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No Hay Amor En la Zona Mortal (BL) - Capítulo 680

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Capítulo 680: Historia Paralela 3. Flor Estelar – 15

En el invierno después del segundo cumpleaños de los gemelos, recibieron el regalo de una hermosa hermanita. Con un padre y madre de cara juvenil, el verdadero bebé estaba destinado a ser adorable; un hecho en el que los propios gemelos estaban de acuerdo.

—¡Gyuu! —Asa gritó con una voz aguda y enérgica mientras se colgaba del barandal del moisés, estirando los brazos intentando alcanzar al bebé.

Por supuesto, su padre lo sostenía cuidadosamente de la cintura mientras lo hacía, corrigiendo su pronunciación. O más bien… asegurándose de que fuera la palabra correcta. ¿”Lindo”?

—¡Kyut!

El gemelo mayor tenía una opinión ligeramente distinta. —Peetee…”

—¿Bonita?

—Ung —asintió tranquilamente el niño—. Pweetee.

—¡Kyut! —Asa insistió—. ¡Bebé pequeño!

—Eras más pequeño que ella cuando naciste, ¿sabes? —le dijo su Baba en un susurro fuerte, y los gemelos gaspearon incrédulos.

Sólo después de que Bassena les mostró sus fotos de recién nacidos con sus manos como comparación creyeron, y su expresión de asombro fue suficiente para provocar risas, incluyendo a las niñeras. Los pequeñitos terminaron repasando todo su álbum de bebé y comparándolo con su hermanita recién nacida, discutiendo cosas con su propio lenguaje de gemelos.

—¡Ah, qué alivio! —Han Shin exhaló lentamente mientras se apoyaba en el cabecero de su esposa, dándose palmadas en el pecho.

A diferencia de Zein, Reina tuvo un parto vaginal, así que no se pudo hacer en una o dos horas. Desde la primera contracción hasta el parto, casi tardó veinte horas. Aunque habían preparado todo, desde la bolsa de maternidad hasta la reserva de la habitación del hospital con anticipación, Han Shin no pudo evitar entrar en pánico al final. Era un concepto confuso y frustrante para un sanador ver a su pareja pasar por un dolor inmenso sin poder ayudar.

Lo único que pudo hacer fue sanar a Reina al final, después de que su hija saliera sin problemas, para que su esposa no tuviera que ser suturada. Y aunque había visto suficientes heridas y lesiones durante su carrera, no pudo evitar temblar mientras sanaba a Reina.

Aún ahora, todavía encontraba sus manos temblando de vez en cuando al recordar. Fue una experiencia extraña, aterradora y maravillosa.

—Heh —Bassena se burló después de entregar su commlink a los gemelos—. Me burlabas tanto en el pasado, mira ahora.

—Lo siento, ¿vale? —Han Shin gruñó mientras rodaba los ojos exasperado—. ¿Pueden dejar de pelear frente a los niños?

Bajo la mirada severa de Zein, Bassena y Han Shin cerraron obedientemente los labios, provocando la risa de Reina. Gracias a la sanación de su esposo, no experimentó mucho dolor después, y tras descansar por un rato, recuperó el color en su rostro a pesar del agotamiento que no podía curarse con poción.

Aún así, estaba sonriendo felizmente. Sus padres y hermanas mayores se divirtieron con las interacciones de estos espers de alto rango y decidieron dejarla en sus manos mientras preparaban el lugar del bebé en su casa Lucre.

—No estoy seguro de a quién se parece, aunque… —Bassena inclinó la cabeza mientras miraba a la pequeña princesa envuelta en una linda manta amarilla brillante—. Como un polluelo, pensó sonriendo.

—¿Será porque tenía hijos propios? Ver a estos pequeños humanos le hacía sonreír automáticamente estos días.

—No me parezco exactamente a mis padres tampoco —Radia se encogió de hombros, entrecerrando los ojos mientras observaba a la pequeña princesa—. No para escudriñar la genética, sino para evaluar qué gemas se adecuarían a su paleta de colores. De cualquier modo, Zein simplemente tiene un gen fuerte.

