra que salía de la grieta.
No era el simple aire frío de la bodega, sino una sensación que helaba los huesos.
Aunque el masivo escudo dorado bloqueaba su visión frontal, le pareció que vio a la sombra de la muerte estirándose hacia ella.
El grito inaudible que oía se hizo más y más alto; obviamente cargaba rencor e intenciones malignas hacia la chica.
Su cuerpo empezó a temblar descontroladamente.
De forma inconsciente, retrocedió un par de pasos hasta que Anne la sujetó por el hombro.
Christie levantó la cabeza con incertidumbre en los ojos.
En la cara de Anna solo podía ver su insolente sonrisa y hermosos ojos.
—No te preocupes.
Con el líder aquí, todo estará bien.
Estas cosas no pueden compararse con lo que el líder puede lograr —Anne sonrió ydespeinó a Christie.
Y en este momento, una sombra de 3 metros llegó a la plaza.
—¡Es el Demonio de Sombras!
¡Todos, sepárense!
¡Lize, Marlene, llamen su atención!
¡Los demás, ocúpense de los ghouls y los no muertos!
¡No olviden sus pócimas!
—Cuando vio al Demonio de Sombras, la expresión de Rhode ensombreció pero igual dio órdenes de inmediato.
Los mercenarios se separaron rápidamente y bebieron sus pociones.
Después de un instante, una barrera de viento apareció a sus lados.
Lize lanzó otra vez el escudo sagrado sobre los mercenarios, formando una suave luz.
En cuanto a Marlene, cambió de posición rápidamente.
Blandió su báculo, formando una onda en el aire.
Luego la onda se solidificó gradualmente en el aire y se condensó en un escudo de magia.
Marlene gritó con fuerza, haciendo que las runas en el piso explotaran con fuego de nuevo.
Pero contrario a las expectativas de Marlene, el Demonios de Sombras no se retiró como los no muertos al ver sus hechizos.
En cambio, se paró erguido y extendió la mano derecha, golpeando hacia abajo.
Las largas y negras garras del Demonio de Sombras se extendieron hacia afuera de repente, atravesando las columnas de fuego y atacando a Marlene.
Si fuera la Marlene novata que había entrado al grupo de mercenarios hace poco, habría visto a la muerte obedientemente.
Por fortuna, después de las largas horas de entrenamiento, ya no era la novata que se asustaba cuando se acercaba un ataque.
La doncella esquivó las garras y golpearon el suelo, dejando un profundo cráter.
—No uses hechizos elementales de fuego; ¡esta cosa es inmune al fuego!
—le dijo Rhode a Marlene mientras se ponía en frente de ella y defendía.
Aunque mantenía su expresión calmada, la aparición del Demonio de Sombras hizo que Rhode se sobresaltara un poco.
El Demonio de Sombras no se podía comparar con estos insignificantes no muertos; nacía en el segundo piso del infierno y le pertenecía al emisario del diablo.
Estos Demonio de Sombras eran extremadamente fuertes en la superficie terrestre, aunque no tanto en el infierno.
Como nacían en las llamas del infierno, naturalmente, su resistencia al fuego era anormalmente alta.
—Usen hechizos elementales de agua.
Pongan distancia entre él y ustedes.
Tiene unas garras peligrosas que pueden extenderse.
No peleen con él de frente.
—¡Sí, Sr.
Rhode!
—Al escucharla advertencia de Rhode, Marlene asintió con la cabeza y dio dos pasos atrás.
Para un mago, mantener la distancia del enemigo era algo fundamental.
Justo ahora, sabía que no estaba lo suficientemente lejos del Demonio de Sombras.
—¡Celia!
—Después de informar a Marlene, Rhode alzósu espada de inmediato y apuntó adelante.
La angelical doncella estiró las alas rápidamente y giró, convirtiéndose en un deslumbrante meteoro que volaba hacia su objetivo.
—¡Demonios!
¿¡Qué rayos!?
—El hombre de túnica negra estabafurioso.
Ya había cometido bastanteserrores hoy.
Desde el comienzo, todos sus planes habían sido frustrados uno a uno.
Los mercenarios de Rhode no paraban de superar sus expectativas y, cuando pensó que tenía suficiente poder, el ángel de combate esquivó su ataque mortal usando alguna anormal habilidad de movimiento.
Sin importar lo que fuera, asumió que para haber esquivado su ataque, el ángel debía haber utilizado mucha energía.
