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Un Rudeus diferente - Capítulo 263

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  4. Capítulo 263 - 263 Una amistad tardía
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263: Una amistad tardía.

263: Una amistad tardía.

—¿Y es muy difícil la universidad hermanos?

, preguntó Siegh.

—No,¿porque estás tan asustado?

—Es que no conozco a nadie, Ars.

—Dios, eres el más fuerte de nosotros, nadie te va a decir nada.

—Es que, supe que a mamá Blanca la discriminaban cuando era niña por su cabello: lo tenía verde como yo.

Abuelita Lilia me contó que papá la salvó de unos abusivos cuando eran niños en la aldea buena .

—Nadie te va a decir nada, y si lo hacen los mataré —dijo Lara con una aterradora sonrisa .

—Deja de decir eso, no asustes a Siegh —la regañó Lucy.

—Tranquilo, hermano, nada te pasará, y si te dicen algo solo di que tu papá es Rúdeus Greyrat y tu mamá la profesora Roxy, le dijo Lucy.

—Solo di que eres mi hermano, además irás a la clase especial conmigo, tranquilo —dijo Ars.

—Por cierto, ¿porque qué quieres ir a la clase especial acaso tomaras pocas clases ?

—preguntó Lara.

—Solo aprenderé magia de ataque, así podré ser un buen espadachín del Dios del Norte como papá y con las técnicas del tío Alek , dijo Siegh.

—Vaya, genial, tal vez deberías venir conmigo a la Tierra Sagrada de la Espada, tal vez puedas jugar con esa niña pesada de Jill mientras yo entreno —dijo Ars.

—Claro que no, ya tengo maestros: con tío Alek, mamá Roja y papá es suficiente, dijo Sieghart.

—¿Y qué hay de ti, Edward?

—preguntó Lucy.

Pero Edward no la tomó en cuenta, ya que jugaba con Christina.

—Oye, te estoy hablando Edward .

—Oye, no me trates así hermana, soy el príncipe.

—Tal vez en Asúra lo seas y debamos mostrarte respeto, pero aquí estás con nosotros y solo eres un Greyrat mientras estés en esta casa , aunque no lleves el apellido de papá, ¿o no te quedo claro Cúando el te lo dijo?

.

—Uuuf, ¿qué quieres, Lucy?

Dijo Edward.

—¿Cómo va la universidad nacional en Ars?

—Pues bien, estudio con nobles y me la paso con Armand, me aburre todos me lamen el trasero por ser el príncipe, no te go amigos de verdad.

—Deberías estudiar con nosotros, le dijo Lara, aquí nadie te conoce y tendrías más amigos .

—Sí, a mi igual me gustaría , pero mamá dijo que me enviara acá a los últimos tres años de estudio.

—Ya veo ¿Y cómo va tu esgrima?

—preguntó Ars.

—Bien, Ghislaine y Kalman II me enseñan.

La maestra Isolte está embarazada, así que ya no me está entrenando por ahora.

—Entiendo, ¿Oye Edward quieres ir conmigo a la Tierra Sagrada de la Espada?

Le dijo Ars.

—¿Estás demente, Ars?

Mamá jamás me dejaría ir.

—¿Qué te pasa, Ars?

Le temes a esa niña o te gusta?

—le preguntó Lara sonriendo.

—Claro que no, yo estoy enamorado de Tona y Tercera, Jill es solo una niña .

—Jajaja, a mí me late que Jill está enamorada de ti, Ars.

—¡Cállate Lara!

.

Ummm, por cierto ¿ustedes dos, qué vieron en la mente de papá?

—Shiiii, nadie debe saber de esto —dijo Lara mirando a todos lados.

—Vengan, solo los hermanos —dijo Lara.

Así que los ocho niños Greyrat se sentaron en círculo en el césped.

Solo faltaba Kael, que estaba en el jardín en brazos de Silphy, que estaba sentada con Ariel y Rúdeus .

—¿Qué viste, hermana?

Cómo es el mundo de mamá Nana?, pregunto Ars a Lucy.

—En realidad no lo sé, estuvimos solo en el antiguo país de papá .

—¿Y cómo es?

—Pues parecido a Fittoa, y fuimos al mar.

Hay muchas cosas ricas, ¿cierto Lucy?

—Siii!

El helado, las gaseosas, las galletas, la fruta, el Nintendo, la televisión, las cajas de música, los parques de diversiones y los autos.

Papá nos enseñó a conducir, dijo Lucy sonriendo .

—Maldita sea, ¿y por qué no nos avisaron esa noche para ir nosotros ?

—dijo Ars.

—Porque eres un idiota —le dijo Lara con una sonrisa—.

Además debes pedirle permiso a tu novia Jill, es más, deberías acostumbrarte a hacer eso —le dijo Lara con una sonrisa.

—Cállate, esa niña no me gusta.

Soy de gustos Feráles.

—Jaja, ese será Edward, dijo Lara mirando a su hermano menor.

—¿Perdón, que ?

—dijo Edward confundido.

—Jejeje, no me hagas caso, dijo la Elegida.

—En fin, la pasamos genial.

