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58: Capítulo 58 – La llegada de la primavera de Xiaxia (Parte 4) 58: Capítulo 58 – La llegada de la primavera de Xiaxia (Parte 4) Editor: Nyoi-Bo Studio Las chicas en la cafetería actuaban como si se hubiesen vuelto locas.
Todas dejaron de comer y sus ojos de pegaron al trío.
Las más valientes hasta gritaron con confianza.
—Mis ídolos, ¿qué quieren comer?
¡Se lo compraremos!
Sheng Yize saludó a las chicas de forma cortés con una leve inclinación de cabeza.
Mientras paseaba la vista por encima de ellas, encontró a An Xiaxia y se dirigió directamente hacia ella.
Chi Yuanfeng y He Jiayu saludaron a las fans después de él y los alagaron durante un largo rato antes de que pudieran librarse de ellas.
An Xiaxia informó débilmente al que estaba frente a su mesa.
—Esta mesa está ocupada.
—¿Acaso la mesa tiene nombre?
¿Quieres decir que no me puedo sentar aquí?
—respondió despreocupadamente Sheng Yize.
An Xiaxia tenía una expresión amargada.
—No…
um, Xiao Yan, sentémonos en otra parte.
—Ok —respondió con alegría Xiao Yan, que llevaba una bandeja llena de comida.
An Xiaxia se puso de pie y planeaba irse cuando Sheng Yize dijo de pronto: —An Xiaxia, ¿acaso dije que podías irte?
—¿Qué pasa?
—preguntó An Xiaxia, con el corazón lleno de sospecha.
¿Acaso este diablo se estaba volviendo loco de nuevo?
—Quiero almorzar —respondió con arrogancia Sheng Yize.
—Entonces come —An Xiaxia estaba enojada—.
No soy comestible, así que ¿por qué me llamas?
Sheng Yize miró su pequeño y delicado rostro mientras rechinaba los dientes.
¡De verdad quería comerse a esa idiota!
¡Mordida por mordida hasta que se la tragara entera!
¡Así no tendría que estar tan molesto!
—Quiero almorzar —repitió Sheng Yize, con la mirada clavada en An Xiaxia.
An Xiaxia estaba perpleja y se apuntó a sí misma.
—¿Me estás pidiendo que te vaya a comprar el almuerzo?
Sheng Yize respondió con un casual “mm”, tomando asiento y cruzando las piernas tranquilamente.
«¡Se le da muy bien darle órdenes a la gente!», pensó An Xiaxia.
Gracias al contrato, la única opción que tenía era sonreír disculpándose con Xiao Yan.
—¿Qué tal si te dejo almorzar ahora?
Encontraremos otro momento.
Por más alto que Xiao Yan fuera, era más tímido que An Xiaxia.
Respondió con una pequeña inclinación de cabeza, ruborizándose.
An Xiaxia le preguntó a Sheng Yize y a sus dos amigos lo que preferían y fue trotando a buscar su comida.
Su Xiaomo la acompañó, preocupada de que sería mucho para que An Xiaxia lo llevara sola.
—Yize, ¿no crees que te pasaste un poco de la raya?
—He Jiayu frunció el ceño.
Sheng Yize permaneció serio y no respondió.
—Hola, ¿eres el compañero de asiento de Xiaxia?
—preguntó una voz amable.
Sheng Yize levantó la vista y vio los ojos sonrientes del joven llamado Xiao Yan.
Levantó una ceja.
—Sí, ¿y?
—Me preguntaba si…
le podías pasar esto de mi parte, por favor —Xiao Yan le entregó un sobre azul—.
Gracias, amigo.
Te compraré el almuerzo otro día.
—¡De nada!
—Sheng Yize respondió con cara de póker y apretando los dientes.
Xiao Yan se fue luciendo como si fuera la mañana de navidad, lo que casi hizo que el rostro de Sheng Yize enrojeciera de furia.
Cuando An Xiaxia regresó con su comida, y antes de que pudiera limpiarse el sudor de la frente, él golpeó la mesa con el sobre.
—Toma, es de parte de ese pobre tipo feo y bajito.
An Xiaxia, si fuera tú, abriría mejor los ojos.
Con un novio así, sería mejor que te ahogues.
No eres precisamente linda, ¡pero te mereces algo mejor!
¡No pierdas el tiempo con gente como él!
Sus modales le recordaron a un militar retirado y sintió que en cualquier momento echaría humo por las orejas.
«¿Disculpa?
¿Qué rayos quieres decir con “ahogarse” y “no precisamente linda”?» —¡Sheng Yize!
¡Cómo puedes decir eso!
—enfurecida, An Xiaxia le entregó su comida a He Jiayu y a Chi Yuanfeng, luego se fue de inmediato con la porción que quedaba.
—Ey, ¿y mi almuerzo?
—¡Sobrevivirás!
—An Xiaxia se fue echando chispas.
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