Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 889
889: Rastreando la fuente 889: Rastreando la fuente Editor: Adrastea Works El sacerdote, el cual parecía un monstruo cosido, miró a Fernando con sus ojos huecos y sin pupilas.
—Le ha ofrecido esta casa al gran Dios.
—¿Dónde está ahora?
—Preguntó Fernando con seriedad, sintiendo que era cada vez más extraño.
¿Tuck no planeaba escapar de ese lugar?
¿Cómo se convirtió de repente en el seguidor de un dios malvado?
¿Había sido completamente pervertido por el sacerdote del dios malvado, o incluso el dios malvado mismo, en un “contribuyente” abnegado?
El sacerdote sonaba tan tranquilo como antes.
—Está en el templo.
—Soy amigo suyo.
Estoy aquí por él.
Me gustaría que me condujeras al templo para reunirme con él —Fernando no quiso arriesgarse a ir a la guarida de esos creyentes cuyo comportamiento era extraño, pero lógicamente hablando, estaba allí por Tuck, y podría haber pedido ayuda a la Oficina de Hechiceros en caso de peligro.
Si no iba, era muy posible que el misterioso cazador notara alguna anomalía.
Por supuesto, Fernando sabía perfectamente en su corazón que esa ciudad ya no estaba bajo el control de los hechiceros.
Lo dedujo en base al grito de ayuda.
El sacerdote avanzó despacio y eludió a Fernando como si pudiera ver.
—Sígueme, hechicero paranoico.
Sentirás al Dios todopoderoso una vez que vengas al templo.
Sabrás que Tuck ha elegido un camino mejor con su corazón.
«¿No me va a parar?» Al no tener tiempo para pensar, Fernando salió de la villa con el sacerdote.
La noche estaba muy avanzada ya.
La luna de plata era difusa, y la oscuridad estaba por todas partes en la ciudad.
Podían verse unas pocas luces.
Siguiendo al sacerdote sin prisas, Fernando analizó todo.
—Un hechicero se convirtió, de alguna forma, en un creyente del dios malvado después de dejar esas notas, toda la ciudad ha sido bloqueada, y alguien entrega agua y comida con regularidad…
¿Acaso los hechiceros están haciendo algo en secreto en esta ciudad, o hay algunos creyentes del dios malvado infiltrados en Kufuray y la controlan poco a poco?
No fue difícil pensar en las dos posibilidades, pues el lugar estaba en el territorio de los hechiceros, después de todo.
Estaba junto a las iglesias de los otros dioses pero fuera del alcance de las criaturas oscuras, elfos, enanos o la Santa Verdad.
La primera posibilidad también podría significar la colaboración con el dios malvado.
Sopesó las dos posibilidades, con la esperanza de descubrir la situación y encontrar una forma de sobrevivir.
En base al hecho de que era un hechicero quien pedía ayuda, la segunda posibilidad parecía más probable.
El sacerdote a la cabeza caminó hacia la zona del mercado y abrió una de las tiendas.
Muchos bienes estaban colocados detrás de la puerta.
No había nada especial.
El sacerdote ciego cruzó el desordenado lugar con facilidad sin chocarse con nada.
En el centro de la tienda, unas escaleras de piedra conducían al sótano, de donde se filtraba una luz brillante y amarilla.
«Kufuray también tiene cámaras subterráneas.
No es de extrañar que el archimago pueda esconderse y pedir ayuda.» Fernando pensó.
Entonces, frunció el ceño y sintió las contradicciones.
—Como deduje antes, el misterioso cazador debe ser al menos un experto de nivel nueve, o un archimago que fue capaz de hacerme entrar en un sueño no podría haberse quedado varado aquí.
—¿Un experto así investigaría en secreto después de saber que su enemigo está oculto en la ciudad, o simplemente eliminaría la ciudad con su ataque más poderoso?
Fernando creía que ninguno de los expertos en esa época tenía la cortesía de preocuparse por la vida de otras personas.
