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92: Capítulo 92: La Melancolía De Anne Georgia 92: Capítulo 92: La Melancolía De Anne Georgia Editor: Nyoi-Bo Studio Después de derrotar a algunos esqueletos gigantes, el grupo avanzó aún más lento.

En la reunión, Rhode les había advertido que iban a contrarreloj y tenían que apurarse, así que asumieron que estarían corriendo por todos lados derrotando un enemigo tras otro.

Pero ese no era el caso.

Todo el grupo se movía tan lento como una tortuga.

Cuando daban tres pasos hacia adelante, daban dos hacia atrás.

Era increíblemente lento, incluso más que trotar a paso lento en el bosque.

Pero cuando se encontraban con un enemigo, Rhode de repente aceleraba y lo mataba como un relámpago, terminando la batalla unos treinta segundos antes de esconderse rápidamente y repetir el proceso con el siguiente enemigo.

Honestamente, este tipo de tácticas no convencionales no calaban muy bien en algunos del grupo.

Hasta se podía decir que era embarazoso.

—Pfff —la medio elfa resopló con desdén cuando vio a Rhode detenerse en seco para escabullirse como un criminal.

—Solo mira a ese tipo arrastrándose por ahí.

Qué poco impresionante.

Obviamente, el líder es mucho más honorable que él.

—Anne cree que no dices más que tonterías —Por supuesto, Anne teníauna opinión distinta—.

Si no fuera por el líder de Anne, con tusincompetentes habilidades, sería imposible que derrotaras a estos esqueletos gigantes.

—Pfff.

No es como si hubiera seguido este estúpido plan de venir aquí en primer lugar —A lamedio elfa no pudo importarle menos la respuesta de Anne—.

Si nuestrolíder estuviera a cargo del grupo, ya habríamos salido de aquí.

—Como piensas así, no tienes que seguir a Anne y los demás —Anne frunció los labios, sus ojos eran fríos—.

Solo sabes cómo mover la lengua.

Si ustedes tuvieran la habilidad para escapar solos, su líder no habría decidido seguir al mío.

—Deja de bromear.

Nuestro líder solo lo está siguiendo porque ustedes atendieron nuestro llamado de auxilio.

No somos unos mocosos malagradecidos —Lamedio elfa se volteó bufando, negándose a hablar más.

Miraba fijamente al oscuro y escalofriante valle que le provocaba escalofríos pero, aun así, se negaba a ver a la persona que estaba a su lado.

—Pfff…

—Pero Anne no quería parar.

Vio a la mediaelfa y respiró hondo—.

Así que, pororgullo, abandonarías tu vida.

Qué tontería.

En serio merecían estar atrapados aquí.

—¡¡Tú!!

Esa frase de alguna forma hizo que la medio elfa estallara.

No pudo mantener más la calma y vio iracunda a Anne.

Esta, sin embargo, no se echó para atrás y le devolvió el favor.

Anne mantuvo una sonrisa en el rostro, pero la medio elfa pensó que era aterradora.

Sentía que su cara se puso fría, como si lo que la estaba viendo no era humano, sino una peligrosa bestia.

De repente, el rostro se transformó en el de un feroz monstruo con afilados dientes.

La medio elfa agarró su daga por instinto, pero afortunadamente, su cerebro le dijo que no era inteligente moverse ahora.

—¿¡Qué están haciendo!?

—La voz de Marlene rompió la tensa atmósfera.

Dejó de caminar y se volteóhacia las dos chicas que la seguían.

De alguna forma Marlene actuaba como la vicelíder del grupo mercenario.

Se ocupaba de los asuntos que Rhode no podía darse el lujo de atender.

Mientras que Lize y el viejo Walker también eran miembros superiores del grupo, uno de ellos no se atrevía a encargarse, y el otro no tenía la paciencia para manejar el grupo.

Como Marlene había visto la atmósfera hostil que había entre las dos chicas, no podía quedarse sin hacer nada.

Marlene dirigió su mirada a los mercenarios que estaban a su lado, quienes actuaron como si nada hubiera pasado.

Efectivamente, la mejor decisión era que no metieran las narices donde no debían, ya que al final, los dos grupos andaban por un camino distinto.

—Hermana Marlene, ella…

—Ahora estamos en una situación peligrosa —Marlene interrumpió a Anne.

Aunque no era precisamente cercanacon ella, pudo comprender más o menos el peculiar razonamiento de Anne.

Normalmente, cuando la gente normal interactúa, es porque tienen algo en común o porque sus personalidades coinciden.

