Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 868
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868: Pleito 868: Pleito Editor: Adrastea Works —No estoy siendo ilógico.
Si no resuelves esas cuestiones, dependerás nada menos que de la experiencia, los instintos y la suerte cuando modifiques tu pócima.
Ya tuviste suerte al haber descubierto un cambio beneficioso después de varios cientos de intentos, pero ¿qué pasa después?
¿Vas a probar todas las posibilidades y todas las combinaciones?
En tal caso, nunca tendrás éxito sin miles de experimentos…
—respondió Douglas con mucha cautela.
Solemnemente, el joven hechicero señaló su producto y dijo.
—El libro mágico dice que la Hierba Carmesí más la Fruta Ojo de Pez más el tallo del Alma del Bosque pueden estimular el poder espiritual.
¡Mi producto es una combinación de sus efectos naturales, una síntesis de las investigaciones de generaciones de hechiceros, una ley de la naturaleza y una verdad que está fuera de toda duda!
No te vendo mi pócima.
¡Por favor, vete a otra parte!
Quizás porque acababa de liberarse de los maestros y los libros de magia, el joven hechicero le contó el mecanismo de su receta a pesar de que odiaba al tipo ilógico.
Por supuesto, la proporción específica de los ingredientes era su secreto profesional.
Douglas asintió.
Justo cuando el joven hechicero volvió a levantar la cabeza, dijo de repente.
—Sé que la Hierba Carmesí más la Fruta Ojo de Pez más el tallo del Alma del Bosque pueden estimular el poder espiritual.
Es una ley empírica, pero ¿por qué?
Fernando trató de contener su sonrisa y estuvo a punto de silbar.
Le resultó muy divertido ver a otras personas enloquecer a causa de los porqués de Douglas.
La expresión del joven hechicero era el mejor ejemplo de “asombrado”.
Pronunciando algunos sonidos sin sentido, se volvió hacia los hechiceros cercanos y murmuró.
—¡Qué bicho raro!
En realidad, los hechiceros habían sintetizado la sinergia entre la mayoría de los materiales y dieron explicaciones en diferentes escuelas.
Por ejemplo, algunos afirmaron que era un representante de la teoría de los cuatro elementos, y algunos dijeron que se debía al ciclo de la vida.
El joven hechicero sabía bastante, y era más proclive a la explicación de los cuatro elementos.
No obstante, no quería hablar con el bicho raro en absoluto por temor a enfrentarse a un montón de porqués más.
Le recordó la sensación de cuando no podía proporcionar respuestas satisfactorias a un maestro estricto.
Los hechiceros a su alrededor observaban con tristeza o diversión.
Ninguno de ellos estaba interesado en entrometerse con alguien con quien no estaban familiarizados.
Sin importarle en absoluto pues ya estaba acostumbrado a lo de bicho raro, Douglas dijo con sinceridad.
—¿Nunca has leído “Corona Elemental de Pociones Mágicas”?
Puede explicar parte de las razones, y puede aplicarse en la práctica, pero todavía hay abundantes autoconsistencias.
No creo que realmente responda las preguntas.
Apretando los dientes, el joven hechicero murmuró.
—¡Ignóralo!
¡Ignóralo!
Tenía la sensación de que estaba rodeado de cientos de mosquitos, lo cual hizo que se pusiera bastante nervioso.
Douglas era un hombre bastante razonable cuando no preguntaba porqués.
Sacudió la cabeza con una sonrisa.
—Sé una cosa o dos sobre este campo.
Si estás interesado en la pregunta en este momento, siéntete libre de hablar conmigo.
Soy Douglas, de la Unión de Hechiceros.
¿Y tú?
El joven era muy guapo y erudito.
No tenía la intención de hablar con Douglas, pero algo que su maestro le dijo apareció en su mente.
«Eres el hechicero más joven y talentoso de nuestra organización, pero te has dedicado demasiado a los libros para saber cómo comunicarte con otras personas.
Representamos al Coro de las Sombras en la reunión en Allyn.
Así pues, debo recordarte que no debes ser demasiado débil o demasiado arrogante.
La cortesía es muy importante…» Cortesía, cortesía…
El joven hechicero se esforzó por responder.
—Soy Owen, del Coro de las Sombras.