Además creo que en el mundo de papá hay maná, muy poco pero hay.

Además tenía dos perritos muy lindos: uno era grande y el otro parecía un armiño.

—¿Era perro o armiño?

Pregunto Sariel.

—Era perro, ladraba, dijo Lucy .

—Qué lindo —dijo Siegh.

—Uuuum, papá nunca me habla de eso, dijo Ars .

—Porque es un secreto.

Además tenemos un tío y una tía en ese mundo y papá tiene dos amigos: uno es muy feo y el otro parece un idiota, dijo Lara .

—Deja de hablar así de ellos, papá no le gusta que les digas así —la regañó Lucy.

—Pero, si eran unos tontos —dijo Lara.

—Ummm, yo también quiero ver eso —dijo Lily.

—Sí, yo también —dijo Chris.

—Ustedes son muy pequeñas —dijo Lara.

—A mí igual me gustaría ver, pero ¿es peligroso?

—dijo Edward.

—No, no pasa nada, se siente muy real, aunque papá se comporta algo raro, se ve tenso cuando está ahí.

Creo que su antigua familia lo pone tenso —dijo Lucy.

—Al demonio, quiero ver, él lo prometió.

De hecho, iré a decirle ahora mismo —dijo Ars poniéndose de pie y acercándose a su papá, que estaba sentado con Kael en sus brazos, con Silphy a un lado y Ariel al otro.

—Eeeh, mamá Blanca, Majestad…

Eeeh, quisiera hablar con papá a solas .

—¿Qué hiciste, Ars?

—le dije de manera seca y frunciendo el ceño.

—¿Porque asumes que hice algo malo, papá?

—Porque eres impulsivo como Eris; tu madre siempre se metía en problemas cuando era niña.

—Yo me porto bien, no sé por qué siempre piensas que soy un loco, padre.

—Lo siento, hijo.

Creo que aún estoy algo traumado por tu mamá Roja cuando era niña, jeje.

—Sí, bueno, papá, quería hablarte a solas.

—Puedes decírmelo delante de tus madres, hijo, no tenemos secretos en la familia .

Cuando dije eso Ariel tosió un poco.

—Es que es personal, papá.

—Oooh, Rudy, creo que es lo que hablamos con Eris el otro día —me dijo Silphy, sonriendo.

—Ya veo, hijo.

Escucha, no debe darte vergüenza estar enamorado: Jill es una niña bonita, pero debes ser amable, aún ambos son muy pequeños y si haces algo tonto el Dios del filo podría patearte el trasero y (…) —¡No te vengo a hablar de esa niña!

, ni siquiera me gusta.

Quería hablar sobre tu mundo antiguo, papá.

—Shiiii, más despacio, Kalman podría escucharte.

—Él no está aquí, salió con tía Aisha esta mañana.

—Ya veo, ¿y qué te preocupa, hijo?

—Es que nos prometiste visitar tu mundo y aún no cumples.

¿Por qué pudieron ir Lara y Lucy y nosotros no?, me dijo Ars haciendo un puchero, tal como lo hacía Eris cuando era niña.

—Porque ellas entraron escondidas, ¿no te dijeron qué estuvieron castigadas?

.

—Lo prometiste, papá.

—No lo sé, hijo, esto de viajar a ese mundo se está volviendo redundante y repetitivo para nuestros lectores, y suena como una excusa barata para reemplazar los capítulos del canon .

—Rudy, ¿de qué demonios hablas?

—me dijo Ariel.

—De nada, amor, no me hagas caso.

—Rudy,¿ por qué no los llevas?

A los niños les gustará ese lugar, ademas es seguro .

—Pero son 8, Silphy,¿ y si les pasa algo?

—dije.

—¿Qué les va a pasar?

Estarán dormidos.

—Si, pero ese lugar se ve real.

Pueden aparecer mi antigua familia, mis amigos y otras personas, pasan autoks por la calle y los pueden atropellar y despertaran asustados .

—¿Y qué?

Lleva a Eris para que los controle.

—Eris se comporta como una niña cada vez que vamos ,¿ no recuerdas la última vez?

—Vamos, mamá blanca, dile que nos lleve —dijo Ars, con ojos de cachorro, estrategia que siempre funciona con Silphy.

—Vamos, llévalos.

Yo iré con ustedes para ayudarte a cuidarlos, me dijo orejitas.

—Mmm, pero mala blanca queremos hacer cosas de niños ahí, no queremos hacer lo que tú quieras —le dijo Ars.

—Está bien, harán solo lo que ustedes quieran.

Solo iré para ayudar a cuidarlos, además conozco algo de ese mundo, dijo Silphy .

—Oye, Ars, puedes dejarme hablar a solas con Rudy y Silphy —le dijo Ariel.

—Claro, majestad —dijo Ars, y se fue con los niños a darles la buena noticia.

—Oye, se supone que hoy volveríamos a estar juntos, Rudy, sa sabes —me dijo Ariel.

—Tienes razón, iremos otro día a mis recuerdos , dije .

—Mmm, pero Edward y Sariel también quieren ver, y tal vez sea bueno que vean cómo es ese mundo, dijo Ariel de pronto pensándolo mejor .

