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Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 891

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  3. Capítulo 891 - 891 Diez años más tarde
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891: Diez años más tarde 891: Diez años más tarde Editor: Adrastea Works —Así es —tras escuchar la pregunta de Fernando, Antec se burló de él—.

¿Sospechabas que una leyenda se uniera a la Iglesia?

¿Qué podrían ganar con ello?

Los archimagos comunes pueden recibir seguridad y los materiales provistos por la Iglesia.

¿Qué puede obtener un hechicero legendario?

Después de que se eliminen los problemas externos, ellos serán los primeros en ser desechados.

«Una explicación tan fluida y convincente no parecía algo que un sujeto tan cobarde como Antec pudiera idear tan rápidamente.

Él debe haberla memorizado durante la conversación entre el Rey de las Pesadillas y Stanis…» Fernando se burló de Antec en su interior y habló con seriedad: —¿Qué exactamente están investigando las leyendas en la Ciudad de Kufuray?

—Los misterios de la fe; la deificación de los dioses —respondió Antec con franqueza.

Fernando se quedó mirando a su amigo con sus ojos rojos hasta que a este último le fue imposible mantener la calma.

Él movió un hombro hacia atrás y preguntó: —¿Qué sospechas?

—No lo sé, pero estoy seguro de que esa definitivamente no es la respuesta; al menos, no la respuesta más esencial —dijo Fernando con calma.

Antec se sintió claramente aliviado.

Él miró a Fernando con sinceridad: —Pero sigue siendo una respuesta.

—Comprendo.

No insistiré más.

Pedirle a un cobarde que soporte demasiada presión lo dejará demasiado asustado como para poder dormir —Fernando entendió el mensaje oculto tras las palabras de Antec.

Si seguía preguntando, era posible que no se pueda garantizar su seguridad.

Antec no se molestó tras recibir burlas.

Él le dio una palmada en el hombro a Fernando, sonriendo: —Mientras más asustado esté, mejor dormiré.

La sensación de suavidad proveniente de sus dedos le hizo retirar la mano rápidamente.

¡Él se sonrojó de nuevo, pues Fernando aún era “Nando”!

Este último aspiró.

Sintiendo que su cuerpo ya se había recuperado, él dijo: —Debería largarme de aquí lo más pronto posible.

Los horribles secretos enterrados bajo tierra me repugnan.

Tengo la piel de gallina.

En pocas palabras, él sintió que los secretos eran peligrosos.

—He traído a los hechiceros que contrataste.

Ellos se encuentran al exterior de la ciudad —Antec temía enormemente que Furan descubriera la identidad de Fernando, en cuyo caso él definitivamente recibiría daño colateral.

Por ello, había estado intentando persuadir a Fernando para que se vaya lo más pronto posible.

Este último observó a su amigo, sorprendido.

—Es raro verte tan preparado.

—Je je —Antec disfrutó el “elogio”.

Los dos charlaron por un tiempo.

Luego de llegar a un acuerdo respecto a futuras reuniones, Fernando caminó hacia la puerta y dio vuelta a la perilla.

En ese instante, un hombre que parecía estar en sus treinta entró caminando.

Él tenía una apariencia tan sosa que no se le podría reconocer en medio de una multitud.

El sujeto observó a Fernando de pies a cabeza y habló en voz baja: —Aunque eres un pervertido, tu visión y capacidad de análisis son mejores que las de otras personas.

No está mal.

—¿Se supone que me sienta contento por tu “cumplido”, idiota que no puede distinguir entre los sueños y la realidad?

—Fernando se mostró tan odioso como siempre.

El hombre era precisamente Stanis, a quien Antec había descrito y pintado para Fernando anteriormente, y el futuro Rey de las Pesadillas.

—Las palabras no pueden traerte ningún beneficio, pero la magia sí —dijo Stanis con frialdad—.

De acuerdo a Antec, tú tienes algunas opiniones diferentes respecto a ilusiones y sueños.

Espero que no sean demasiado lamentables, o estaré perdiendo mi tiempo.

Fernando rió por lo bajo.

