Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 885
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885: ¿Quién es la presa?
885: ¿Quién es la presa?
Editor: Adrastea Works —¿Qué quieres apostar?
—Beto era muy talentoso en magia y siempre había sido el favorito de su maestro.
No obstante, también era mordaz y competitivo por la misma razón, y sus habilidades sociales no eran mejores que las de Antec, a quien solo le gustaba esconderse en rincones oscuros y manipular sueños.
Entonces le preguntó a Furan, sin mostrar falta de confianza.
Furan tocó su broche de zafiro en su pecho, y su vestido blanco se tiñó de colores de ensueño por el nebuloso resplandor.
—¿No te ha gustado siempre mi “Lágrima de la Sirena”?
Si pierdo la apuesta, será tuya.
Era un objeto de rango sénior de nivel ocho.
A pesar de que Beto era el estudiante de un legendario, no pudo evitar tragar con dificultad.
—¿En serio?
Su maestro, el Señor de los Elementos, era bueno en alquimia, pero la verdad era que no creaba objetos para los estudiantes a menudo.
Beto tenía varios objetos de rango sénior, pero ninguno de ellos podía compararse con el broche, Lágrima de la Sirena.
No solo contaba con poderosos hechizos, sino que también podía mejorar significativamente los efectos de la meditación y el rendimiento de los elementos acuáticos.
¡Beto había estado anhelando el broche desde hacía mucho tiempo!
No obstante, el maestro de Furan fue el famoso “Mentor Estelar”.
Apenas le fue posible robarlo.
—¿Acaso no he cumplido mis palabras alguna vez?
—Furan era serena y hermosa, pero hablaba como un hombre.
—¿Qué pasa si pierdo?
—A pesar de que estaba satisfecho, Beto aun así preguntó con cautela como hechicero.
Furan resopló.
—Eres como una nena.
Tan mezquina.
—¡Tú!
—Debido a un accidente en la modificación del cuerpo, la voz de Beto era alta y no sonaba como la de un hombre normal.
Era imposible curarlo por el momento.
Así pues, lo odiaba mucho cuando otras personas se burlaban de él por no ser un hombre.
Furan se peinó el pelo.
No podría haber sido más bella y encantadora cuando sus dedos de hielo rozaron su suave cabello negro.
Miró al frente y dijo.
—Si pierdes, anunciarás en la próxima reunión de nuestros maestros que me amas.
Los legendarios hechiceros que eran íntimos entre ellos se habían reunido a menudo para discutir la situación e intercambiar conocimientos mágicos.
A veces, también llevaros a sus estudiantes favoritos, tanto para presumir como para ampliar el horizonte de los estudiantes.
Beto jadeó con fuerza.
Sería muy humillante anunciar que amaba a Furan frente a tantos legendarios.
Ninguno de ellos desconocía la orientación sexual de Furan, aunque en realidad no les importaba.
—Entonces, te rechazaré con crueldad —Furan sonrió intensamente—.
¿Qué te parece?
¿Quieres apostar?
Deberías ser mejor que el cobarde de Antec, ¿no?
Incentivado por Furan, Beto resopló.
—Mi humillación a cambio de un objeto de nivel ocho, la apuesta parece a mi favor.
Furan, ¿estás tan segura de ti misma?
—Solo es una chica de una zona rural que no ha visto nada.
Es fácil de atrapar —Furan tomó un sorbo de la extraña bebida, entusiasmada ahora que encontró un objetivo.
Dewey, un estudiante del Señor del Abismo, quien estaba enamorado de Furan, se dio la vuelta y habló con un par de gemelos, haciendo la vista gorda a sus dos obstinados compañeros.
En ese momento, la puerta se abrió, y Fernando entró sosteniendo el brazo de Antec.
La cara de Antec estaba roja, y su espalda estaba recta, quizás debido a su emoción, o quizás porque estaba rígida.
En opinión de Beto, solo estaba siendo arrogante.
Por primera vez, Antec disfrutó la parte de presentación.
—Este es Beto, ya lo conoces.
Esta es Furan.
Es la estudiante del Mentor Estelar y es buena en divinidad.
Estaba sugiriendo a Fernando que no cruzara la línea en caso de que Furan se percatara de algo.
