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525: 525 Derrumbando el país de los sueños 525: 525 Derrumbando el país de los sueños Editor: Nyoi-Bo Studio Al instante, el sonido atravesó Ciudad Quhang, e incluso la tierra comenzó a temblar.
El grupo salió de la posada y vio que fuera de la puerta de la ciudad había aparecido de repente una bestia monstruosa y gigantesca.
Era totalmente oscura, por lo que no se podía ver su figura, pero sí el par de brillantes ojos color sangre, examinando la ciudad.
Su figura era muy alta, casi dos veces más alta que la puerta de la ciudad.
Agitó sus garras enormes, y con sólo un empujón, volcó la muralla.
La ciudad estaba llena de gritos de terror.
―¡Será este el monstruo que dañó la ciudad!
―exclamó un discípulo, que se movió para sacar su espada.
―No lo olviden ―Gordito habló para recordarles―.
Este es un país soñado.
Los discípulos hicieron una pausa, alzando la vista hacia el monstruo en frente.
¿Podría este monstruo ser falso?
Pero se veía muy verdadero.
Sus rostros cambiaron, y por un instante, no sabían si debían atacar.
Pero el monstruo se acercaba más y más.
Derribó la muralla y lanzó un mordisco hacia la muchedumbre aterrorizada.
Podrían incluso oler la sangre dentro de esa enorme boca roja.
La gente de la ciudad corría en todas las direcciones, pero había tanta gente que no todos podían escapar.
Había unos cuantos que se quedaban atrás.
Por lo que cuando monstruo mordió con fuerza, inmediatamente la sangre comenzó a derramarse, la escena era espantosa.
También envió siete u ocho tentáculos parecidos a los de un pulpo, que se enredaban alrededor de los que escapaban, y los lanzaba a todos a su boca, uno tras otro, haciendo sonidos al masticar.
Las manos de los discípulos se empuñaban muy apretadas al esforzarse por contener su impulso de atacar.
Algo destelló a través de la cara de Zhi Lin, que de repente sacó su espada y dijo en voz alta: ―No puedo aguantar más.
Aunque sea una ilusión, no puedo ver a este monstruo lastimar gente como le plazca.
Al decir eso, salió corriendo.
―¡Zhi Lin!
Los otros intentaron detenerla, pero era demasiado tarde.
La vieron volar en su espada.
Invocó un fuerte fuego y lo lanzó hacia el monstruo.
Era una pena que su cultivación fuera demasiado baja, ya que no solo no pudo hacerle daño al monstruo, sino que hasta terminó enredada en sus tentáculos.
Estaba a punto de llegar a la boca del monstruo.
― ¡Pequeña Lin!
―exclamó Jian Xing.
Inmediatamente sacó su espada y corrió.
Los otros discípulos lo siguieron, corrieron y comenzaron a atacar al monstruo.
Jian Xing incluso cortó el tentáculo y salvó a Zhi Lin.
Gordito miró a los cuatro y sacudió su cabeza.
Carecían de experiencia después de todo.
Bajo el ataque combinado de los cuatro, el monstruo gradualmente perdió su capacidad de luchar contra ellos.
Comenzó a gritar y a huir hacia la puerta de la ciudad.
Por supuesto, no lo dejaron huir.
Lo persiguieron juntos.
Jian Xing hasta invocó un conjuro de espada.
Inmediatamente, una lluvia de más de mil espadas cayó del cielo, directamente sobre el monstruo, clavándolo a la puerta de la ciudad al instante.
El monstruo lanzó un grito terrible, antes de que su enorme cuerpo cayera al suelo con un golpe.
Los discípulos soltaron un suspiro de alivio.
Pero antes de que pudieran sentir la alegría de la victoria, otro rugido sonó detrás de ellos.
De repente, otro monstruo idéntico apareció y comenzó a subir lentamente por el hueco en la puerta de la ciudad.
― ¿Qué pasó?
―todos estaban atónitos.
¿Por qué habría otro más?
Tuvieron que dar la vuelta y tratar con éste.
Y al parecer estos monstruos salían sin parar.
Una vez que mataban uno, otro idéntico aparecería, como si se hubieran decidido a luchar con ellos para siempre.
Sólo entonces comenzaron a reflexionar sobre las palabras de Gordito.
¿Los había detenido porque sabía que éste sería el caso?
Se dieron vuelta y observaron a la muchedumbre en la ciudad, pudieron observar que, aunque corrían con todas sus fuerzas, ninguno lograba salir de la puerta de la ciudad, era como si… estuvieran atrapados por algo.