—Acabo de echar un vistazo.
Tu poción debe ser muy buena —Douglas sabía que era mejor dejar de molestar a Owen y dejó esa postura.
Owen se sintió muy aliviado.
—Puedes desarrollar un hechizo llamado “Porqués de Douglas”.
Definitivamente aturdirá al enemigo —Fernando lo siguió y se burló de él.
Douglas sonrió y no dijo nada.
Observó detenidamente a los hechiceros que se habían reunido en la plaza.
Eran de diferentes organizaciones, y sus fortalezas, géneros, miradas y personalidades variaban.
Lo único que tenían en común era que todos estaban un poco deprimidos y abrumados.
No fue porque algo malo estaba sucediendo, sino porque sus condiciones de vida habían aportado cambios psicológicos irreversibles, los cuales se habían reflejado en su aura.
—¡Piel de Dragón Azul!
¡Contiene los patrones de decenas de hechizos y puede mejorar significativamente la magia correspondiente!
—En su camino, escucharon de repente a una niña traficando con “Piel de Dragón Azul”.
Los dragones azules eran muy famosos por sus habilidades sobrenaturales en rayos y agua.
Su piel no era solo material alquímico sino un foco importante de los estudios de los hechiceros.
Por lo tanto, cuando Douglas y Fernando miraron, el puesto de la niña estaba abarrotado de hechiceros, quienes observaban en silencio la piel incompleta del dragón azul.
Para Fernando, quien estaba especializado en rayos y las tormentas, la piel del dragón azul era muy valiosa.
Así pues, caminó hacia el puesto de la chica.
Después de confirmar la autenticidad del material, preguntó.
—¿Qué quieres intercambiar por la piel del dragón azul?
Los otros hechiceros estaban enfadados con Fernando, quien se abrió paso entre la multitud, pero nadie dijo nada.
Todos querían escuchar la necesidad de la niña.
La niña tenía el cabello rubio y las pupilas de un color parecido.
Hermosa y vigorosa, sonrió.
—Quiero intercambiarla por la destrucción de la Iglesia.
¿Puedes hacer eso?
Antes de que Fernando rugiera, ella puso fin a la broma a tiempo.
—Necesito todos los libros de magia de rango medio sobre transformación, modificación corporal y fusión de linaje.
¿Tienes alguno?
Su respuesta fue bastante vaga.
Era obvio que pretendía un libro favorito de los hechiceros.
—¡Lo tengo!
—Fernando siempre había sido impaciente.
Sacó muchos libros Inmediatamente y los hizo flotar en el aire, antes de mirar a los hechiceros con un “este material es mío y podéis idos al diablo si no os parece bien” en su rostro.
Los hechiceros estaban algo enfadados, pero alguien dijo en voz baja.
—Es Fernando, de la Unión.
—¿El Fernando que atacó a la Inquisición?
—¿El Fernando que acabó con Depredador?
Los hechiceros susurraron de inmediato.
Muchas personas que planearon competir con Fernando retrocedieron.
¡Era un hombre cruel y fuerte!
Fernando no se percató de que era tan famoso.
Nunca fue tan respetado desde que llegó a la Lista de Limpieza.
Estaba bastante perplejo.
—¿Qué te parece?
¿Estás satisfecha con mis libros?
—Fernando decidió ignorar a otras personas y simplemente le preguntó a la niña.
En ese momento, otro hechicero llamó la atención.
—Puede que seas Fernando, pero, ¿qué importa?
Todas las organizaciones se están reuniendo hoy.
¿Va a robar un objeto que se comercializa regularmente?
Fernando estaba a punto de rugirle al hechicero, cuando la niña dijo de repente.
—¡Me gustaría dárselo al señor Fernando!
¡Es mi héroe!
Desde el siglo pasado, ¡es el primer hechicero que tiene el coraje de atacar a la Inquisición y matar a los traidores!
Fernando estaba perplejo.
¿Desde cuándo la “reputación” podía contribuir a hacer negocios?
¿La chica seguía siendo tan inocente?
El competitivo hechicero no se atrevió a discutir más y se fue corriendo.
—A decir verdad, fue Douglas, el archimago del noveno círculo que está a mi lado, quien mató al Depredador —Fernando jamás robaba el crédito de otras personas.