—Este es Dewey, el estudiante del Señor del Abismo.
Su cuerpo ha sido completamente modificado en una amalgamación de demonios.
Johnny y Kavins son gemelos.
Ambos son estudiantes del Semidiós Lich —Antec presentó a las personas principales del grupo.
Johnny y Kavins parecían muy familiares.
Parecían ser simples adolescentes.
De pelo y ojos negros, no podrían haber parecido más inocentes.
Fernando cruzó en secreto los nombres que Antec acababa de presentar en su corazón.
Todos eran estudiantes de legendarios.
Era poco probable que dejaran a su maestro por Holm en ese momento.
Por lo tanto, también podría prestar atención a los hechiceros que tenían talento pero que no tenían una gran experiencia.
Como estudiante de un legendario, Antec solo presentó a las personas que merecían su presentación.
Al final, señaló a Fernando y dijo.
—Esta es Nando, de Holm.
Es una hechicera de rango sénior especializada en hechizos elementales.
—¿Es tu pareja, o tu prometida?
—Furan intervino de repente.
Su voz era nítida y dulce, pero su tono no era exactamente el esperado de una dama.
Antec se atragantó con su propia saliva.
Tosiendo un instante, dijo.
—Crecimos juntos…
La respuesta indirecta se ajustaba muy bien a su imagen habitual, así que nadie sospechó.
Johnny se rio.
—Qué hermosa dama.
Aparentaba ser un niño, pero su voz era vieja y áspera.
Un alma podrida parecía estar residiendo dentro del cuerpo élfico.
—Gracias —Fernando se inclinó adrede con una brillante sonrisa y captó los brillantes ojos de Furan como esperaba.
Después de algunas conversaciones, Fernando planteó un nuevo tema.
—Me han contado que todos vuestros maestros estuvieron involucrados en las dos batallas de los legendarios.
Me pregunto, ¿cómo es exactamente “Guardia de Dios”?
«Tan mundana como pensaba…» Beto se burló en su corazón y dijo.
—”Guardia de Dios” debería ser un hechizo defensivo del espacio-tiempo.
Al distorsionar el espacio y el tiempo, el objetivo a proteger se coloca en un lugar intangible.
Si el atacante no entiende los misterios del espacio y el tiempo, no puede alcanzar al objetivo por poderoso que sea el ataque.
En ese momento, mi maestro…
Una información de tal magnitud no era nada confidencial en su círculo.
Así pues, Beto, Johnny y Furan añadieron lo que aprendieron de sus respectivos maestros.
Fernando, por otra parte, escuchaba con tanta atención que sus ojos rojos brillaban.
—Mira, es solo una chavala de una zona rural.
Inocente, natural, entusiasta y simple —le dijo Furan a Beto en el vínculo telepático con una sonrisa.
Beto resopló.
—No obstante, también significa que es conservadora y no es fácil de seducir.
No te hagas la dura.
—Sé cómo lidiar con chavalas de zonas rurales tan inexpertas.
Todo lo que necesito hacer es dejarla sentir la extraña felicidad antes de darse cuenta —Furan movió los dedos, como si tuviera mucho apetito.
—No pierdas tu reputación —dijo Beto y pensó que podía burlarse de Antec aunque perdiera la apuesta.
Bajo la deliberada dirección de Fernando, los detalles de las dos batallas legendarias fueron confesados y guardados en su cabeza.
De repente, Furan se levantó y estiró sus brazos con gracia y encanto.
—No es nada divertido discutir esas cosas.
Esto es una fiesta.
Necesitamos bailar.
En el momento en el que dijo eso, las otras hechiceras que la habían estado observando crearon acogedoras melodías con magia de inmediato Se acercó a Fernando con una sonrisa y dijo, con los ojos brillantes.
—Nando, no te quedes con esos hombres aburridos.
Vamos a bailar, ¿de acuerdo?
¿Eh?
Fernando no esperaba que Furan fuera tan activa.
Miró a Antec a su lado de forma inconsciente, lo cual convenció aún más a Furan, a Beto y al resto de que era una chica de una zona rural que nunca antes había experimentado nada.
—Me gustaría invitar a tu pareja a bailar.
Estoy segura de que te parece bien, ¿verdad?
