Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 866
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866: Viejo zorro 866: Viejo zorro Editor: Adrastea Works Después de salir de la posada, Sharp estalló como una burbuja y desapareció en medio de la oscura noche.
Sin redirigir la mirada, el Viejo Green preguntó bruscamente: —¿Van a aceptar su contrato?
—Lo aceptemos o no, el asunto más importante ahora mismo es que este lugar ya no es seguro.
Tenemos que trasladarnos inmediatamente —Douglas se veía bastante serio.
Fernando también volvió a ser el de siempre.
Él habló entre dientes: —Aceptar o no el contrato es algo que esos viejos deben decidir.
Lo que nosotros tenemos que hacer es largarnos de aquí y preparar otra estación de inteligencia.
Resultaba evidente que, incluso si la Unión decidiera aceptar la misión de asesinar a Alfonsol para forjar buenas relaciones con nobles como Sharp, ellos no revelarían a los extraños la estación de inteligencia que era de gran importancia para la organización.
Si deseaban comunicarse con los nobles, un canal unilateral más pequeño sería lo mejor, como por ejemplo por medio del Viejo Green.
¡El descuido en semejantes asuntos significaría la perdición de una organización!
Entonces, temiendo que alguien podría estar escuchando a escondidas, Fernando habló con Douglas y el Viejo Green mediante el vínculo telepático: «Los veré en las ruinas submarinas del Lago Ramrouge.» «De acuerdo, tú ve primero.
Tengo que dejar ciertas marcas para advertir a los hechiceros que vengan.» El Viejo Green pasó la mirada por el vestíbulo con un claro arrepentimiento.
Fernando se burló.
«Deberías estar feliz de deshacerte de esta monstruosidad.
¿Por qué te lamentas?» «De hecho, este es el negocio familiar que mi bisabuelo comenzó.» El Viejo Green habló tranquilamente, sin el menor indicio de ira, como si estuviera hablando de alguien más.
Fernando se quedó estupefacto brevemente.
Luego de bajar la mirada y levantar la cabeza, él observó el gabinete de vinos detrás del Viejo Green con sus vigorosos ojos rojos y habló: «Quizá este hotel será conservado.
Tú eres un caballero radiante cercano a varios nobles.
Podría dársele buen uso, aunque ya no muchos hechiceros frecuenten este lugar…» Él empezó a divagar.
«¡Ya piérdete, chico!
¡No necesito tu simpatía!» Súbitamente, el Viejo Green arremetió contra Fernando, interrumpiéndolo.
Fernando se puso rojo y resopló.
«Sentiré simpatía por los perros de garras negras antes de sentirla por un viejo moribundo como tú!» Él se retiró inmediatamente después.
El Viejo Green levantó la barbilla, indicándole a Douglas que lo siga.
A continuación, rió por lo bajo.
«¿No dicen siempre los nigromantes que la vida empieza una vez mueres?» «¿Qué saben sobre la vida esos apestosos cuerpos podridos?» Dijo Fernando sin mirar atrás.
«Incluso mi cabello es más viejo que tú, chico.
¿Qué sabes tú sobre la vida?» El Viejo Green no cedió en lo más mínimo.
Sin poder hacer nada, Douglas observó a los dos pelear hasta que Fernando pasó la puerta y se adentró en la oscuridad de la noche.
…
Bajo la luz de las estrellas, los lagos estaban brillando levemente y con tranquilidad.
Ya que había varios de esos lagos, ellos se encontraban dispersos por el suelo como perlas, conectándose para formar collares de ensueño.
—Este lugar merece ser llamado «La tierra de los Mil Lagos»…
—Señaló Douglas mientras flotaba sobre uno de los cuerpos de agua para luego inhalar el aire fresco.
Fernando preguntó, sorprendido: —¿Conoces la «Tierra de los Mil Lagos»?
—Por supuesto, su fama ha sido llevada a Antiffler por los hechiceros que viajan —respondió Douglas.
—¿Tiene algo de hermoso?
—Murmuró Fernando.
A continuación, habló—: este es el Lago Ramrouge.
Sígueme.
Douglas observó el lago, solo para descubrir que no era enorme.
Uno podría haber pensado que era simplemente una ciénaga.
¿Podía haber ruinas submarinas por debajo?
Los dos lanzaron hechizos y se lanzaron al agua, hundiéndose hasta el fondo del lago rápidamente.