Aunque no sabía cómo había podido escapar, al menos el daño que le infligió no había sido en vano.
Los sueños son hermosos, pero la realidad es cruel.
La dura realidad es como una bofetada en la cara.
La valerosa figura de Celia se convirtió en un torbellino y se estrelló contra él una vez…
dos veces…
tres veces…
El hombre de túnica negra deseaba fuertemente voltear al cielo y gritar por la injusticia.
No sabía si reír o llorar.
¡Oh, Espíritus Santos, deben estar bromeando!
Desde cierta perspectiva, en realidad tenía razón.
Efectivamente, antes Celia fue herida mortalmente por la garra del Demonio de Sombras.
Pero Rhode, que siempre mantuvo contacto con ella, solo la retiró y la volvió a invocar…
A pesar de ser seres vivos, los espíritus invocados eran distintos de los espíritus contratados.
Los segundos vivían en otros planos existenciales.
Un hechizo de contrato de un mago solo abría un pasadizo y sacaba al espíritu contratado para que lo ayudar a pelear.
Pero los espíritus invocados eran totalmente distintos.
Fundamentalmente, un espíritu invocado era solo una carta.
Tomemos a Celia como ejemplo.
Su defensa es 7, así que si un monstruo con un poder de ataque de 8 la golpeara, según el sistema, la defensa de Celia se reduciría hasta -1.
Esto la obligaría a volver a su forma de carta, y estaría herida.
Sin embargo, si el enemigo atacaba con un poder 7 o menos, siempre que el punto de defensa de Celia no cayera en los negativos, Rhode podía simplemente retirarla e invocarla de nuevo, devolviéndole sus estadísticas originales.
El incidente con el Demonio de Sombras era lo mismo.
Celia no fue asesinada instantáneamente, así que cuando fue invocada otra vez no necesitó tiempo para recuperarse de sus heridas.
Por lo tanto, la doncella angelical estaba llena de vigor otra vez y atacó sin piedad.
El pobre hombre de túnica negra, por desgracia, no sabía esto.
Solo pudo llorar cuando vio la grácil figura en el cielo nocturno, ilesa.
Sabía que ya había perdido; mucho, de hecho.
Desde el comienzo había sido como un apostador que se metía en un negocio desconocido.
Ya había perdido mucho dinero, pero no quería rendirse.
De todas formas, era una lástima que ya hubiera perdido el derecho de arrepentirse.
Todo lo que podía hacer era apretar los dientes e ir con todo.
—¡Demonios!
¡Maldita sea!
—El hombre de negro gruñó con fuerza.
Sabíaque todo había terminado.
Incluso si retiraba a todas sus criaturas no muertas, sería imposible que recuperara sus pérdidas.
El Demonio de Sombras era una recompensa que había recibido después de servir a su maestro por 20 años.
Solo podía invocarlo una vez.
Si no hubiera sido por la tentación de capturar al ángel, no lo habría invocado en lo absoluto.
—No…
No es el fin…
Todo su cuerpo tembló del miedo cuando imaginó cómo iba a castigarlo su maestro demonio después de que le diera las noticias.
Era una rata arrinconada y, como ese era el caso…
Al pensar en esto, alzó la cabeza y vio a la chica protegida por Anne, ubicada en la plaza lejana.
—¡Christie…
ven a mi lado!
—gritó el hombreferozmente.
Luego estiró las dos manos y conjuró dos llamas oscuras en sus palmas.
En un abrir y cerrar de ojos, el fuego creció y lo envolvió hasta que ni si quiera su cuerpo pudo verse.
Mientras tanto, la situación no había cambiado mucho incluso después de que apareciera el Demonio de Sombras.
Como Celia tenía la superioridad aérea en el cielo nocturno, el ángel en perfectas condiciones mantuvo a raya al Demonio de Sombras.
Este le aulló con ira a la figura que volaba frente a él e intentó golpearla agitando los brazos.
Esta vez Celia estaba bien preparada.
Aleteó con calma y esquivó el ataque.
Justo cuando el Demonio de Sombras falló su arremetida, el eco del viento les abrió camino a decenas de espadas gélidas que volaron hacia él.
El demonio aulló y extendió sus manos al frente.
Instantáneamente, una sombra neblinosa salió de sus manos y las frías espadas se derritieron hasta convertirse en nada.
Aunque el ataque de Marlene no había herido al Demonio de Sombras, sí había logrado ralentizar sus movimientos.
Y en este momento, Lize atacó.
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