Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 884
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884: Apuesta 884: Apuesta Editor: Adrastea Works El sol brillaba como el fuego en el oeste, haciendo que la verdadera Aalto pareciera aún más como un cementerio.
A excepción de los hechiceros que observaban el muro de la ciudad en diferentes zonas, pocas personas podían verse en la calle.
En el camino vacío, un carruaje cabalgaba rápido sin hacer ruido de cascos o ruedas, como si fuera un enviado del Infierno Silencioso.
El carruaje era tan silencioso porque no tenía ruedas.
Los cuatro caballos que corrían delante eran tan nebulosos como si estuvieran hechos de una pálida niebla.
No obstante, el intenso fuego ardía en su cabeza, y dos puntos rojos rebotaban en sus ojos.
—¿Es esta la famosa “pesadilla”?
—Dentro del carruaje cuya ventana estaba entreabierta, una magnética y cautivadora voz femenina sonó.
La túnica mágica de Antec se había convertido en un traje formal cuyo cuello le llegaba a la nuca.
Estaba bastante de moda, pero él no estaba acostumbrado.
Seguía tirando de diferentes partes de la ropa, como si tuviera problemas para respirar.
—Sí, estos son caballos especiales que mi maestro ha creado.
Pueden entrar directamente en los sueños.
Se hacen fundiendo el caballo fantasma y “Controladores del Sueño”, un demonio con habilidades especiales.
Había tantos tipos de demonios que incluso el hechicero legendario más sabio no podía declarar con confianza que pudiese reconocer a todos.
Además, el intercambio de conocimientos no era una tendencia en el Imperio Mágico.
Nadie regalaría su conocimiento sin conseguir algo importante a cambio.
Por lo tanto, a pesar de que se habían descubierto algunos tipos de demonios, cabía la posibilidad de que solo unas pocas personas los conocieran.
Por ejemplo, Fernando nunca había oído hablar de los “Controladores del Sueño” antes.
—Puesto que “pesadilla” está tirando de nuestro carruaje, ¿la fiesta es un sueño?
—Fernando, quien apareció como una hermosa muchacha, estaba sumamente esclarecido.
Antec sonrió secamente.
—No exactamente.
Lo tomé prestado a propósito.
Ahora que tengo una cita, más vale que sea serio.
—Parece que no estás desesperado por completo —Fernando lo elogió de una manera única.
Los rojos y brillantes ojos en su delicado y hermoso rostro eran tan atractivos como los relámpagos en una noche oscura.
Antec sostuvo la cabeza en alto durante un instante, pero volvió a encorvar la espalda enseguida.
Suspiró con pena.
—Solo será más miserable cuando se burlen de mí más tarde.
“Mira, la cita que el idiota encontró después de tantas molestias y trajo aquí con pesadilla se ha escabullido con tanta facilidad.
Un perdedor siempre es un perdedor”.
La segunda mitad de su frase fue tan vívida que estaba imitando claramente a un compañero que siempre se reía de él.
—Es mejor que cuando no tienes que robar a nadie —no se sabía si Fernando estaba consolándolo o burlándose de él.
Antec pensó por un momento.
—Está bien…
Es bueno progresar cada vez.
Después de todo, nunca he soñado con encontrar una cita auténtica.
Después de convertirme en un archimago, tendré tantas citas como quiera en mi sueño.
—No confundas las ilusiones con la realidad —Fernando le recordó seriamente a su amigo.
Después de tantos años, se percató de que Antec parecía cada vez más adicto a los sueños.
—¿Por qué las ilusiones no pueden ser realidad?
¿Por qué los sueños no pueden convertirse en un mundo real?
—Antec estaba bastante emocionado después de auto-reprimirse durante tanto tiempo —.
Es el deseo de todos los hechiceros de la escuela de las ilusiones.
—Así que, ¿tu mayor logro es engañarte a ti mismo?
—Fernando era mucho más mezquino que Antec.
Antec negó con la cabeza.