Al notar la sorpresa de Douglas, Fernando le explicó mediante el vínculo telepático: «Algún hechicero estúpido construyó esto.
Quizá intentaba conectar toda la Tierra de los Mil Lagos.
No obstante, es gracias a su idiotez que estas ruinas no han sido descubiertas.
La Iglesia no puede imaginar que un lago tan pequeño y poco explotable oculte ruinas.» Una cueva estaba oculta al fondo del lago.
No parecía haber sido formada para seres humanos, sino que parecía más el nido de ciertas criaturas acuáticas.
Fernando convirtió su cuerpo en vapor y se coló al interior.
Douglas lo siguió sin titubear.
Luego de atravesar un “túnel” zigzagueante, Douglas se encontró en medio de un palacio que estaba lleno de hechiceros.
Estos últimos se sintieron bastante alarmados debido a los recién llegados, pero al ver el rostro familiar de Fernando, voltearon y volvieron a centrarse en sus asuntos.
Uno de los hechiceros de rango superior utilizó magia para examinar si se trataba del auténtico Fernando.
En ese sentido, los hechiceros, conocidos como “ratas de alcantarilla”, eran mucho más atentos que la Inquisición, pues aquellos no lo suficientemente vigilantes ya estaban muertos.
—Ahora, esto se parece más a un lugar en el que se reúnen hechiceros…
—Dijo Douglas con alivio y comodidad.
—Douglas, Fernando, han llegado en el momento perfecto.
El presidente se ha enterado hace unos instantes de lo que ocurrió y quiere que se vayan a verlo —Lauren, quien escapó más temprano bajo la protección de Fernando, se les acercó.
—¿Este es el cuartel general de la Unión?
—A Douglas le resultó extraño.
Fernando no lo mencionó antes.
Este último también lo encontró extraño.
—¿El presidente está aquí?
—Sí —Lauren asintió y observó a Fernando de pies a cabeza—.
Es bueno que estés bien.
El Señor presidente planeaba conocer a Douglas aquí y llevar a cabo una reunión si no hubiera sido por el accidente en el Hotel Pescado Asado…
«Parece que aún no confían en mí y estaban reacios a dejarme conocer su cuartel general tan pronto…» Pensó Douglas.
Sin embargo, aquello no le molestó y sencillamente asintió.
—Lauren, por favor llévanos con el Señor presidente…
—Solo es porque la misión que dieron era demasiado estúpida…
—Siguiendo a Douglas, Fernando maldijo.
Después de atravesar un pasillo hecho de ladrillos de piedra, ellos llegaron a un palacio decorado con patrones extraños.
Un anciano cuyo cabello era completamente blanco pero que tenía buen ánimo salió dando zancadas y los saludó: —Bienvenido a la Unión de Hechiceros, Douglas.
Eres un hechicero distinguido y tus estudios sobre curvas y formas irregulares son superiores a los nuestros.
Espero poder aprender de ti alguna vez.
Douglas se quedó ligeramente estupefacto.
¿Sabía también Arnold, el presidente de la Unión de Hechiceros, que él estaba estudiando la fluxión?
Fluxión era el nombre que él le dio a los problemas matemáticos en los que trabajaba, aunque estaba pensando en cambiarles de nombre en algún punto.
Douglas se recuperó rápidamente de su sorpresa.
Arnold debe haber estado prestándole atención a su comunicación con Fernando.
El sujeto tal vez pospuso la reunión para darse el tiempo suficiente para observarlo.
¡Él definitivamente no era un simplón, al ser el líder de una organización mágica considerablemente grande!
—La investigación de varios hechiceros excelentes del pasado me inspiró —dijo Douglas con humildad.
Arnold tenía pocas arrugas, y su rostro seguía teniendo rubor.
Él señaló a Douglas y sonrió.
—No seas modesto.
¡Si tu investigación da frutos, será más sencillo aprender y construir todos los hechizos!
¡Qué futuro más brillante será ese!
De acuerdo, centrémonos primero en el contrato del Demonio Azul.
Cierto, este es League.
Ya se conocen.
Este es Ramón; esta es Veronica.
Los dos son presidentes sustitutos de la Unión.
Él presentó a las pocas personas que lo acompañaban.
