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Un Rudeus diferente - Capítulo 252

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Capítulo 252: Los intrusos

Después de regresar con Sylphy de Ars, llegamos a casa para dar la gran noticia del nuevo bebé .

Llegué a casa con Sylphy, sonriendo do ambos, llegamos a la sala, y sin pensarlo dije:

—Tenemos una gran noticia que darles —pero mi alegría se fue inmediatamente a la mierda cuando se voltearon a mirarme.

Grande fue mi mala suerte que papá, mis madres, Norn, Ruijerd y la pequeña Lucelia estaban ahí y me observaron muy curiosos por lo que dije.

—¿Qué pasó, hermano? —me dijo Norn con una sonrisa, lo mismo que mis esposas y los niños que jugaban juegos de mesa durante este frío invierno.

Me quedé ahí callado, mirando a papá y mamá.

—¿Cuál es la buena noticia, Rudy? —me dijo Roxy.

—Eeeeeh, bueno, sí, es una buena noticia, sí, este… una muy buena. ¿Oye, Norn, le entregaste a Ruijerd la cara de “NashVenit”?

—Sí, ya lo hice, pero ¿cuál es la buena noticia? Nos tienes expectantes, hermano.

—Sí, bueno, creo que lo que pasa es que Aucht…

No alcancé a decir nada cuando un zapato con tacones de madera llegó volando con exquisita puntería y me dio directo en la cuenca ocular izquierda . Cuando me repuse y miré de dónde vino el ataque, otro zapato me dio directo en el mismo ojo, provocándome un intenso dolor. Mientras estaba ahí agachado y Sylphy me curaba mi ojito, sentí que una furia se lanzaba sobre mí y me daba golpes de puño en la cabeza.

Por un segundo pensé que era Eris, pero cuando me fijé mejor, Eris y papá estaban tratando de sacarme a esta bestia furiosa de encima.

—¡Eso es, dale, abuelita, más fuerte! —escuché que gritaba Lara mientras reía a carcajadas, lo mismo que Ars, que miraban con burlonas sonrisas, mientras Lucy los regañaba a ambos.

Finalmente, entre papá y Eris lograron sacarme a la atacante de encima, quien obviamente no era otra que Zenith Greyrat, la matriarca de la familia.

—¡Aucht, mamá, déjame dar la noticia antes de que empieces a golpearme! —le dije.

—¿Qué mierda hiciste ahora, Rudy? —me dijo Paul.

—Nada, en serio, es una buena noticia —le dije.

—Bien, bien, cálmense todos. Rudy, dijiste que es una buena noticia, ¿qué pasó, amor? —me dijo Nanahoshi.

—Sí, tranquilos, fuimos a dejar a Ariel, y bueno, se sentía mal. El doctor le hizo un chequeo y, bueno, está embarazada, tiene casi 2 meses.

—¿Voy a tener otro hermanito? —preguntó Lucy emocionada.

—Así es, mi niña —le dije sonriendo, mientras Lucy corría hacia mi y me abrazaba.

—Son buenas noticias entonces —dijo Roxy.

—Así es.

—Bueno, obviamente alguna de nosotras iba a quedar embarazada después de todo el sex(…)

—¡Eris, los niños están aquí! —la regañó Norn.

—Oh, lo siento, bien ¿y qué les dijo Ariel?

—Pues no tenía cómo negarlo esta vez —dijo Silphy, así que nos hizo llamar y nos lo dijo algo asustada, así que la abrazamos y estuvimos la tarde con ella para que se sintiera amada , por eso llegamos a esta hora .

—Vaya, creo que quedó embarazada esos días que estuvimos en la aldea de los elfos —dijo Nana.

—¿Y cómo pasó eso? —preguntó inocentemente Siegh—. ¿Cómo es que nacen los bebés? ¿Como es que los pines ahí dentro de las pasas de nuestras madres papá?.

—Te lo explicaré el próximo año, mi joven amo Siegh —le dijo Lilia.

—Bueno, abuelita (por cierto, Lara, Lucy y Clive saben cómo vienen los niños al mundo).

—Bueno, felicitaciones hermano, pero quiero que sepas que eres un pecador —me dijo Norn.

—Ya déjalo Norn, él no es de la fe de Milis. ¡Felicitaciones, Rúdeus! —dijo Ruidjerd dándome la mano.

—Muchas gracias —dije sonriente.

—¿Y tú no me dirás nada, papá?

—¿Qué te voy a decir? Felicitaciones, hijo —dijo papá dándome un abrazo—. Si sigues así, no sé de dónde sacaré dinero para tantas espadas qué deberé regalar, jajajaja.

—¿Cuándo vendrá Ariel? —preguntó Eris.

—Dijo que en un mes, debe hacer mucho trabajo y ponerse al día. Estuvimos 4 meses fuera, además Lara y Lucy deben recuperar clases y Ars entra a la escuela próximamente, así que hay que retomar nuestras vidas —dije.

—Bueno, son buenas noticias —dijo Paul—, ¿pero el niño será Greyrat o Asúra, después de todo es solo el Tercer príncipe ?

—Hablamos con Ariel hace tiempo de ello, y habíamos decidido que todos mis hijos con ella llevaran el apellido de Ariel, ya sabes, por temas políticos así que ellos llevarán el apellido de su madre.

—Sí, es entendible —dijo papá—, así es mejor.

—¿Y qué decían Sariel y Edward? —preguntó Nana.

—Pues estaban contentos, aunque Sariel estaba algo celosa.

En eso Christina corrió hacia mí y subió en mis brazos.

—Papi, eres solo mío, no quiero hermanos, no quiero compartirte, dijo con sus mejillas. Infladas .