—No, no es engaño, pero los sueños realmente se hacen realidad…
Antes de que acabara, “pesadilla” ya se había detenido.
Había una villa sombríamente decorada delante de él.
—Hemos llegado.
Conserva ese pensamiento en las ilusiones —Antec volvió a sacarse el cuello y salió del carruaje.
Entonces, se dio la vuelta, extendió su mano, y la ayudó a bajarse de acuerdo con el protocolo que Fernando le enseñó.
Fernando tenía mucha más experiencia que él en ese aspecto.
—Todavía hay esperanza para ti —Fernando asintió y tomó la mano de Antec con la profesionalidad de un actor.
Como era bastante bajo, era una buena pareja para Antec, quien era delgado y alto.
Antec se sonrojó de inmediato, y su mano izquierda se movió de forma antinatural, al sentir ciertas partes firmes y elásticas bajo el cuello de Fernando.
—Son…
Son…
¿Son reales?
—Tartamudeó, su cuerpo estaba tan tenso como si hubiera sido agarrado por una serpiente.
Fernando dijo con orgullo.
—No cuestiones mi experiencia mágica.
Incluso un hechicero legendario no podría haber constatado un efecto tan perfecto sin el objeto.
—Pero aún me parece que es raro…
—Antec condujo a Fernando a la puerta, tieso como un palo.
—Jeje.
Ni siquiera puedes disfrutar de lo “extraño” en otras ocasiones.
Aprovecha la oportunidad —dijo Fernando con una brillante sonrisa.
Antec se percató de que la mezquindad de Fernando era algo que solo podía admirar.
Así que, solo pudo cerrar la boca y subir las escaleras.
—¿Crees que las capacidades de los semidioses que el Papa Gregory mostró en Lance eran reales, o contaba con los medios del poder divino en Lance?
—Fernando preguntó algo más de repente.
—Eh, ¿qué?
—Antec no estaba en la misma “onda” que Fernando al principio.
No volvió en sí hasta un tiempo después—.
No lo tengo claro, pero según mi maestro, indudablemente estaba más allá de la cúspide del nivel legendario en ese entonces.
No obstante, no ha abandonado Lance desde la batalla.
Fernando asintió con la cabeza, haciendo otra pregunta que Antec apenas pudo seguir.
—¿Stanis estará en la fiesta de esta noche?
Era una fiesta de un pequeño círculo.
La mayoría de los participantes eran estudiantes de legendarios.
—Eh, ¿qué?
—Antec expresó su confusión de la misma forma.
Entonces dijo—.
No está en Aalto últimamente.
Está buscando materiales.
Muchos hechiceros se habían reunido en ciudades como Aalto, pero los materiales no los seguirían sin una razón.
Así pues, los hechiceros se habían turnado para abandonar las ciudades rumbo a los bosques y la Cordillera Oscura para recolectar recursos.
Algunos de ellos incluso fueron más al norte, donde los tesoros eran más abundantes.
Eso les dio a los vigilantes nocturnos y a los clérigos una oportunidad.
Los asesinatos y los asedios ocurrieron muchas veces.
Los hechiceros, quienes no estaban dispuestos a asimilarlo, también instalaron trampas y mataron a personal de la Iglesia.
Así que, aunque las ciudades estaban en paz, las zonas a su alrededor ya se habían convertido en lugares peligrosos.
Algunos de ellos eran trampas intentando atraer a los legendarios para que atacaran, pero ninguna de las partes consiguió grandes logros.
Por lo tanto, el viaje de Stanis podría ser realmente para recolectar materiales, o podría ser solo una trampa.
Fernando había aprendido mucho sobre la situación.
Asintió con la cabeza.
—Hablaré de ilusiones y sueños con él una vez que vuelva.
—De acuerdo.
Puedes pasar unos días más en Aalto, así podrás buscar a los hechiceros con talento y dispuestos a ir a Holm —dijo Antec encantado, ya que Fernando era uno de los tres únicos amigos de verdad en su vida.
