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64: Capítulo 64 – ¡El diablo regresó!
(Parte 2) 64: Capítulo 64 – ¡El diablo regresó!
(Parte 2) Editor: Nyoi-Bo Studio An Xiaxia lo miró seria y silenciosamente.
El chico vestía el uniforme negro y su corbata colgaba un poco suelta desde su cuello, dejando a la vista su linda clavícula y su piel bronceada.
Pese a sus agradables rasgos faciales, tenía un aire agresivo y su rebeldía daba una impresión bastante intimidante.
Un silencio mortífero cayó en el salón de clases, tanto que An Xiaxia sintió que parecía forzado.
Al ver a su alrededor, vio que todos estaban sentados en silencio y que parecían tener demasiado miedo como para respirar.
Todos mantuvieron sus cabezas bajas.
Algunas chicas temblaban como hojas de otoño en invierno.
Era como si todos le tuvieran miedo a este chico y quisieran escapar de él como si fuera una inundación o una bestia salvaje.
Con el estuche en su mano, An Xiaxia caminó hacia su asiento con susto.
Dio la casualidad de que su asiento para el examen era justo al lado izquierdo del de ese chico.
An Xiaxia reunió valor e iba a tomar asiento cuando el chico pateó su escritorio, produciendo un sonido aterrador.
—Disculpa, ¿dije que podías sentarte?
—el chico le lanzó una mirada feroz a An Xiaxia con el mentón en alto.
No obstante, al ver más de cerca su rostro, al parecer se asombró por lo que vio.
Luego silbó frívolamente—.
Ey, guapa, ¿tienes novio?
An Xiaxia retrocedió asustada y él avanzó.
Estaba burlándose de ella como un león de un gatito.
—¿Qué haces?
¡El examen está a punto de comenzar!
—gritó An Xiaxia, levantando la voz.
El salón permaneció igual de silencioso que antes y nadie se atrevió a moverse.
An Xiaxia estaba entrando en pánico.
¿Quién rayos era este chico?
¿Por qué era tan malvado…?
Antes, siempre había pensado que Sheng Yize era feroz, pero, en comparación con este chico, ¡él no era más que un dócil y amable gatito!
El chico se retorció un poco.
Había pasado un tiempo desde la última vez que alguien se atrevió a desobedecerlo.
Aunque…
los gatitos erizados eran los que más lo divertían.
De lo contrario, ¿qué punto tenía jugar con un trozo de madera?
—No te puedo prometer que no te haré nada si no contestas lo que te pregunté—sonrió retorcidamente.
Agitó un puño en su dirección para demostrar su fuerza.
Al ver su cuerpo fuerte y el puño intimidante, An Xiaxia retrocedió del miedo con un rostro lleno de pánico.
El chico entrecerró los ojos mientras emanaba un aire de peligro.
Justo cuando An Xiaxia pensó que la iba a golpear en la cara, Sheng Yize la arrastró atrás de él.
—No temas.
Quédate detrás de mí—dijo con un tono indiferente.
An Xiaxia lo miró boquiabierta y sin palabras.
La persona frente a ella era alta y de espalda ancha.
Era como si estuviera haciéndole frente a todo aquel que quisiera dañarla.
Por alguna razón, sintió que iba a llorar.
—Chss, rescatando a una damisela en peligro, ¿eh?
¡Qué asco!
—dijo el adolescente con un tono asqueado.
Sheng Yize levantó una ceja.
—Ah, ¿sí?
De pronto, ¡su puño aterrizó en la mejilla del chico!
Él tropezó varios pasos hacia atrás debido al golpe y miró a Sheng Yize con incredulidad.
—Los puños de un hombre jamás deberían tocar a una mujer —dijo con frialdad Sheng Yize—.
Qi Yanxi, siempre estoy disponible si quieres pelear.
Qi Yanxi respiró dolorosamente mientras se cubrió la esquina de su boca donde Sheng Yize lo había golpeado.
Luego se rio entre dientes.
An Xiaxia sintió que se le erizaba el pelo al escucharlo.
Luego, vio que Qi Yanxi apretó los puños y chilló: —Sheng Yize, ¡cuidado!
Se escuchó un ruido sordo.
Sheng Yize detuvo el golpe que se acercaba, pero el pie de Qi Yanxi lo pateó con fuerza en el estómago.
—¡Siempre que sientas ganas de morir, estoy disponible!
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