Incluso cuando no se llevan bien, al menos intentan mantener una relación razonablemente pasiva.

Marlene es un buen ejemplo.

Incluso si tuviera en frente a un hombre tan feo como un cerdo, si fuera su amigo o familiar, le mostraría una educada sonrisa.

Así era como la gente madura conversaba entre sí.

Pero Anne era totalmente diferente.

No le importaba que sus acciones le trajeran algún beneficio o no.

Solo escogía a sus amigos por instinto…

como un animal.

Para poner un ejemplo lindo, era como un cachorro.

Le movía la cola a alguien si le caía bien, incluso si él o ella no le daba comida.

Por otro lado, le ladraba a los que le caían mal incluso si era el dueño que le daba comida todos los días.

Qué dolor de cabeza…

Esa era la razón por la que Marlene no se molestaba en persuadirlas a ambas para que dejaran de pelear, porque no tenía sentido.

Además, ahora estaba más preocupada por otras cosas más importantes…

—Les guste o no, ya llegamos muy lejos y no hay vuelta atrás.

Tenemos que seguir avanzando, así que espero que ambas puedan concentrarse en esto.

Sin decir más nada, Marlene se volteó y siguió caminando.

El disgusto que había en el rostro de la medio elfa era evidente, pero igual decidió callarse porque estaba lidiando con una maga.

En este continente, los magos eran un grupo peligroso al que no se debía provocar.

En lugar de arriesgarse innecesariamente, era mejor que hiciera silencio.

Rhode no se percató del pequeño conflicto.

Justo ahora estaba ocupado escondiéndose detrás de una roca, estudiando el área con una expresión sombría.

Ya habían pasado cinco horas matando esqueletos gigantes uno a uno, y el cielo seguía oscuro.

No había diferencia entre día y noche en la frontera de los países de la oscuridad y la luz, como si toda la región estuviera casi en una oscuridad perpetua.

Pero no era eso por lo que Rhode fruncía el ceño.

En este instante, quedaban dos esqueletos gigantes que se encontraban bastante cerca uno del otro.

Antes, Rhode había podido atraer exitosamente a un esqueleto gigante a la vez porque estaban separados, pero estos dos no.

Como guardianes, uno estaba a la izquierda y el otro a la derecha, de espaldas al otro.

Aunque los dos esqueletos sí se movían un poco de su posición, no se separaban lo suficiente como para que Rhode usara la misma táctica de antes.

Esto era complicado.

Aunque el grupo ya sabía luchar bastante bien contra esqueletos gigantes, enfrentarse a dos a la vez era un escenario completamente distinto.

Si eran solo dos esqueletos gigantes, entonces tal vez todavía era posible.

Con Marlene en la retaguardia usando su poderosa habilidad mágica para ayudarlo a él y a Celia, podía verse a sí mismo derribando a un esqueleto.

Luego Sereck podía encargarse del otro y todo sería perfecto, pero…

Desafortunadamente, la realidad no era tan simple.

Rhode sabía lo que estaba detrás de ese valle…

El Caballero de la Muerte.

Estaba seguro de que si Marlene lanzaba un hechizo mágico a esta distancia, el Caballero de la Muerte lo detectaría al instante.

Los no muertos de alto nivel eran excepcionalmente sensibles a los disparos de energía mágica, por lo que incluso si usaban Silencio, sería imposible no ser detectados.

Considerando las anteriores batallas con un solo esqueleto gigante, Rhode sabía que el grupo no podría derrotar a esos dos antes de que llegara el Caballero de la Muerte.

Además, incluso si los vencieran a tiempo, igual tenían que enfrentarse al Caballero de la Muerte justo después, sin descansar.

Francamente, Rhode se mostraba muy reacio a enfrentar directamente al Caballero de la Muerte.

Aunque era de menor nivel que Sereck, apenas era una diferencia de cinco o seis niveles.

Era una brecha simplemente nula cuando la batalla era una entre humanos y no muertos.

Por ejemplo, incluso si un cuchillo era incrustado en el torso del Caballero de la Muerte, no ocurriría mucho.

¿Pero qué pasaría si Sereck era el apuñalado?

Sería mejor que escribiera rápidamente sus últimas palabras para la mujer que había amado toda su vida.

El plan original de Rhode era que Sereck atrajera la atención del Caballero de la Muerte mientras los demás escapaban.

Luego Sereck y él huirían rápidamente después de que todos hubieran escapado de la Meseta Silenciosa a salvo.

Cuando salieran del área, el Caballero de la Muerte no podría seguirlos.

Este método era mucho más seguro que intentar derrotar al caballero.

