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512: 512 Prueba de reclutamiento 512: 512 Prueba de reclutamiento Editor: Nyoi-Bo Studio Los que quedaban atrás seguían intentándolo, pero siempre pasaba lo mismo.

Recordaron que los rumores decían que solo los cultivadores serían capaces de subir la montaña inmortal.

Uno tras otro, se retiraron con expresiones decepcionadas.

Sin embargo, no hubo muchos rechazados.

Una porción significativa de aquella gente tenía Raíces Espirituales.

La llamada escala de la ascensión era lo que solía usar Gordito para seleccionar a los discípulos en aquel pequeño reino.

Era diferente de los Tres Reinos Celestiales.

El Reino del Resurgimiento Divino en donde estaba Gordito sólo contenía Inmortales que cultivaban, por lo que había solo una pequeña minoría que no tenía Raíces Espirituales.

Sin embargo, las sectas inmortales allí tenían ciertos estándares.

Naturalmente, eran estrictos con respecto a los discípulos que aceptaban.

No sólo debían tener Raíces Espirituales, éstas debían ser de cierto calibre y carácter, etc.

Había varios tipos diferentes de hechizos implantados en la escala que estaban diseñados para jugar con la mente humana.

Mientras más pura y determinada fuera la persona, menos tiempo le tomaría subir la escala.

En efecto, aunque muchas personas alcanzaron la escala al mismo tiempo, una distancia comenzó a crecer entre ellas.

Todos los jóvenes que habían estado al frente en un principio se encontraron detrás del resto en menos de un minuto.

Es más, jadeaban y respiraban con dificultad.

Las mujeres y los niños que habían quedado atrás al principio, por otra parte, estaban en la delantera.

Sobre todo, para los niños menores de diez años.

No lucían ni la mitad de cansados que los hombres.

De todos modos, se daban vuelta constantemente para mirar con curiosidad a los adultos que jadeaban.

Un minuto más tarde, aparte de cinco o seis adultos en la delantera, los demás eran todos niños.

—¿Cuánto les tomará llegar aquí?

—preguntó Lonemoon.

Gordito lo miró y dijo: —Quizás otra hora.

No era mucho tiempo.

Debería acabar pronto.

—¿Eh?

¿Dónde están esos dos bastardos?

—Lonemoon se volteó para darse cuenta de que Yi Qing y Shen Ying ya no estaban en el salón principal.

—Maestro, ¿Se lo olvidó?

—le recordó Gordito—.

Es mediodía, se han ido para almorzar.

Lonemoon apretó sus labios.

Malditos engendros… —¡Padre Niu, es hora de almorzar!

—justo cuando los blasfemaba en su cabeza, escuchó la voz del Chef—.

Ah, Gordito no nos tendrá que acompañar.

No cociné su parte.

¡Bien!

Ya que se acordaron de no llamarlo a unirse, no se los descontará esta vez de su mesada.

Gordito observaba.

¿Por qué Yi Qing se tuvo que dirigir a ambos?

Gordito no quiso saber.

*** La distancia entre el grupo de la delantera y el de la retaguardia en la multitud que subía la escala crecía.

La gente que estaba más atrás ya se veía agotada.

Algunos ya ni siquiera podían mantenerse en pie, y otros que se habían rendido ya estaban regresando.

En el momento que voltearon, la escala se convirtió en una cuesta que los devolvió a la playa en segundos.

De esa forma, la gente que seguía subiendo la escala era cada vez menos.

Esto era lo que Lonemoon pensó en un principio también.

El objetivo de este ejercicio no era exactamente reclutar discípulos en su secta y enseñarles cómo cultivar.

Su objetivo principal era extender el conocimiento sobre la cultivación al mundo mortal.

Por lo que la gente que estaba seleccionando no solo tendría que aprender cómo cultivar, sino que también debían tener la capacidad de transmitir su conocimiento y habilidades a generaciones futuras.

Esto permitiría que la gente conserve su propia raza mientras el Dao Divino todavía se estabilizaba.

En la lengua moderna, a esto se le llamaba “volver a algunas personas ricas de modo que la raza entera pudiera prosperar en el futuro”.

Por esta razón, Lonemoon no necesitaba demasiadas personas que se unieran a la secta.

De hecho, con unos cuantos bastarían.

En el futuro, sin embargo, estos discípulos tendrían que tomar el papel de maestros.

Tendrían que ser naturalmente estrictos.

Un minuto más tarde, solo unas cuantas figuras permanecieron en la escala.

Había aproximadamente 20 o 30 niños que tenían 10 años más o menos.

