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98: Capítulo 98: Señal De Caos 98: Capítulo 98: Señal De Caos Editor: Nyoi-Bo Studio Cuando llegaron de nuevo a Ciudad Piedra Profunda, Kudla y sus subordinados sintieron que habían sido aislados del mundo por años.

Cuando se acurrucaron en la estrecha cueva de la Meseta Silenciosa, ninguno habría imaginado que vería esta familiar escena otra vez.

Algunos de los mercenarios que sobrevivieron empezaron a llorar, sollozando echados en el suelo.

Kudla solo se durmió un rato, pero luego se sintió frustrado y deprimido.

En el camino de regreso, dos o tres subordinados habían hablado con él en privado porque estaban intentando salirse del grupo mercenario y abandonar la profesión.

Era algo que ocurría a menudo en uno de estos grupos.

Los mercenarios seguía siendo humanos.

Si se enfrentaban regularmente a situaciones mortales, naturalmente algunos temerían por su futuro.

Esta vez habían tenido suerte porque los refuerzos de la Asociación de Mercenarios habían llegado a tiempo.

Pero, ¿y la próxima vez?

¿Y la siguiente a esa?

No era sorpresa que sucumbieran al miedo.

Aunque Kudla intentó varias cosas para hacer que se quedaran, ya no parecía funcionar.

Lo que le preocupaba era la cantidad de mercenarios que había en el grupo.

Disminuía más rápido que la tasa de recuperación.

Después de este incidente, algunos decidieron irse.

Esto quería decir que solo quedaban tres o cuatro personas.

Sin mencionar que Kudla también descubrió que incluso entre esa gente, había algunos que pensaban en renunciar.

El problema al que se enfrentaba Kudla no era solo la falta de miembros en el grupo mercenario, sino que el equipo entero pudiera seguir existiendo o no.

Desafortunadamente, por ahora no tenía ninguna forma práctica de detener todo esto.

—Vaya…

Kudla suspiró y levantó la cabeza, observando a Rhode y Marlene discutir algo en privado.

Sus ojos miraban al carruaje donde estaba descansando la chica media bestia.

Pensando hasta aquí, Kudla no pudo evitar mirar a la media elfa que estaba detrás de él.

Esta vez estaba muy claro de Rhode y de la habilidad de su grupo mercenario.

Aunque la cantidad de miembros era un poco limitada, según la experiencia de Kudla, el poder que mostraban estas personas bajo las órdenes de Rhode podía competir con dos grupos mercenarios armados hasta los dientes.

Kudla, quien al comienzo había estado insatisfecho, ahora lo había empezado a admirar.

Y aunque seguía preguntándose por qué Rhode tenía tanta experiencia y era un líder tan hábil, al menos sabía que el joven era poderoso.

Si estuvieran como antes, tendría esperanzas de poder conversar con Rhode para que les permitiera a sus mercenarios derrotados unirse al grupo.

Pero ahora, incluso ese último rastro de esperanza se había quebrantado, y debido al asunto con Anne, la atmósfera entre ellos había llegado al punto de congelación.

En el camino de regreso, era obvio que Rhode los ignoraba, como si no existieran.

Esa chica maga era aún peor, ya que les lanzaba miradas a él y a sus subordinados.

Cualquiera podía ver que estaba muy ofendida, e incluso aquella gentil clérigo se comportaba fría con ellos.

Kudla había solicitado una conversación varias veces, pero fue educadamente regañado.

Lo que lo preocupaba más no eran Rhode y su grupo, sino Sereck y los otros clérigos de la Asociación de Mercenarios, quienes estaban considerablemente disgustados con ellos.

Uno debe entender que la Asociación de Mercenarios era una organización esencial para ellos.

Si entraban en la lista negra, su futuro sería miserable.

Pensándolo cuidadosamente, esta era otra razón por la que intentaban renunciar.

—Líder Kudla —Cuando Kudla suspiró, Sereck se acercó a él con expresión seria—, Rhode y yo regresaremos a la Asociación de Mercenarios ya que la misión ha sido completada y todos ustedes han vuelto a salvo.

Ahora todos pueden ir a descansar, pero espero recibir un informe detallado mañana en la mañana.

No creo que sea difícil para usted.

—¡Sí, Sr.

Sereck!

—respondió Kudla nerviosamente.

