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67: El Último Cajón 67: El Último Cajón Kaizen caminaba a través del bosque de robles durante la tarde.
Mantenía sus ojos atentos, buscando cualquier movimiento.
Sin embargo, ese bosque parecía ser un lugar pacífico, ya que no podía sentir ningún peligro acechando en su entorno como lo hacía en el Bosque Brumoso.
Aun así, Kaizen no descartaba por completo la posibilidad de que Xisrith hubiera preparado una trampa con otros jugadores para matarlo.
Aunque la posibilidad de que esto fuera real era remota, y también sería estúpido preparar una trampa en un lugar tan inhóspito como las Montañas de Plata, se mantuvo alerta.
Cuando Kaizen vio una colina elevándose en medio de un claro entre los árboles, supo que Xisrith no mentía.
Así que se acercó y vio una formación geométrica que se asemejaba a la boca de una cueva en esta pequeña colina, de sólo cinco metros de altura.
A ambos lados del montículo había columnas antiguas, negras que sostenían la entrada, una aparentemente gruesa puerta doble de piedra cerrada, y un gran cristal rojo en el centro.
—Estamos aquí —dijo Xisrith.
—Correcto…
Entonces, aquí es donde nos despedimos.
Kaizen se agachó lentamente, lo suficiente para que el pie derecho herido de la mujer tocara el suelo suavemente.
—Ahora, pásame la arma mutante que me prometiste.
Xisrith no dudó.
Le entregó una espada de una mano que tenía un mango de cuero negro y una vaina negra con detalles dorados en los bordes.
Cuando Kaizen sacó la hoja de la vaina, vio una hoja brillante, afilada cuya punta estaba ligeramente torcida como la de un sable.
Esta espada era innegablemente hermosa.
[Item: Espada del Oso Mariposa
Cada Oso Mariposa protege un tesoro de rara inestimable.
Esta espada es un artículo que ha permanecido eones, almacenado en un cofre protegido por un Oso Mariposa, y su verdadero origen es incierto.
Rango: Mutante
Nivel de Objeto: 1 de 1]
Ataque: 40
Defensa: 15
Nivel de Aptitud requerido: 20.
(Aviso: Esta es un arma nivel Mutante, y solo usuarios mayores al nivel 15 pueden usarla.)
—Gracias por cumplir con el trato —Kaizen le agradeció cuando vio las grandes estadísticas del arma e inmediatamente comenzó a caminar hacia el este.
Xisrith no dijo nada y se giró para abrir las puertas del laberinto.
Se apoyó contra el cristal de la puerta y, antes de iluminarse, miró a Kaizen mientras pensaba: «¿Quién es él?
No parece un soldado de la Capital Real, ni un jugador de alto nivel que conozca…
Usa lanza, pero es un poderoso mago».
No tenía ni idea.
Segundos después, Kaizen vio un brillo blanco proveniente de su espalda.
Cuando miró hacia atrás, Xisrith ya había desaparecido.
—Tengo que recordar visitar este lugar en algún momento…
—Kaizen pensó, mirando la puerta del laberinto.
Estaba a punto de anochecer, por lo que ya era posible ver la luna en el cielo, y las últimas chispas de luz solar anaranjada ni siquiera iluminaban el suelo.
Pronto la tasa de aparición de monstruos alrededor del mundo aumentaría un poco, y en algunas regiones, esto se duplicaría.
Dado que Kaizen no estaba seguro de dónde estaba, y no había monstruos alrededor, decidió cerrar sesión para evitar lidiar con los monstruos nocturnos.
Su dedo se deslizó sutilmente por la interfaz y clickeó el botón de cerrar sesión.
Cuando Klaus Park despertó en su habitación, le pareció extraño que la luz estuviera encendida porque siempre la dejaba apagada.
Sus ojos le picaron un poco cuando se quitó el NeuroEquipo y, mientras se acostumbraba al brillo, Kaizen se levantó de la cama.
En el suelo, su madre estaba sentada con algunas cajas de cartón al lado de una cómoda, aparentemente guardando la ropa en el último cajón.
—¿Mamá?
—dijo, aún abriendo los ojos.
La mujer con rasgos orientales se volvió, luciendo sorprendida.