—Furan miró a Antec con una leve sonrisa.
Antec parecía tenerle miedo.
Asintió.
—Por supuesto.
—Entonces, bella dama, bailemos —Furan cogió la mano de Fernando y corrió hacia el centro, audaz y directa, sin pedirle permiso a Fernando.
Entonces, agarró la cintura de Fernando, obligándolo a bailar justo a su lado.
—¿No temes que Furan te robe a tu pareja?
—Preguntó Beto, haciendo una mueca.
Antec sonrió avergonzado.
—Nando no es esa clase de chica.
La canción era sensual, y los dos cuerpos que estaban uno al lado del otro estaban aún más calientes.
Fernando nunca antes había experimentado el cuerpo de una mujer de esa forma.
Su torpeza hizo que Furan se riera sin parar.
Entonces, su boca se detuvo al lado de la oreja de Fernando, y dijo de forma grosera.
—¡Eres muy hermosa!
—Tú también…
—respondió Fernando con sinceridad.
Entonces, sintió un escalofriante placer tembloroso en su oído, como si hubiera sido electrificado.
Entonces, su boca fue sellada por los labios rosados.
«Jeje.
¡Muy natural, pura y fácil de provocar!» Furan le besó y pensó regodeándose.
Entonces, sintió que las manos de Nando la abrazaban con fuerza y respondió apasionadamente.
«¡Gané!» Pensó encantada primero, pero su libido se encendió de inmediato por la belleza apasionada en sus brazos.
Intentó calmarse y dijo.
—Vamos a mi habitación.
—¡Mira eso!
—Beto casi silbó—.
Nando no es esa clase de chica.
Citó las palabras de Antec para burlarse del chico.
Sonrojándose, Antec estaba más que enfadado.
—Furan también es una chica después de todo.
¿Qué hay que temer?
¡Queda por ver quién sufriría pérdidas en esto!
—Jaja —Beto se rio y pensó que Antec había encontrado la excusa más terrible.
¿Cuándo fue Furan una chica a sus ojos?
—Será mejor que te quedes en tus sueños como sueles hacer.
¡Siempre puedes encontrar pareja allí!
—Beto desdeñó con descaro.
… En la habitación, los vestidos estaban por todo el suelo, y un olor extraño ocupaba cada centímetro del lugar.
En la cama, dos cuerpos desnudos estaban enredados.
Una sesión acababa de terminar.
Furan tocó la espalda de Fernando y se rio.
—Puedo sentir tu falta de experiencia.
¿Es la euforia única y extraña de como nadie te lo hizo jamás?
—Se refería a la pureza de Fernando.
—Sí, no esperaba que se sintiera así —admitió Fernando con honestidad.
¡Así se sentía el cuerpo de una muchacha!
¡Era bastante diferente al de un chico!
Furan sonrió satisfecha.
El éxtasis de la victoria la colmó de deseos otra vez.
—Nando, ¿has mencionado que viniste a Aalto en busca de hechiceros talentosos?
—Sí —las manos de Fernando también empezaron a moverse inconscientemente.
—Jaja.
Es inútil.
Si fallamos aquí, Holm tampoco acabará bien.
¿Por qué molestarse en arriesgarse allí?
—Furan dijo ambiguamente—.
¡Prosigamos nuestra felicidad!
…
En la parte trasera del carruaje, Antec miró a Fernando con enfado.
—¿No te consiguieron con demasiada facilidad?
¡Fue una gran humillación para él!
—La sensación fue genial y pura.
No pude parar —Fernando no tenía intención de disculparse—.
Volverá mañana.
Dijo que me presentaría a algunos hechiceros cuya vida aquí no ha sido muy buena.
—A Furan solo le gustan las chicas.
Si se entera de tu verdadera identidad…
—Antec intentó atacarlo.
Antes de acabar su frase, levantó la cabeza de repente, sintiendo que Furan se acercaba rápidamente.
—¿Es en serio?
¡Solo estaba hablando!
Furan se detuvo junto a la ventana.
Ya no había lujuria en su inocente rostro.
Miró a Fernando muy seriamente.
—¿El Señor de la Muerte ha recuperado sus capacidades?
—¿Eh?
—Fernando no entendió lo que quería decir en absoluto.
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