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Reborn: Evolucionando de la nada - Capítulo 221

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  3. Capítulo 221 - 221 Capítulo 221 Inminente
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221: Capítulo 221: Inminente 221: Capítulo 221: Inminente Editor: Adrastea Works Dorian sintió como si hubiera experimentado un renacimiento.

El mundo a su alrededor se sentía más claro, sus sentidos estaban expandidos, y él se había vuelto… más fuerte.

Mucho más fuerte.

Dorian solicitó su estatus.

– Dorian – Estado del alma Etapa del alma: Clase Rex (incompleta) Salud: Perfecta Energía: 2.003.920 / 2.018.810 – «¡¿Dos millones?!

¡¿Mi nivel de energía alcanzó los dos millones?!» Cuando Dorian vio las estadísticas, quedo boquiabierto.

Era una ganancia increíble.

La mayoría de los expertos en la etapa inicial de la clase Rex tenían una calificación energética de alrededor de 500.000.

Con una calificación de poco más de dos millones, Dorian se había convertido en una verdadera potencia entre los de clase Rex.

Si bien su forma de vampiro empíreo potenció su fuerza base en gran medida, fue el alma anormalmente poderosa de Dorian prorrumpiendo con fuerza tan pronto como alcanzó la clase Rex, lo que resultó en el mayor aumento directo de poder.

Ese aumento era el resultado de la gran cantidad de leyes que estudió, así como los constantes aumentos en el poder de su alma base, lo que potenciaba enormemente su energía más allá de las expectativas.

Con tanta energía, y una matriz de hechizos del alma de clase Rex, el poder total de Dorian había aumentado significativamente.

La cantidad de Rayos hyperion que podía manejar, el poder detrás de sus golpes, la cantidad de energía de la ley que podía usar…

todo aumentaría debido a esto.

Con todas sus habilidades y la gran cantidad de leyes a las que podía acceder, Dorian se había convertido instantáneamente en uno de los expertos más poderosos de clase Rex en los 30.000 Mundos.

«Dice “incompleto” en mi etapa».

Frunció el ceño al ver eso.

No obstante, después de un momento lo entendió.

Su matriz de hechizos del alma había alcanzado la clase Rex.

Estaba de forma indiscutible en la clase Rex.

Sin embargo, la única forma normal de llegar a la clase Rex era dominar y comprender por completo una ley.

Y Dorian no había hecho eso.

Por causa de esto, él estaba y no estaba en la clase Rex.

Sin importar cuán fuerte se haya vuelto su alma, siempre estaría atrapado como en una especie de estado falso de clase Rex hasta que domine una Ley por completo.

«Aún así…» Dorian sonrió, sintiéndose ridículamente complacido.

Apretó los puños, sintiendo una increíble sensación de fuerza.

«Con un poder como este…

No, no es suficiente».

Cortó sus pensamientos, sus ojos destellaban mientras recordaba algo más.

– Progreso de las Leyes – Leyes Virtuosas (4/7) – ???

Leyes Demoniacas (7/7) – Ley del Pecado Original – 7% – —Mi cuerpo y mi alma se han vuelto verdaderamente poderosos.

Ahora es el momento de aumentar la comprensión de mis leyes —asintió bruscamente.

No podía permitirse holgazanear.

Dorian podía sentir que, a pesar del hecho de que había alcanzado la clase Rex, aún era posible aumentar el poder base de su alma.

Para los expertos normales de clase rex, la fuerza máxima de su alma estaba limitada por cuán poderosa era su alma cuando llegaban a la culminación e ingresaban en la clase Rex.

Dorian, no obstante, era una excepción, debido a la gran cantidad de leyes que poseía, así como a la forma única en la que llegó a la clase Rex en primer lugar.

Dorian miró hacia la cascada mágica de hielo gworen.

Su cuerpo cambió cuando se transformó nuevamente en su forma de demonio de equilibrio.

Si bien su forma de vampiro empíreo era ahora su cuerpo más fuerte, su forma de demonio de equilibrio seguía siendo la mejor para meditar sobre las leyes del universo.

Dio unos pasos hacia adelante, hasta el borde del hombro del gigante.

Luego caminó por su brazo, sus pies crujían sobre una gruesa capa de hielo.

Volvió a mirar el hombro congelado, con una pequeña sonrisa.

—Supongo que se podría decir que estaba de pie sobre los hombros de gigantes.

Bueno, al menos de un gigante, de todos modos, jajaja — no pudo evitarlo mientras pensaba en un viejo y famoso dicho de la Tierra.

Apartó la alegría mientras caminaba en el hielo, avanzando hasta llegar a una posición óptima.

Su forma de demonio de equilibrio podría manejar el frío brutal mucho mejor que el calor abrumador del núcleo fundido de Taprisha.

