Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo
Capítulo 1397: 1397 La Primera Batalla Capítulo 1397: 1397 La Primera Batalla Editor: Nyoi-Bo Studio —¡Yo llegué aquí primero, así que uno es mío —dijo la criatura con escamas de fuego mientras miraba a Ji Ning y Mogg.
—Solo llegaste aquí medio segundo antes que nosotros y los atacaste.
Sin embargo, estos dos cultivadores están completamente ilesos.
¿Por qué demonios deberías tener una segunda oportunidad?
—dijo la criatura ciclópea con enojo.
—¿Estás tratando de comenzar una pelea, ¿Un Ojo?
—dijo la criatura de escamas ardientes muy ofendido.
—¿Crees que te tengo miedo?
—dijo la criatura ciclópea y rio.
—¡Je, ustedes dos ya están discutiendo y la batalla ni ha comenzado!
Hasta ahora, solo han llegado dos líderes de los cultivadores locales.
¡Vamos a matarlos primero!
Apuesto a que los cultivadores enviarán más y en ese momento podemos matar a un tercero, ¿qué opinan?
—rugió la tortuga dragón—.
¡Ataquemos a estos dos!
Las tres formas de vida clase Autarca rugieron con voces atronadores, sin ocultar sus intenciones en lo más mínimo.
Ning y Mogg intercambiaron una mirada al escuchar todo esto.
—Parece que tienen que matar a tres cultivadores—envió Ning.
—Los habitantes del vacío de clase Autarca no son fáciles de manejar.
Los Sithe probablemente llegaron a algún tipo de trato con ellos —respondió Autarca Mogg—.
Son considerados los verdaderos gobernantes del vasto Vacío Infinito que se encuentra más allá de nuestro Caosverso, sin duda tuvieron que abrirse un camino para alcanzar sus alturas actuales.
Apenas entienden el Dao, pero tienen cuerpos tan increíblemente poderosos que son muy difíciles de matar.
¡Lidiar con tres de ellos será muy difícil!
Ning asintió con la cabeza.
Todos los habitantes del vacío tenían cuerpos que eran mucho más fuertes que incluso los cuerpos de los Primordiales del Caos y los de la clase Autarca eran aún más poderosos.
¡Lo que los hacía verdaderamente peligrosos era que tenían tan poca comprensión del Dao que casi no se vieron afectados al entrar en ese Caosverso!
Seguían siendo fuerzas aterradoras a tener en cuenta.
—Hace tiempo logramos matar a dos de estos habitantes de la clase Autarca, pero fue porque los rodeamos y los superábamos en número —envió Autarca Mogg mentalmente—.
En este caso solo somos do.
Esto va a ser muy complicado.
—Hablemos con ellos primero y veamos si hay alguna forma de evitar la pelea —respondió Ning.
Él también podía sentir la amenaza que representaban estas criaturas de clase Autarca.
—¡Caballeros!
—dijo Ning y se rio entre dientes—.
¿Por qué debemos luchar hasta la muerte?
Esta guerra es una guerra entre nosotros y los Sithe.
¿Por qué no abandonan nuestro Caosverso y regresan a su Vacío Infinito?
Aléjense de la guerra.
Me imagino que es poco probable que los Sithe puedan capturarlos por segunda vez.
De hecho, ¡me sorprende que los hayan capturado!
—Hmph.
Dejamos bajamos la guardia —dijo la criatura ciclópea con frialdad.
—Si logramos escapar, los Sithe pueden olvidarse de volvernos a atrapar —dijo la criatura de escamas ardientes—.¿Pero qué sentido tiene hablar de todo esto?
¿De verdad crees que tienes una manera de liberarnos La tortuga dragón también miró fijamente a Ning.
Era cierto que ninguno de los tres guardaba rencor a los cultivadores locales.
Si pudieran regresar a casa con seguridad, estarían más que satisfechos.
¡Los Sithe los habían capturado y los obligaron a aceptar algunas tareas, pero no estaban sujetos a juramentos de sangre!
O, para ser precisos, no había forma de que hicieran juramentos de sangre vital.
¡Eran completamente diferentes de los cultivadores y del Sithe!