También había más de 10 jovencitas.

Y los menos eran hombres jóvenes y fuertes que habían comenzado la carrera primero.

Lo que era asombroso era que también había un par de adultos de mediana edad.

No estaban muy atrás.

De hecho, estaban justo detrás de dos niños.

Aquellos dos niños estaban detrás de todo el grupo de niños, y parecían más cansados que cualquier otra persona de su edad.

Eran un varón y una mujer.

El pequeño muchacho jadeaba y transpiraba.

Esto no era debido a los conjuros establecidos en la escala, sino porque había llevado a la niña todo el camino por la escala.

Parecían tener la misma edad.

Naturalmente, él había gastado una cantidad de esfuerzo enorme para llevar a la muchacha a la escala.

Solo el Gordito se quedó en el salón principal.

Miró con curiosidad a estos dos niños.

La muchacha lucía muy pálida y enfermiza.

Era obvio que había problemas con su cuerpo.

De vez en cuando sacaba un pañuelo para limpiar el sudor de la cara del muchacho.

Gordito podía vagamente sentir los lazos de sangre entre estos muchachos.

Supuso que eran hermanos.

Quizás la situación de estos niños era especial.

Hui Ze no podía despegar sus ojos de ellos.

Todavía estaban a una distancia de la cumbre.

Había puesto la escala de modo que solo permanecería allí por dos horas.

Si tenían suerte, podrían lograrlo.

En ese momento, la persona que encabezaba todo el grupo ya casi había alcanzado cumbre de la montaña.

Gordito pensó en el demonio ardilla que todavía plantaba setas en la entrada.

Se volteó y se movió para ir a buscarlo.

En efecto, un niño con mejillas rechonchas que ni siquiera parecía tener diez años había logrado llegar a la entrada de la montaña.

Al lado de él, el demonio ardilla que había estado plantando setas arduamente, brincó del susto.

No controló el Qi Espiritual en su cuerpo a tiempo.

El Qi Espiritual en su cuerpo se levantó y se juntó para formar un campo entero de setas ante los ojos ajenos.

—¡Monstruo!

—gritó el niño.

Quizás era demasiado joven, ni siquiera le tenía miedo al demonio ardilla.

En cambio, siguió señalando y gritándole, estirando su mano para intentar y agarrar su cola.

—Seta —lo llamó Gordito al acercarse.

—¡Inmortal, Inmortal… exaltado!

El demonio ardilla lanzó sus setas a un lado y corrió para esconderse detrás de Gordito.

Con su cola entre las piernas, miró fijamente y con miedo al niño que estaba en la entrada.

El niño vaciló.

Al parecer había reconocido la identidad de Gordito.

Se inclinó respetuosamente y dijo: —Lu Zheng del país Chi Xu saluda al Inmortal Mayor.

El niño miraba con curiosidad al demonio ardilla al lado de Gordito.

—Mm —Gordito asintió con su cabeza y señaló hacia el campo vacío—.

Eres la primera persona en llegar a la cumbre de esta montaña.

Por favor espera a un lado que suban los demás.

Entonces, los llevaré a todos ustedes para que se reúnan con mi maestro.

—Sí, Inmortal Mayor —Lu Zheng obedientemente se paró a un costado.

Por sus trajes, era obvio que venía de una familia acomodada.

Por eso sus modales eran tan buenos incluso en una edad tan temprana.

Sin embargo, era un niño después de todo.

Todavía no podía parar de mirar a su alrededor con curiosidad.

Gordito no esperó en la entrada a la montaña por mucho.

La gente comenzaba a entrar de forma más fluida.

Al principio, eran solo niños.

Después de que cinco niños entraron, llegó una señora, después un joven y un anciano.

El tiempo casi se acababa.

La escala comenzaba a desaparecer.

La gente que todavía trataba de subir era devuelta hacia abajo uno tras otro.

Justo antes de que la escala desapareciera, el muchacho que llevaba a la niña llegó a la vista de la entrada de la montaña.

Con su fuerza incrementada, el muchacho corrió los últimos pasos restantes de la escala.

De repente, un hombre alto apareció detrás de él.

Sintió que la escala desaparecía rápido.

Apresurándose, empujó a los niños delante de él fuera de su camino y gritó: —¡Muévanse!

En el último segundo, puso sus pies en la montaña y pasó por la entrada.

Dio un enorme suspiro y alzó la vista para ver a Gordito, quien emanaba Qi inmortal.

Antes de que el hombre pudiera alegrarse, su cuerpo había sido devuelto a la playa.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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