Una vez que llegó a un lugar lo suficientemente cerca de la cascada de hielo gworen, se sentó y comenzó a meditar.

Sonrió después de unos momentos.

«¡Es como en Taprisha, pero todo lo contrario!

¡Algunas de mis leyes están mejoradas, mientras que otras están debilitadas!

¡Yo tenía razón!» Cuando extendió la mano para sentir la Ley del Universo, descubrió que las leyes de la Ira, la Gula y la Pereza se habían vuelto más fáciles de percibir.

No obstante, sus otras Leyes se habían vuelto más distantes y difíciles de sentir.

Una vez que lo descubrió, tomó su decisión al instante.

«Puedo turnarme para moverme de un lado a otro entre Taprisha y Blizzaria mientras consigo que todas las leyes avancen una etapa, y luego más».

Su ley del Pecado Original solo progresaría si todas sus leyes estuvieran en un nivel de comprensión similar o mayor.

Se movió ligeramente cuando una capa de hielo comenzó a cubrir su cuerpo.

Luego comenzó a poner toda su concentración en fortalecer su comprensión de las Leyes del Universo.

..

..

..

..

..

..

Mientras tanto… en un planeta muy lejano… ..

..

..

..

..

..

Sun Wukong miró hacia el sol poniente con una pequeña sonrisa en su rostro.

La luz del sol se reflejaba en sus ojos, brillando con una luz que no parecía caer realmente sobre él.

—Mi hora finalmente ha llegado.

Las palabras que susurró en voz alta hicieron eco alrededor de la gran rama en la que se sentó, sobresaliendo del lado inferior del árbol del mundo.

Se sentó solo, apoyado contra un gran cúmulo en la rama.

Su báculo yacía sobre su regazo mientras estaba sentado, descansando en silencio.

El tiempo pasó en silencio mientras Sun Wukong observaba el día morir.

Pronto, la noche estaba sobre él.

Se podían escuchar varias criaturas, chirriando o gruñendo.

Floreció un bullicioso ecosistema de vida, criaturas que cazaban criaturas, animales que descubrían el descanso.

La luz solitaria de una única luna ondeaba arriba, iluminando tenuemente el mundo a su alrededor.

La noche continuó su inevitable marcha hacia adelante.

Las horas pasaron volando.

Aun así, Sun Wukong estaba sentado, mirando hacia el oeste.

Paulatinamente, la noche comenzó a esfumarse.

La luz del sol una vez más comenzó a ir cubriendo suavemente el horizonte, detrás de Sun Wukong en el lado opuesto del árbol.

Empero, una pequeña sonrisa apareció en la cara de Sun Wukong cuando divisó algo más.

Un grupo de figuras había aparecido en la distancia, caminando a lo largo de una de las grandes raíces del árbol del mundo que estaba directamente adyacente hacia él.

—Dama sabia…

¿te he hecho sentir orgullosa?

—murmuró Sun Wukong mientras miraba al grupo distante que se acercaba a él—.

La Escuela Independiente del Trueno Libre ha comenzado a actuar.

Las anomalías de espíritu libre se han marchado, con un guardián mucho más poderoso de lo que él sabe, mientras que mis generales bestia vigilan a los demás y a este mundo fuente —habló para sí mismo.

—Todo lo que he hecho, todo lo que he logrado en esta vida…

He hecho todos los preparativos que pude —reflexionó en voz baja.

Él era Sun Wukong.

El rey mono.

El todopoderoso gobernante de la Alianza Graal.

Una alianza que ayudó a forjar con sangre y acero, conquistando enormes cantidades de territorio y ocupando grandes cantidades de recursos en él.

Un vasto imperio que se extendía por miles de mundos, controlando miles de millones de vidas.

Todo para una única misión, preparándose para un solo momento en su historia de mil años.

Un único propósito.

Detener a un hombre.

Un hombre que se había convertido en un Dios.

—Siempre supe que volverías, mi antiguo compañero de entrenamiento.

El reino divino tendría poco encanto para ti —Sun Wukong sacudió la cabeza, mientras aparecía una sonrisa triste.

—Incluso si mis ojos no pudieran ver tan lejos…

siempre lo sospeché.

Por desgracia…

realmente ha sucedido.

—Suspiró—.

Y aun así…

antes de que podamos encontrarnos realmente, ha llegado mi hora.

Quizás tú y yo podamos encontrarnos en la siguiente —Sun Wukong lentamente comenzó a ponerse de pie.

Echó un vistazo al cielo de la mañana, sus ojos cada vez más distantes.

—Yo…

hice lo mejor que pude, dama sabia.

No soy más que un simple mono.

Hice todo lo que pude por estos 30.000 Mundos.

—Su mirada vaciló mientras sus hombros se encorvaban.

Por un solo momento, parecía que llevaba una enorme carga sobre sus hombros.