Ciertamente harían lo que fuera necesario para cumplir la misión lo antes posible en caso de que llegaran refuerzos enemigos.
Así pues, ¿cómo pudo el experto haber decidido jugar al escondite con el archimago en Kufuray?
¿No temía que un legendario pasara por el lugar por accidente?
Era obvio que el planteamiento más efectivo era destruir la ciudad con ataques estruendosos, para que así el archimago fuera forzado a salir o asesinado en su refugio.
Independientemente de la protección bajo la que estuviera, cuando llegara un ataque que fuera lo bastante poderoso como para destruir la ciudad, los efectos mágicos definitivamente se activarían, y por ende sería descubierto.
Había otra posibilidad, la cual era que el método de ocultación involucraba los profundos misterios del tiempo y el espacio.
No obstante, un archimago era incapaz de eso en apariencia.
Si se formó de forma natural, podría haberse quedado en el refugio tranquilamente sin pedir ayuda a toda prisa.
Más importante aún, ese lugar no estaba cerca de Aalto.
Pasara lo que pasara, siempre que la Oficina de Hechiceros fuera destruida desde el principio, nadie notaría nada malo en diez minutos.
—Por lo tanto, no es que el misterioso cazador no quiera demoler la ciudad, sino que ciertas preocupaciones suyas le impiden elegir un planteamiento tan radical.
Se ve obligado a jugar al escondite con el archimago…
Deduciendo el pensamiento del enemigo a raíz de sus acciones, Fernando sintió más y más “veracidad”.
—¡O el dios malvado en este lugar sobrepasa el nivel nueve y lo aterroriza, o es esto!
En base a su especulación previa, ¡Fernando creía que ya había visto a través de la niebla!
—Si el dios malvado ha alcanzado el nivel de legendario, los hechiceros definitivamente estarían dispuestos a colaborar con él en semejante situación, siempre y cuando él esté dispuesto.
Se le otorgará un territorio para su sermón.
No es necesario que sea así de sigiloso en absoluto…
—Además, algo ha sucedido a los muchos hechiceros en este lugar.
A pesar de que el enemigo puede falsificar voces y mensajes, siempre hay deficiencias irreparables, como las personas que entregan comida y agua pero no entran en la ciudad, y el origen de los alimentos y el agua…
En una situación tan seria, apenas puede escapar de la atención de los hechiceros en Aalto…
—¡Por lo tanto, este lugar solo puede ser un laboratorio secreto de los legendarios de Aalto!
¡Solo ellos pueden separar una ciudad en su territorio del mundo exterior sin causar ninguna sospecha!
¡Solo ellos pueden movilizar una gran remesa de alimentos sin llamar la atención!
—¡Por eso el misterioso cazador no destruyó la ciudad de forma inmediata, lo cual habría atraído a los legendarios!
La niebla ante él se dispersó poco a poco, y la situación se manifestó ante los ojos de Fernando.
No obstante, estaba aún más atónito después de descubrir la verdad.
—Hemos llegado —la vieja y estricta voz del sacerdote sonó junto a los oídos de Fernando.
Tembló y despertó de sus pensamientos, solo para descubrir que había llegado al final de las escaleras sin que él lo supiera.
Se encontraba de pie en mitad de un templo que estaba completamente grabado con patrones de la muerte.
En el templo, muchas personas rezaban de rodillas.
Sus géneros y edades variaban.
—Tuck —ante su Dios, la voz del sacerdote disminuyó.
Un hombre con una chaqueta vieja retrocedió en dirección al sacerdote y a Fernando.
No se levantó y se estaba moviendo únicamente de rodillas.
No fue hasta que dejó la misa de oración cuando finalmente se dio la vuelta y miró a Fernando.
—¿Quién eres?
Sus ojos eran despistados y obscenos.
Fernando identificó que era el verdadero Tuck.
Dijo con seriedad.
—Estoy contratando a un grupo de hechiceros talentosos, y Furan te recomendó.