―Hermano, mira, ¿Qué es eso?
―preguntó Zhi Lin señalando hacia la esquina de la pared.
Jian Xing se dio vuelta a mirar y vio que en la grieta de la muralla donde el monstruo la derribó, se veía una leve luz roja.
Parecía la luz de un conjuro.
No lo pensó mucho, hizo un movimiento para formar un dharma de espada, diciendo en voz alta a los demás: ―Hay un conjuro en la muralla.
Ataquen la puerta de la ciudad.
Gordito, que miraba desde abajo, palideció: ―¡Deténganse!
Lamentablemente, era demasiado tarde.
La espada dharma en la mano de Jian Xing ya se había agitado hacia la puerta de la ciudad.
Aunque los otros lo hicieron un poco más tarde, también arremetieron hacia la puerta de la ciudad.
Con fuerte golpe, grandes trozos de la puerta de la ciudad cayeron al instante.
Luego, fue como haber derrumbado una pieza de dominó: no sólo las puertas de la ciudad, sino que también todo en la ciudad comenzó a derrumbarse.
La ciudad que al principio era brillante y animada se comenzó a deformar, como si el mundo entero fuera a desaparecer.
Los discípulos quedaron en shock.
Antes de que pudieran entender siquiera la situación a su alrededor, sintieron un peso sobre sus cuerpos y cayeron al piso.
En el próximo instante, había oscuridad ante sus ojos, y aparecieron en un área de tierra llana fuera de la ciudad.
Alrededor de ellos estaba la inexpresiva muchedumbre que había salido de la ciudad.
Todo estaba justo como cuando acababan de salir de la ciudad, como si nunca hubieran visto aquella ciudad brillante y animada.
¿Podrían sus almas haberse escapado de sus cuerpos también?
Antes de que pudieran pensar en ello con cuidado, el sabor a sangre corrió por sus bocas, y todos escupieron.
Y al momento siguiente, la muchedumbre alrededor de ellos, que estaba de pie, de repente comenzó a caer.
Pronto, los cuerpos estaban esparcidos por todo el suelo.
Los discípulos heridos intercambiaron miradas.
¿Qué pasaba?
Pero cuando alzaron la vista, vieron a Gordito con una expresión seria.
― ¡Esto no es nada bueno!
―Gordito alzó la vista al cielo que comenzaba a aclarar―.
Esas almas vivas en la ciudad… ―se dio vuelta e invocó su espada de vuelo.
―Maestro exaltado, qué es lo que… Las caras de los discípulos todavía estaban completamente en blanco, sin tener idea de lo que sucedía.
Gordito los miró fijamente, con algo de cólera, antes de explicarles: ―¡Acaso todos ustedes olvidaron que las almas de todas estas personas habían dejado sus cuerpos!
Interrumpieron el sueño de forma abrupta, ¿Cómo van a volver a sus cuerpos?
―Gordito subió a su espada diciendo—.
¡Todos ustedes se quedan aquí y vigilen los cuerpos!
¡No dejen que ese fantasma se acerque!
Al decir esto, inmediatamente dio la vuelta y voló hacia la ciudad.
En este momento en la ciudad, Lonemoon, que vigilaba a cierta glotona, esperando a que despertara, miró hacia el cielo, e inmediatamente frunció el ceño.
Se levantó y se acercó a una casa al lado y observó.
En efecto, el alma viva que yacía en la cama comenzó a desestabilizarse, mostrando vagos signos de convertirse en fantasma.
Pero su cuerpo todavía no volvía.
Parecía ser demasiado tarde.
La cara de Lonemoon se oscureció.
El sol estaba a punto de salir.
Finalmente salió, hizo un sello con ambas manos, y un conjuro enorme apareció debajo de sus pies, cubriendo la ciudad entera al instante.
Evitaba temporalmente que las almas vivas en la ciudad se disiparan.
Al momento siguiente, el sol se elevó despacio.
Cierta persona que pasó la noche entera durmiendo profundamente en la calle también abrió sus ojos.
Inmediatamente, vio a la persona que se sentaba a su lado, con su cara llena de resentimiento.
―Hey, Padre Niu, ¡Buenos días!
― ¡Al demonio con tus ‘buenos días’!
―Lonemoon hizo rodar sus ojos hacia ella―.
La próxima vez, antes de dormirte, deberías usar una cuerda para atarte a la cama ―hasta un mero Qi Fantasma te podía llevar, ¡qué tan profundo estabas durmiendo!
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