League tenía muchas arrugas y una nariz aguileña; Ramón era alto, delgado y tenía un rostro largo; y Veronica tenía ojos verdes que parecían esmeraldas.
Todos ellos llevaban puestas las túnicas clásicas del Imperio Mágico.
Douglas los saludó y le sonrió al joven de cabello castaño que se encontraba junto a Arnold.
—Gallos, ha pasado un buen tiempo.
Con una sonrisa juguetona, el joven respondió: —No esperaba que hicieras algo como atacar la Inquisición.
Eso parece más algo que haría Fernando.
Gallos era la persona que le habló a Douglas sobre la Unión de Hechiceros.
Era amigo de Fernando y de Lauren, estudiante de Arnold, y un hechicero de rango superior; específicamente de sexto círculo.
—Je je.
¿Me envidias?
—Fernando definitivamente no cedería.
Gallos rió entre dientes y bajó la mirada sin continuar la conversación, pero el presidente Arnold hizo una pregunta: —¿Qué opinan sobre el contrato del Demonio Azul?
Lauren, quien los guio hasta allí, se retiró en silencio del palacio y cerró la puerta.
League habló de forma deprimente: —Él solo nos está advirtiendo con la misión.
No hay necesidad de tomarla en serio.
—¿Qué tal si de verdad la cumplimos?
¿Verá nuestro valor y decidirá trabajar con nosotros?
—Ramón puso mala cara y se mostró en desacuerdo con League.
—¡En primer lugar, nosotros debemos ser capaces de cumplirla!
—Dijeron League y Veronica al unísono.
La reunión se quedó en silencio inmediatamente.
Ni siquiera Fernando se atrevía a presumir diciendo que no era difícil matar al Alfonsol.
Después de todo, Kritonia tenía a la Unión en la mira.
Arnold pareció estar satisfecho con la situación.
Sin alterar su sonrisa, él tosió por un momento y dijo: —No nos es completamente imposible cumplir la misión.
—¡Presidente, debe estar bromeando!
—Dijo League con seriedad.
—En efecto, resulta imposible si solo contamos con nuestra propia fuerza, pero, ¿qué tal si las demás organizaciones mágicas cooperan con nosotros?
Ellas no están bajo la mira de Corazón del Tiempo —Arnold sonrió con buen humor.
Entonces, antes de que alguien abriera la boca, continuó—: he estado ocupado contactando a las demás asociaciones mágicas.
Resulta que he invitado a varias organizaciones mágicas a visitarme para discutir sobre la cooperación.
Es por ello por lo que decidí llevar a cabo la reunión en este lugar en vez de en nuestro cuartel general, pues “Allyn” también está cerca de Rentato.
Él explicó con cierto detalle por qué no llevaron a Douglas al cuartel general.
—Presidente, ¿confía en poder convencer a dichas organizaciones para que cooperen con nosotros?
—Veronica puso sobe la mesa la cuestión principal.
Arnold sonrió con la astucia de un viejo zorro.
—Si ellos saben que estamos trabajando con el Demonio Azul, capitán suplente de los Caballeros de la Espada de la Verdad, estarán más que encantados de cooperar con nosotros en la misión.
Nuestra estrategia no es solamente atraer a los nobles para oponer resistencia a la Iglesia.
—¿Desde cuándo hemos estado trabajando con el Demonio Azul?
—Incluso Ramon estaba confundido.
Arnold rió por lo bajo.
—Desde que cumplamos la misión de asesinar a Alfonsol junto a otros grupos, cuando le dé más importancia a nuestro poder.
Los labios de Fernando se torcieron.
¡El presidente era demasiado ruin!
—¿Qué organizaciones vendrán a Allyn?
—League reflexionó por un instante y preguntó con cautela.
Arnold negó con la cabeza.
—Quédate tranquilo.
Las organizaciones que he invitado son todas ligeramente más débiles que la nuestra.
No son las asociaciones legendarias como «Cabaña de Palmeira», «Guadaña de la Muerte» o «Danza Histérica».
Las que merecen nuestra atención son «Ojo Rojo», «Alma Suprema», «Coro de las Sombras» y «Torre de Destructores», las cuales tienen uno o dos archimagos de noveno círculo.
También hay una docena de organizaciones comunes que no poseen hechiceros de noveno círculo.
—Douglas, Fernando y yo asistiremos a la reunión más tarde.
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