Tanto para los cultivadores como para los Sithe, el Dao y el Corazón Dao eran extremadamente importantes.
Todos entrenaban desde jóvenes como cultivadores e iban aumentando lentamente en poder gracias al Dao.
Sin embargo, estos habitantes frente a ellos eran criaturas malvadas y caóticas por naturaleza.
Ni siquiera tenían Corazones Dao en sí, la única ley que entendían y respetaban era la ley de supervivencia.
¡Los fuertes vivirían mientras que los débiles morirían!
Seguían solo la más brutal y bárbara de las “leyes”, la ley de la fuerza.
Era muy parecido a cómo los mortales débiles eran completamente incapaces de hacer “juramentos de sangre vital” sin la ayuda de una piedra de juramento.
Podrían maldecir hasta quedarse sin aliento, pero nunca tendrían que enfrentar el temor de que sus almarreales fueran destruidas.
¡Lo mismo pasaba con estos habitantes del vacío!
Les era imposible hacer juramentos de sangre vital.
Por lo tanto, los Sithe tenían dos opciones al lidiar con ellos: ¡podrían torturarlos hasta la locura o podían domarlos lentamente!
Sin embargo, era prácticamente imposible domesticar a un habitante del vacío de la clase Autarca, por lo que la única opción real era torturarlos o negociar con ellos como iguales para llegar a un acuerdo.
—¿Por qué no dejan esta colmena?
—dijo Ning—.
Después de eso, pueden salir de nuestro Caosverso.
No creo que nadie trate de detenerlos.
—¿Dejar la colmena?
—dijo la criatura ciclópea y dejó escapar una risa fría—.
¡Este es un lugar al que solo se puede ingresar, no salir!
La única forma de irse es que el Sithe te deje ir voluntariamente.
Si no me crees, ¡pruébalo por ti mismo!
Veamos si ustedes dos pueden irse por su cuenta.
—¿No hay manera de salir?
—dijo Ning impactado.
Ni él ni Mogg habían encontrado ningún impedimento en absoluto mientras volaban al profundo abismo.
—Entrar es fácil, pero irse es imposible.
Nosotros hemos tratado de irnos muchísimas veces, ¡pero no hay salida!
Ning tuvo la sensación de que la criatura no estaba mintiendo.
No había necesidad de mentir sobre algo como eso.
—Bueno, eso se resuelve fácil —dijo Ning—.
Una vez que destruyamos esta cosa desde adentro, podremos irnos.
—¿Destruirlo?
¿Ustedes dos?
—dijo la criatura titánica de escamas de fuego y se rio burlonamente.
—Al menos deberías dejarnos intentarlo.
Quizás podamos hacerlo —dijo Ning—.
¡Solo quédate ahí y observa!
Puedes atacarnos si no somos capaces de destruirlo.
El objetivo de Ning era simple: quería que estos tres habitantes del vacío de clase Autarca no le causaran ningún problema mientras probaba varios métodos para destruir la colmena gigante.
Debe recordarse que estas criaturas tenían una fuerza brutal tremenda, pero no podían compararse con los cultivadores cuando se trataba de comprender el Dao.
No había forma de que pudieran descubrir los misterios detrás de un arma tan compleja como esa, pero eso no significaba que Ning y Mogg tampoco pudieran hacerlo.
—Imposible.
—De ninguna manera.
Dos habitantes del vacío rechazaron instantáneamente la sugerencia de Ning.
—Líderes cultivadores, déjenme hablarles sin rodeos—dijo la tortuga dragón fríamente—.
Hace mucho tiempo, llegamos a un acuerdo con los Sithe y les hicimos ciertas promesas.
La primera promesa fue que mataríamos a al menos uno de los “líderes de los cultivadores”, mientras que la segunda era que protegeríamos este lugar durante un ciclo de caos completo.
Una vez que completemos ambos objetivos, nos liberarán y nos otorgarán la libertad.
—Tenemos que proteger este lugar durante un ciclo de caos, por lo que no hay forma de que permitamos que trates de destruirlo.
Si lo hacemos, habremos anulado instantáneamente el acuerdo y los Sithe nunca nos dejarán ir —dijo la criatura ciclópea.
