Lobo solitario, de vuelta al amor - Capítulo 112
- Inicio
- Todas las novelas
- Lobo solitario, de vuelta al amor
- Capítulo 112 - 112 sostener la vida
Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo
112: sostener la vida 112: sostener la vida **Emma** Dos semanas más habían pasado, aunque en mi cuerpo el tiempo parecía haberse acelerado de una forma que resultaba imposible de ignorar.
No necesitaba espejos para saberlo, pero aun así los evitaba.
Mi vientre, que apenas días atrás era solo una ligera tensión bajo la piel, ahora delataba sin pudor lo que estaba ocurriendo dentro de mí.
Por su tamaño, Carlisle calculaba que debía tener cerca de tres meses de embarazo… aunque el calendario decía otra cosa.
El patrón era inquietante y fascinante a la vez: el bebé estaba creciendo en una semana lo que un feto humano crecería en un mes.
Al menos hasta ahora, esa había sido la constante.
Nadie se atrevía a asegurar que continuaría igual, pero todos lo pensábamos.
Mi cuerpo no estaba respondiendo como esperaban.
No lograban que me alimentara de manera normal.
La comida humana me provocaba náuseas inmediatas; la sangre, que antes mi organismo toleraba con cierta facilidad, ahora era rechazada casi por completo.
Así que habían optado por la única alternativa posible: nutrición intravenosa, monitoreo constante, ajustes cada pocas horas.
Permanecía conectada, observada, cuidada… frágil.
Nunca me había sentido tan consciente de cada latido, de cada respiración.
Jacob se sentaba a mi lado siempre que podía, incluso cuando no decía nada.
Su sola presencia era un ancla.
Ese día me habló de Leah.
—Me pidió permiso para irse —me dijo en voz baja—.
Quiere intentar dejar la transformación.
Empezar de nuevo… lejos.
No me sorprendió.
Cerré los ojos por un momento, sintiendo una punzada que no era física.
—La entiendo —respondí al fin—.
Más de lo que quisiera.
Jacob asintió despacio.
No había juicio en su rostro, solo una tristeza cansada, la de quien sabe que no todas las heridas se curan quedándose.
Pensé en Leah, en su rabia contenida, en su duelo interminable, en todo lo que la vida parecía haberle negado una y otra vez.
—Me gustaría hablar con ella —añadí—, pero sé que ahora no es posible.
Miré los tubos, las bolsas, la inmovilidad forzada.
Por primera vez desde que supe que estaba embarazada, sentí una frustración profunda por no poder moverme, por no poder decidir algo tan simple como salir a caminar o ir tras alguien que también estaba sufriendo.
Jacob apretó mi mano.
—Ya habrá tiempo —dijo—.
Ahora lo importante eres tú… y él.
O ella.
O lo que fuera que estuviera creciendo dentro de mí.
Quise creerle cuando dijo que yo podía con esto.
Yo también lo deseaba.
Pero cada día era más difícil.
El embarazo exigía más de mi cuerpo, más de mi energía, más de mi voluntad.
A veces sentía que mi don se había volcado por completo hacia el interior, como si todo lo que yo era estuviera concentrado en proteger esa vida incipiente, aun a costa de mí misma.
Tenía miedo, sí.
Pero no por mí.
Solo esperaba ser lo suficientemente fuerte para sostener lo que estaba por venir.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com