—Ya tranquila, no voy a dejar de lado a ninguno de ustedes, mis niños —dije abrazando a Chris.

—Ya deja de acaparar a papá —dijo Lily, quien también se subió a mis brazos, y se pusieron a pelear.

—Ya basta, dejen de hacer eso. Lucy, amor, ¿puedes llevar a tus hermanos a la otra sala a jugar? Los adultos debemos hablar aquí.

—Claro, papá, vamos, Lara.

—No, yo me quiero quedar a ver cómo la abuelita Zenith le da una paliza a papá.

—Yo también quiero ver eso —dijo Ars.

—Nadie va a golpear a nadie, ya vayan a la otra habitación —los regañé. Lucy tuvo que llevarse a Lara arrastrándola de una pierna cuando esta se tiró al suelo.

—No sé a quién salió esa niña —dije.

—Obviamente a ti —me dijo Roxy.

—Claro que no, yo no era entrometido.

—Eso lo sacó de Zenith, Aucht—dijo Paul, quien recibió una caricia de mamá.

—¡Auch! Solo bromeaba.

—Esa personalidad la heredó de ti, papá —le dije.

—Eso no me tranquiliza —dijo Roxy.

—¡Oye! ¿Qué significa eso? —dijo Paul.

—Jajaja, en fin. Bien, ¿no están enojadas, chicas? —les dije.

—Claro que no, además después de todo ese sexo no sé cómo es que no estamos todas embarazadas —dijo Eris sin filtro, sonrojando a Norn y Ruidjerd, y poniendo a mis padres incómodos.

—Eris, amor, un poquito más de tino —le dije.

—¿Y qué dije de malo? Es algo natural, mi maestra nos lo dijo todo el viaje.

—Como sea, no quiero que estés molesta conmigo, mamá, es tu nieto o nieta quien viene en camino —le dije.

Ella se sentó a mi lado y me dio un abrazo, para luego darme un golpe con el puño cerrado en la cabeza.

—Ya déjalo, mamá, él no es un Milis.

Lo que le molesta a mamá es que no estás casado con su majestad —me dijo Norn.

—¿Y qué quieres que haga? El año pasado se descubrieron conspiradores contra Ariel que no reconocían a Edward porque es hijo de un plebeyo. Ariel tuvo que negarme, y yo tuve que hacerle una oferta al jefe de la familia Silva y a mi cuñado Grabel que no pudieron rechazar.

—Dios, Amor, cuando hablas como Vito Corleone me prendes —me dijo Eris sentándose en mi regazo y dándome un beso .

—Pero yo odio que recurras a esas prácticas mafiosas, Rudy —me dijo Nana.

—¿Y qué querías? Amenazaban a los niños, ademas, después de mi oferta, al otro día le dejaron los zapatos brillantes a Ariel con sus malditas lenguas —dije—. Además, deben dar gracias que Ariel no los manda ejecutar.

—Para ser un simple chico que soñaba con tener una vida tranquila cuando recién naciste, y que no quería saber de política cuando nos conocimos, te has convertido en alguien que sí se mueve bien tras bastidores en la política, amor —me dijo Nana.

—Amenazaron a Ariel y los niños, ¿ustedes qué hubieran hecho? —les dije.

—Supongo que lo mismo —dijo Norn, quien acunaba a Lucelia.

—Oye, abrió los ojos, no lo había notado —dije acercándome a mi hermana y tomando a mi sobrina en brazos—. Creí que tardaría años.

—Bueno, es mitad humana —dijo Ruidjerd.

—Lindos ojos verdes, se parece mucho a ti, Norn —le dije.

—Lo sé, Papá estaba emocionado cuando la vio, y yo también, me perdí de ello —dijo Norn con culpa.

—Está bien, Norn, era necesario que fueras a limar las asperezas con tu familia materna y a pasar un tiempo con tus padres, le dijo Ruidjerd .

—Sí, la pasamos bien, salvo por ese incidente con el rey Dragón Szillard en ese laberinto —dijo Norn.

—No creo que fuera Szillard, por cómo nos golpeó , ese debió ser el Dios de las técnicas —dijo de pronto Alek, que entraba de la mano de Aisha.

—¿Qué pasa? ¿Por qué están todos aquí? ¿Pasó algo? —preguntó Aisha.

—Sí, seré padre nuevamente, Ariel está embarazada, le dije .

—Vaya, hermano, eso es genial, felicidades —dijo Norn abrazándome—. Mamá Zenith ya te golpeó, ¿cierto?

—Sí, te perdiste el show.

—Jajaja, Maldita sea —dijo Aisha, quien se sentó al lado de Alek.

—Felicitaciones, Rúdeus.

—Sí, gracias, recuerden mantener la boca cerrada.

—Sí, sí, ya lo sé —dijo Alek fastidiado.

Esa noche cenamos y después bebimos unos vasos de licor, a modo de celebrar la llegada de mi nuevo bebé con Ariel.

—¿Dónde está Elinalise? —preguntó papá.

—Ella no ha venido desde ayer, debe estar repasando estudios con Clive —dijo Roxy.

—Me preocupa, quedó bastante afectada desde que combatimos contra ese Dragonfolk, le dije .

—La abuelita dice que es como si lo conociera de algún lugar —dijo Silphy.

—Nana, ¿será que su subconsciente…? No sé, tal vez ver a ese hombre despertó en ella algún recuerdo de su vida antes de quedar atrapada tras el cristal, le pregunté a mi esposa .

—No lo sé, Rudy, no soy psicóloga, pero ha estado extraña desde que regresamos de los laberintos.

