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Capítulo 1332: Planeta Grantierra Capítulo 1332: Planeta Grantierra Editor: Nyoi-Bo Studio 1332 Ji Ning iba a hacer todo lo que estuviera en su poder para darle a su hija Lunabrillante la mejor oportunidad posible en la Fusión Dao.

Si lograba superarla antes de que él muriera, Ning incluso le pediría a un Autarca que le ayudara a encontrar un Otroverso para su hija para que Lunabrillante se convirtiera en un Señor de Otroverso.

No era algo tan descabellado: el señor de la Iglesia de la Aniquilación, por ejemplo, no era un Hegemón y tenía el control de un Otroverso.

En este asunto, Ning no sentía el más mínimo indicio de vergüenza.

¡Por supuesto que tenía que velar por su hija!

…

En el distante Realverso Cielo Salvaje, había un lugar maravilloso conocido como Planeta Grantierra donde Ning estaba entrenando.

Lunabrillante, Ji Yichuan, Yuchi Nieve, Su Youji, el Dios de las Llamas, Subhuti y Vientodemoníaco se habían ido a explorar el área.

Los otros no se quedaron porque el Planeta Grantierra era bastante especial.

Era un vasto territorio que tenía más de cien billones de kilómetros de tamaño.

¡Era el planeta más grande en todo el Caosverso, y estaba formado por una ola increíblemente densa de energía del elemento Tierra!

¡La cantidad de poder contenida dentro de este planeta era comparable a la de todo el Realverso Cielo Salvaje!

Era un lugar vasto, denso y lleno de vida, todo gracias al poder de la Tierra que fluía a través de él.

¡Para los cultivadores ordinarios era imposible entrenar ahí, ya que su mente y cuerpo serían perturbados por el poder abrumador del lugar!

Este planeta también estaba rodeado por una capa de nubes amarillas tan gruesas y densas que uno tenía que ser al menos un Hegemón para resistirlas.

Con todas estas restricciones, prácticamente no había cultivadores ahí, pero sí se encontraban muchos seres vivos, incluidos humanoides.

Estos humanoides eran bastante talentosos, fuertes y estaban en sintonía con el poder de la tierra.

Muchos incluso nacían con la capacidad de controlar la tierra.

Sin embargo, no había forma de que ellos realmente se cultivaran, ya que todos los demás Daos eran sumamente difíciles de encontrar.

Incluso el Dao de la Tierra estaba oculto en lo más profundo de los recovecos del mundo, por lo que hasta a los Hegemones les resultaría muy difícil entrenar ahí.

Solo alguien que estuviera en un nivel de iluminación tan alto como Ning sería capaz de descubrir los secretos ocultos en las profundidades subterráneas.

¿Cómo podrían los mortales comunes embarcarse en el camino del cultivo?

—Completé finalmente el Dao de la Tierra —dijo un joven de túnica blanca sentado en un jardín frente a una cabaña de paja.

Extendió las manos y ¡Whoosh!

¡Whoosh!

¡Whoosh!

¡Whoosh!

¡Whoosh!

Cinco espadas aparecieron frente a él.

La primera espada estaba cubierta con una capa de luz fluida y acuosa.

La segunda brillaba con un tenue color metálico, la tercera emanaba un aura verde de vida, la cuarta estaba rodeada de llamas que le daban un poder completamente explosivo y la quinta y última estaba cubierta con una capa de luz amarilla.

—El Dao de la Espada de Agua, el de la Espada de Metal, el de la Espada de Madera, el de la Espada de Fuego y el de la Espada de Tierra —dijo Ning—.

Los Cinco Elementos ya están completos.

Como pensé, fue realmente beneficioso para mi almarreal.

Ning también notó que sus mejoras en el Dao rendían cada vez menos a la hora de nutrir su almarreal.

Esto era particularmente cierto ahora que tenía muchos tesoros de almarreal, ya que ralentizar la tasa de desmoronamiento se hacía cada vez más difícil.

—He infundido el Dao del Relámpago y los Cinco Elementos en mi Dao de la Espada Omega Eterno, lo que da un total de seis.

Debería completar el Dao del Espacio pronto —pensó Ning.

Se sentía algo presionado, ya que infundir el Dao del Espacio sería más difícil.

