Trono de la Arcana Mágica - Capítulo 901
901: Regresaré algún día 901: Regresaré algún día Editor: Adrastea Works Las plantas eran extrañas y desagradables en el pantano.
Algunos árboles, además de sus enormes copas en la parte alta que bloqueaban todo el cielo, tenían “piernas” como los seres humanos pero envueltos en enredaderas rojas que penetraban profundamente en el suelo y el barro.
Las plantas hicieron que el pantano tuviera un aspecto bastante espeluznante y peligroso.
Vicente estaba oculto detrás de una gran roca, de aproximadamente la mitad de su altura.
Mientras que el terreno bajo sus pies era bastante firme y seco, lo cual era raro en el pantano, el terrible hedor que llegó a su nariz hizo que se sintiera mareado.
En ese momento, Vicente estaba sentado en el suelo, contemplando algo delante de él presa del miedo.
En el negro barro, había una pitón tan gruesa como una pata arrastrándose hacia él.
Sus ojos emitían una inusual luz verde como dos velas.
Y el terrorífico aire que poseía la pitón había alejado al resto de criaturas del pantano.
Vicente no era un cobarde.
Trataba con cadáveres todo el tiempo, lo cual forjó su valentía.
No obstante, frente a la pitón, había perdido su capacidad de movimiento por culpa del sobrecogedor miedo.
No era un escudero de caballero ni un aprendiz de magia.
No pudo hacer nada para protegerse.
Con las piernas y el cuerpo temblando, y los dientes castañeteando, Vicente intentó ponerse de pie pero no pudo usar la fuerza.
No pudo hacer nada más que mirar a la pitón acercándose lentamente hacia él.
Nunca había pasado tanto tiempo en las profundidades del pantano.
En el pasado, solo seguía los caminos con los que estaba familiarizado y una vez que encontraba las plantas especiales que necesitaba, regresaba de inmediato.
Pero en aquella ocasión, había pasado cinco días allí, y la mayoría de las frutas que recogió en su camino ya se las había comido.
En ese momento, se había topado con una de las criaturas más peligrosas del pantano.
La pitón se tomó su tiempo.
No tenía ninguna prisa en disfrutar de su comida.
A medida que se acercaba a Vicente más y más, Vicente pudo oler el hedor de su boca y ver las extrañas escamas formando patrones misteriosos.
Cuando Vicente había renunciado a toda esperanza, la pitón negra levantó la parte superior de su cuerpo del suelo de repente y miró el suelo fangoso detrás de la roca con sus grandes ojos.
Asomándose, su lengua bífida de color rojo oscuro también estaba cubierta por una capa de luz verde.
¡Tras un instante, la pitón negra se dio la vuelta de repente y se marchó a toda prisa!
Vicente no tenía ni idea de lo que había pasado.
¡Él no hizo nada!
Finalmente, Vicente tenía una posible explicación al respecto: enterró el libro mágico y la mano pálida detrás de la roca.
¿Asustaron al monstruo?
¡Pero habían sido enterrados en el suelo!
Poco a poco, tuvo otra suposición: quizás, la pitón negra pudo sentir algo que él no.
¡Quizás la pitón negra sintió el aire de la muerte!
¡Quizás a ojos de la pitón, había un infierno en la roca!
Una vez que se recuperó un poco, Vicente se obligó a dejar el libro mágico y la mano enterrada donde estaban y se dirigió al límite del pantano con cautela.
Medio día después, se aproximó al límite del pantano con gran precaución.
Pero no vio signos ni marcas allí.
Vicente estaba bastante molesto.
Supuso que el problema era bastante grande y que el barón incluso estaba teniendo dificultades para tratar con él.
Después de todo, antes de conseguir logro alguno, maltratar los cuerpos estaba considerada una acción muy perversa.
Hasta un hombre corriente sería condenado a la horca si lo hiciera.
Soltó un suspiro y decidió esperar otros cinco días.
En su camino de regreso, trató de recoger más comida.
…
—¿Shirley está muerta?
—Los ojos del Barón Brenzell se abrieron de par en par.
Sintió que estaba en una pesadilla irreal.
Ese vigilante nocturno tenía dos ojos grandes y una frente ancha, así como dientes afilados.
Cuando no hablaba, parecía bastante honesto; no obstante, una vez que sonreía o hablaba, sus dientes afilados se revelaban, lo cual lo hizo parecer bastante terrorífico.
En opinión del Barón, parecía idéntico a un demonio.