—Orsted dice que es Szillard, pero no sé, es raro, y hoy no estaba, no avisó a nadie, solo a Faria , dije .

—Yo creo que ese era el Dios de la Técnica, era demasiado poderoso, sobrevivió a la Justicia Final, la Espada de Previsión, las cinco técnicas, mis mejores ataques de Dios del Norte, sin contar a dos reyes en esgrima, una emperatriz del filo y dos reinas de agua. Y aparte del cristal, de lo que más se preocupó ese tipo fue por la elfa —dijo Alek.

—¿Elinalise tendrá algo que ver con Laplace? Bueno, ya saben, no el Dios Demonio, el verdadero Laplace, el Dios Dragón Laplace —dijo Paul.

—No lo sé, pero el Dios Dragón Laplace murió cuando combatió con Badigadi con la armadura del Dios de la Lucha. Eso no explica qué hacía Elinalise en el cristal.

—Tal vez era su amante o su esposa y nunca supo qué paso3, tal vez Pasaron unos años y ella lo fue a buscar a su guarida al ver que no regresaba y quedó atrapada en ese cristal—dijo Alek.

—Y eso le dejó su maldición. ¡Diablos, si eso es así, es horrible lo que pasó, hasta me siento mal por burlarme de ella! —dijo Paul.

—No lo sé, pero la actitud de Elinalise con el Dios de las Técnicas me confundió, si hasta creí al verle su rostro que Elinalise pensó seriamente en irse con él, dije .

—¿Orsted no sabe nada?

—No, el Dios Dragón Laplace dejó cientos de libros para sus sucesores, los cuales siguieron dejando sus conocimientos. No hay nada que diga que el Dios Dragón Laplace tuviera una esposa o una amante, aunque eso tendría sentido. Laplace murió y su alma fue dividida, su parte demonio se transformó en el Dios Demonio que busca matar a los humanos, confundiendo humano con dios humano, y el Dios de la Técnica que solo busca enseñar todo lo que sabe, pero tal vez en el fondo aún conservan algo de ese recuerdo de cuando eran un solo ser —dije.

—Si eso es como dices, Rúdeus, la historia de la pobre Elinalise es horrible —dijo Nana.

—Yo preferiría que no hablen de eso con mi abuelita, aún está alterada por lo que pasó, solo me repetía que ella amaba a Cliff y a Clive, no le recuerden a ese Dragonfolk. Si mi abuelita fue esposa de alguien, fue del Dios Dragón Laplace, no del Dios de la Técnica ni del Dios Demonio. Si es como dicen, el esposo de mi abuelita murió hace miles de años.

—Será mejor no hablar de ello, Silphy tiene razón —dijo Paul—. Dejemos a Liz tranquila, hablemos de ella de otra cosa y tratémosla como siempre, verán que se pondrá bien.

Esa noche, después de hacer dormir a los niños, me quedé con Eris. Roxy y Silphy estaban sincronizadas en sus periodos y Nana se quedó con las niñas jugando en una pijamada.

Después de la tercera ronda con Eris, caí como espagueti recocido a su lado.

—Dios, Eris, eres magnífica.

—Lo sé, tú igual, me encanta cómo mueves tu lengua cuando me comes la con(…).

—Sí, es mi sello personal.

—Oye, Rúdeus, hoy Ars me pidió que lo entrenara más duro que quiere ser fuerte , así que quería saber qué piensas.

—¿Me estás consultando?

—Claro, te enojaste cuando lo llevé al límite.

—Pues si él quiere, está bien, Eris, ya cumplirá 7 pronto.

—Sí, Lucy me pidió lo mismo, ellos dos compiten.

—Pues hazlo, pero adviérteles que el entrenamiento será duro y no deben dejar de lado su entrenamiento en magia.

—Lo haré, amor —dijo abrazándome.

—Sabes, me causa curiosidad tu relación con Lucy.

—¿Qué tiene? Es mi hija.

—Lo sé, pero Silphy la dio a luz.

—¿Y eso qué?

—Siento que Lucy es muy apegada a ti, y tiene muchas actitudes tuyas, ella te admira.

—Lo sé, yo soy genial.

—La Lucy de ese diario…

—No quiero hablar de ese maldito diario —dijo Eris.

—Solo digo que esa Lucy no conoció a Silphy, y fue criada por Nana, y a la Eris de ese futuro Lucy la amaba, era su maestra , y fue terrible para ella cuando Nana y esa Eris murieron.

—Ya te dije que no quiero saber de ese maldito diario —dijo mirándome con los dientes apretados y los ojos llorosos, mientras sus tetas rosaban mi rostro (…) ¿A qué vas con esto, Rúdeus?

—¿No te parece curioso que Lucy sea tan cercana a ti y a Nana? No digo que no lo sea con Silphy y Roxy, sé que las ama a todas por igual, pero cuando tiene un problema acude a ti o a Nana antes que a las chicas, es como si la historia se repitiera.

—Tal vez es que en ese futuro, si ese hijo de perra del Hombre Dios no hubiese… bueno, ya sabes, eso habría pasado de todas maneras, amor.

—Sí, tal vez tengas razón —dije abrazándola y hundiendo mi rostro en su cabello rojo.

—Oye, Rúdeus, si ese Rúdeus del futuro no te hubiese hablado de mí, y yo hubiera llegado sin que lo supieras, ¿me habrías aceptado?

—Lo había hablado con Silphy y Roxy antes, cuando fuimos a una misión con Ariel a un santuario, fue cuando Silphy me dijo que fuera por Sara. Recuerdo que le dije que no la amaba, y Silphy me dijo que si amaba a alguien debía ser sincero, y te recordé. No sé, Eris, hubiésemos tenido que hablar, pero yo nunca dejé de amarte.

