Super gen - Capítulo 40
- Inicio
- Todas las novelas
- Super gen
- Capítulo 40 - 40 Capítulo 40 - Centro De Pruebas Físicas
Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo
40: Capítulo 40 – Centro De Pruebas Físicas 40: Capítulo 40 – Centro De Pruebas Físicas Editor: Nyoi-Bo Studio —¿Qué estás haciendo aquí?
— exclamó Han Lei con sorpresa al ver a Han Sen aqllí.
—Llevando a Yan a la escuela — respondió Han Sen.
—¿Yan viene a la San Pablo?— inquirió Han Lei, mirando a Han Sen y Han Yan, poco convencido.
—Desde hace unos días—dijo Han Sen, listo para llevar a Han Yan a la puerta de la escuela.
Han Lei pensó por un momento y luego corrió hacia Han Sen.
Tomó a Han Sen del brazo y rugió: —¡Lo sabía!
Mi hermano mayor manejó la compañía durante tantos años, debe haber malversado mucho dinero.
Me estabas mintiendo acerca de no poder llegar a dos millones, mientras que ahora gastas millones para enviar a Yan a la San Pablo.
Te digo que este dinero pertenecía a toda la familia, al igual que la casa.
Debemos dividirlo, o sino …
—¿O sino qué?
¿Qué puedes hacer al respecto?
— espetó Han Sen, mirando fríamente a Han Lei.
Estaba completamente decepcionado con sus parientes y no les daría un centavo más.
—Ten cuidado, chico.
Soy tu tío — gruñó.
Han Lei se estremeció con Han Sen mirándolo, pero no tenía planeado dejar que Han Sen saliera libre.
—¿Tío?
— se burló Han Sen, sonriendo despectivamente.
—Bueno, por favor vete a tu casa y revisa los documentos legales que firmamos y ve si tienes derecho a cualquier cosa que poseamos.
A partir de ahora, no creas que te debamos ningún centavo.
La razón por la que Han Sen les dio dos millones tan rápidamente fue para trazar una línea entre sus familiares y su familia real.
Para obtener los dos millones, todos sus familiares firmaron un documento preparado por el señor Zhang que les imposibilitaba tomar algo de la familia de Han Sen en un futuro.
—¡Esto es fraude!
Iré a buscar a tu mamá de inmediato.
¿Cómo te atreves a esconder dinero de nosotros …?— exclamó Han Lei enojado.
—Tío, ni siquiera lo pienses.
Tengo el derecho de matar a un intruso — repuso Han Sen, mirando tristemente a Han Lei.
—Pequeño mocoso, ¿cómo te atreves…?
— rugió.
Han Lei arremetió furiosamente un puño a Han Sen.
Con una expresión en blanco, Han Sen tomó el brazo de Han Lei y arrojó a Han Lei sobre su propio hombro.
Han Lei gritó de dolor.
—Tío, si quieres morir, bienvenido a nuestra casa — respondió Han Sen, mirando gélidamente a Han Lei.
Han Lei abrió los ojos como platos, como si no conociera a Han Sen.
La expresión de Han Sen lo había aterrorizado.
Han Lei era un evolucionado, por el simple hecho de haber maximizado sus genopuntos primitivos.
Realmente no hizo mucho en el Segundo Santuario de Dios, pero aun así era un evolucionado.
Era anormal que Han Sen, que no había evolucionado en absoluto, pudiera arrojarlo al suelo tan fácilmente.
Su sobrino de repente parecía una persona diferente.
Han Sen sonrió de repente y tiró de Han Lei.
—Estoy seguro de que mi tía no sabe nada sobre esta mujer y su hijo.
Creo que debería hablar con ella —, susurró Han Sen, mientras Han Lei todavía estaba sorprendido por su repentino cambio.
—¿Crees que mi esposa te creerá?
— farfulló Han Lei atropelladamente.
—Eso no importa, siempre y cuando ella vea esto —.
anunció.
Han Sen le mostró a Han Lei el comunicador en su muñeca.
Había activado la cámara de video en el momento en que vio a Han Lei.
—Tú…— barbotó Han Lei conmocionado, mientras se lanzaba para arrebatarle el comunicador.
Han Sen solo se movió un poco para hacer que Han Lei se tropezara nuevamente.
—Tío, podemos negociar un precio, y puedo venderte esto — dijo Han Sen sonriendo.
Ya estaba a punto de levantarlo de nuevo.
Han Lei sonrió y de repente alcanzó a torcer la mano de Han Sen, listo para romperla y tomar su comunicador.
Han Sen tomó la mano de Han Lei torciéndola, haciendo que se arrodillase en el suelo y aullara como un cerdo.
—Tío, parece que no tienes intención de negociar.
Tendré que enseñárselo a mi tía — repuso Han Sen.
Soltó la mano de Han Lei y dio una vuelta para irse.
—Espera— gruñó Han Lei, rechinando los dientes, deteniendo a Han Sen—.
Diez mil.
Te daré diez mil, y lo borras.
Han Sen se alejó.
—Doscientos mil, o iré con mi tía.
—Está bien, está bien — dijo Han Lei, cojeando para alcanzar a Han Sen.
—Gracias.
¿Efectivo o transferencia bancaria?
— preguntó Han Sen con una leve sonrisa.
Han Lei transfirió a disgusto doscientos mil dólares Levo a Han Sen.
—Bueno, ¿ahora puedes borrarlo?
—Por supuesto que lo eliminaré, pero solo cuando esté de buen humor — respondió Han Sen y se alejó.
—Mocoso, me mentiste …— Han Lei se puso furioso y levantó el puño.
Sin embargo, se congeló al ver a Han Sen, ya que los movimientos de su sobrino realmente le habían dejado una fuerte impresión.
—Tío, recibí tu dinero, así que definitivamente lo eliminaré, pero no dije cuándo lo haré.
Así que será mejor que me mantengas de buen humor — contestó.
Han Sen le dio una palmada en el hombro a Han Lei y dejó de sonreír.
Susurró, —Además, no dejes que te vuelva a ver en mi casa, de lo contrario te mataré Han Lei se estremeció, y por alguna razón, sabía que Han Sen lo decía en serio.
—¡M**rda!
El mocoso se ha vuelto malvado — maldijo Han Lei mientras Han Sen se alejaba.
Avergonzado de que un chico lo aterrorizara, Han Lei todavía estaba nervioso en el fondo y cambió de opinión sobre ir a la casa de Han Sen.
Después de enviar a Yan a la escuela, Han Sen estaba de muy buen humor.
En su camino de regreso, vio un centro de pruebas físicas y entró, queriendo saber su nivel de condición física actual.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com