—Yo también espero que no desperdicies mi tiempo.

Los dos comunicaron sus opiniones sobre ilusiones y sueños en la habitación.

Si bien el debate no incluyó los símbolos y estructuras mágicas en detalle, ambos se beneficiaron mucho de la lluvia de ideas.

Un tiempo después de que Fernando se fuera, Furan, quien había estado ocupada con el trabajo de su maestro, llegó.

Lo que había entre ella y Fernando no era precisamente amor, pero no pudo evitar sentirse culpable al pensar en que las desgracias de Fernando se debieron a su información errónea.

—¿Qué?

¿Ella ha regresado a Holm?

—Furan miró a Antec y no pudo oír nada más.

¿Ella no se despidió?

¿La reciente felicidad no merecía ni siquiera un adiós?

A Furan le entristeció bastante que Fernando se haya ido ignorando su encanto.

Repentinamente, Stanis abrió la boca con indiferencia: —¿Estás interesada en un cuerpo femenino con alma masculina?

Antec no está mal.

Tiene un alma que es incluso más cobarde que la de las damas.

Él cumplirá tus requisitos tras ciertas modificaciones corporales.

—¿A qué te refieres?

—Al inicio, Furan se quedó estupefacta.

Luego, todos los momentos de confusión cuando estaba con Fernando afloraron, y ella fulminó a Antec con la mirada.

Después de todo, Fernando no era un actor profesional.

No hubo problema por un corto periodo, pero al pasar más tiempo juntos, hubo ciertos detalles que a Furan le parecieron desconcertantes.

Antec dio un paso atrás, asustado.

—No…

No era asunto mío.

Fernando es simplemente un pervertido al que le gustaba ser una chica.

Él no tuvo el valor para mentir frente a Furan.

Deprimida, Furan apretó los dientes con fuerza y no dijo nada por un largo tiempo.

Justo cuando Antec, aterrado, estaba intentando acercarse a Stanis, ella agitó el brazo repentinamente.

—¡Lo convertiré en una verdadera mujer la próxima vez que lo vea!

…

Diez años más tarde, Rentato estaba cálido y lleno de vida al final de la primavera.

Fernando, aun vistiendo su túnica mágica roja favorita, ignoró a los caballeros y clérigos de la ciudad y llegó en un momento al Hotel Pescado Asado.

—¡Viejo Green, aún no has muerto!

—Gritó él en el momento en que entró a la sala.

El Viejo Green entrecerró el ojo y le dio un vistazo.

—Seguiré vivo después de que tú mueras.

Las cartas de hoy.

Él le arrojó un grueso montón de cartas a Fernando.

Diez años atrás, luego de que la Espada de la Verdad fuera enviada de vuelta por la Iglesia junto a dos santos, la situación se estabilizó.

No obstante, al pasar el tiempo, y puesto que la Iglesia estaba atrapada en un callejón sin salida con las tropas de la coalición en Aalto y Tria, y que las leyendas de la Iglesia estaban distraídas con los monstruos marinos legendarios en el Océano Infinito, los nobles de Holm empezaron a cambiar de opinión y dejaron de esforzarse tanto.

La nueva situación llegó a su clímax dos años atrás, cuando el Señor de la Muerte se recuperó completamente y mató al gran cardenal en un encuentro frente a frente.

Más adelante, los nobles empezaron a hacer la vista gorda con las personas vistiendo túnicas mágicas en la calle siempre y cuando no se encontraran junto a clérigos.

Además, los que trabajaban en secreto con hechiceros se volvieron cada vez más numerosos, esperando que la iglesia fuera atacada y que se formara un balance entre esta, los nobles y los hechiceros.

Una mano invisible apareció detrás de Fernando, tomando las cartas y abriéndolas.

Como esperaba, él se topó con la letra de Hathaway, la cual se había vuelto más elegante.

En las cartas estaban escritas preguntas matemáticas tan complicadas que ofuscaban incluso a Fernando, dándole a este la impresión de que no era tan bueno en las matemáticas como la muchacha.