—Lo sé, lo noté cuando me miraste cuando te salvé de Orsted, jeje (…) Oye, Rúdeus, ¿me estás clavando las nalgas con una espada? ¿O está feliz de verme?

—No tengo una espada, amor.

—Jeje, Rúdeus, chico travieso —dijo Eris besándome con intensidad.

Esos días regresamos a nuestra normalidad: los chicos en la escuela, los entrenamientos, algunas misiones, etc.

Ya teníamos a medio mundo en la alianza y casi todo eran viajes diplomáticos. Aleksander se encargaba de las misiones mientras trataba de visitar a Ariel. Cuando le conté a Orsted que Ariel tendría un hijo, simplemente se recostó sobre su silla y dijo que todo seguía según lo que recordaba, excepto porque yo soy quien la embaraza en este bucle.

Pasó un mes y Ariel vino de visita con los niños. Rápidamente, toda la familia llegó a verla. Su barriga ya era notoria. Llegó con Ghislaine como guardaespaldas y con Kalman II, quien pidió un permiso y fue a hablar con Orsted y Kalman III.

De hecho, habló conmigo y Paul. Se trataba del Dragonfolk a quien enfrentamos. Alexander estaba fascinado por la batalla, ya que Ghislaine se la había contado.

Esa tarde cenamos en familia, incluida Elinalise. Después de la cena, fuimos al salón a hablar un momento. Ariel estaba en modo cariñosa y se sentó en mi regazo, mientras le acariciaba el vientre.

—¿Cómo lo llamaremos, Rudy?

—No lo sé, ¿qué tal Saga?

—No, pongámosle un nombre más común, no de tus libros, amor, ademas Silphy me advirtió que querrías uno de esos nombres raros .

—Uuuf, le quitas lo entretenido a la vida.

—Lady Elinalise, ¿está bien? Ha estado muy callada —le dijo Ariel.

—Sí, lo siento, majestad, perdón, felicitaciones por su nuevo bebé. Solo estaba pensando, extraño a Cliff, espero que venga pronto.

—Debería venir el próximo mes, ¿no es así? Le dije.

—Sí, así es —dijo Elinalise, que bebió de su trago.

—Abuelita, estoy preocupada por ti, has estado muy retraída estos meses desde que salimos del laberinto —le dijo Silphy.

—No es nada, querida, es que fue un gran susto, es solo eso.

—Oye, cuando llegue Cliff, dile que haremos ese viaje que tanto quería, y tú también irás , así se distraen un poco —le dije.

—¿Hablas de…?

—Así es —le dije—. También irá Zanoba.

—Yo también quiero ir —dijo Eris.

—No tenemos tantos dispositivos, amor, además tú ya viste.

—¿De qué hablan, amor? —me dijo Ariel, así que le dije al oído que llevaría a mis amigos a mi mente.

—Yo tengo más de esos dispositivos, puedo traerles —dijo Ariel—, pero con una condición.

—¿Cuál? —pregunté.

—Yo también quiero volver a ver.

—Sí, a mí me gustaría ver nuevamente —dijo Roxy, y Silphy también se unió.

—Ustedes Me van a freír el cerebro.

—Tranquilo, nada pasará —me dijo Ariel besándome.

—Sí, ¿por qué no? —dijo Elinalise, que nos dio una mueca de sonrisa.

—Oye, Elinalise, ¿no quieres hablar de lo que pasó? —le dije.

—No, estoy bien, fue algo traumático, pero (…) es como si hubiera conocido a Szillard.

—Eeeh, Elinalise, no debería decirte esto, pero yo dudo que ese fuera Szillard —dije.

—Pero Orsted dijo…

—Orsted creo que lo ocultó para que no siguiéramos tratando de buscar a ese sujeto, pero creo, y todos creemos en verdad, que ese era el Dios de las Técnicas.

—Ummmm, eso explica por qué les dio una pálida a todos.

—¿Qué paliza ? Yo también lo golpeé, más bien fue un empate, dije .

—No Rúdeus, si hubiera querido nos habría matado a todos. Ese tipo no quería matarnos, solo nos estudió. No había maldad en sus ojos. Cuando me quedé con él lo vi bien, su sonrisa, sus ojos, solo transmitía bondad.

—Parecía vampiro —dijo Silphy.

—No quiero hablar de él, perdónenme, dijo Elinalise.

—No está bien —le dijo Paul—, solo estábamos preocupados por ti.

—¿Tú preocupado por mí? Jajaja, ¿están seguros que Paul no está muerto fue reemplazado por alguien más? —dijo Elinalise.

—Vete al diablo, elfa.

—Sí, así te pareces más a la rata que conozco.

—Pero es cierto, Liz, nos preocupas —le dijo Roxy.

—Lo sé, querida, y gracias, pero estoy bien, y no se preocupen, ya voy a estar mejor.

—En eso llegó Aisha.

—¿Qué pasó, hermana? Pensé que estabas con Alek.

—Sí, pero llegó mi suegro de visita y se pusieron a hablar de la batalla con ese Dragón, parecían niños hablando. Se quedaron en la sede mercenaria comiendo y bebiendo. ¡Mi suegro se comporta como un maldito niño, y Alek igual!

—¡Ah, gustó en verla Lady Aisha!

—Majestad, perdón, no la había visto —dijo Aisha haciendo una reverencia.

—Oh, no hagas eso. No estamos en el palacio de plata. ¿No vas a venir a saludar a tu sobrino que llevo en mi vientre?

—Vaya, ya se te nota, alteza. Me imaginé que alguna de ustedes llegaría embarazada de ese viaje, jejeje.

