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66: Capítulo 66 – ¡El diablo regresó!

(Parte 4) 66: Capítulo 66 – ¡El diablo regresó!

(Parte 4) Editor: Nyoi-Bo Studio No obstante, la solemne voz al otro lado era, en efecto, la del director, que declaró que el profesor acababa de ser despedido de la escuela y que podía proceder con el proceso de salida.

No hubo más explicaciones.

—¿Qué rayos pasó?

—el profesor miró a Qi Yanxi con incredulidad.

Qi Yanxi jugó con un bolígrafo que le había robado a otro estudiante y sacudió los hombros de forma inocente.

—No tengo idea.

Quizás es por su apariencia, señor.

A la gente simplemente no le gusta tenerlo cerca.

Los labios del profesor temblaron y su cara perdió todo el color.

An Xiaxia abrió los ojos de par en par al ver al profesor salir del salón de clases, totalmente alterado.

El jefe de educación política intentó reconfortarlo, pero todavía tenía que supervisar el examen.

Al final, apretó los dientes y no fue tras el joven profesor.

Ella volteó rápidamente y echó un vistazo a Qi Yanxi, quien le silbó de vuelta.

—¿Qué?

¿Te enamoraste de mí?

An Xiaxia no tenía palabras.

¡Cómo podría enamorarse de un ser tan violento!

¡Un diablo!

¡Eso es lo que ese hombre era!

Reprimió sus pensamientos y volvió a concentrarse en el examen, contestando las preguntas en silencio.

Sin embargo, los fríos ojos clavados en su espalda le recordaban a una serpiente y la estaban poniendo nerviosa.

Incluso las preguntas que podía resolver le parecían extrañas.

¡Pac!

De pronto, Qi Yanxi pateó con fuerza su silla y la hizo chillar, provocando que el jefe de educación política la regañara.

—¡No alteres el orden del salón!

¡Cualquiera que no quiera hacer el examen puede retirarse!

Si hubiese sido cualquier otro día, An Xiaxia se habría ido impulsivamente, pero, cuando recordó que solo podría acompañar a Sheng Yize si llegaba a los primeros 500, se mordió el labio y continuó respondiendo las preguntas con sus dedos temblorosos.

Debido a que Qi Yanxi la molestaba de tanto en tanto, An Xiaxia sintió que tenía la espalda empapada de sudor frío.

A penas respondió todas las preguntas y no pudo quedarse más tiempo para verificarlas.

Después de entregar el examen, salió corriendo del salón.

Ese hombre…

era terrible…

Sheng Yize entregó el suyo después de ella.

Al ver eso, Qi Yanxi también entregó el de él.

El par caminó hacia el jefe de educación política uno detrás del otro y él sintió la presión que ejercían.

Ninguno de los dos temía demostrar su poderosa presencia.

Uno era distante y racional, mientras que el otro era arrogante y autoritario.

Al recibir los exámenes, no pudo evitar dejar salir un suspiro.

Uno estaba lleno de escritura y, con un vistazo rápido, pudo percibir que las respuestas eran correctas.

El otro…

¡estaba completamente vacío!

¡Este Qi Yanxi, de alguna manera, se había vuelto más malvado de lo que era hace dos años!

Al salir del salón, Sheng Yize vio de inmediato a An Xiaxia, que estaba jadeando cerca del jardín.

Frunció el ceño y estaba a punto de acercársele cuando un par de largos brazos le bloquearon el camino.

—¿No le dirás nada a tu viejo amigo?

—pese a la sonrisa en su rostro, los ojos de Qi Yanxi eran más fríos que la escarcha invernal.

Sheng Yize lo miró por un segundo y soltó una risita fría.

—Después de todos estos años, eres igual de malo que antes provocando.

El rostro de Qi Yanxi se oscureció y apretó los puños de forma involuntaria.

—Compórtate durante el próximo examen si no quieres que te azoten la cabeza con una silla —dijo Sheng Yize pausadamente.

Luego, se fue dando zancadas con sus largas piernas, dejando un rastro con su voz—.

Después de todo, no sería la primera vez que pierdes contra mí.

—¡Mi*rda!

—Qi Yanxi maldijo por lo bajo y vio como Sheng Yize se acercaba a An Xiaxia.

Le frotó la cabeza y preguntó—: Ey, ¿terminaste el examen antes de entregarlo?

An Xiaxia levantó la vista; sus ojos eran como dos estanques nublosos y relucientes.

—Sheng Yize, ni siquiera puedo respirar ante la idea de no ver a mi querido Rong Che…

Sheng Yize guardó silencio por dos segundos antes de rugirle exasperado.

—¡An Xiaxia, estás perdida!

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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