Reborn: Evolucionando de la nada - Capítulo 234
234: Capítulo 234: Teletransportación 234: Capítulo 234: Teletransportación Editor: Adrastea Works Levantó la vista de la silla y se dirigió hacia una puerta de piedra que conducía fuera de la cámara.
De sus recuerdos, sabía que ese camino llevaba por un corredor largo y congelado, y terminaba en una gran sala de piedra, sostenida por varios grandes pilares de piedra.
Allí, recordó haber visto una alfombra roja larga, desteñida y congelada que yacía en el centro de esta habitación, que llevaba a una plataforma de piedra elevada donde estaba ubicado un solitario trono negro.
Esa era la sala del trono del torreón de hielo.
Arial había usado su habilidad de luz táctil para apuñalar ese trono, activando algún tipo de círculo mágico para forzar el portal mágico rojo de abajo para comenzar a encenderse.
Se habían visto obligados a esperar varias horas para que se cargara por completo, algo que había llevado a Dorian a tener que pelear una gran batalla contra un ciego grakon de clase Rex y con un pequeño ejército de sombras.
En ese momento, no sabía mucho sobre la vida en los 30.000 Mundos.
Ciertamente no sabía lo suficiente sobre cómo activar un artefacto o un portal, o algo por el estilo.
Incluso ahora, Dorian todavía no creía saber mucho.
Sin embargo, lo que sí sabía era cómo sentir las emanaciones de la ley.
Y en este momento, podía ver varias líneas muy distintas de energía de la ley, todas coaguladas sobre esta mesa de aspecto simple.
Mientras contemplaba esto y lo estudiaba, comenzó a comprender qué era esto.
Podía sentir la energía fluyendo, y verla conectarse con el suelo, el piso, las paredes y extenderse a cada parte de la fortaleza de hielo.
El método de Arial de apuñalar el trono para activar el Portal Rojo abajo era, en última instancia, un método rudimentario.
Implicaba dejar atrás una gran cantidad de daño que, si bien era reparado automáticamente con el tiempo por el mundo de Blizzaria, no era la forma prevista para activar el torreón de hielo.
Mientras Dorian estudiaba esta mesa, pudo ver que, por alguna extraña razón, este conjunto de muebles había sido designado como el punto de control clave para el torreón de hielo.
No tenía idea de por qué.
Tenía perfecto sentido que el trono en la sala del trono fuera el punto de control funcional para los misterios de la fortaleza de hielo.
El que fuera una mesa y una silla al azar parecía algo extraño más allá de lo creíble.
¿Pero quién era él para cuestionar la elección de diseño de los grakons?
Se encogió de hombros.
Estaba seguro de que hicieron esto por alguna razón más profunda, pero no le importó lo suficiente como para tratar de revelar los misterios.
Mientras funcionara, funcionaba.
Dejaría las cosas abstrusas a la familia Aurelius.
Su plan original había sido recrear las acciones de Arial y activar el Portal Rojo.
Aunque ahora… Se acercó a la silla congelada y se sentó en ella, haciendo a un lado una cantidad enorme de hielo gélido.
Cuando se puso cómodo, respiró hondo y cerró los ojos.
Débilmente, comenzó a extender sus sentidos, imbuyendo una pequeña cantidad de energía en la mesa y la silla.
Una cálida sensación de hormigueo se extendió por su pecho al hacerlo.
De repente, sintió que la silla y la mesa en la que estaba sentado comenzaban a vibrar.
La energía comenzó a precipitarse hacia él, adquiriendo lentamente velocidad.
Pasaron varios segundos mientras la energía inundaba la mesa en frente de él, aumentando gradualmente su tamaño.
Dorian observó esto cuidadosamente.
No obstante, después de unos segundos más, comenzó a fruncir el ceño.
«Es lento».
Lo primero que notó fue que le estaba tomando un tiempo a la energía el acumularse.
Podía sentir que la mesa necesitaba reunir una gran cantidad de energía antes de que pudiera activarse.