—Absolutamente —Bassena se rió entre dientes—. Todavía le asombraba cómo, a pesar de tener sus ojos y cabello, así como su personalidad infantil, Asa todavía se parecía a un mini-Zein.

Naturalmente, Kar se parecía aún más a Zein, hasta en su naturaleza reservada.

—Hmm… —Han Joon inclinó la cabeza mientras sostenía a su sobrina en brazos, pareciendo como si ya estuviera acostumbrado a ello—. ¿Qué pasa?

—Se parece un poco a ella —todo el mundo miró a Han Joon sorprendido, especialmente Han Shin, cuyos ojos se iban agrandando gradualmente. No había muchas mujeres en la vida de Joon, mucho menos si tenía algo que ver con ‘genética’.

—¿…a quién? —el sanador preguntó con anticipación.

—Noona.

—Oh… —La información fue pronunciada con una voz seca; la falta de expresión dejó a Han Shin sin saber cómo reaccionar. En realidad, la existencia de su difunta hermana mayor era algo similar a una ilusión para él. ¿Cómo no podría serlo? Solo se enteró de ello hace unos años.

Naturalmente, nunca supo cómo era ella, y necesitó tiempo para digerir el hecho de que su hija se parecía a ese miembro de la familia sin rostro.

Pero no su esposa.

—¿De verdad? —Reina juntó las manos, luciendo genuinamente encantada. Sus ojos se arrugaron y brillaron mientras acariciaba las mejillas enrojecidas de su hija—. ¿No es encantador? ¡Te pareces a tu tía, Lily!

—Han Joon alzó lentamente las cejas—. ¿Vas a llamarla…Lily?

—…Nari —Han Shin le dijo a su hermano con cuidado—. Vamos a llamarla Nari.

—Ah… —fue una coincidencia. Habían preparado el nombre poco después de conocer el sexo del bebé, pero nunca pensaron que su hija se parecería a su homónima.

—Han Shin preguntó con cuidado, chequeando la expresión de su hermano—. ¿Está bien…hyung?

—Ella es tu hija, así que puedes nombrarla como quieras —Han Joon se encogió de hombros, todavía mirando el rostro del bebé sin ninguna expresión particular.

—Quizás por eso Han Shin se mostraba inquieto y preguntaba con insistencia. ¿Pero estás bien con eso?

Han Joon parpadeó al tono preocupado en la voz de su hermano y giró la cabeza para mirar los ansiosos ojos de Han Shin. —Sí —finalmente sonrió mientras dirigía su mirada de nuevo a la pequeña princesa—. Sí, lo estoy.

* * *

Al día siguiente, mientras Radia agasajaba a su sobrina con todo tipo de regalos, Han Joon llamó a su hermano menor a la sala de estar de la suite del hospital para dar su propio ‘regalo’.

—¿Qué es esto? —Han Shin miró con curiosidad la caja frente a él.

Era una caja vieja y desgastada. No era ni siquiera una caja apropiada, más bien como una lata grande de galletas. Al ver que era de una marca que ya no existía, parecía que la propia caja era más antigua que él.

—Eso es de Madre… y de Noona —. Han Shin levantó la cabeza con los ojos bien abiertos—. ¿De Nari Noona…?

—Son las únicas cosas que pude conseguir antes de que ese hombre tirara todo —Han Joon sonrió amargamente.

Él mismo era solo un niño en ese momento, pero tenía una fuerte intuición. En cuanto llegó a casa, agarró lo que pudo de su habitación: horquillas, broches, el único collar de perlas que tenía su madre, el llavero de su hermana, cintas de su ropa, la bonita cartera que su hermana compró después de ahorrar su paga…

Agarró lo que pudo con su baja estatura y pequeñas manos, usando la lata de galletas que su hermana usaba para guardar algunas fotografías que los tres se tomaron en secreto. Las únicas fotos con caras genuinamente felices, a diferencia de las caras serias de toda la casa.

Y se demostró que fue lo correcto, porque al día siguiente, varias personas con uniforme militar vinieron a borrar la existencia de su hermana. Incluso la de su madre. La única prueba de que su madre había existido era la rígida foto de boda, de antes de que naciera su hermana.

Bueno… esa foto y Han Shin, que se parecía a su madre.

