Super gen - Capítulo 90
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90: Capítulo 90 – Mano De Dios 90: Capítulo 90 – Mano De Dios Editor: Nyoi-Bo Studio Al día siguiente, Han Sen llevó pornografía al soldado que se la había pedido.
El soldado estaba tan feliz que quería volverse hermano de juramento con Han Sen y dijo que Han Sen sería responsable por su felicidad de ahora en adelante.
Han Sen estaba cubierto en sudor.
Afortunadamente, Yang Manli llegó lo suficientemente rápido, de forma que Han Sen pudo librarse del soldado.
Yang Manli se tomó media hora para explicar algunos conocimientos de arquería y le dio a Han Sen algunas tareas para que terminase por su cuenta.
Han Sen había aprendido conocimientos básicos de arquería en la escuela y lo que Yang le enseñaba era más práctico, lo cual lo beneficiaba mucho.
Yang era de verdad una experta.
Había muchas tareas que debía completar, las cuales incluían el entrenador gravitacional.
Han Sen quería utilizar el entrenador gravitacional por su parte.
Esta vez utilizó el mecanismo de protección para ajustar los parámetros, no para reducir la gravedad, sino para aumentar la gravedad un poco de manera que se ajustasen a sus niveles verdaderos de aptitud física.
El gimnasio no parecía ser el lugar donde entrenaban los soldados ordinarios.
Han Sen nunca había visto a otros soldados aquí a parte de los que habían hablado con él.
Durante el almuerzo, Han Sen estaba conversando con los soldados que conocía.
El soldado que le pidió pornografía a Han Sen lo saludó y preguntó: —Sen, además de arco y flechas, ¿qué otras armas utilizas?
—Una daga —contestó.
Han Sen le mostró la daga de hierro Z.
Han Sen sólo conocía los apodos de estos soldados.
El nombre de este sujeto era “Apostador”.
Han Sen escuchó de otras personas que era codicioso y lascivo.
Apostador tomó la daga de Han Sen y jugó con ella.
La daga parecía una criatura viva en sus manos, haciendo movimientos deslumbrantes como una serpiente.
—Observa esto.
Apostador sostuvo la daga a una pulgada de los ojos de Han Sen.
Con un simple movimiento de manos, la daga desapareció frente a Han Sen y la mano de Apostador estaba vacía.
—¡M*erda!
¡Tu apodo debería ser Mago!
—exclamó Han Sen, mirando por todos lados, sin ver la daga.
Apostador rió y agitó sus manos frente a Han Sen.
Dobló sus dedos y la daga regresó a sus manos mágicamente.
—¿Cómo hiciste eso?
—preguntó Han Sen, con los ojos como platos.
—Bastante genial, ¿no?
—preguntó orgullosamente.
—Sí—asintió inmediatamente.
—Deslumbrante, ¿no?
—continuó Apostador, jugando con la daga.
—De seguro —asintió Han Sen de nuevo.
—¿Quieres aprender?
—insistió Apostador, mirando a Han Sen con una ligera sonrisa.
—Sí.
¿Quieres enseñarme?
—preguntó Han Sen.
—Si me puedes traer todas las nuevas películas de mis chicas, te enseñaré— dijo Apostador con una sonrisa.
—No hay problema —aceptó Han Sen, sabiendo que las chicas de la que hablaba Apostador eran ciertas actrices pornográficas.
Aunque costaba algo de dinero comprar películas nuevas, Han Sen de verdad quería aprender esos trucos.
—Ven, encontraremos un lugar donde puedo mostrarte.
Apostador llevó a Han Sen a un costado y le dijo la clave del truco.
Han Sen entonces descubrió que no era realmente magia sino trucos de dedos.
Aunque tomaba ventaja de puntos ciegos, la parte más importante era el control que uno tenía sobre los músculos del brazo.
Sí, era todo el brazo en lugar de sólo la mano.