Perro Loco se santiguó.
—Sí, para mantener el secreto del malvado hechicero, ella murió bajo el poder divino.
—¡Estáis locos!
¡Todos vosotros!
¡Cómo os atrevéis a torturarla!
—Gritó la esposa del barón.
El Barón captó su última pista de su razón y observó al vigilante nocturno.
—Así pues, ¡estás diciendo que…, Shirley no dijo nada!
¡Antes de su muerte, seguía siendo una seguidora inocente!
¡No tienes prueba alguna!
El fuego de la ira y el dolor le quemaban el pecho.
¡De ser necesario, chocaría de frente contra la puerta de Cocus hasta la muerte para decirle al gran duque y al resto de los nobles que esos vigilantes nocturnos se habían vuelto completamente locos y que tenían que ser eliminados!
Perro Loco volvió a santiguarse.
—El señor nos dijo que solo el poder maligno podía hacerla soportar tan severo castigo y no confesar nada, y también fue el poder maligno el que hizo que muriera antes de que estuviera a punto de confesar.
Por lo tanto, obviamente, tu hija fue atraída por el mal y tuvo un romance con un hechicero.
—Locos…
Todos vosotros…
locos…
—al escuchar las absurdas palabras, el barón sintió que el mundo entero se había vuelto tan irreal.
Seguía murmurando.
Perro Loco sonrió.
—Así que en base a esto, nos es razonable sospechar que tu familia también está relacionada con el hechicero, ya que vosotros dos habéis acordado casar a vuestra hija con un hechicero cruel.
Por favor, síguenos de vuelta a la inquisición.
Esto es la voluntad del señor, y orden de los cardenales.
El mundo del barón y su esposa se había desplomado.
Su única hija acababa de morir, y todavía estaban luchando para asimilar el dolor.
No obstante, los locos vigilantes nocturnos les habían puesto las manos encima.
Los vigilantes nocturnos salieron corriendo en multitud y atraparon al barón y su esposa.
—¡Soltadnos!
¡Somos nobles!
—¡Somos nobles!
…
En una casa de la ciudad, Andrew y sus dos amigos se quedaron completamente sorprendidos al escuchar el resultado.
—¿Cómo es posible?
Shirley…
¿ha muerto?
—¿Han capturado al barón y a su esposa sin pruebas?
—Nos pueden tratar de la misma forma en el futuro…
Sus caras parecían muy pálidas, y no podían dejar de temblar.
¡Su falsa acusación había conducido a un monstruo aún más terrorífico que un diablo, cuyo nombre era Vigilante Nocturno!
…
—Es imposible que estén unidos a su hija —el interrogador salió de la cámara con una fría sonrisa en su rostro.
—¿Tienes algo?
—Preguntó Perro Loco.
El interrogador asintió.
—Hace unos años, cuando la guerra en Aalto llegó a un punto muerto, contactaron en secreto con un hechicero en cierta ocasión.
No obstante, la interrumpieron más tarde cuando Su Santidad mató al Señor de la Muerte.
—Bien.
Esto ha demostrado que nuestra manera funciona sin duda.
Estaban profundamente escondidos, pero los encontramos de todas formas —dijo Perro Loco con orgullo.
Calculó que, con su más pura creencia, los vigilantes nocturnos podían identificar a las personas corruptas usando su instinto incluso sin prueba directa, lo cual también fue una manera mejor de reclamar su logro.
El interrogador sonrió.
—Jamás me han gustado esos nobles que siguen influenciando de un lado a otro.
—Coloca el cuerpo de su hija en la horca durante una semana y vigila si Vicente viene —la mirada en el rostro de Perro Loco se había vuelto despiadada—.
En cuanto a la pareja noble, creo que el verdugo ya ha estado esperando lo suficiente…
…
Andrew caminó de un lado a otro de la sala con nerviosismo, esperando la información que regresaba de Cocus.
Sus dos amigos se habían desmayado en el carruaje.
Lo que sucedió fue completamente más allá de sus expectativas.
—Joven señor, Cocus le dijo a los nobles que conservaran la calma…
—el mayordomo entró, jadeando.
Andrew sintió que toda su fuerza había sido extraída al instante.
—Lo sabía, lo sabía…
Para gran sorpresa suya, hasta todos los nobles estaban dispuestos a unirse, ¡eran solo una vaga amenaza para la Iglesia!
Alguien estaba llamando a la puerta en ese momento.