Fernando hizo una mueca.
—Entonces, ¿mi apodo se convertirá en “Humillación de Antec”?
—Pensándolo mejor, creo que deberías volver lo antes posible…
Después de todo, conoces la situación general —Antec miró a su mano derecha tristemente.
—Jeje.
Necesito saber más sobre los detalles y recopilar los archivos de los grandes cardenales y caballeros legendarios para futuras batallas.
Así pues, me temo que tienes que ser humillado un tiempo —dijo Fernando despreocupadamente.
En ese momento, la villa se abrió automáticamente y se escuchó el grito de una voz masculina.
—Oye, Antec, ¿dónde encontraste pareja?
¿La contrataste del “Molino Rosa”?
Los hechiceros, los caballeros oscuros, los enanos y la gente corriente tenían necesidades biofísicas, por lo que aún había lugar para que las prostitutas sobrevivieran, y “Molino Rosa” era uno de los lugares en el negocio.
Por supuesto, en su mayoría ofrecían su servicio en sueños.
—Este es mi buen amigo que conocí en Rentato, Nando —Antec presentó nerviosamente, temiendo que otras personas se percataran de que Fernando era un hombre.
Fernando dijo con una sonrisa brillante.
—Así que, Antec no tiene novia en Aalto.
Parecía tan complacido que Antec estaba casi aturdido.
—Jeje.
Primero que nada, alguien necesita valorarlo…
—la voz chillona estaba lejos.
Antec levantó en secreto su pulgar hacia Fernando, complementando su actuación.
—Es Beto.
Le gusta burlarse de mí.
Su maestro es el Señor de los Elementos.
…
En la villa, decenas de hechiceros, con bebidas extrañas, deambulaban por el pasillo.
Eran apenas alrededor de cuatro hombres y una mujer.
Ante los cuatro hombres y la mujer, una cortina de agua flotaba y desplegaba la escena ante la puerta.
—Jeje.
Resulta que Antec tiene una amiga que conoce desde la infancia —la voz chillona fue hecha por un hombre que tenía bigote.
Parecía enfadado por ser avergonzado.
—Bueno, ¿acaso no es hermosa?
—La chica que sostenía una bebida extraña chasqueó la lengua—.
¡Ojos rojos y vestido rojo, brillante y pasional, qué atractiva!
Era alta y parecía una dama célibe, pero sus palabras fueron increíblemente groseras.
No obstante, los que la rodeaban parecían estar acostumbrados.
Beto suspiró.
—Furan, es solo una mujer cursi de la zona rural, grosera y estúpida.
Intentó hablar mal de Fernando.
Para los hechiceros de Antiffler, Holm era precisamente un pueblo bárbaro y subdesarrollado.
—No obstante, no puedes negar que las chicas de la zona rural que no están corrompidas por los lujos de Antiffler y Tria deben ser inocentes y tímidas —Furan, la hermosa muchacha, se rio.
Un hombre sombrío y de cabello dorado junto a ella resopló.
—¿Planeas avergonzar a Antec?
También es estudiante de un legendario leyenda, y es íntimo de Stanis.
—Se trata de nuestros sentimientos mutuos.
¿Por qué es vergonzoso?
Oye, aunque te guste, no tienes derecho a interferir con mi vida —Furan desdeñó.
Solo lo había dicho por casualidad, pero ahora que la detuvieron, sintió la tentación de intentarlo con cólera.
El hombre sombrío cerró la boca, esperando poder olvidar la perversión lo más rápido posible.
Sintiendo algo, Beto dijo adrede.
—Esa chica de la zona rural conoce a Antec desde la infancia.
Su vínculo debe ser fuerte.
Furan, no tendrías éxito aunque lo intentaras.
—¿En serio?
—Furan sabía que Beto la estaba incitando adrede, pero después de ver la cara de Fernando en la cortina de agua, aun así dijo—.
¿Deberíamos apostar?
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