—Oh, Klaus, ¿te molesté al encender la luz?
Lo siento, no creí que fuera un problema.
—No, por supuesto que no, no me molestaste.
Espera, esa falta de sorpresa…
¿Ard te dijo que le pedí prestado su videojuego, verdad?
—dijo Klaus.
—Justo al día siguiente de que se lo pediste, y también ya dijo que se lo compraste… No pudo guardárselo.
Estaba demasiado emocionado por comprar el gato.
Bueno, ahora no sé si tendremos espacio donde vamos a vivir —dijo y volvió a doblar la ropa para ponerla en las cajas.
Klaus miró una vez más el cajón que estaba empacando y recordó que ya había empacado toda su ropa en cajas para llevar al departamento de Jayaa al día siguiente.
—¿Es este el cajón de ropa de Rhyzer?
—Sí…
No ha crecido mucho en los últimos años y cuando despierte necesitará llevar ropa, así que necesito llevarme al menos algo conmigo a la nueva casa —respondió Chun.
Klaus pudo ver en la mirada de Chun que mentía.
La razón por la que conservaba la ropa de Rhyzer no era por conveniencia sino porque cada una de esas camisetas, cada una de las prendas llevaba recuerdos que no quería tratar de olvidar.
El olor de su perfume aún estaba marcado en cada una de sus prendas, especialmente en su chaqueta de cuero favorita.
—Por cierto, no te enojes con Ard.
Él ni siquiera ha conocido la versión apasionada por los videojuegos de ti, así que no entiende por qué los evitabas…
El chico se levantó de la cama y se sentó junto a su madre en el suelo para ayudarla a guardar la ropa de su hermano mayor.
—No te preocupes por eso.
Me es imposible enojarme con Ard.
Es tan lindo, comprensivo e inteligente que me sentiría fatal si le gritara.
Chun rió.
—Tienes razón, definitivamente tienes razón.
Sonriendo también, Klaus pensó, «No te preocupes, mamá.
Al menos podrás criar a un hijo de manera normal, y no permitiré que nada se interponga en eso».
—Sabes, Klaus, fue una sorpresa para mí cuando le regalaste a Ard ese extraño casco que tanto pedía —dijo Chun, mirando hacia abajo—.
Al principio, pensé, ¿ha estado jugando a escondidas todo este tiempo?
Pronto, me recriminé y llegué a la conclusión de que no importaba.
Verás, lo que quiero decir es que en esos 7 años nada ha cambiado en la forma en que pienso, hijo.
Si te sientes cómodo de nuevo jugando o no, es tu decisión.
Tu padre y yo nunca te diremos qué puedes o no puedes hacer, o lo que deberías o no deberías sentir.
Eres libre de tomar tus propias decisiones, siempre lo has sido y siempre lo serás.
Si eres feliz jugando de nuevo, yo estoy feliz por ti.
—Está bien…
Lamento no haberte dicho cuando comencé a jugar de nuevo.
Pensé que sería algo pasajero y que pronto me sentiría terrible por jugar de nuevo, como me sentí después del accidente.
Sin embargo, la sensación es totalmente nueva después de todos estos años…
—dijo Klaus con una mirada reflexiva.
—Estoy feliz por ti, y estoy segura de que Rhyzer también estará feliz de escuchar eso cuando lo visites el sábado…
¿Qué tal?
¿Cómo son estos nuevos juegos de realidad virtual?
No son demasiado violentos como ese juego al que tú y Rhyzer jugaban, ¿verdad?
—preguntó Chun con curiosidad.
—¿Cuál?
¿Doom o Mortal Kombat?
—replicó Klaus con una sonrisa.
Chun se tomó un momento para pensar —Sabes, no sé.
Solo recuerdo a Rhyzer fingiendo enchufar el control de videojuegos para ti, haciéndote creer que estabas jugando, pero no lo estabas —se rió.
—Doom, definitivamente era Doom.
¡Hoy en día, no sé cómo creí que estaba jugando eso, porque solo había un personaje en la pantalla!
—Klaus se rió con nostalgia.
…
Editado por: DrHitsuji
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—exhortó el autor al final de la página.
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