Había alcanzado hace mucho tiempo la hegemonía en el Dao del Espacio, pero infundirlo era muy, muy difícil.

En cuanto al Dao del Tiempo y el Dao del Karma, esos serían aún más difíciles y le llevarían más tiempo.

De pronto, Ning escuchó unas voces: —Gran Inmortal, ¡por favor salva a mi nieto!

—Gran Inmortal, te lo ruego, ¡salva a mi nieto!

Mientras lo salves, haré lo que quieras .

Ning frunció el ceño y miró más allá de la montaña para ver a un anciano de cabello blanco que estaba de rodillas frente a un acantilado.

No había cultivadores en todo ese planeta, por lo que Ning no había tenido la necesidad de establecer campos de energía para aislar el entrenamiento.

Solo había establecido algo para evitar que la gente entrara.

—¿Es ese el bisnieto de ese chico?

Cuando Ning vio al anciano de cabello blanco recordó algo que había pasado doscientos años.

En aquel entonces, un niño había caído accidentalmente del acantilado y se había adentrado en la garganta donde Ning estaba entrenando.

Las capas protectoras de Ning eran bastante leves, pero que un niño común cayera desde esa altura significaba una muerte casi segura.

Ning corrió para ayudarlo y el niño inmediatamente se arrodilló para agradecerle al “Gran Inmortal” que le había salvado la vida.

Luego el niño creció, pero a menudo iba a la montaña para ofrecer sacrificios y presentar sus respetos al “Gran Inmortal”.

¡Ning realmente no sabía si reír o llorar, especialmente cuando el llevó a sus propios hijos y nietos para que hicieran lo mismo!

Ning reconoció de inmediato al anciano de pelo blanco como el bisnieto del niño original.

—Los mortales ordinarios solo viven por un siglo.

Varias generaciones de tu familia se han arrodillado ante mí y hoy, por casualidad, acabo de terminar parte de mi entrenamiento.

Supongo que se puede decir que hay lazos kármicos entre nosotros —pensó Ning y dio un paso adelante para aparecer en la cima del acantilado.

El anciano de cabello blanco todavía estaba de rodillas, pidiendo clemencia.

De repente, se congeló y miró con asombro que un joven de túnica blanca aparecía frente a él.

El joven era efímero y elegante, no era un mortal ordinario.

—¡Gran Inmortal!

—exclamó el anciano de cabello blanco increíblemente emocionado—.

¡Te lo ruego, salva a mi nieto!

—Chico, tu cabello se ha vuelto blanco —dijo Ning y se rio entre dientes—.

Tu nieto, ¿eh?

¿Es él el que está allí?

Ning pudo ver los lazos kármicos girando alrededor del anciano y así pudo localizar a su nieto de inmediato.

Luego agitó un solo dedo e hizo que la niebla blanca que rodeaba el acantilado se condensara en la imagen de un joven moreno y musculoso vestido con ropas andrajosas dentro de una mina.

Llevaba una carga en la espalda, era evidente que había estado trabajando como minero.

El área a su alrededor estaba rodeada de rocas y minerales.

Un capataz estaba a su lado con un látigo en la mano.

—¡Ese es Roqui!

¡Es mi nieto Roqui!

—dijo el anciano de cabello blanco con entusiasmo—.

¡Esa es la Mina de la Fatalidad!

Nadie que entra allí sobrevive.

¡Gran Inmortal, por favor salva a mi nieto!

—¿Nadie que entra puede sobrevivir?

—dijo Ning mirando las imágenes—.

Creo que subestimas a tu nieto.

Ning podía ver el futuro del joven.

Si no interfería, el chico subiría lentamente al poder dentro de las minas y se convertiría en un poderoso experto.

Sería muy trabajador y dedicado a su entrenamiento y alcanzaría la cúspide de lo poco que era posible para el “cultivo” dentro de ese planeta.

Al final, tendría una muerte solitaria.

Aunque era imposible para los seres en ese planeta realizar un verdadero cultivo, muchos nacían con poder natural sobre la tierra y eran capaces de practicar algunas técnicas de cultivo simples, pero incluso en la cúspide del poder no estarían ni cerca del nivel de poder de un Inmortal de la Tierra.