Mencionó específicamente a Furan y ocultó la información sobre Holm, esperando que quien estuviera detrás de él pudiera asustarse.
A pesar de que era muy poco probable, valía la pena intentarlo.
—Jeje.
Hechiceros talentosos…
—Tuck enfatizó “hechiceros”, antes de decir tranquilamente—- Entiendo el verdadero significado de mi vida.
Nunca más estudiaré la aburrida magia.
—¿En serio?
Lo siento mucho —Fernando dio una respuesta cortés y normal.
A decir verdad, si algún conocido suyo estuviera ahí, habrían notado su extrañeza de inmediato.
Cómo pudo el rugidor no haber escupido en la cara a Tuck y arremetido contra la fe y el dios.
En ese momento, las mareas estaban creciendo en el corazón de Fernando, no por Tuck, ¡sino porque había visto la verdad de todo!
—Este asunto puede dividirse en dos partes.
Al principio, los hechiceros estaban estudiando algo con este culto.
Bloquearon la ciudad y prohibieron que todos se marcharan con ese propósito.
Entonces, un archimago fue cazado por alguien y se escondió en un refugio en la ciudad.
Me hizo entrar en un sueño a través de un ritual y me pidió ayuda.
—Entonces, el problema no puede ser más obvio ahora.
Tanto el archimago como su cazador están sin duda al corriente de las delicias de este lugar.
De lo contrario, alguien habría tratado de destruir la ciudad, habría sido asesinado por los legendarios.
—Entonces, ¿una ciudad que está bajo el control de los hechiceros vería a un archimago ser cazado sin hacer nada?
A pesar de que el archimago sintió que los hechiceros en este lugar habían sido controlados por el misterioso cazador, podría haber causado problemas y atraído al legendario que supervisó este lugar.
¡Pero él no hizo eso!
—Además, ¿puede una base de investigación secreta de los hechiceros, la cual ha bloqueado una ciudad con grandes recursos, ser controlada con tanta facilidad?
—Solo es posible si el legendario que supervisa este lugar está en el mismo bando que el misterioso cazador.
¡O más bien, el legendario puede ser el misterioso cazador!
—Por eso el archimago, quien sintió algo malo de cierta vía, no pidió ayuda.
Por eso lugares como la Oficina de Hechiceros son controlados fácilmente, porque habían estado bajo control en primer lugar.
—El legendario no ha recurrido a ningún planteamiento poderoso, quizás porque muchos otros legendarios siguen vigilando este lugar.
¡No se atreve a causar demasiado alboroto!
A pesar de que no entendía el motivo de la situación, o si había estado involucrado en una lucha interna, Fernando no tenía tiempo para pensar en aquello en ese momento.
Solo sintió que su sangre se estaba congelando.
¿Tenía que desafiar a un legendario en ese momento?
No esperó a que Antec y Furan buscaran por su cuenta quien había desaparecido, porque el legendario definitivamente lo mataría antes que ellos lo hicieran.
Después de todo, era la regla que muchos legendarios idearon juntos: ¡entrar a Kufuray estaba permitido, pero salir no lo estaba!
Tuck asintió con la cabeza y regresó al grupo de oración.
Fernando dio las gracias mecánicamente al sacerdote y salió.
«¿Cómo puedo salvarme?» Fernando pensó mucho pero no pudo encontrar forma alguna de escapar de un legendario.
Cuando caminó por la calle bajo la fría luz de la luna, Fernando se sintió renovado y decidió pensar en el problema desde la perspectiva del archimago enjaulado.
—Puesto que el problema tiene algo que ver con el legendario supervisor, fue un movimiento bastante arriesgado que el archimago me hiciera entrar en un sueño.
Además, no había ninguna pista en las notas de Tuck.
Significa que pidió mi ayuda porque creía que era esperanzador.
No fue una elección aleatoria o desesperada.
—Entonces, ¿dónde yace exactamente la esperanza?
¿Es mi sabiduría, mis habilidades mágicas o algo más?
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