Al escuchar su respuesta, la expresión del maestro espadachín se ablandó.

Luego miró a los que estaban detrás de Kudla y sonrió irónicamente mientras movía la cabeza.

—Ustedes también han sufrido una gran pérdida esta vez.

Olvídalo, no diré nada más, pero Sr.

Kudla, espero que pueda controlar a sus propios mercenarios.

Después de todo, en la Asociación de Mercenarios nos esforzamos mucho para encontrar a alguien que los ayudara, pero ahora la relación entre el rescatado y el rescatador…

hizo que la Asociación se pusiera incómoda.

Francamente, Sr.

Kudla, espero ver su sinceridad.

Creo que es algo necesario para un grupo mercenario.

—Sí, señor.

Entiendo lo que quiere decir.

¡Definitivamente me ocuparé de este problema!

—Kudla naturalmente entendía que Sereck estaba disgustado y le respondió de una vez.

Después de aceptar sus palabras, Sereck asintió satisfecho y se volteó para irse.

Mientras tanto, al otro lado, Rhode terminaba de hablar con Marlene.

Según el proceso, después de que completaran la misión, todos debían volver a la Asociación de Mercenarios para aceptar las recompensas del presidente.

Pero como Anne seguía durmiendo, Lize se quería quedar con ella.

Además, a Marlene no le importaba la gloria de un mercenario, por lo que tampoco le interesaba la recompensa.

Por alguna razón, el viejo Walker aparentemente tampoco pensaba ir a la Asociación para aceptar las recompensas.

En su caso, era mejor que descansara.

Por eso Rhode les había permitido que fueran a recuperarse y siguió a Sereck él solo.

En cuanto a Celia, cuando se fueron de la Meseta Silenciosa, Rhode la retiró y les dijo a los demás que se había ido después de completar la misión.

No era porque ese espíritu de invocación tuviera un límite de tiempo, sino porque el poder del alma de Rhode no era suficiente para mantener su manifestación de forma permanente.

Pero antes de que se fueran, Marlene lo llevó a un lado y le preguntó por Anne.

Como maga, sabía el destino que caería sobre Anne después de que se conociera su identidad.

Ahora estaba preocupaba porque cuando la gente empezara a correr el rumor, los de Ciudad Piedra Profunda les pedirían que la expulsaran del grupo mercenario.

Marlene tenía mucho cuidado con cosas como esta.

Pero Rhode no lo pensó tanto como Marlene.

La tranquilizó y le dijo que la opinión de la gente sobre las medias bestias no era tan marcada en ciudades fronterizas como en otros lugares.

Especialmente en Piedra Profunda, siempre que Anne no buscara problemas, nadie le haría nada.

Además, si algo le ocurría, él le pediría a la Asociación de Mercenarios que interviniera siempre y cuando Anne no hubiera actuado mal.

Al escuchar la respuesta de Rhode, Marlene finalmente se calmó, y luego se metió en el carruaje y partió con los demás.

Sin duda alguna, parecía que esta chica se veía cada vez más como un vicelíder.

—¿Sr.

Rhode?

—Cuando Rhode vio al carruaje alejándose, una voz sonó a su lado.

Se volteó y vio a una hermosa chica frente a él.

Jugaba con las manos y alzaba la cabeza, viéndolo fugazmente.

Cuando se encontraba con la mirada de Rhode, bajaba la cabeza otra vez.

—¿Hay algún problema?

Ante la pregunta de Rhode, la chica vaciló por un momento.

Tembló y se echó para atrás, y entonces Rhode descubrió a algunos clérigos que le sonreían a la chica desde no muy lejos.

Se volteó brevemente y, como si hubiera recuperado fuerzas después de ver a sus compañeros, se dirigió a Rhode otra vez y levantó la cabeza valientemente.

Partes de su cara seguían rojas como un tomate.

—Esto…

Bueno, quiero decir que…

antes, en la Meseta Silenciosa, usted nos rescató de aquellos terribles no muertos.

Todavía no le he dado las gracias y eso es muy grosero.

Eso…

Así que estoy muy agradecida de que me haya salvado.

—Habiendo dicho esto, la chica bajó la cabeza una vez más.

Al ver a la avergonzada muchacha, Rhode no pudo evitar suspirar.