Una que lo había perseguido durante mil años, una que soportaba en silencio, libremente, por amor a la vida y a sus habitantes, y un deseo de hacer lo correcto.

Las manos de Sun Wukong comenzaron a temblar.

Se aferró a su corazón, su pecho se estremecía.

Unas pocas gotas de sangre aparecieron en sus labios.

Sus ojos brillaron con luz, un momento después, recuperó el control de manera instantánea.

Se limpió la sangre con la mano y luego la miró con los ojos tranquilos.

—Pero antes de irme…

hay una cosa más que debo hacer —Apartó la vista de su sangre, quitándosela en un instante mientras comenzaba a caminar hacia el grupo de figuras que se le acercaban.

En muy poco tiempo, los interceptó.

El grupo no le era desconocido.

—¡Saludos, Lord Wukong!

—la respetuosa voz de Mello resonó en el aire mientras asentía a Sun Wukong.

Detrás de Mello estaban Xaphan y Aron, así como otros tres seres de aspectos únicos.

Uno parecía estar hecho completamente de rocas de cristal, translúcidas y brillantes, con una cara tallada en ese cristal en bruto, con 3 metros de altura.

Otra parecía ser mitad mujer, mitad planta, con ojos verdes que brillaban de forma ominosa.

El último tenía la piel de color rojo oscuro y se parecía vagamente a un Titán, a excepción de que era mucho más pequeño y delgado, con el pelo azul, de entre todas las cosas.

Los camaradas de Mello lo habían presentado antes a Sun Wukong.

El Duodécimo noveno, el Cuadragésimo y el Octogésimo tercero.

En ese momento, aún no habían elegido nombres para sí mismos, según lo que Mello afirmó.

—He venido aquí para preguntar si hay alguna forma en que podamos ayudarte.

Si bien no todos somos los más fuertes, ahora todos hemos ingresado con éxito en la clase Rex y estamos… —no obstante, antes de que Mello pudiera terminar Sun Wukong lo interrumpió.

—Hola, Mello, y compañía —el rey mono les dio a todos una sonrisa sombría mientras proseguía—.

En realidad, hay algo con lo que todos pueden ayudarme —Sun Wukong no andaba por las ramas.

La mandíbula de Mello se abrió ligeramente como una respuesta extremadamente directa y abrupta.

Parpadeó por un momento y luego se borró la expresión de sorpresa, dándole a Sun Wukong un fuerte asentimiento.

—Tiene que ver con uno de sus hermanos.

Uno con el que estás familiarizado.

Una anomalía conocida con el nombre de…

Dorian —comenzó Sun Wukong.

Mello asintió en silencio cuando escuchó el nombre, sin revelar nada.

Aron y Xaphan, por otro lado, ambos parecieron congelarse, dirigiendo su atención completa a Sun Wukong.

—Sé que pronto estará en peligro.

Un grave y mortífero peligro que no se puede evitar —Sun Wukong hizo una pausa por un momento.

En esa pausa, el generalmente silencioso Aron saltó hacia adelante, la armadura metálica que lo cubría hizo ruido.

—Debemos rescatarlo.

¡No podemos permitir que nuestro hermano muera!

Él no.

Las palabras de Aron agitaron el aire, llenas de convicción.

Aron nunca había olvidado todo lo que Dorian había hecho por él, cuando Dorian lo había salvado en Magmor.

Las otras anomalías parecían desconcertadas, especialmente las tres más nuevas, ya que todas se voltearon y lo miraron fijamente.

No obstante, ninguno de ellos habló, cuando Mello levantó una mano.

—Sé de él.

¿En qué peligro está?

—preguntó Mello en voz baja, sus ojos estaban en llamas.

A Mello no le gustaban los humanos.

No le gustaban las sombras.

No le gustaba los aeth.

Ni siquiera le gustaban los monos.

Sin embargo, sí se preocupaba y le agradaban sus hermanos.

Aquellos que vinieron a este mundo, como él.

A los que consideraba una verdadera familia.

Dorian aún más, dada su alianza en el pasado.

—Qué peligro…

mmm… —Sun Wukong se apartó del oeste, su mirada se elevó hacia el este, más allá del árbol del mundo detrás de él—.

Un ser de gran poder se dispone a matarlo.

Si todos vienen conmigo, llegaremos a tiempo.

Si no lo hacen…

entonces llegaremos demasiado tarde.

—¿Qué ser?

¿Quién viene por él?

—interrumpió Mello, una sensación de urgencia tiñó su tono.

Sun Wukong se volteó para mirar a Mello y suspiró.

—Un tonto equivocado.

..

..

..

..

..

..

—Puedo sentirlo.

Finalmente, después de todo este tiempo.

La risa de Zero llenó el aire mientras se encontraba en la cima más alta del planeta reestructurado de Hani.

