Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 53
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53: La Mano Oscilante del Profesor.
53: La Mano Oscilante del Profesor.
Editor: Adrastea Works Era tarde en la calurosa y sofocante noche, pero aun así había varias personas con túnicas negras caminando en silencio en las calles.
Aparte de ellos, solo unos cuantos borrachos estaban vagando sin un propósito.
No obstante, Lucien y sus acompañantes no bajaron la guardia ni un poco.
Debían ir con mucho cuidado para evitar a los vigilantes nocturnos de la iglesia.
Estos eran como perros de caza deambulando en las noches, persiguiendo el aroma de la maldad.
Los guantes negros que aquellos vigilantes siempre llevaban puestos eran la pesadilla común de todos los hechiceros en Aalto.
Luego de diez minutos, Filósofo se detuvo y le habló a Lucien en voz baja: —Señor Profesor, ya llegamos.
El pasaje se encuentra en la casa —la vivienda se ubicaba en la frontera entre el Distrito Noble y Aderon, tenía una apariencia bastante simple, incluso vieja, y estaba cercada por unas cuantas construcciones destartaladas.
Cada uno de ellos examinó la casa por separado para asegurarse de que no había trampas mágicas en su interior, mientras que Lucien utilizó Grito de Murciélago y barrió los alrededores.
A continuación, ellos siguieron a Filósofo e ingresaron a la casa.
Juzgando por la gruesa telaraña colgando de una viga que le rozó la frente, Lucien supo que aquel lugar había estado abandonado por un largo tiempo.
—Algunos mendigos solían pasar la noche aquí, pero hace poco todos los pordioseros de Aalto desaparecieron —dijo Filósofo con indiferencia mientras caminaba.
Ni Lucien ni Miel Blanca respondieron.
Solamente Smile habló, extrañado.
—¿Todos desaparecieron?
¿Qué tendría por hacer un mendigo?
¿Dónde podrían haber ido?
—Yo tampoco tengo idea, Búho —respondió Filósofo.
—Algunos dijeron que ello tenía algo que ver con la criatura maligna.
Lucien y Miel Blanca permanecieron en silencio.
Cuando llegaron a una de las habitaciones, Filósofo comenzó a remover algunas cajas viejas, las cuales estaban ocultando una entrada secreta detrás.
Viento frío provino del pasaje, pero el aire parecía fresco.
Eso significaba que era utilizado con bastante frecuencia.
«¿Cómo sabe Filósofo sobre el pasaje secreto?
¿Es uno de los nobles?» Lucien estaba algo confundido.
Sin embargo, era obvio que no le podía preguntar aquello directamente.
Cuando todos ingresaron al pasaje, Filósofo cerró la entrada a sus espaldas con prudencia.
Lucien notó varios círculos mágicos en el techo.
—Filósofo, ¿para qué son estos?
—Smile también los notó.
—No te preocupes por ellos.
En caso de una emergencia, las trampas mágicas se activarán para destruir el pasaje —respondió Filósofo con una sonrisa.
—Me gusta tu cautela —lo elogió Lucien con su fingida voz áspera.
—Concuerdo.
Me siento más segura ahora —Miel Blanca sonrió.
…
Otros diez minutos más tarde, Filósofo, Lucien, Búho y Miel Blanca salieron trepando del pasaje, ubicado en una esquina oscura.
Moviéndose bajo las sombras de los altos árboles, llegaron en un momento al frente de la antigua casa de tres pisos del Barón Laurent.
Junto al portón de hierro de la casa estaba parado un guarda vistiendo un juego de simple armadura de cuero.
A comparación de los numerosos guardas en propiedades de otros nobles, que usaban cota de malla de plata, el único guardia en el lugar demostraba claramente el declive de la familia.
—Solo hay un guardia aquí.
Podemos ingresar directamente —propuso Smile.
—Déjenmelo a mí.
—Filósofo dio un paso al frente—.
Déjenle esto a un aprendiz de la escuela de Astrología.
—Estoy de acuerdo.
Filósofo puede manejarlo —Lucien asintió bajo su capucha.
—Entonces déjame ayudarte, Filósofo —Smile se le acercó.