—¿Quién es?
—Preguntó el mayordomo con nerviosismo.
—He venido a por mí recompensa —dijo Pero Loco, quien entró.
Andrew y sus amigos estaban tan sorprendidos que saltaron.
—¿Tú?
—¿Entonces no cumples tus palabras?
—Perro Loco tenía una agradable sonrisa en su rostro.
—No, no…
Este es el resto del pago —Andrew sacó una bolsa llena de Thales.
Perro Loco la pesó y sonrió.
—Bien.
Eres un buen socio.
Entonces dijo con una leve sonrisa en su rostro.
—Muchas gracias, Señor Andrew.
Nos ha hecho comprender lo poderosos que somos.
Entonces Perro Loco se dio la vuelta y se marchó.
Andrew se quedó donde estaba como una estatua de piedra.
El viento que entraba por la puerta hizo que sintiera frío desde lo más profundo.
…
Unos días más tarde, Vicente volvió al límite del pantano pero siguió sin encontrar nada.
Estaba muy preocupado y decidió correr el riesgo de regresar a escondidas.
En la oscuridad, regresó a escondidas a su pueblo.
Cuando estaba a punto de “secuestrar” a un niño para conseguir información, de repente escuchó a dos campesinas hablando.
—Pobre Señorita Shirley.
No creo que haya sido corrompida y seducida por los diablos…
Bajo la propaganda de la Iglesia, incluso una campesina sabía cómo usar algunas palabras técnicas.
—Tienes razón.
La Señorita Shirley es una joven y agradable dama parecida a un ángel.
¡Maldito Vicente!
¡Mintió a la Señorita Shirley!
Si no fuera por él, ¡la Señorita Shirley no habría muerto en la inquisición e incluso colgada en la horca!
—La otra mujer.
¿Shirley…, muerta?
La conversación de las mujeres fue como un gran martillo el cual dio un feroz golpe en el cerebro de Vicente.
Su visión se emborronó de repente y estuvo a punto de perder el equilibrio.
Las mujeres seguían hablando, y él había entendido lo que había sucedido cuando estaba escondido en el pantano.
Su alma había sido arrancada por la agonía, y su mente se había quedado en blanco.
Regresó al pantano como un zombi.
Quizás fuera bendecido por la Diosa de la Suerte, en su camino de regreso, nadie lo vio ni se encontró con ningún monstruo.
—¡NO!
Tras un tiempo, un grito sumamente doloroso brotó en algún lugar del pantano, e incluso fue más triste que un lobo solitario aullando a la luna.
El rostro de Vicente estaba cubierto de lágrimas y sus ojos ardían con la feroz llama de la ira.
Se arrodilló en el terreno y sus manos excavaron el suelo como si no sintiera dolor.
Sus uñas se habían roto de excavar y su sangre teñía el suelo.
Unos minutos más tarde, dos libros negros y una mano pálida fueron desenterrados.
Los recogió, y el odio era lo único que quedaba en su rostro.
…
—¿No ha vuelto?
—Preguntó Perro Loco, quien estaba escondido a la vuelta de la esquina y contemplando el cuerpo en la horca.
Tamer sonrió.
—Es demasiado obvio.
Esos hechiceros lo saben.
—Pobre muchacha.
Murió por él —Perro Loco se encogió de hombros.
La horca era solo para “purificar” a las personas vivas, así que dejaron el cuerpo.
Mucha gente se detuvo y recriminó a la malvada mujer la confabulación con demonios y hechiceros.
Muy poca gente conocía a Shirley en persona y sabían que no era cierto, pero no se atrevieron a decir nada.
Entre la multitud, un hombre de piel oscura contemplaba el cuerpo de Shirley pero permaneció en silencio.
La forma en que la miraba estaba repleta de agonía porque no podía imaginar el sufrimiento que una vez experimentó su amor y no podía dejar de culparse al respecto.
No obstante, al final se dio la vuelta y se dirigió a la puerta de la ciudad.
Nunca volvió a mirar atrás.
Al salir por la puerta, se quitó la cruz que llevaba puesta de repente.
Agarrando la cruz en su mano, había hecho sus votos.
La punta de la cruz atravesó la piel de su palma, y su sangre la tiñó.
Puso la cruz en la pared junto al muro de la ciudad en silencio y después caminó despacio hacia la oscuridad.
—¡Volveré!
—¡Volveré para resucitarte!
—¡Volveré para traer destrucción y muerte!
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com