Apostador le dijo que este truco se llamaba “Cielo en las mangas”, también conocido como “Sleeve blade”.
Era enseñado en su familia como la base de su negocio familiar.
El puñal que Apostador utilizaba estaba hecho especialmente.
Fino y filoso, tenía una hoja creciente de doble filo pero no tenía empuñadura.
Apostador estaba jugando con un puñal en cada mano, y se veía como si hubiera dos mariposas bailando alrededor de sus manos, lo cual era impresionante de ver.
—¿Cuánto tiempo me tomará volverme un maestro como tú?
—preguntó Han Sen, mirando a Apostador con envidia.
Apostador sonrió.
—Yo empecé a la edad de tres, y me volví mejor a los siete.
Ahora soy intermedio y estoy lejos de volverme un maestro.
Le devolvió la daga a Han Sen y dijo: — No subestimes este truco.
Aunque es sólo la base, es fundamental y te beneficiará por el resto de tu vida.
—Apostador, ¿qué hace tu familia?
—preguntó Han Sen, sin poder evitarlo.
—Ajá, nunca entrarás en nuestro negocio y yo no pretendo dejarte entrar.
Sólo te estoy mostrando un truco.
Puedes practicarlo si te parece divertido.
No te preocupes por otras cuestiones.
Apostador se iba pero se volteó y le pregunto a Han Sen, —¿Alguna vez jugaste juegos en Red del Cielo?
—Casi nunca —contestó.
Han Sen había usado todo su tiempo en sobrevivir, y no tenía tiempo para juegos.
—Ve y juega “Mano de Dios”.
Te ayudará a aprender este truco.
Si puedes subir de nivel en ese juego, mejorarás con el truco —repuso Apostador, apuntando a la máquina de entrenamiento holográfico.
Han Sen estaba muy interesado en Sleeveblade, así que fue a revisar Mano de Dios en la máquina de entrenamiento holográfico.
Pronto comprendió porqué apostador le pidió que jugara este juego.
Este era un juego holográfico.
La idea era similar a la de Aplasta a un Topo, pero en lugar de usar solo los dedos, los lugares donde había que tocar aparecían en distintos lugares alrededor de los brazos de uno.
Uno debía usar todos sus músculos racionalmente para golpear todos los lugares para pasar un nivel.
Era altamente exigente para la destreza y precisión de uno.
Además del nivel de principiante, el juego estaba divido en tres niveles: evolucionado, sobrepasador y semidiós.
La intención de la clasificación era obviamente para corresponder con las tres fases de Santuario de Dios, y para guiar a los jugadores a que elijan el nivel correcto.
Han Sen primero eligió el nivel principiante.
En realidad, cuando Apostador dijo, “subir de nivel”, se refería a pasar el nivel de principiante.
En cuanto a en qué nivel se encontraba Apostador, Han Sen no tenía forma de saberlo.
Pronto, Han Sen estaba enganchado.
No era tan bueno al comienzo, pero pronto se volvió adicto a la satisfacción ganada de golpear rápidamente mientras se familiarizaba con el juego.
—Más rápido, más rápido, más rápido… Una vez que empezaba, el juego empujaría a uno a perseguir la emoción de subir de velocidad.
Pero Han Sen no tenía mucho tiempo para jugar.
Luego de unas cuantas rondas en el torneo de artes marciales, Han Sen llegó a la ronda final como se esperaba.
No estaba seguro si era buena o mala suerte, Han Sen no se cruzó con Puño ni Hijo del Cielo.
Hijo del Cielo había eliminado a Puño y Qin Xuan había eliminado a Hijo del Cielo.
La pelea final era entre Qin Xuan y Han Sen.
De hecho, Han Sen quería enfrentar más a Hijo del Cielo, así tendría la oportunidad de matar a Hijo del Cielo en el escenario.
Usualmente el joven maestro estaba rodeado de hombres fuertes y casi no había chance de que Han Sen se le acercase.
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