—Me atrevo a decir que tu nieto tiene el corazón inquebrantable de un verdadero cultivador —dijo Ning—.

Una lástima que se desperdicie en un lugar como el Planeta Grantierra.

Conforme Ning indagaba en el pasado y el futuro del joven, comenzó a tomarle cariño.

Pensó en aceptarlo como alumno y al poco tiempo se decidió.

Había encontrado a su octavo aprendiz.

—Igual no hay prisa.

Debería dejar que experimente algunas dificultades más en la vida primero.

Según lo que vi en su futuro, su Corazón Dao solo se volvió decente después de que se sintió solo —reflexionó Ning.

—Vuelve y vive tu vida.

No te preocupes, te prometo que tu nieto volverá sano y salvo.

Podrás verlo por última vez dentro de diez años —dijo Ning.

Los seres de ese mundo eran capaces de vivir un poco más de cien años.

Ning no iba a hacer ninguna alteración, el viejo igual iba a vivir una vida larga.

—¡S-sí, Gran Inmortal!

Después de ver las increíbles habilidades del “Gran Inmortal” y escuchar su promesa, el anciano de cabello blanco se llenó de alegría y esperanza.

Luego regresó a su casa a esperar que regresara su nieto.

…

Ning comenzó a mirar desde lejos como ese futuro discípulo crecía y se desarrollaba hasta que finalmente llegó el día.

—He vagado por los cuatro rincones de la tierra y he visitado muchos países donde derroté a todos los que intentaron desafiarme.

¿Soy invencible?

—dijo un hombre moreno vestido con ropa liviana.

Estaba parado en la cima de una montaña mientras miraba el vasto mundo debajo de él.

Tenía un sable grueso en la espalda y su mirada reflejaba una profunda soledad.

Después de volverse realmente invencible, lo atacó una sensación de profunda soledad muy incómoda.

Hasta ahora no había podido encontrar un buen oponente y realmente deseaba hacerlo.

—Tal vez debería encontrar un buen lugar para terminar con mi vida —dijo el hombre moreno y sacudió la cabeza.

De pronto se escuchó una fuerte carcajada y apareció un joven vestido de blanco.

El hombre moreno lo miró en estado de shock.

Dado su control sobre la tierra y su nivel actual de poder, ¿cómo era que alguien podía aparecer a su lado sin que lo notara?

—Tú… —murmuró el hombre moreno.

De repente pensó en una pintura que su abuelo tenía frente a la cual lo obligó a arrodillarse.

Supuestamente, la persona en la pintura era el legendario “Gran Inmortal” del que su clan hablaba a menudo.

—¿Gran Inmortal?

—dijo el hombre sin poder creerlo y sacó su sable—.

Señor, puede que seas más fuerte que yo y me gustaría que me dieras algunos consejos en combate.

Al terminar la frase lanzó un furioso golpe de sable hacia Ning.

Confiaba en que su control sobre el sable era suficiente para detenerlo instantáneamente sin dañar a la persona frente a él.

Ning simplemente se rio bajito.

El hombre moreno de repente voló hacia atrás, casi como si el tiempo hubiera retrocedido.

Incluso su sable voló de regreso a su vaina y dijo de nuevo: —Señor, puede que seas más fuerte que yo…

Esta extraña escena hizo que se sintiera realmente aturdido.

—¿Estás dispuesto a ser mi aprendiz?

—preguntó Ning.

El hombre moreno no podía creer lo que escuchaba.

De inmediato cayó de rodillas y dijo: —Piedradefondo se postra ante ti, Maestro.

Ning asintió y dijo: —A partir de este día, serás el octavo discípulo bajo mi tutela.

Soy Norte Oscuro.

Si hay algún asunto en el mundo mortal que desees concluir, date prisa y hazlo.

Después de eso nos iremos de este planeta y tendrás la oportunidad de enfrentar el verdadero mundo de la cultivación.

Y así, el octavo discípulo de Señor Dao Norte Oscuro, Piedradefondo, comenzó formalmente su tutela.

—Es hora de que me vaya —dijo Ning y levantó la cabeza para mirar al cielo.

Tenía la vaga sensación de que algo acababa de suceder y que ya no podría seguir con esta vida relajada.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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