La Consorte Salvaje del Emperador Maligno - Capítulo 403
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Capítulo 403: Quemé la ropa del viejo idiota (3)
—¡Buen trabajo, Yan Dongfang!
Maestro Dongfang estaba ardiendo de ira. Su mirada severa barrió hacia Yan Dongfang—. Nunca he sido tacaño contigo y aun así te atreves a dañarme. ¡Tus intenciones son claras ahora! Parece que el puesto de General en el equipo de aplicación de la ley no te conviene, ahora encontraré a alguien más para reemplazarte.
Yan Dongfang miró en blanco y su rostro entero estaba lleno de asombro.
«¿Cómo podría ser esto?», pensó. «Una mentira tan mediocre, ¿cómo podría el Maestro creerle así de fácil?»
—Maestro, no te dejes cegar por esa mujer astuta y engañosa. Soy inocente, Lin Shao puede testificar esto, nunca he pensado en causarte daño, ¡Maestro!
Al escuchar esto, Lin Shao intentó abrir la boca para ayudar a Yan Dongfang a explicar, pero fue cortado fríamente por Maestro Dongfang.
—Jovencito de la Familia Lin, si no tienes nada más que hacer, deja de estar pegado siempre a la Familia Dongfang. Además, no tengo claro tu relación con Yan Dongfang, así que no puedo confiar en tu palabra. Yan Dongfang, si puedes encontrar otro testigo que demuestre que ella te ha incriminado, entonces creeré tu argumento.
Yan Dongfang casi intentó asfixiarse hasta la muerte.
«Solo estaban los tres aquí, ¿dónde iba a encontrar otro testigo? En verdad, Yan Dongfang no podía entender cómo la sabiduría del Maestro había disminuido tanto que realmente creía en esa tontería tan fácilmente…»
—Esto…
Lin Shao tembló y miró a Yan Dongfang con disculpa antes de juntar sus puños y hacer una reverencia hacia Maestro Dongfang—. Maestro Dongfang, me retiro ahora.
Una vez dijo esto, aceleró su paso y se fue sin siquiera mirar atrás.
—Yan Dongfang, después de esto, entregarás tu posición como General por ti misma —la mirada severa de Maestro Dongfang barrió sobre Yan Dongfang y después miró ferozmente a Gu Ruoyun—. En cuanto a ti, ve al estudio, inmediatamente.
Gu Ruoyun se frotó la nariz mientras pensaba, «si estoy adivinando bien, ¿este viejo está protegiéndome?»
…
En el estudio.
La atmósfera estaba llena de precaución, había una presión que podía dejar sin aliento a cualquiera.
El viejo había cambiado a una nueva serie de ropajes, solo su cabello blanco y barba que se habían chamuscado permanecían desaparecidos. Ahora, cada vez que pensaba en ese incidente, su estómago se llenaba de una rabia ardiente, dándole un impulso de ventilar su frustración ferozmente.
—¿Es tan divertido iniciar un fuego? ¿Quemar gente, es divertido? ¿Cuántos años tienes ya, que todavía juegas con fuego?
Al decir esto, el viejo estaba tan enfadado que tenía un fuerte impulso de darle una lección a la maldita chica.
—Te he dicho, fue Yan Dongfang la que intentó dañarte, eso no tiene nada que ver conmigo.
Gu Ruoyun agitó sus manos y respondió desaprobando.
—¡Mentiras, todavía estás mintiendo!
El viejo la miró ferozmente—. No pienses que no sé la verdad del asunto, tú…
De repente, su voz se detuvo abruptamente. Sus ojos miraron fijamente hacia adelante al adorno de jade con el que Gu Ruoyun estaba jugueteando. Se levantó inmediatamente de su asiento y se abalanzó hacia la joven delante de él, levantando su mano en un intento de arrebatarle el adorno de jade.
Pero los ojos y las manos de Gu Ruoyun fueron rápidos. Justo cuando el viejo extendió su mano, ella rápidamente guardó el colgante de jade.
—Tú… ¡Maldita chica! ¿De dónde sacaste ese colgante de jade? —la respiración del viejo se aceleró mientras miraba ansiosamente a Gu Ruoyun.
Gu Ruoyun frunció la boca—. ¿De dónde es? Es un permiso de viaje de la abuela materna.
—¿Qué?
El viejo estaba muy alarmado con todo lo que acababa de escuchar. Luego metió su cabeza en consternación mientras respondía indignado—. Está bien que le diera un colgante de jade a Ze’er, pero que incluso te dé uno a ti también, maldita chica. Ella está siendo completamente injusta conmigo. ¿Con qué fundamento se les permite a ustedes dos verla siempre que deseen y sin embargo a mí solo se me permite verla tres veces al año? Maldita chica, apresúrate y deja que vea ese colgante de jade.
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