En este momento, estaba extrayendo energía del aire, concentrando el poder en sí mismo.
No obstante, la velocidad en la que estaba haciendo esto era demasiado lenta.
Al menos era lento desde la perspectiva de Dorian.
Para una persona normal, un artefacto que poseyera el poder de condensar energía desde el aire mismo era algo increíble.
Era digno de ser un tesoro raro, uno que era casi autosuficiente en su uso.
Las habilidades como el Rayo hyperion de Dorian eran algo extraordinariamente raro.
Los artefactos con una función similar también eran extremadamente raros, principalmente debido a que crear tal artefacto no solo era difícil, sino que además casi imposible de hacerlo si era para un artefacto que se pretendía durara un largo tiempo.
El condensar energía desde el aire desgastaba a un artefacto.
Por lo que, si se deseara crear algo que dure mucho tiempo, era necesario poner ciertos límites a dicha herramienta para evitar que se sobrecargara después de unos cuantos años.
En su tasa de absorción actual, tomaría al menos algunas horas para que esta mesa reuniera suficiente energía para que se activase por completo y se convirtiera en un punto de control que Dorian podría manipular.
Dorian comenzó a entender por qué había tardado tanto en utilizar el Portal Rojo, cuando él y Arial habían entrado en la fortaleza de hielo.
«Veamos si puedo acelerarlo un poco», pensó.
Sus ojos se entrecerraron mientras extendía su mano derecha.
Apoyó la extremidad con garras sobre la mesa, y sus garras tintinearon suavemente.
Puso sus sentidos en la mesa una vez más, capaz de sentir la energía intensamente en ciernes.
Mientras centraba su mente en esta energía, comenzó a exudar energía de su alma.
El poder se precipitó por sus venas y salió de su mano derecha, absorbiéndose directamente en la mesa congelada.
Tan pronto como su energía comenzó a aparecer, todo el salón de fiestas quedó en desorden.
El vapor inundó el aire cuando la temperatura alrededor del cuerpo de Dorian saltó a unos sólidos cincuenta grados.
El calor bruto emitido por esta transferencia de energía fue suficiente para descongelar la mitad de la habitación, creando un extraño paisaje de niebla congelada.
El calor no afectó a la mesa o la silla donde Dorian estaba sentado.
No obstante, la energía que estaba produciendo sí lo hizo.
En tres segundos, ingresó más de cien mil unidades de energía en la mesa.
La mesa consumió todo lo que ingresó, su cuerpo tembló ligeramente, casi como un cachorro feliz devorando un pedazo de carne jugosa.
La energía se absorbió suavemente en su área central, acelerando rápidamente su proceso de activación.
Pasó un segundo más mientras introducía treinta y cinco mil unidades más de energía.
Fue en este punto, después de solo cuatro segundos, que la mesa cambió y gruñó levemente, negándose a aceptar más energía.
Dorian al instante dejó de enviar energía, causando que el vapor ondulante que había convertido el salón de fiestas en un desorden comenzara a enfriarse.
No obstante, ignoró eso mientras una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
En el instante en que la mesa se “llenó”, el punto de control para el torreón de hielo se activó.
Una multitud de sensaciones inundaron la mente de Dorian cuando detectó, estudió y posteriormente activó una línea de energía que se había extendido para conectarse con él.
La línea venía desde la silla en la que estaba sentado, unida a la mesa que acababa de llenar con energía.
Esta línea pulsaba varias veces por segundo, enviando cientos de diferentes ondas de energía que se extendían a través de toda la fortaleza de hielo a su alrededor.
Dorian descubrió que podía rastrear todas y cada una de estas líneas, rastreándolas a lo largo de toda esta gran estructura.
También descubrió que podía extender sus sentidos a lo largo de estas líneas de energía, todo a la vez simultáneamente, lo que le permitía expandir su línea de visión en un grado inmenso, detectando todo lo presente.