¿Un archimago?
Los hechiceros que estaban alrededor observaron a Douglas, sintiéndose incluso más afortunados de no haber tenido un enfrentamiento con Fernando.
—¡Los dos sois mis héroes!
Soy Érica.
Soy una hechicera del tercer círculo de una pequeña organización —dijo la niña con una dulce sonrisa, la cual fue pronto reemplazada por melancolía—.
Es una lástima que cada vez haya menos héroes como vosotros.
Todos están demasiado acostumbrados al fracaso y se esconden para soñar con una victoria.
Su franqueza hizo que todos los hechiceros que quedaran callados.
Pensaron en la inmensa presión y la infinita oscuridad ante sus ojos.
—¿Qué podemos hacer?
La Iglesia tiene muchos expertos legendarios, y el Papa está más allá de la cúspide del nivel legendario.
¿Qué podemos hacer…?
— dijo alguien enfado, pero desesperado entre la multitud—.
Si tan solo el Señor Viken, el Señor Maskelyne y el resto no hubieran desaparecido…
Con tantos legendarios de nivel tres, la Iglesia no se habría desarrollado en absoluto…
—¡Lo dudo mucho!
—Alguien discutió en voz alta—.
El Papa es tan fuerte como un semidiós.
La Luz de las Estrellas fue asesinado por él, y el Vasallo de la Muerte se “reencarnó” con una fuerza inferior al nivel tres.
Incluso los dos legendarios más importantes no pudieron detener al Papa.
¿Por qué crees que Maskelyne y Viken podrían?
Las palabras que alababan a la Iglesia invocaban maldiciones inmediatamente.
La gente de Ojo Rojo maldijo al Imperio Mágico de Sylvanas por estar demasiado dedicado a los conflictos internos en el momento crítico, lo cual causó la destrucción del Imperio Asso primero.
El Vasallo de la Muerte solo regresó a través del método prohibido, pero estaba tan debilitado que ni siquiera se atrevía a desafiar la Espada de la Verdad.
La gente de Coro de las Sombras también maldijo a otros hechiceros por no estar unidos.
De lo contrario, la Iglesia no se habría desarrollado en absoluto, ¡y el Papa no se habría vuelto tan fuerte!
Los nigromantes de Alma Suprema no eran buenos peleando, pero sus ojos sombríos eran gélidos pese a todo.
Al parecer creían que el motivo principal de su fracaso fue que muchos hechiceros no estaban dispuestos a ofrecer su alma y cuerpo.
De lo contrario, habrían criado un enorme y resistente ejército de sirvientes que se extenderían por la Iglesia.
Los poderes divinos de la Iglesia eran más efectivos en los nigromantes, así que eran los que más odiaban y temían a la Iglesia.
Los elementalistas de Torre de los Aniquiladores se unieron a la lucha, manteniendo que los tres imperios mágicos cometieron demasiados errores al principio y dieron demasiado espacio para que la Iglesia se desarrollara.
De lo contrario, la situación actual habría sido diferente.
—Quizás, nuestra magia ya se ha quedado rezagada…
—en mitad de su discusión, un hechicero desesperado espetó sin pensar—.
¿Cuántos expertos legendarios han surgido en la Iglesia en los últimos trescientos años?
¿Y en nuestro bando?
Quizás, el poder divino es el futuro…
Todos se callaron en el instante en el que hurgó en la herida de todos.
Entonces, las maldiciones se desataron.
—¡Traidor!
¡Eres un traidor!
—¡Nuestra magia es mucho más abundante y misteriosa que el poder divino!
—¿Acaso el poder divino tiene tantas formas de salvar tu vida?
Érica, quien estaba vendiendo la piel del dragón azul, no dijo nada bajo el griterío.
Ella retrocedió y lanzó un suspiro, antes de decirles a Fernando y Douglas.
—Cuán terrible…
Es genial que tengamos héroes como vosotros.
—La desesperación requiere cambios…
—al mirar los restos de las torres mágicas en el centro de Allyn, los ojos de Douglas eran profundos y pensativos.
“¡Clang!” Una campana restañó, apaciguando la pelea en la plaza, ya que la reunión conjunta de decenas de organizaciones mágicas estaba a punto de empezar.
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