…
Luke estaba bostezando frente al gran portón, quejándose mentalmente del Barón.
«Fiestas, fiestas y más fiestas.
El Barón Laurent ni siquiera tiene suficiente dinero para pagarle a los guardias.
¿Diez Nars al mes por pararme aquí toda la noche?
Vamos…
¡El antiguo Barón le pagaba a mi abuelo y a mi padre veinte Nars al mes!» Un repentino ululato interrumpió sus pensamientos, pues sonó un poco extraño.
—¡Ve a atrapar tus ratones, ser repugnante!
—Soltó Luke.
Él no podía ver nada en la oscuridad.
Sin embargo, cuando se dio la vuelta, divisó un fantasma con una túnica negra parado a unos cuantos pasos de distancia.
Antes de que pudiera abrir su boca para gritar, Luke vio el rostro del fantasma bajo la capucha: a excepción de dos cuencas oculares, el resto era una mezcla difusa.
El fantasma levantó lentamente la cabeza.
Estaba mirando a Luke a través de los dos agujeros negros, en los que había incontables estrellas.
Estas estaban brillando como en un sueño.
—Estrellas…
—murmuró Luke.
Repentinamente, se sintió completamente relajado, como si estuviera frente a la persona en la que más confiaba del mundo.
Filósofo supo que Luke había sido claramente hipnotizado.
Luego de acercársele caminando, le susurró en el oído: —Somos los invitados del Barón Laurent.
Abre el portón y déjanos pasar.
No hagas ruido.
No se lo hagas saber a nadie.
—Sí, señor —Luke siguió las órdenes de Filósofo y abrió ligeramente el portón—.
Adelante, señor.
Con cuidado, Filósofo, Lucien, Smile y Miel Blanca pasaron por las puertas y se dirigieron hacia la casa.
Cuando todos entraron, Luke no cerró el portón, sino que dio media vuelta y empezó a cuidar la entrada con gran pasión, ¡como si su pecho estuviera ardiendo!
No sabía por qué, pero quería hacer más por aquel caballero.
…
La puerta de madera de la casa estaba firmemente cerrada, y las pesadas cortinas también estaban corridas.
En el amplio salón había un número de hombres y mujeres desnudos o semidesnudos teniendo relaciones.
Resoplidos de hombres, gemidos de mujeres, un dulce aroma y el olor de ciertos fluidos estaban mezclados.
El ambiente de la habitación era cálido; aún más, caluroso.
En los sillones, alfombras e incluso en la larga mesa, parejas de hombre y mujer, dos hombres y dos mujeres estaban teniendo sexo como si hubieran perdido la cordura.
Los vestidos de algunas mujeres estaban enrollados a la altura de sus cinturas, mientras que otras mujeres estaban completamente desnudas, y los hombres estaban montándolas como bestias.
Solo una persona en la libertina orgía era totalmente diferente.
Era un hombre de mediana edad con una túnica plateada.
Este no se unió a las demás personas, sino que levantó las manos y cerró los ojos, como si estuviera disfrutando los gemidos, y estaba escuchando a alguien hablándole.
Su rostro tenía una expresión de extrema emoción, iluminada por el éxtasis.
Gradualmente, una niebla negra se elevó desde las locas personas, y se reunió lentamente a espaldas del hombre.
Él estaba parado en el centro del patrón de un cuerno de plata que estaba dibujado en el altar, a partir del cual se extendieron muchas líneas plateadas, que rodearon a la sombra.
Luego, esta última se volvió cada vez más oscura, mezclándose con los colores rosado y negro.
Con el tiempo, se convirtió en una figura, alta y grande, con dos cuernos en lo que sería su cabeza.
—¿Estás preparado para mi poder?
—Dijo repentinamente la sombra.
El hombre de mediana edad, el Barón Laurent, respondió en un tono lleno de locura.
—El Gran Maestro Argento, el silencio eterno, te he dado mi alma.
Por favor, ¡por favor, otórgame tu poder!
Lentamente, la sombra se le acercó y empezó a entrar en su cuerpo, poco a poco.
El rostro de Laurent se contorsionó.