—¿Un ciclo de caos completo?
Ning y Mogg se pusieron ansiosos.
Eso no era nada bueno.
Por lo rápido que esa cosa estaba devorando la energía, para ese entonces el Caosverso probablemente ya se habría reducido a una fracción de lo que era y el Sithe ya habría tomado el control hace mucho tiempo.
—Hay dos caminos disponibles para nosotros —continuó la tortuga dragón—.
El primero es quedarnos del lado del Sithe, el segundo es pasarnos a tu lado…
pero si lo hacemos, habremos tomado una decisión irreversible.
Los tres sabemos cuán aterradora es esta colmena y no tenemos ninguna razón para creer que ustedes dos pueden lidiar con ella.
No podemos dejarles nuestras vidas en las manos, a menos que puedan demostrar, sin lugar a dudas, que son capaces de destruir esta colmena.
Ning y Mogg estaban anonadados.
¿Sin lugar a dudas?
Ni siquiera sabían cómo funcionaba la cosa todavía.
¿Cómo se suponía que iban a hacer eso?
Tras no recibir respuesta, la tortuga dragón resopló y dijo fastidiada: —Y yo que pensé que tenían algo realmente impresionante bajo la manga.
—Nos decepcionan.
¡VAN A MORIR!
—dijo la criatura ciclópea.
Fue la primera en atacar.
¡Whoosh!
Su cuerpo se volvió borroso y se transformó en una extraña onda que apareció instantáneamente ante Ning y Mogg.
¡Fue tan rápido que incluso Ning quedó sorprendido!
Él era más lento que la criatura, incluso cuando usaba el Dao de la Espada de la Tormenta.
—¡Déjame esto a mí!
—dijo Autarca Mogg.
Tenía un sable largo en cada uno de sus seis brazos y también transformó en una onda espacial para defenderse.
Como el maestro de la Esencia de Nacimiento Dao del Espacio, era relativamente capaz de esquivar a la criatura ciclópea.
¡Slash!
Grietas dimensionales comenzaron a aparecer y desaparecer en el espacio alrededor de ellos.
Los ataques del habitante del vacío estaban suprimiendo por completo a Autarca Mogg tanto en velocidad como en ferocidad, pero el increíble nivel de perspicacia del Autarca logró que sus seis largos sables formaran una defensa completamente hermética.
Probablemente podría aguantar bastante tiempo.
—Estos habitantes de clase Autarca se convirtieron en los reyes de su clase a través de la matanza constante.
Ninguno de ellos es fácil de tratar —dijo Ning.
Él sabía desde el principio que matar a esas cosas en combate único sería extremadamente difícil.
Hasta ahora los Autarcas solo lo habían logrado cuando eran mayoría.
Aún así, Ning confiaba en sus habilidades.
Seis millones de ciclos del caos de entrenamiento habían sido completamente transformadores para él.
—Déjame esto a mí, viejo bastardo —dijo la criatura de escamas ardientes.
—De acuerdo.
La tortuga dragón fue muy paciente y eligió observar en silencio desde lejos.
—¡Oye, Un Ojo!
¡Veamos quién mata primero a nuestro oponente!
—dijo la criatura de escamas y soltó una risa poderosa.
Fue tan potente que cuando estalló en los oídos de Ning, él sintió como si estuviera tratando de destrozarle la cabeza.
Al instante la gran criatura se transformó en una línea de luz ardiente y se estrelló directamente hacia Ning.
—No he tenido la oportunidad de tener una buena pelea desde que domine el Dao de la Espada Omega Eterno y pasé seis millones de ciclos de caos en entrenamiento —pensó Ning mientras sentía su sangre bombear de emoción.
Había pasado mucho tiempo desde que había estado en una batalla realmente buena.
Antes era porque su almarreal se estaba derrumbando y no se atrevía a luchar demasiado y últimamente había sido porque era casi imposible encontrar un buen oponente.
—Me pregunto cuánto tiempo me llevará vencerlo.
¿Serán diez segundos suficientes o necesitaré tanto tiempo como para hervir una tetera de té?
Ning manifestó tres cabezas y seis brazos.
Sus seis Espadas Luna del Norte estaban listas.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com