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84: Capítulo 84 – Ven, compartamos la cama 84: Capítulo 84 – Ven, compartamos la cama Editor: Nyoi-Bo Studio An Xiaxia hizo una cara y luego trotó hacia la cocina para ayudar a la mujer.
El resplandor de la tarde pintó su espalda de color jacinto y, junto con su cabello negro que revoloteaba, creaba un pintoresco paisaje.
Una sonrisita apareció en el rostro de Sheng Yize.
Sin embargo, su mandíbula se cayó cuando vio de reojo la ropa que colgaba en el patio.
La idea de An Xiaxia cambiándolo de ropa y lavándolas…
la piel detrás de sus orejas se volvió rosada de nuevo.
– La cena estaba muy bien cocinada, pero ninguno de los dos estaba acostumbrado al sabor.
Terminaron su comida después de unos cuantos bocados.
Después de la cena, An Xiaxia ayudó con el lavado de los platos mientras que Sheng Yize se sentó bajo el parrón y conversó con el esposo de la mujer, el Tío Zhou, quien los había acogido.
—¡Ustedes, pequeños, deben tener más cuidado la próxima vez!
Esta vez tuvieron mucha suerte.
En las montañas oscurece pronto y, si nadie los hubiera encontrado, ¡podrían estar muertos ahora!
—le aconsejó el Tío Zhou mientras fumaba su cigarro.
Sheng Yize asintió y le agradeció.
Aun vistiendo estas ropas simples, a otros les daba la impresión de que era un jovencito extraordinario.
—Hablando de eso, tu hermana estaba llorando del miedo cuando los encontré.
Te estaba cargando y caminando hacia la aldea mientras lloraba.
Puf…
—el Tío Zhou soltó una risita cuando recordó el estado lamentable de An Xiaxia cuando la encontró.
Sheng Yize sonrió con él, pero le dolió un poco el corazón al pensarlo.
Esa pequeña tontita debe haber perdido los cabales del susto.
En ese breve momento antes de desmayarse, en realidad, pensó que An Xiaxia lo dejaría por ahí y escaparía sola, así que después de todo sí tenía consciencia.
—Ella llora mucho —dijo Sheng Yize con una expresión suave—, y es bastante tonta.
—¡Jajaja!
Pero es tu hermana menor, ¡así que debes protegerla sin importar qué!
Es como ese dicho: cien años de buenas plegarias ponen a la gente en el mismo barco, mil años, en la misma cama.
Ustedes deben haber rezado mucho durante varias vidas para convertirse en hermanos en esta vida, así que sé bueno con ella —el Tío Zhou le dio una palmadita en el hombro, le sonrió de corazón y regresó a su habitación.
Sheng Yize se quedó ahí en silencio por un rato antes de pararse y descolgar su ropa.
Las ropas de él y de An Xiaxia estaban secas después de haber estado colgadas toda la tarde.
Cuando llegó a las últimas prendas de vestir, se quedó aturdido con la extraña cosa rosada en su mano.
– An Xiaxia quedó perpleja de nuevo cuando llegó la hora de ir a la cama.
Sheng Yize apretó los dientes.
Fulminó con la mirada a An Xiaxia, que estaba de pie bajo el marco de la puerta.
—¡Tenías que decir que éramos hermanos!
¿Ves en lo que nos metiste?
—la regañó.
Ella arrugó el rostro.
¡Nunca esperó que el tío y la tía Zhou los pusieran en la misma habitación!
Sin embargo, la casa de los Zhou solo tenía dos habitaciones.
Si quisiesen dormir separados, tendrían que pedirle una habitación al vecino y An Xiaxia no se atrevía a hacerle más problemas a la familia.
—Bueno…
¿qué tal si solo nos resignamos por hoy?
El tío nos llevará de regreso en su auto mañana —sugirió con timidez An Xiaxia.
Al ver que él no se negó, tanteó más—: Y…
¿qué haremos?
Sheng Yize ni siquiera pestañeó.
—¿Qué crees?
Obviamente yo ocuparé la cama.
Tú puedes dormir en el suelo.
An Xiaxia lloró al cielo en silencio.
¡Lo sabía!
Al ver el suelo de piedra azul, se asustó un poco.
—Y qué pasa si se meten serpientes de noche…
Tengo miedo…
—An Xiaxia actuó como un cachorro adorable de nuevo.
Sheng Yize dudó un poco.
Entonces ella aprovechó la oportunidad para subirse a la cama, sin importarle nada.
Incluso le hizo una seña a él con energía.
—Ven, compartamos la cama.
Él sintió que la esquina de su boca se crispó.
¿Por qué esto le parecía tan mal?
No obstante…
Levantó una ceja y tomó un par de calzones rosados de la pila de ropa.
—An Xiaxia, en cuanto a tu gusto…
de verdad no sé qué decir —dijo pausadamente.
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