—Sí, fue un hermoso viaje. Fue esclarecedor conocer otros reinos y otras costumbres, y creo que eso fue muy bueno para Edward. Creo que quedó encantado con las chicas elfas y Feráles del Gran Bosque.

—¿A quién habrá salido? —dijo Silphy mirándome.

—Yo no tengo novia ferál, no me mires así.

—Ah, sí, olvidas que soy mestiza —me dijo Silphy.

—Oh, claro.

—En fin, será mejor regresar a casa —dijo Papá, quien se fue del brazo con mis madres—. ¿Gatita , te vas a quedar aquí esta noche?

—¿Sí, por qué?

—Puedes quedarte en mi casa si quieres.

—Ni en un millón de años, Paul.

—Debía intentarlo. ¡Aucht!, deja de golpearme, Zenith, es una broma.

—Espérame, iré con ustedes —dijo Elinalise, que fue a buscar a Clive a la otra habitación.

—Puedes quedarte aquí, abuelita.

—Gracias, querida, pero mañana debo enviar a Clive a la universidad y debo preparar su ropa.

—Bien, oye Liz, en un mes entonces lo haremos un fin de semana.

—Claro —me dijo la elfa mientras subía por su hijo y se iba con mis padres.

—Ella aún está rara —dijo Ghislaine.

—Sí, aunque está mejor que cuando salió de ese laberinto.

—Eris me dijo que creen que tal vez Elinalise, antes de quedar encerrada, pudo haber sido la esposa del segundo Dios Dragón, ¿es eso cierto?

—Es una teoría. Su comportamiento al ver al Dios de la Técnica Laplace, si es que era él, me confunde mucho. Y esta esta otra cosa : donde encontraron a Elinalise, estaba la guarida del segundo Dios Dragón, y la reacción de ambos al verse… Será mejor que no digas nada de esto con maestra, y tú tampoco, Ariel.

—Tranquilo, no diré nada. Recuerda que también soy miembro del ejército de Orsted.

Esa noche, Ariel decidió quedarse con Silphy, Eris y, curiosamente, Nanahoshi, pero no tendrían sexo. Se quedaron básicamente a hablar de maternidad y a acariciarle el estómago. A esa especie de fiesta de chicas a la. Que se unió Aisha, Lucy y Lara, mientras Ghislaine estuvo con ella su raro , pero al ver que Ariel estaba segura, decidió quedarse en la habitación de invitados, pero Christina rogó que quería quedarse ella. La gata le sonrió y se quedó a dormir con Chris, quien al parecer, por cómo le acariciaba la cola y las orejas a la gata, iba a ser una furra como Eris.

Solo moví la cabeza cuando vi eso.

En fin, me sentía solo en mi habitación, así que decidí ir sigilosamente y meterme en la habitación de Roxy y me acurruqué a su lado.

—¿Rudy? ¿Qué haces? Estaba dormida, ¿quieres cariñito?

—No, solo quería abrazarte, amor, duérmete.

—Oye, Rudy, ¿te puedo preguntar algo?

—Dime.

—¿No será peligroso que tantos entremos en tu mente?

—No lo creo, bueno, Ariel dice que no.

—Ya veo.

—Oye, Roxy, estuve pensando, y me gustaría traer a tus padres un día para que estén aquí unas semanas.

—¿Qué, por qué?

—Para que conozcan a Lily, ¿o crees que tu papá se molestará si ve a todas mis esposas juntas?

—No te dirán nada, pero, Rudy, papá y mamá no saben qué soy, soy…

—¿Eres qué, pequeña?

—No idiota, que me beso con mujeres.

—¿Y te da vergüenza?

—No es común entre migurd.

—Ya veo, pero no creo que te digan nada por ser bisexual, Roxy.

—No me digas así. Además, Eris y Silphy siempre me besan, no sé, tal vez se sientan incómodos.

—Uuuf, bien, hablaremos con las chicas para evitar relaciones lésbicas y bisexuales durante esos días.

—Esto es una mala idea, Rudy.

—Ya tranquila, nada pasará —dije abrazándola.

—Oye, Rudy, ¿tienes una daga en mi trasero o estás feliz de verme?

—No es una daga, amor.

—Oh, chico travieso —dijo sonriendo mientras se daba vuelta y nos besábamos.

Mientras la desnudaba y le quitaba la ropa interior, me fijé en el adorno que Roxy siempre usa en sus bragas.

—Oye, Roxy, ¿te puedo hacer una pregunta idiota?

—¿Justo antes del sexo?

—Sí, oye, ¿para qué es este adorno, como un moño negro , en tu ropa interior?

—¿Esta cosita negra? O es para ajustar la ropa interior, ¿ves? Se desata y se ajusta.

—¿Para eso era?

—Sí, ¿para qué creías que era?

—Creí que era una señal de luto.

—¿De luto?

—Sí, por el entierro que se te viene después de sacarte las bragas.

—Jajaja, eres un idiota —dijo besándome y subiéndose sobre mí.

—Pasó un mes, y mientras hacía algunas misiones y perfeccionaba mis técnicas y armaduras con la ayuda de Zanoba, Cliff llegó de visita. Apenas saludó, se desapareció a su departamento. Supe de inmediato que se encerró con Elinalise a curarle la depresión a punta de “puñaladas de carne”.

Eso es fácil saberlo, porque siempre envían a Clive con nosotros.

Dos días después, estábamos listos para explorar mi mundo por medio de mis recuerdos. Esa tarde acompañé a Nana buscar dos grandes paquetes, mientras todos los que irían estaban en mi casa.