Obviamente, fusionarse no era un proceso muy agradable.
Sin embargo, el dolor fue sofocado por el éxtasis brillando en sus ojos.
—Nadie puede detenerme ahora.
Nadie podrá evitar que recupere la gloria de mi familia —además de euforia, también había lágrimas en sus ojos.
…
Afuera de la casa, Lucien y los otros tres aprendices no ingresaron por la fuerza.
Primero debían asegurarse de que no había trampas o círculos mágicos en los alrededores.
—Señor Profesor, tomará al menos media hora eliminar todas las trampas mágicas de aquí—le comentó Filósofo a Lucien.
—No podemos —Miel Blanca sonaba nerviosa.
—Llegamos relativamente tarde, y ya puedo sentir al demonio.
Tenemos como máximo diez minutos.
Luego de ese tiempo, el demonio llegará en su forma completa.
Será demasiado tarde.
—Entrar directamente al salón también nos costará bastante poder espiritual, y no olvidemos el encargarnos de las trampas —Smile se giró hacia Lucien.
—Profesor, usted debe tener algunos hechizos poderosos que puedan eliminar todas las trampas mágicas de una sola vez.
Los tres aprendices estaban mirando al misterioso hechicero.
Pensamientos similares surgieron en sus mentes.
Aunque todos sabían que el hechicero era un gran conocedor, ninguno había visto en persona cuán poderoso era el misterioso Profesor.
«¿Es el Señor Profesor un hechicero realmente poderoso?» «¿Cuán poderoso será?» «¿Será más poderoso que el mentor de Miel Blanca?» Lucien sabía perfectamente lo que estaban pensando.
Estaba preparado.
Ante sus miradas, respondió lleno de confianza: —No hay problema, Smile.
Yo me encargo.
Él se acercó a una pared de la casa y posó ambas manos sobre ella.
Moviendo sus labios en silencio, empezó el lanzamiento del hechizo.
Ondas invisibles se expandieron desde las manos de Lucien.
Estas impactaron contra la pared instantáneamente y se reflejaron de vuelta.
Así, las siguientes ondas cambiaron de forma.
Desde la perspectiva de Filósofo, Búho y Miel Blanca, nada sucedió.
Los tres intercambiaron miradas preocupadas, confundidos, pero no dijeron nada.
Repentinamente, Miel Blanca sintió que la tierra estaba temblando.
—¿Estás temblando?
—le preguntó Filósofo al mismo tiempo.
—No soy yo —respondió ella, sorprendida.
—¡Miren!
—Smile estaba apuntando a la casa—¡La casa entera está temblando!
Miel Blanca y Filósofo dirigieron inmediatamente sus miradas hacia la casa.
La vieja construcción de tres pisos estaba agitándose hacia adelante y hacia atrás, y dicho movimiento era cada vez más violento.
Podían escuchar vidrios rompiéndose.
—¿¡Terremoto!?
—preguntó Miel Blanca.
—No, ¡es la casa en sí!
—respondió Búho.
—¿Señor Profesor?
—Filósofo miró a Lucien, y quedó anonadado.
Las manos de Lucien seguían presionadas contra la pared de la casa.
Su cuerpo entero estaba agitándose junto a la construcción.
Sus labios seguían moviéndose.
—¡La casa va a colapsar!
—Miel Blanca dio un paso atrás.
Filósofo no podía creer lo que veía.
—¡Incluso el hechizo de tercer círculo «Bola de Fuego» no podría destruir una construcción al primer uso!
¿¡Qué es este hechizo!?
—Qué…
Es…
¡Esto!
—Doro, el búho, estaba posado en el hombro de Smile, gritando.
Nadie notó que el cuervo regresó con ellos.
Casi cayó del árbol nuevamente debido al repentino movimiento.
—¿¡De qué círculo es este hechizo!?
—Gritó el cuervo también.
Solo Lucien sabía que era simplemente un hechizo de aprendiz, «La Mano Oscilante del Profesor.» El hechizo podía detectar la frecuencia de vibración de una estructura y crear una resonancia para destruirla.
¡Funcionaba mejor con puentes!