Tal vez por la diferencia en experiencias de vida que tenían las dos, y aunque ambas fueran clérigos y Lize a veces fuera débil, al menos no era tímida.

Pero esta chica se veía totalmente como una flor de invernadero.

Las dos no podían ser comparadas.

—No tienes que agradecerme —Rhode agitó la mano—.

Solo hice lo que debí haber hecho.

Además, si quieres dar las gracias, Anne debería ser quien las acepte.

—Entiendo lo que quiere decir, señor —al escuchar la respuesta de Rhode, la chica sonrió.

Parecía que no estaba tan nerviosa como antes—.

Lo discutí con los demás: si Anne se despierta, iremos a verla.

Pase lo que pase, ha hecho mucho por nosotros y todos tenemos que agradecérselo.

Dicho esto, la chica se detuvo por un momento antes de seguir hablando con un poco de timidez.

—Esto…

Sr.

Rhode, con respecto a la Srta.

Anne, ¡todos nos impresionamos bastante pero le puedo asegurar que no le tememos por ello!

Somos clérigos, así que debes curar todo tipo de pacientes.

Entendemos muy bien que las medias bestias no son tan terribles como cuentan las leyendas.

Y…

si necesitan nuestra ayuda en el futuro, por favor, llámenos cuando quiera.

Siempre que podamos ayudar de cualquier forma, definitivamente no lo rechazaremos.

La muchacha se sonrojó y le hizo una reverencia a Rhode, entonces se dio la vuelta y volvió corriendo a sus compañeros.

En este momento, Sereck sonrió con ironía y apareció frente a Rhode.

—Tener una buena apariencia es genial y todo, pero debo decirte que no te puedes llevar a los clérigos de nuestra Asociación de Mercenarios cuando quieras, o aquel anciano no te dejará tranquilo.

Al escuchar el chiste de Sereck, Rhode le volteó los ojos, se encogió de hombros y sacudió la cabeza.

—Si algo de verdad es mío, entonces no dejaré que nadie me lo quite.

Si no lo es, entonces incluso si lo quisiera, no lo tendría.

Realmente no me importa, Sr.

Sereck.

—Si esos chicos escucharan lo que dijiste, definitivamente causaría un malentendido.

De todas formas, dejemos las tonterías, ¿no tenemos cosas más importantes que hacer?

Desde afuera, la Asociación de Mercenarios no se veía diferente de lo habitual, pero cuando Rhode y Sereck entraron en el salón, inmediatamente descubrieron que la atmósfera dentro de la Asociación había cambiado dramáticamente.

Ahora el animado salón ya no estaba lleno de gente.

Los mercenarios que estaban sentados al frente de la mesa ya no eran tan enérgicos como siempre.

Suspiraban o bebían licor.

Cuando descubrieron la presencia de Rhode y Sereck, solo alzaron la vista y bajaron la cabeza, aparentemente sin vida.

Rhode y Sereck intercambiaron miradas y, aunque no dijeron nada, ambos entendieron lo que el otro estaba pensando.

El problema se había puesto más serio.

Quería que el viejo presidente se los confirmara.

—Lo investigamos, pero era demasiado tarde —sentado detrás del escritorio, el viejo presidente se veía un poco más viejo que de costumbre.

Su vivacidad de antes había desaparecido—.

Desde entonces, envié un aviso urgente a todos los grupos mercenarios informándoles que había un problema, y pidiéndoles que detuvieran cada misión.

Por supuesto, sin ser penalizados.

Pero igual era demasiado tarde.

De los 32 grupos mercenarios, incluyendo Victorious Wine, 21 sufrieron una disminución considerable de miembros, y 3 fueron disueltos.

Con respecto a los últimos 5 grupos, todavía no tenemos noticias de la situación de acuerdo a los miembros que se quedaron, pero creo que son una causa perdida.

Ahora en toda la región Paphield, e incluyendo tu grupo Starlight, solo quedan cuatro grupos mercenarios que no sufrieron pérdidas.

El viejo presidente frunció el ceño y su cara se puso seria al dar las malas noticias.

—Según el informe, esta vez…

es un gran desastre.

Desde que la Asociación de Mercenarios de Piedra Profunda fue construida, hasta hoy, ¡no había ocurrido una situación así!

Esto realmente…

¡Cielos!

—Hablando hasta aquí, el rostro del viejo presidente se ensombreció.