—¿Estás seguro de esto, Rudy? ¿No tendrás daños cerebrales, cierto?

—No lo creo, nada pasará. Sin embargo, deberás estar con nosotros en vigilia.

—Uuuf, odio hacer eso.

—Entonces ven con nosotros, le dije .

—No quiero ver nuestro mundo, me podría hacer mal, amor.

—Está bien, solo cuida que Lara y Ars no hagan nada estúpido mientras estamos dormidos, como pintarnos bigotes, meter alimañas en nuestros bolsillos o hacernos cejas con tinta.

—Será de noche, nada pasará, tranquilo. Además, Anne estará vigilando, me tranquilizó Nana.

—Aun así, Anne necesita recargarse de noche, ojo con Lara, sé que algo planea la muy desgraciada.

—Oye, no le digas así a nuestra hija, Rudy, ella no es un monstruo .

—Lo siento, amor.

—Uuuf, está bien, beberé café y me quedaré ahí leyendo algo mientras están inconscientes.

—Gracias, amor, eres la mejor —dije besándola.

—Después de esto serás mío una semana, fue mi condición a las chicas para dejarlas entrar a tu mente —me dijo.

—Oh, chica lista —dije agarrándole el culito, haciendo que diera un brinco para luego darme una suave patada en el culo, mientras inflaba sus mejillas, pero sin embargo rápidamente me sonrió.

Así que, esa noche cenamos los que iríamos. Le pedí a Aisha que mantuviera a Alek alejado esta noche, y ella estaba feliz con esa idea, bueno, ya saben por qué.

Después de comer, habíamos acondicionado el salón con la chimenea, como era invierno y somos muchos, lo haríamos en la sala, donde pusimos muchas frasadas y colchones.

—Bien, dementes, primero que nada, pónganse esto —dije pasándoles unos paquetes a las chicas y otros a los chicos.

—¿Qué es esto, Rudy? Preguntó Silphy

—Ropa del mundo de Nana, si van a estar ahí, necesitan ropa a la moda, para que no los miren raros si llegan vestidos como Robin Hood.

—¿Ese personaje de tu libro, maestro?

—Eeeh, claro mi libro, Así es, Zanoba, y las chicas lo mismo. Silphy, ¿le dijiste a Elinalise que debe ocultar sus orejas si salimos a la ciudad?

—Sí, Rudy, ya lo sabe.

—Oye, Rudy, ¿por qué mi ropa es tan rara? —me dijo Ariel.

—Porque estás embarazada, amor, es una ropa común que usaban las embarazadas en mi mundo anterior .

—Pero estaremos durmiendo, ¿me veré con barriga?

—Eeeh, no lo sé, amor.

—¿Y no podías cambiarnos la ropa en tu mente, así como cambias de escenario?

—La última vez no pude hacerlo, deja de fastidiar, Eris.

—Pues esta ropa se parece mucho a la que usamos acá —dijo Zanoba.

—Sí, bueno, las telas son diferentes. Ya pónganse los malditos jeans, camisetas y chaquetas, le dije .

—¿No trajiste zapatos?.

—No, Cliff, los zapatos pasarán desapercibidos, le dije .

—Vaya, Eris, qué lindo se te ve el trasero con ese jean —dijo Silphy.

—¿Por qué nos hiciste pantalones a todas igual? —se preguntó Elinalise.

—Porque es la moda de ese mundo, además, los jeans no pasan de moda.

—Debo decir que es una ropa muy cómoda —dijo Roxy.

—Sí, como sea . Si quieren algo más cómodo, se cambiarán en el sueño, podemos comprar algo de ropa si necesitan.

—¿Cómo se supone que se compra en un sueño? Eso suena ridículo —dijo Cliff.

—Estas pociones te llevan a lo más profundo del subconsciente de quienes espiamos sus recuerdos. Cuando estemos ahí, se verá muy real, ya que los recuerdos actúan como personas de verdad , Lord Cliff —le explicó Ariel.

—Sí, debes estar tranquilo, yo compro algo si necesitamos algo ahí. Eso pasa porque son recuerdos, y sé comportarme como en mi vida en esa época, ¿está claro?

—Sí, creo que sí, maestro —dijo Zanoba, mientras Cliff y Elinalise asentían.

—Bien, ustedes ya estuvieron ahí, saben qué hacer —les dije a mis chicas, las cuales a sintieron con sus cabezas . —Bien, ¿todo listo?

—Así es —dijeron las chicas mientras nos poníamos las pulseras mágicas .

—Yo quiero ver —dijo de pronto Lucy que estaba a los pies de las escaleras.

—No, amor, solo iremos los adultos —le dije—. Otro día te llevaré.

—Papá, me prometiste ver esa vida hace años, me dijo mi primogénita con sus mejillas infladas.

—Pronto, amor lo prometo — le dije.

—Pero mami Ariel trajo más pulseras, pueden entrar hasta 3 personas más —dijo Lara que apareció tras Lucy

—Otro día, amor, lo juro.

—Vamos, papá, por favor, o te acusaré con la abuelita Zenith, me dijo Lara .

—Soy un adulto, no puedes acusarme. Ahora vayan a su cuarto o las castigaré —les dije enojado.

—Egoísta —dijo Lucy enfurruñada subiendo a su cuarto y Lara tras ella.

—Dios, ¿qué pasa con esas niñas? —dijo Eris.

—Se los prometí hace tiempo, cuando ellas fueran grandes, pero sabes que pierdo la conciencia unos minutos cuando despierto en el sueño, me da miedo agredirlas, dije.

—Bueno, cuando las lleves deberás ir con Eris —dijo Roxy.

—¿Por qué Eris?