Pero sin importar cuánto lo intentara, sabía que su plan iba a fracasar.

Si el caballero los perseguía a ellos, a juzgar por el terreno, el nuevo plan se llamaría «un hombre derrotar a un ejército de mil hombres», y ese «un hombre» sería el Caballero de la Muerte.

Ahora estaban en un valle angosto, lo que quería decir que el Caballero de la Muerte obstruiría por completo su camino si venía para acá.

Pero Rhode no tenía más opción.

No podía avanzar por la fuerza, pero también era imposible que regresara.

¿Qué hacer?

No era como si no hubiera una salida.

Después de derrotar a los esqueletos gigantes, todo lo que tenía que hacer era usar un cebo para atraer al Caballero de la Muerte, y así lograr que el resto escapara.

Siempre que esa persona pudiera aguantar, Rhode y Sereck volverían de inmediato y lucharían juntos contra el Caballero de la Muerte.

En ese punto, todo habría salido de acuerdo al plan.

¿Pero quién podrá hacerlo?

Rhode se volteó y miró al grupo.

Marlene y Lize eran hechiceras, así que pedirles que fueran carnada era lo mismo que enviarlas a morir.

Sereck era el más fuerte, así que su papel era ocuparse de uno de los esqueletos gigantes.

Incluso así, era difícil saber si podría derrotar al esqueleto antes de que el Caballero de la Muerte llegara.

En las batallas anteriores, Rhode y Celia le habían ayudado a desviar la atención del monstruo y luego él daba el golpe final, pero ahora no tendría a nadie que lo ayudara, así que tenía que arreglárselas solo.

¿El viejo Walker?

¿Kudla y sus mercenarios?

Qué chiste.

Estos tipos ni siquiera pueden bloquear a un no muerto ordinario.

Pedirles que tanquearan al Caballero de la Muerte era enviarlos a morir.

Además, el objetivo de Rhode era sacarlos de aquí a salvo.

Si morían aquí, ¿por qué se habría molestado en venir aquí en primer lugar?

Luego…

Rhode guardó silencio por un momento, luego agitó la mano a la retaguardia.

—Anne, ven aquí.

—Líder, ¿cuál es el problema?

—Al escuchar su llamada, Anne corrióhacia él de inmediato.

Sus dos pequeños y brillantes ojos se concentraban solo en él.

Lo único que faltaba ahora era una cola agitándose detrás de ella.

Oh, de verdad se parece a un…

—Tengo un plan —dijo Rhode acercándose a Anne.

Luego se agachó y lesusurró.

Después de un rato, alzó la cabeza y la vio seriamente—.

¿Entiendes la gravedad de lo que acabo de decir?

¿Estás dispuesta aasumir este deber?

—¡Por supuesto!

—Anne no vaciló yasintió rápidamente—.

Haré cualquier cosa que el líder mepida.

Si fuera lo de siempre, Rhode no se habría molestado en decir más nada, pero esta vez, tal vez por la gravedad de la situación, frunció el ceño y dijo: —El Caballero de la Muerte es más o menos de nivel 35.

Tiene una fuerza parecida a la de un comandante.

Si crees que es demasiado para ti, por favor dímelo ahora y no te encargaré este riesgo.

Si es demasiado pero igual insistes en ir, el riesgo será aún mayor.

—Entiendo, líder —Anne asintió—, pero creoqueesta es la razón por la que estoy aquí.

Porque confío en mí misma.

… Viendo sus ojos claros, Rhode hizo silencio.

Estudió a la chica un rato pero igual no pudo entender de dónde sacaba esa confianza.

Rhode no era bueno en psicología femenina.

Además, solo había interactuado con ella un par de días.

Pero daba igual, no era razón suficiente para mandarla a su muerte.

En el juego, si el tanque del grupo moría, que así fuera.

Podían revivir fácilmente más tarde e intentarlo de nuevo.

En este continente, todo había cambiado.

No había segundas oportunidades.

Rhode no quería decirle que fuera, pero ahora parecía que no había más opción.

Mientras tanto, Lize y Marlene los observaban silenciosamente a los dos desde lejos.

Se sentían incómodas porque no sabían qué estaba susurrando Rhode.

Pero como no había atacado, sabían que le había hecho algunos cambios al plan.

—Terminaré tan pronto como sea posible.

Pero antes de eso, tienes que aguantar—Rhodele dio una palmada en el hombro a Anne.

Ante la posibilidad de morir, la chica reveló su habitual sonrisa enérgica.

—No te preocupes, líder.

Estaré bien.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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