Señor, ¿Qué Tal Un Matrimonio? - Capítulo 804
Capítulo 804: Muerde de Vuelta
Yin Yi estaba en shock, horrorizada y confundida. No comprendía cómo el hombre de la noche anterior resultó ser Ning Dong. Su corazón se llenó de amargura y en ese momento no podía hablar.
Corrió al baño y regresó con un vaso de agua. Se lo arrojó antes de gritar y abalanzarse sobre él, levantando la mano para abofetearlo. —¡Bastardo! ¡Arruinaste mi plan!
Ning Dong despertó, luciendo desconcertado. Parecía no sentir las bofetadas ni el agua que empapaba su cuerpo. Luego miró a Yin Yi con fiereza antes de darle una bofetada con el dorso de la mano y lanzarla sobre la cama.
—¡Me tendiste una trampa!
Antes de que Yin Yi pudiera decir algo, Ning Dong se montó sobre ella y la golpeó. —¡Perra! ¡Eres una gran perra! ¿Cómo te atreves a tenderme una trampa? Te gustan mucho los hombres, ¿verdad? Muy bien, entonces te dejaré saborear bien.
Ning Dong penetró el cuerpo de Yin Yi otra vez.
Yin Yi gritó y se debatió. No esperaba que el gentil y de apariencia débil Ning Dong fuera tan fuerte. Le presionó el hombro hacia abajo, y cuanto más se resistía, él era más brusco.
Yin Yi gritó agudamente —¡Tú bastardo! ¡Tú eres quien me tendió una trampa!
Seguido a eso, ella gritó cuando sintió un dolor punzante. Ning Dong la había mordido.
Ning Dong se inclinó y dijo con maldad —¿Quién te tendió una trampa? ¡Perra barata! ¡Entraste corriendo a la habitación y subiste a mi cama! ¡Incluso me drogaste! ¿Qué? ¿No vas a admitirlo? ¿No te sentiste bien anoche? ¿Ahora quieres revirte? ¿Me vas a acusar de violación? ¡Bien! Entonces te dejaré probar de qué se trata eso. Deja de fingir ser inocente. ¡Quién sabe con cuántos hombres has dormido antes!
Yin Yi estaba completamente a merced de Ning Dong, y Ning Dong no mostraba piedad alguna. La insultaba sin piedad mientras la maltrataba cruelmente. La llamaba desvergonzada y promiscua mientras dejaba marcas dolorosas en su piel. Al final, ella se quebró completamente bajo la tortura mental y física.
Sin embargo, Ning Dong no la dejó ir. Siguió desahogando su ira sobre ella. Cuando finalmente terminó, la sacó de la cama como si fuera una muñeca rota.
Ning Dong caminó desnudo al baño para asearse.
Cuando el sonido del agua resonó en el baño, Yin Yi finalmente lloró. Estaba en dolor. Los moretones en su cuerpo demostraban lo despiadado que había sido Ning Dong. Por primera vez, el miedo se asomó en su corazón.
Ning Dong no era para nada como ella lo conocía. Era una persona completamente diferente.
Cuando Ning Dong finalmente salió con una toalla blanca envuelta alrededor de su cintura, miró a Yin Yi, quien estaba acurrucada en la cama, y dijo con sarcasmo —¿Por qué no te limpias? Estás tan sucia.
Tan pronto como Ning Dong se acercó, Yin Yi rápidamente saltó de la cama y corrió al baño. Su mirada la aterrorizaba.
Para cuando Yin Yi salió del baño, Ning Dong ya estaba completamente vestido. Miraba la tableta en su mano.
Yin Yin sollozaba mientras reunía su valentía y decía —¡Me tendiste una trampa! Quedamos en que me ayudarías a conquistar a Mu Chen! Fue tu subordinado quien me dio la tarjeta del cuarto. Pensé, pensé que esta era la habitación de Mu Chen. Pensé…
—Pensaste que yo era Mu Chen, y creíste que estabas durmiendo con Mu Chen —dijo Ning Dong con sarcasmo.
Yin Yi se apoyó contra la pared y cubrió su rostro mientras lloraba.
Ning Dong sonrió fríamente y le entregó a Yin Yi la tableta en su mano mientras decía —Deja de mentir. Todo esto es parte de tu plan. Lo he verificado. Esta habitación está registrada a mi nombre. La habitación de Mu Chen no está ni en este piso. También trajiste el incienso aquí. ¿Qué? ¿Todavía quieres negarlo? ¡La persona que esperaba no eras tú! ¡Has arruinado mi inocencia!