—Perdona por ocultártelo —Han Joon sonrió disculpándose.

Claro, la mitad era porque no podía contarle a Shin sobre su hermana, por miedo a que el niño divagara accidentalmente. Pero también… había una parte de él que quería mantener ese recuerdo solo para sí mismo. Solo él. Incluso Radia no sabía de la existencia de esta caja.

Al captar la culpa en los ojos de su hermano, Han Shin rápidamente negó con la cabeza. —¡No! —casi gritó, antes de recordar que todavía estaban en el hospital, aunque toda esta sección de la planta estuviera reservada para ellos—. Quiero decir… no te preocupes…

Han Shin miró la caja, suspirando interiormente. —Esto debe significar mucho más para ti que para mí, Hyung. Quiero decir… nunca los conocí.

—Supongo —Han Joon se reclinó, sintiéndose algo aliviado. Miró a su hermano menor, que ahora tenía un bebé, y sonrió—. Pero ya que tienes una hija ahora, estoy pensando que puedes mostrárselos a ella. Hay… algunas fotos también. Creo que es bueno que conozca un poco a su abuela y a su tía. No estoy seguro de si las joyas todavía se pueden usar, pero–

Han Shin se levantó y se lanzó hacia su hermano mayor, abrazando al hombre con fuerza. —¡Gracias, hyung! .

Han Joon se rió entre dientes mientras sostenía a su hermano menor. Incluso después de tener un bebé, el niño seguía siendo un bebé después de todo, al menos en sus ojos. Se sentía como si no hubiera pasado mucho tiempo desde que llevaba al niño lloriqueando, y hace apenas diez minutos, sostenía a la hija de ese niño.

El tiempo era así. Mientras su cerebro intentaba borrar los once años de separación con su querida, el período anterior le parecía como si fuera ayer.

Sí. La gente debería vivir con buenos recuerdos.

—Shin —acarició el pelo negro y esponjoso.

—¿Sí?

—Sé un buen padre, ¿quieres?

Han Shin se quedó rígido por un momento, consciente del peso detrás de la solicitud. La manera en que se dijo con una voz suave le perforó aún más el corazón.

Y por eso entendió cuán importante era su respuesta para Joon.

—Haré lo mejor que pueda —respondió Han Shin con firmeza, alejándose del abrazo de su hermano, que se había vuelto agradablemente cálido. Miró directamente a los penetrantes ojos negros—. Sé que tengo muchos defectos, pero… al menos puedo prometerte que la amaré con todo mi corazón.

—Sí —esta vez, Han Joon golpeó el hombro de su hermano—. Eso es un buen comienzo.

Con un brillo en sus ojos, Han Shin continuó.

—Pero estoy seguro.

—¿Lo estás?

—¡Porque me criaste tú, Hyung! —Han Shin sonrió con picardía.

Han Joon soltó una risa hueca.

—No creo ser tan bueno tampoco.

Le ocultó cosas a Shin, y se fue cuando su hermano menor aún era un adolescente. Debido a su argucia, engañó incluso a su hermano, ocultando su verdadero yo. Al final, no pensaba que hubiera hecho mucho.

—Pero siempre estás ahí —Han Shin sonrió ampliamente—. Esa sonrisa alegre solo podía estar allí por Han Joon, y Shin quería que su hermano entendiera eso—. Me protegiste y siempre te aseguraste de que tuviera lo necesario. Sobre todo lo demás… —echó un vistazo a la habitación—. Me dejaste ser yo mismo y perseguir lo que quiero. Hice una promesa a Rei noona de hacer lo mismo por Nari.

Han Joon parpadeó lentamente, y Shin dejó que su hermano digiriera sus palabras, esperando pacientemente con una sonrisa alegre.

—Ya veo… —finalmente dijo Han Joon mientras acariciaba el costado de la cabeza de su hermano menor.

Esas palmaditas y caricias, también era algo que su padre nunca les había dado. Al menos, sabía que Shin proporcionaría eso a su hijo.

—Pero, hyung… —Han Shin miró hacia arriba incómodo en medio de las palmaditas de su hermano.

—¿Mm?

—Si digo que iré a la Torre, ¿te enojarás otra vez?

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