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42: Capítulo 42 – An Xiaxia, ¡imbécil!

(Parte 2) 42: Capítulo 42 – An Xiaxia, ¡imbécil!

(Parte 2) Editor: Nyoi-Bo Studio —¿Qué hice mal?

—preguntó acongojada An Xiaxia.

Con el ceño fruncido, Sheng Yize utilizó un bolígrafo rojo para destacar varias partes.

—Ey, hasta copiaste mal la fórmula.

¿¡Ni siquiera estabas escuchando!?

An Xiaxia se asustó por su tono gruñón, pero, de igual forma, tomó el cuaderno y revisó.

De verdad la había copiado mal…

Ja…

Le daba sueño con facilidad durante las clases de la tarde.

Ya se había superado a sí misma al mantenerse despierta tanto tiempo.

—Entonces lo cambiaré.

¿Es necesario que seas tan malo?

—hizo un puchero.

Después de decir esto, tomó su bolígrafo y comenzó a hacer cambios.

Sheng Yize quería decir algo más, pero cuando la vio usando su mano derecha para escribir mientras su mano izquierda, la que está lesionada, sostenía con torpeza el cuaderno, de pronto no pudo animarse a seguir enojado con ella.

Maldición…

¡Olvidó que tenía la mano lesionada y además la hizo escribir!

Sheng Yize le arrebató el cuaderno y dijo con indiferencia: —Lo arreglaré yo mismo.

An Xiaxia lo miró a hurtadillas y se dio cuenta de que ya no parecía estar enojado, así que le preguntó con audacia: —Entonces, ¿puedes corregir el mío también?

Se arrepentió al instante de lo que dijo y se cubrió la boca.

Entonces, la mirada fría de Sheng Yize se posó sobre ella.

—¡Eres el vivo ejemplo de los dichos “da la mano y te coge el codo” y “darle a la serpiente con la vara”!

—respondió con frialdad Sheng Yize.

Justo cuando An Xiaxia pensó que la regañaría de nuevo, inesperadamente, él le arrebató su cuaderno y comenzó a corregirlo cuidadosamente.

En realidad, Sheng Yize no era tan malo…

«Jeje, ¡cuando me conecte a Weibo esta noche, debería ser más blanda con él!» – La familia An.

Cuando An Xiaxia regresó a casa de la escuela, primero se duchó y luego terminó su tarea rápidamente antes de prepararse para ver dibujos animados.

Cuando estaba ordenando su mochila, se dio cuenta de que había un libro de matemáticas extra.

Lo abrió y vio un nombre escrito en una letra elegante: Sheng Yize.

Oh no…

¡De verdad se había llevado el libro de Sheng Yize por accidente!

An Xiaxia se rascó la cabeza y recordó que hoy les habían dado tarea de matemáticas.

Subió las escaleras corriendo en sus pantuflas para devolver el libro.

En la sala de estar de arriba, He Jiayu y Chi Yuanfeng estaban conversando.

Cuando la vieron subir, la saludaron.

—Ey, Xiaxia, ¿¡quieres una manzana!?

—Chi Yuanfeng le sonrió efusivamente y An Xiaxia se sorprendió por un segundo antes de asentir energéticamente con el corazón de una jovencita nerviosa.

Entonces, Chi Yuanfeng le lanzó una manzana que ella atrapó sonriendo atolondradamente.

He Jiayu curvó los labios en una sonrisa al preguntar: —¿Buscas a Yize?

—Sí, quiero devolverle su libro —An Xiaxia salió de su ensimismamiento y se apresuró a tocar la puerta de Sheng Yize.

—¿Acaso no está tomando una ducha ahora?

¿Por qué no la detuviste?

—murmuró Chi Yuanfeng.

—Si lo hubiese hecho, nos perderíamos un gran espectáculo —He Jiayu se frotó el mentón.

—¿Eh?

—¡Ahhh!

Sheng Yize, ¡pervertido!

¿¡Por qué no estás vestido!?

—An Xiaxia gritó a todo pulmón.

—De verdad es un gran espectáculo…

Chss, chss.

Hablando de eso, después de buscarla durante tantos años, ¿ella de verdad le gusta al Hermano Yize?

—exclamó Chi Yuanfeng.

He Jiayu sonrió un poco.

—La vida está llena de cosas impredecibles.

Tan solo deberíamos observarlos para entretenernos.

– Mientras los dos de afuera disfrutaban de su pequeña conversación, se desató el infierno dentro de la habitación.

An Xiaxia saltaba de arriba a abajo gritando sin parar.

¡Era la primera vez que veía el cuerpo desnudo de un chico!

No obstante, tenía que admitir que Sheng Yize tenía un cuerpo excelente.

Sus extremidades eran largas y perfectamente proporcionadas y tenía un six-pack muy bien definido.

En ese momento, acababa de salir de la ducha.

Solo llevaba una toalla blanca envuelta alrededor de su cintura y algunas gotas de agua caían sobre su cinturón de Adonis.

Al ver esto, ¡An Xiaxia pensó que le iba a sangrar la nariz!

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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