—Porque si te pones tonto te golpeó —me dijo Eris.

—Sí, bueno, eso tiene sentido, pero no me golpeen cuando despierte, ¿entienden?

—¿Qué pasa cuando despiertas en el sueño? —preguntó Cliff asustado.

—Nada, por unos segundos creo que soy yo en mi vida anterior y me asusto al no reconocerlos, pero es solo un segundo, así que no me ataquen si me pongo a gritar y traten de calmarme . ¿Escuchaste, Eris?

—¿Por qué me lo dices a mí?

—Me golpeaste las últimas veces que estuvimos en el sueño, no lo hagas, solo sométeme o cálmenme según sea mi reacción hasta que empiece a recordar todo, ¿está claro?

—Dios, esto suena complicado —dijo Elinalise.

—No lo es tanto, bien, aquí vamos —dije recostándome sobre las mantas en el piso, y bebiendo la pócima A. De inmediato me quedé dormido.

—Yo me quedo a su lado —dijo Silphy bebiendo la pócima B y acurrucándose a mi lado. Rápidamente Ariel hizo lo mismo y se acurrucó al otro lado dejando a Roxy y Eris enojadas por esa jugada baja.

Mientras dormían, Elinalise miró a Cliff.

—¿Estás seguro de esto, amor?

—¿Quieres ver eso, Liz?

—Yo sí —dijo Elinalise, bebiendo el líquido y durmiéndose a los segundos.

—¿Tú qué piensas, Zanoba? —preguntó a su amigo, el cual ya dormía al otro lado.

—Tranquilo, Cliff, es solo un sueño. Lo que verás no pasará de verdad, aunque lo que verás sí existe en mi mundo.

—¿Algún consejo?

—Sí, no seas tan sacerdote. El país de donde viene Rúdeus, si bien es católico, considerando cómo es él, puede que no tengan mucha paciencia con alguien como tú sermoneandolos por todo .

—Está bien —dijo Cliff, bebiendo el líquido y cerrando los ojos mientras abrazaba a Elinalise.

De pronto, Cliff abrió los ojos y estaba acostado al lado de Elinalise, quien aún dormía, en una pequeña sala. El piso era hermoso, pero frío, de cerámicas, algo muy elegante en su mundo, pero el lugar era pequeño. Vio una gran ventana con vista a un pequeño patio y un raro árbol en medio. Miró a su alrededor y vio una especie de ventana negra con varios objetos que jamás había visto.

Estaba amaneciendo y la luz dejaba ver que la sala era sencilla, sin muchas molduras elegantes y con raros cuadros en las paredes. Cliff se acercó y vio una foto de cinco personas que jamás había visto. Mientras caminaba, se tropezó y cayó al suelo.

—¡Aucht! ¿Qué demonios, Zanoba?

—¿Cliff? ¿Dónde estamos?

—No lo sé, es una casa, pero es pequeña, se ve cómoda, se parece a donde vivo en Milis, pero solo de tamaño, es muy diferente.

Zanoba rápidamente se puso de pie.

—Vaya, estos sillones son muy feos, un solo color. Vaya, pero son cómodos —dijo el flaco, sentándose en uno.

—Yo no le veo nada de diferente con respecto a nuestro mundo.

—Uuuum, ¿dónde estamos? —dijo de pronto Elinalise, poniéndose de pie—. ¿Esta es la casa de Rúdeus cuando vivía en el mundo de Nanahoshi? No se ve muy diferente a nuestro mundo.

—¿Estás segura? Liz, mira, ven a ver esto —dijo Cliff, que encontró bajo la TV la colección de películas de Rúdeus, o más bien, de Paulo.

—Vaya, Dios, esas son las fotos, sí es creíble.

Rápidamente Zanoba llegó corriendo ahí.

—Dios, esto es maravilloso —dijo, tomando una y viendo la portada de “Los Siete Pecados Capitales”.

—¿Ese es un demonio? ¿El que está al lado del rubio?

—No lo sé —dijo Cliff—. Jamás vi a alguien así.

—No parece demonio, parece humano, pero jamás vi a un humano con ese color de piel —dijo Elinalise.

—Creo que sí es un demonio. Rúdeus es un maldito mentiroso, dijo que no había demonios ni elfos, pero mira esto —dijo, mostrándole una carátula de “El Señor de los Anillos”—. Mira, ahí hay una elfa.

—¿Estás seguro? Sus orejas son pequeñas.

—Y qué, las tiene como Lucy, tal vez las elfas aquí sí existen, Rúdeus es un farsante —dijo Cliff.

—No lo sé, jamás vi una imagen tan realista —dijo Zanoba—. Si la vi, un artista debe ser el mejor del mundo. Mira esta imagen sale un sacerdote y una hermosa joven, debe ser alguna película sagrada —dijo el flaco emocionado.

Miraron a su alrededor y encontraron libros y revistas, pero no entendían qué decían, pero se pusieron a mirar una revista donde salían fotos.

—Esto sí es impresionante —dijo Cliff—. Me gustaría saber qué dice.

—Oye, Cliff, ven aquí —dijo Elinalise.

—¿Qué pasa?

—¿Qué es esto?

—No lo sé, parece un botón.

—Presiónalo.

—¿Estás loca? ¿Y si me pasa algo?

—Eres mi marido, debes protegerme, presiónalo.

—¿Y si es algo malo?

—Yo lo haré, soy un mico después de todo —dijo Zanoba, quien se acercó al botón mientras usaba de nervios.

Poco a poco acercó su dedo mientras el ambiente se puso tenso. Elinalise se protegió el rostro con los brazos y Cliff se tapó los oídos. Cuando Zanoba encendió el interruptor, se prendió la luz, algo que hizo saltar del susto a los chicos.