Una vez que descubrió que podía hacer eso, lo hizo rápidamente.
Con un rastreo de toda la estructura, podía decir que era la única criatura viviente en la fortaleza de hielo.
Ni siquiera había algún grakon muerto viviente aquí, el área estaba completamente abandonada.
El misterioso grakon Rex ciego que acostumbraba a vivir aquí no se veía por ninguna parte.
También descubrió que esta edificación era mucho más grande de lo que había pensado.
Se extendía por millas y millas bajo tierra, una enorme fortaleza llena de decenas de miles de salas diferentes.
Parecía haber sido algún tipo de fortaleza defensiva de última hora, diseñada para albergar a una ciudad entera si fuera necesario.
En esta búsqueda, percibió algunas salas de tesoros pequeñas y grandes, llenas de tesoros antiguos y congelados.
Después de echarles un vistazo con sus sentidos, los ignoró, capaz de decir que su valor no era nada que pudiera ser de su interés.
Pudo ver algunas viejas bibliotecas, graneros, dormitorios, salones de fiestas, herrerías y más, una verdadera ciudad subterránea y congelada que sobrepasaba la ciudad de Icicar por encima.
Sin embargo, el descubrimiento que más le agradó fue el hecho de que ahora podía teletransportarse.
«¿Oh?
¿Puedo moverme a cualquier parte de la fortaleza de hielo al instante?» Descubrió la ventaja bastante útil casi de inmediato, el conocimiento se instaló en su cabeza automáticamente después de que tomara el control.
A cualquier lugar donde hubiera una línea de energía, podría transportarse a sí mismo.
Si lo deseara, podría saquear todas las habitaciones del tesoro en solo unos minutos, transportándose entre ellas al instante.
Un poder como este lo salvaría de hacer la larga caminata a través del laberinto de corredores que conducían al Portal Rojo abajo, algo que Dorian estaba más que dispuesto a aceptar saltarse.
Cuando descubrió su habilidad para teletransportarse, también entendió, al menos un poco, por qué esta mesa y silla eran el punto de control.
Esta mesa y silla parecían ser parte de algún tipo de creación antigua que precedió a esta fortaleza.
Era casi como si la fortaleza entera hubiera sido construida alrededor de esta mesa y silla, en lugar de que la mesa y la silla fueran construidas para la fortaleza.
Esta sala de fiestas parecía ser de algún tipo de importancia histórica.
Dorian no estaba al tanto de las complejidades de la historia de los grakon, pero este lugar probablemente debería haber sido algún tipo de sitio sagrado religioso o ancestral.
Este punto de control también era algo más complicado de lo que parecía.
Por lo que Dorian pudo ver, había cientos de puntos de control idénticos dispersos por el castillo en varias salas de fiestas de réplica.
No obstante, cada uno de estos puntos de control tenía restos de lo que claramente solía ser algún tipo de “cerradura” basado en energía.
Dorian no estaba exactamente seguro de cómo estos puntos podrían haber sido “bloqueados”, pero era claro que no estaban destinados a ser abiertos y utilizados por cualquiera.
Estas cerraduras se habían usado y desaparecido hace mucho tiempo.
A diferencia del sistema general en la puerta principal de la fortaleza de hielo, estas “cerraduras” usaban un tipo muy específico de energía de la ley, la cual Dorian no reconoció, para activarse.
Parecía que la energía de muerte de Blizzaria, que constantemente reparaba y mantenía todo en un estado de homeostasis, había desgastado la energía de “bloqueo”, dejando el torreón de hielo abierto a ser manipulado.
Fue por esto por lo que Arial había tenido éxito con su método rudimentario de activar el Portal Rojo.
Y también fue por esto que Dorian pudo acceder tan fácilmente al punto de control del torreón de hielo.
«Me lo quedo».
Dorian no iba a quejarse por ello, eso era seguro.
Con una sonrisa descarada, sus ojos comenzaron a brillar con luz mientras activaba la energía de la fortaleza de hielo.