Claramente no estaba en una buena situación.

—¿En qué se benefician al intentar arruinarnos deliberadamente?

—Sereck acarició el vello de su barbilla al hablar y murmurar.

Rhode no respondió su pregunta.

Casi podía entender por qué Piedra Profunda recibiría un ataque del País de la Oscuridad.

Pero ahora era inútil que lo dijera, porque era imposible que Sereck y el presidente le creyeran.

No le importaba, realmente, ya que muchos pensaban que solo se podría detener al enemigo siempre y cuando se pudiera encontrar el motivo.

Por otro lado, Rhode sabía que obstruir al enemigo y encontrar el motivo después era mejor.

Como la historia de muchas novelas en las que el prisionero no podía ser identificado porque no había motivo, sino solo una exageración.

Por supuesto, a Rhode no le interesaba seguirles el juego a estos dos para añadirle arte.

—¿Qué les pasó a esos 21 grupos mercenarios?

—preguntó Rhode en voz baja.

—La mitad se unió para formar un nuevo grupo.

Algunos no se rindieron y planeaban reclutar más personas.

Pasara lo que pasara, era inevitable que hubiera vacantes en estos 32 grupos mercenarios.

—¿Qué pasará con estas vacantes?

—Según las reglas, debemos presentar algunos nombres del grupo existente para llenar las vacantes.

Y el otro grupo mercenario también lo está pasando mal, honestamente.

En este momento sonó un repentino golpe en la puerta, interrumpiendo al viejo presidente.

Su cara se oscureció aún más, pero aun así, contuvo su temperamento y habló.

—Adelante.

Un joven de unos 27 años entró.

Llevaba una armadura roja que emitía una débil luz mágica.

Era evidente que el precio de la pieza era extraordinario.

Una espada verde y una daga negra colgaban de su cintura.

Su atractivo rostro mostraba una sonrisa confiada y orgullosa.

Entrecerró los ojos y mostró un indicio de tranquilidad.

El joven se acercó a los tres que estaban en la habitación.

Se sorprendió por un momento, pero igual sonrió y se dirigió al viejo presidente antes de inclinarse respetuosamente y entregarle un pergamino.

—Estimado presidente, represento al grupo mercenario Jade Tears.

Estoy presentando la solicitud por mi grupo y este es nuestro borrador.

—¿Ah, sí?

—Al escuchar las palabras del hombre, el presidente agarró el pergamino y echó un vistazo.

Asintió antes de sacar la pluma que tenía al lado para firmarlo con su nombre—.

Sí, no hay problema.

Ahora la Asociación de Mercenarios reconocerá oficialmente a la reagrupación Jade Tears.

De ahora en adelante, podrán recuperar su identidad como grupo mercenario.

Espero que puedan trabajar de acuerdo a las reglas mercenarias y que no hagan nada que dañe nuestra reputación.

—Por favor no se preocupe, Sr.

presidente.

Haremos nuestro mejor esfuerzo —Al decir esto, el hombre se inclinó respetuosamente y se volteó hacia Sereck con expresión seria—.

Es un placer verlo, Sr.

Sereck.

Nunca pensé que lo encontraría aquí.

Si tiene tiempo, por favor venga a echarle un vistazo al grupo Jade Tears.

Estamos muy deprimidos así que, si pudiera presentárseles, creo que su ánimo se rejuvenecería de nuevo.

—Consideraré su invitación.

—En cuanto a sus palabras, Sereck solo asintió sin decir nada.

Al hombre tampoco pareció afectarle.

Luego se volteó hacia Rhode, pensando por un momento antes de extender su mano cálidamente hacia él.

—Usted debe ser el Sr.

Rhode, el famoso líder de un grupo mercenario que fue a la Meseta Silenciosa para ayudar con la operación de rescate.

Es un placer conocerlo, mi nombre es…

—Sr.

Frank Chelis —Rhode se levantó para darle la mano.

No mostró ninguna emoción, en contraste con la cálida sonrisa del hombre—.

Es bastante sorprendente ver aquí al tercer heredero de la digna familia Chelis.

¿No se supone que está en Barce?

¿Qué hace en Piedra Profunda?

Recuerdo que su familia es reconocida por sus negocios, ¿desde cuándo les interesan los mercenarios?

¡Al escuchar esa última oración, la expresión del hombre cambió!

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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