Los rayos y el viento estallaban a su alrededor, el clima errático del planeta que pasaba brutalmente sobre la atmósfera.

El tiempo había pasado rápidamente para el Segundo nacido.

Se había centrado exclusivamente en la meditación y gracias a eso hizo un gran progreso.

Ahora estaba completamente repuesto, curado a un ritmo que excedía sus esperanzas.

Su regeneración potenciada parecía ocurrir debido al estado actual del ahora exótico mundo de Hani.

Este mundo acababa de sufrir un cambio enorme.

Todo aquí era caótico, con grandes extensiones de tierra y espacio sufriendo la aniquilación.

Ese cambio parecía incluso haber causado un efecto en las leyes del universo.

A Zero le había resultado más fácil que nunca recurrir a la ley de aniquilación, especialmente en su estado de clase Angelus.

Su velocidad de recuperación había sido mejorada enormemente gracias a eso.

Y ahora… Regresado a su mejor momento, Zero hizo un descubrimiento.

Su alma había sido purgada de SU presencia.

El alma remanente de Yukeli ya no estaba presente.

Sin embargo, al eliminar esa pieza, su alma parecía haber adquirido una atracción inherente a todos los demás restos de almas, como si estuviera buscando y tratando de volver a ser completo.

Su alma se había acostumbrado a ese anexo, y sin él, sentía que le faltaba algo.

Este anexo inherente lo empujaba en múltiples direcciones, a lo largo de líneas invisibles del Destino.

Debido a eso, descubrió que podía sentir a estas almas remanentes, capaz de localizar casi exactamente dónde las sentía, e incorporando eso en un mapa mental de los 30.000 Mundos.

Pero más allá de eso…

Zero descubrió que era capaz de distinguir entre todas las almas remanentes, por un simple factor.

Podía clasificarlos aproximadamente por edad.

Podía detectar cuánto tiempo había estado cada fragmento en los 30.000 mundos, las almas remanentes eran distinguibles por cantidades mínimas.

Si bien el alma de Yukeli obviamente había estado en los 30.000 mundos hace mucho tiempo, las huellas de la edad que Zero podía sentir cubrían solo su tiempo desde su reciente regreso.

Y de todos los fragmentos de almas que podía sentir…

Solo uno se sentía mayor que la edad de su propia alma.

—El Primogénito.

El mayor logro de ÉL.

El ser en el que ÉL puso la mayoría de sus esperanzas —Zero apretó los puños.

Un ondulante halo de color rojo sangre apareció alrededor de su cabeza.

El aire a su alrededor tembló, apareciendo una luz roja brillante y, solo unos momentos después, causó una pequeña explosión.

La cima de la montaña en la que estaba de pie fue destruida en pedazos de polvo cuando apareció un enorme agujero enorme en la realidad.

Esta ruptura en el espacio mismo era irregular, con líneas negras que temblaban de manera ominosa.

No obstante, en lugar de la nada negra causada por la ruptura, apareció otro mundo dentro de la visión de Zero.

Al usar su ley de aniquilación y su matriz de hechizos del alma de clase Angelus, así como todas las habilidades de sus diversas formas, Zero había tenido una epifanía.

Había descubierto una manera de destruir la realidad, ganando la capacidad de teletransportarse de mundo en mundo, lo que aumentaba enormemente su velocidad de viaje.

—Está lejos hacia el este.

Si viajo lo más rápido que pueda, debería poder llegar a él en solo un par de días —las palabras de Zero atravesaron el aire, la luz roja teñía el mundo a su alrededor como sangre.

—Mi hermano…

la única forma en que ÉL puede ser asesinado es si libero todos sus remanentes y luego lo mato personalmente —el pecho de Zero se agitó mientras hablaba en voz alta para sí mismo, causando que el mundo a su alrededor se distorsionara ligeramente, debido a la enorme cantidad de energía pura que estaba concentrando.

—Usaré tus linajes para usarlos contra él.

Y lo mataré, sin importar cuán difícil sea, sin importar cuán doloroso, sin importar cuán imposible pueda resultar.

Soportaré esa carga —las palabras retumbaron en el aire.

Zero guardó silencio por un momento, sus ojos brillaban mientras exhalaba lentamente.

—Perdóname.

Esta es la única forma en la que tú o yo seremos verdaderamente libres.

—la voz de Zero era sombría.

Tenía un indicio de ira, pero también una pizca de culpa y odio hacia sí mismo.

No obstante, más allá de todo eso…

Tenía un tono de absoluta determinación.

—Él debe ser detenido.

REFLEXIONES DE LOS CREADORES K1tZu N.

de la T.: La expresión “estar a hombros de gigantes” deriva de la metáfora de unos enanos de pie sobre los hombros de los gigantes y significa “descubrir la verdad a partir de descubrimientos anteriores”.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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