—Maldita sea, solo activa un espíritu de luz.

—No, no es un espíritu de luz, mira, se encendió una esfera de vidrio, fascinante —dijo Cliff.

—¿Será un espíritu de luz encerrado y ese interruptor acciona un círculo mágico? —dijo Zanoba.

—No lo sé, le preguntaré a Rúdeus. Por cierto, ¿dónde están los demás?

—¿No lo sé, deberíamos ir a buscarlos? —preguntó la elfa.

—No, quedémonos aquí. No sabemos qué puede haber fuera de esta casa y no sabemos nada de este mundo.

—Pues a mí me parece un mundo muy parecido al nuestro. ¿Qué rayos es eso?

—¿Qué cosa? —dijo Zanoba mirando por la ventana.

—Hay una especie de grandes postes ahí afuera y cables que van de poste en poste. ¿Será para secar ropa?

—No lo creo, amor, son como 5 metros de alto, ¿por qué secarían la ropa tan alto? —dijo Cliff.

Se dieron cuenta de que la casa del maestro en este mundo tiene forma de L.

—Sí, pero ahora que está iluminado todo se puede ver mejor. ¡Qué pésimo gusto en muebles tenía Rúdeus en su otra vida! Mira qué mesa tan pequeña, apenas caben 6 personas a lo máximo.

—Nosotros tenemos una así, Liz. Rúdeus dijo que era soltero.

—Oh, claro, tienes razón, no necesitaba algo tan grande. Lo que es curioso sabiendo que tiene 8 hijos y uno más en camino.

—¿Cuál de estos será el maestro? —dijo Zanoba mirando una fotografía.

—No lo sé, pero ¡qué feo es ese de ahí! —dijo Elinalise—. Y los 3 de cabello largo parecen idiotas haciendo ese gesto 🤘.

—Creo que el maestro era el de el lado izquierdo —dijo Zanoba.

—¿Cómo lo sabes?

—Por estas fotos. Aquí se repite el mismo hombre, mira, viste de blanco con boina, con una mujer y otro sujeto. Y hay otra del mismo sujeto graduándose de la universidad.

—¿Cómo sabes eso, Zanoba?

—Pues porque recibió un diploma, ¿ves? —dijo apuntando a la foto.

—Así que este era Rúdeus. Sí era guapo, pero no tanto, parecía un hombre de veintitantos, y con tu color de pelo, Cliff.

—Qué raro, ¿tanto cambiamos al renacer?

—Pues supongo, no creo que renazcamos con la misma cara —dijo Zanoba.

—Jaja, definitivamente es Rúdeus.

—¿Cómo lo sabes?

—Mira su sonrisa y su mirada, es la misma que tiene ahora.

—Tienes razón, no me había fijado. Y Niffty mira igual.

—Sí, idéntico a Paul. Me pregunto si tendrán una conexión desde esta vida o es solo coincidencia.

—Quién sabe, es fascinante —dijo Zanoba.

—Esta ventana es rara, ¿por qué la tiene aquí y por qué es negra? Mira, tiene botones, Cliff, presiónalo.

—¿Y si es una trampa y sale una flecha?

—¿Cómo demonios se supone que va a pasar eso?

—Mejor esperemos a Rúdeus.

—¿Y cuándo va a despertar ese idiota? Deberíamos buscarlos, deben estar en alguna de esas puertas —dijo Elinalise, momento en que se escuchó un grito desde la habitación del fondo y una extraña lengua que no entendían.

—¿Qué demonios está pasando? —dijo Elinalise, quien retrocedió a la sala. Mientras se escuchaban gritos aún.

—¡Aaaaaagh, un duende, un duende! ¡Aaaaaaaagh! ¡Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores! —gritaba Rúdeus mientras salía de la habitación, mientras Eris lo perseguía. Cuando Rúdeus entró a la sala, chocó con Zanoba.

—Cálmate, maestro.

—¡Aaaaaagh! ¿Y quién mierda eres tú, cuatro ojos?

—No entiendo tu lengua, maestro.

—¿Quién demonios son ustedes? (…) Un segundo, ¿por qué los entiendo? (…) Un segundo, ¿por qué hablo esta lengua? (…).

—Cálmate, amigo, soy tu amigo Cliff.

—¿Cliff? ¿Como Lee Van Cleef, del bueno, el malo y el feo?

—Rúdeus, ¿de qué demonios estás hablando?

—Ya cálmate, idiota —le dijo Elinalise, quien le dio un coscorrón.

Rúdeus la miró y sonrió.

—Jajajajajaja (…) ¡Aaaaaaaagh, otro duende! —gritó y de pronto se desmayó.

—¿Rúdeus, Rúdeus? ¿Está muerto? —preguntó Cliff.

—No, solo se desmayó, tranquilos, siempre le pasa lo mismo, déjenlo en el sofá, ya va a calmarse y recordará todo —dijo Eris, que fue a la cocina como si fuera su casa, poco más y traía las chivas.

—¿Qué pasó?

—Ummm, lo de siempre, pensaba que era él en la otra vida y se asustó al vernos, en especial a mí, me llamó duende y salió gritando. ¿Por qué está inconsciente? —preguntó Sylphie.

—Me vio las orejas, dijo lo mismo y se desmayó.

—¿Y por qué en este mundo no hay elfos? —les dijo Ariel—. Uuuf, como sea, iré por Coca Cola y bocadillos. Roxy, ¿recuerdas cómo encender la TV?

—Claro —dijo Roxy mientras los chicos se sentaban en la sala con Rúdeus aún inconsciente en el piso.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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