Diez años podrían ser demasiado corto para realizar un avance en el mundo de la magia, ¡pero eran suficientes para que un maestro matemático con el talento suficiente creciera!

—Esta chica no es tan mala en las matemáticas —señaló Fernando con su simbólico tono.

Green mostró su desdén.

—Este es tu trigésimo noveno comentario.

¿De verdad es tan difícil admitir que su talento para las matemáticas es mejor que el tuyo?

Fernando no lo escuchó, pues ya se había sentado y sumergido en el mundo de las matemáticas.

«Ella tiene una comprensión muy profunda de la fluxión; no, el cálculo…

Ha realizado aportes cruciales…» Mientras más leía, más asombrado se sentía.

Él le había estado escribiendo a Hathaway y dándole consejo en las matemáticas durante los últimos diez años, pero cuando se trató de la fluxión más avanzada, ella solo preguntó las definiciones básicas.

Douglas renombró a la fluxión como cálculo.

¡Sin embargo, en una de las cartas de aquel día, el conocimiento sobre cálculo que Hathaway compartió iba más allá de sus capacidades, y él tendría que aprenderlo primero!

«¿Cuándo aprendió cálculo?» Fernando pensó con recelo.

Momentos después, él recordó algo que Douglas dijo: «Una joven amiga cree que cálculo suena mejor que fluxión, y ella ha realizado grandes contribuciones a la creación de este sistema.

Por lo tanto, lo nombraremos como ella prefiera.» En aquel momento, él pensó que Douglas se refería a Eric, quien lo visitaba muy a menudo.

Él se dio cuenta de que debió estar hablando de Hathaway.

¡Ella le había estado escribiendo tanto a él como a Douglas sobre conocimiento matemático!

«¿Desde cuándo se volvió ella matemáticamente capaz de establecer el cálculo junto a Douglas?» Fernando hizo una mueca, sintiendo que había sido dejado atrás.

—Anciano, ¿Hathaway todavía le escribe a Douglas?

—Fernando preguntó tras levantar la cabeza.

El Viejo Green le pasó a un trapo a una taza, como siempre, y habló con indiferencia: —Por supuesto.

Tus habilidades matemáticas no son nada a comparación de las de Douglas.

Ella no te habría pedido que le enseñes si Douglas no estuviera en Allyn todo el tiempo.

A él claramente no le importó herir a Fernando.

—Sin embargo, el cálculo ha sido completado años antes de lo que pensaba.

¡Esto será el logro más deslumbrante de la historia de la magia!

—Fernando no sintió amargura, sino que habló con emoción.

El Viejo Green se quedó asombrado al ver lo abierto de mente que era.

Él preguntó: —¿El logro más deslumbrante?

Je je.

Quién habría pensado que una de las colaboradoras es una niña pequeña incapaz de usar magia.

Él se preocupaba por Hathaway al ser mayor que ella.

Aunque habían pasado diez años, Hathaway seguía siendo una niña pequeña para él.

—Parece que debo tratarla como a una igual al comunicarnos —Fernando volvió a meter las cartas en sus sobres, listo para estudiarlas más a fondo después de regresar.

El Viejo Green miró a su alrededor.

Al no ver a nadie, él preguntó en voz baja: —¿Vamos a entrar en acción esta noche?

Fernando asintió con seriedad, antes de hablar con una ligera incomodidad: —Será…

Será mejor que tengas cuidado.

Al haber recuperado su fuerza, el Señor de la Muerte creía que ya era hora de ocupar una gran ciudad con la infraestructura necesaria para que la defensa en la que había estado trabajando en secreto durante décadas pueda ser instalada lo más pronto posible para resistir Llegada de Dios.

Habían pasado diez años.

Nadie sabía cuán poderoso era el papa y cuánto tiempo pasaría hasta que pudiera utilizar Llegada de Dios.

Ellos solamente podían hacer los preparativos lo más pronto posible.

—¿Te sientes confiado?

—Pregunto el Viejo Green, preocupado.

Fernando asintió.

—Por supuesto, ¡porque los nobles estarán de nuestro lado!

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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