Su cuerpo se volvió borroso, la energía azul helada lo envolvió mientras desaparecía del salón de fiestas.
Un instante después, se encontró en otra sala de aspecto familiar.
Había aterrizado en el suelo en una gran sala circular, prácticamente vacía, de unos quinientos metros de diámetro.
Unas pocas columnas de piedra gris sostenían un techo muy alto, cubierto de hielo como era de esperar.
El piso estaba hecho de algún tipo de material dorado, manchado intermitentemente con trozos de hielo.
En el centro de esta sala y ubicado en el suelo estaba un gran portal rojo brillante de cincuenta metros de ancho.
La superficie de este portal estaba en calma y parecía tener profundidad, por lo que parecía casi como si fuera un estanque de agua inmóvil.
Desde este portal, Dorian podía sentir fuertes fluctuaciones de energía, que irradiaban poder sobrenatural.
Así como así, había llegado a la habitación que albergaba el Portal Rojo.
Dorian lo miró en silencio durante unos segundos antes de suspirar mientras se quitaba los recuerdos del pasado.
En cambio, se centró en el presente y el futuro.
Según la familia Aurelius, redirigir el Portal Rojo para llegar al lugar de nacimiento de los gigantes no era muy complicado.
La clave para hacer esto radicaba en la ciudad con la que el Portal Rojo se diseñó originalmente para conectarse, la ciudad Dragonmount.
Cuando Dorian se trasladó por primera vez a través del portal, se había desestabilizado bastante y su teletransportación había sido una ocasión fortuita y peligrosa, forzada por el peligro inmediato de la inminente autodestrucción de la fortaleza de hielo.
Como resultado, terminó teletransportándose a un área fuera de la ciudad Dragonmount, en lugar de su destinación prevista.
Y fue en las afueras de esa ciudad donde fue rescatado por el equipo de mujeres mercenarias guerreras con clasificación B.
Podía recordar los exasperantes poderes que estudiaba la líder de ese equipo, una técnica que le otorgaba un “estado afortunado” similar a la manipulación del Destino por parte de Dorian, permitiendo que ocurrieran coincidencias extrañas.
Este extraño encuentro fue lo que con el tiempo lo llevó a encontrarse con Líder, y gran parte de lo que le sucedió en su viaje de hoy.
Incluso si pudiera retroceder ahora, no estaba seguro de si lo haría.
Sus encuentros con Helena, los impulsos y poderes que había ganado, los aliados que había hecho…
todas estas cosas y más probablemente divergirían muchísimo.
Sin embargo… Esta vez, su teletransportación debería llevarlo a su ubicación prevista.
El portal receptor estaba situado en la ciudad Dragonmount, escondido dentro de una de las misteriosas montañas cubiertas de niebla que estaban esparcidas en las tierras dentro de los terrenos de la ciudad.
Y fue allí donde pudo encontrar lo que necesitaba para redirigir el portal para llevarlo al planeta Phenshrip.
Dorian se acercó hasta el borde del estanque de energía brillante, con sus ojos tranquilos.
Estudió las fluctuaciones brevemente, notando cómo se estremecían.
Le recordó levemente cómo se había teletransportado cuando estaba en el mundo Inferior de Moria, transportándose entre las herencias demoníacas.
También se sintió un poco similar a las fluctuaciones que su forma de pavo deformado emitía cuando se teletransportaba.
Se estremeció levemente ante los vagos recuerdos que tenía de su tiempo usando esa forma maldita y con restricción intelectual.
Hizo una firme promesa mental de volver a usar esa forma solo en caso de ser absolutamente necesario.
Todo parecía estar en orden.
Su rápida activación de la fortaleza de hielo no había hecho ningún cambio accidental, al menos, no por lo que podía ver.
Con ese pensamiento en mente, sonrió y dio un último paso adelante, sus ojos destellaban con luz ansiosa.
Y luego, sin una pizca de duda, Dorian se lanzó de cabeza al Portal Rojo.