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Pequeña señorita diablita: la esposa traviesa del presidente - Capítulo 46

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46: Capítulo 46.

¡Yo debiese ser el primero en tu lista!

46: Capítulo 46.

¡Yo debiese ser el primero en tu lista!

Editor: Nyoi-Bo Studio —Oh, dios, este lugar es enorme.

Es hermoso —exclamó Lu Xinyi mientras que el auto de alquiler se dirigía a la sucursal de la compañia de Shen Yi en la ciudad H.

Su mano presionaba ligeramente la ventana como si de esa forma pudiese ver mejor el paisaje que atravesaban.

—Nunca había visto un lugar así—confesó, lo cual era de esperarse.

¿Cómo podía una persona como ella visitar lugares donde los profesionales usaban sus mágicas manos para hacer algo tan elegante y encantador?

—Puedes echarle un vistazo luego —respondió Shen Yi mientras que giraba el auto para estacionarlo.

Hay un laberinto más adelante.

¿Crees que puedas encontrar la salida en un tiempo límite?

Lu Xinyi inclinó la cabeza, algunos mechones se le escapaban del moño.

Oh, cuánto desearía Shen Yi que ella tuviese el cabello suelto para poder recorrerlo con los dedos.

—¿Es eso un desafío?

—sonrió.

Sus ojos brillaban con malicia.

Le dio una mirada desafiante.

Shen Yi apagó el motor antes de encoger los hombros.

—Sí, claro.

Te daré lo que sea que quieras si ganas la apuesta.

Lu Xinyi se frotó la barbilla, intentando adivinar qué escogería si ganaba la apuesta.

—Trato hecho, pero dame algo de tiempo para pensar en mi premio.

—Por favor, dime que no se trata de comida otra vez —masculló para sí mismo, pero Lu Xinyi logró escucharlo.

—Cariño, ¿acaso intentas darme ideas?

—le provocó.

Lograron llegar a tiempo para la reunión sin problemas.

Lu Xinyi siguió a su esposo de lejos, saludando con una pequeña sonrisa a todos los que pasaban por su lado.

Estaba nerviosa y un poco incómoda, lo cual hizo que Shen Yi pensara que algo andaba mal.

Se detuvo y esperó a que esposa lo alcanzara, luego le agarró el brazo para que caminasen uno al lado del otro.

—Oye, no tienes que arrastrarme por el lugar —se quejó Lu Xinyi con un puchero.

Shen Yi estaba agarrando el hábito de arrastrarla hacia donde él quisiera.

—Estás muy lejos.

Eres mi esposa, se supone que debes permanecer a mi lado.

Continuaron su caminata hacia la sala de conferencias.

—Pero no iré a ningún lado.

—Lo cual era cierto.

No estaba familiarizada con el lugar.

Rayos, estaba segura de que caminar todo el día no la permitiría que el área tenía para ofrecerles.

Sin embargo, su esposo le estaba permitiendo ver la otra cara de su moneda: su vida en público.

—¿Y si te da hambre y me abandonas de nuevo?

—preguntóél.

Oh, tenía un punto.

No era la primera vez que lo dejaba por irse a comer.

—Está bien, entiendo.

Me quedaré contigo —concedió.

Shen Yi estaba tentado a remover la corbata de su cuello.

Su mano intentó desatarla, pero Lu Xinyi no lo permitió.

—¡No la toques!

Puedes quitartela luego de que terminen tus reuniones —le recordó.

—No me gusta.

Me siento como un perro con correa —se quejó.

Lu Xinyi hizo una mueca, como intentando contener la risa.

—No te rías.

No es gracioso —le dijo bruscamente.

Una pequeña risita se escapó de los labios de Lu Xinyi.

Shen Yi vio muchas caras conocidas al entrar al salón de conferencias.

Su esposa estaba sentada a su derecha para que él se asegurara de que no se iría sin que él se diera cuenta.

No eligiría a la comida por sobre él, no esta vez.

Sus empleados quedaron atónitos al ver a su jefe con una mujer a su lado.

¿Acaso los medios no decían que él era gay?

Esa mujer definitivamente compartía cierta familiaridad con él.

Decidieron no prestarle atención, pero no podían evitar escuchar a la pareja hablarse con voz suave.

Tan pronto como se sentaron, Lu Xinyi sacó su laptop y empezó a organizar el horario del día para Shen Yi.

A pesar de no tener un título universitario, Lu Xinyi entendía su agenda y su horario sin ningún problema.

Seguramente tener un asistente como Qiao He le hacía el trabajo más fácil.

Luego notó que Shen Yi la miraba.

Lo miró por encima de la laptop.

—¿Hay algún problema?

Shen Yi sacudió la cabeza y miró a su alrededor mientras esperaba a que el gerente de sucursal apareciera.

Debiese haber estado aquí antes de que Shen Yi llegara, pero ciertamente no le afectaba en absoluto.

Él estaría irritado para ahora, en otras circunstancias, pero con la presencia de su esposa, no podía quitare los ojos y la atención de encima.

Ese dulce beso de la mañana aún revoloteaba por su cabeza.

—¿Tengo alguna cita para esta tarde?

Lu Xinyi miró rápidamente su horario antes de sacudir la cabeza.

Tomó una botella de agua de su costado y la abrió para beber—.

Nada.

Luego de tu reunión del almuerzo, estás libre el resto de la tarde.

—Ah, entonces está bien.

Podemos ir a nuestra primera cita más tarde —asintió Lu Xinyi casi se ahoga con el agua.

¿Qué dijo?

—¿Qué primera cita?

—parpadeó.

Su corazón latía con excitación y nerviosismo.

—¿No te pedí que salieras conmigo?

—suspiró pesadamente—¿No tengo permitido salir con mi propia esposa?

—¿No dijiste que puedo salir con quien quiera o lo que sea?

Ah, él dijo eso antes de que se casaran.

Shen Yi se volteó y la fulminó con la mirada.

Se suponía que ella debía ser cautelosa con sus sentimientos, maldita sea.

Cuando él la invitó a salir ayer, le tomó mucho coraje para decirlo.

Él se sentía incómodo, y sin embargo ella estaba sonriendo como si se burlara de él por no haber mantenido su promesa durante demasiado tiempo.

Shen Yi se rió y se negó a encontrarse con su mirada de complicidad.

—¿Quién dijo que no puedes salir conmigo?

Tu.

Propio.

Esposo.

¡Yo debiese ser el primero en tu lista!

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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