—Ariel, ¿por qué siempre haces las cosas con un motivo oculto?

Le dije.

—No lo hago.

Pero sería bueno para ellos, como príncipes, ver una sociedad altamente desarrollada.

—¿Altamente desarrollada?

Jajajajaja!

No eramos un país desarrollado, habían pobres y precariedad.

—¿De qué hablas, Rudy?

Ese mundo comparado con este es altamente desarrollado, parecemos cavernícolas al lado de tu antigua civilización, dijo Ariel .

—Bueno, ahora que lo dices: no existía la esclavitud ahí, y el estado, aunque estaba lleno de idiotas, daba algunos beneficios como becas, estudios o salud gratuitos.

—Increíble, ¿hacian eso?—dijo Ariel.

—Claro, nunca te llevé a un hospital público, pero sí: aunque la atención pública nunca era la mejor, si llegabas herido te atendían rápido.

—Con mayor razón, tal vez Edward saque ideas y sea un gran rey.

—Ariel, Edward tiene 7 años.

Solo va a querer jugar videojuegos, ver películas, comer helados y dulces.

Ni se va a fijar en esas cosas, le dije .

—Mmm, como sea, que vayan.

Estaremos juntos y lo haremos mañana en la noche.

Esta noche lleva a los niños a ese mundo, yo haré la vigilia —dijo Ariel.

—No es necesario, Anne puede hacerlo —dijo Silphy.

—No, yo lo haré.

Tal vez pueda conversar con Roxy o Nanahoshi.

—Yo también quiero ir —dijo Roxy, que venía llegando y escucho la conversación .

—Uuf, supongo que estaré sola con Nanahoshi —dijo Ariel.

—¿No quieres ir, majestad?

—le dijo Silphy.

—Claro que no.

Debo darle teta a Kael, aún no lo desteto, además no iba a traer a la nodriza.

¿Porque me miras así, Rudy?

—Nada, Ariel.

Has cambiado.

—Solo te hago caso.

Me dijiste que no delegue tanto a nuestros hijos a las nodrizas y el servicio doméstico del palacio.

—Bueno, supongo, por cierto, ¿no habías dicho que habías cerrado la fábrica?.

—Son cosas que uno dice con el calor de momento Rudy, —me dijo Ariel Guiñandome el ojo.

Esa noche, luego de la cena, les comuniqué a los niños que iríamos a mi mundo esa misma noche : todos irían salvo Kael , que aún es un bebé de solo unos meses.

Todos estaban expectantes, lo mismo que Eris, aunque le advertí que esta vez estaríamos enfocados en los niños y ella debería ayudarme a cuidarlos —pero sabiendo cómo es Eris de infantil, también irían Silphy y Roxy.

Como siempre, Nanahoshi decidió no ir.

Una vez le explicamos a los niños cómo funcionaba todo, tomamos las pocimas y nos sumergimos en mis recuerdos, compartiendo el sueño.

Ariel decidió quedarse en el salón vigilando, con Kael durmiendo en una cuna.

—Cuando abrí los ojos estaba en mi habitación, y la radio estaba prendida como siempre en la estación que me gustaba, donde había clásicos de los 60, 70, 80, 90 y 2000.

—Oye papá , ¿esa es una esa radio?

—me dijo de pronto un niño de pelo verde con orejas de elfo en una lengua extraña, pero que entendí.

Abrí bien los ojos y lo quedé mirando sorprendido .

—Eeeh, sí, es una radio, dije tratando de sonar calmado .

Cuando di vuelta sentí había alguien al lado mío.

Al mirar me tope con una hermosa mujer de cabello blanco y ojos rojizo-amielados, y con orejas largas.

—Rudy escucha y cálmate , no vayas a gritar —me dijo—, vas a asustar a los niños.

—¿Qué niños?pregunté mirando sus orejas de duende.

—Nuestros hijos, Rudy, no te asustes —me dijo una chica de cabello azul que se veía muy joven y estaba tras la chica de cabello blanco .

—Yo no tengo hijos, quienes son ustedes, dije dándome Cúa ta que había una niña de unos 11 años con orejas de duende, estaba rodeado de duendes(…….) ¡Aaaaagh, duendes!

—grité mirando a la mujer orejona y los niños, en especial al de pelo verde.

Salte de la cama y al tratar de huir me di un golpe en la cabeza contra la repisa y quedé inconsciente.

—Hay duendes en este mundo?

—dijo Edward asustado.

—No, su papá no recuerda quién es por unos segundos, y piensa que era él en su otra vida —les explicó Silphy.

—Por qué me dijo duende?

—dijo Siegh al borde del llanto.

—Tranquilo, hijo, no lo hizo de malo.

En este mundo no hay elfos ni pelo verde, por unos segundos fue él en su otra vida, ya se va a recuperar le explicó Roxy .

Justo en ese momento Rúdeus se ponía de pie recobrando la conciencia .

—¿Qué demonios?, dije.

—Te dije idiota que te calmes —me dijo Silphy—, Siegh está triste porque le dijiste duende y saliste huyendo.

—Hijo, no te pongas así —dije abrazando a Siegh y a Lucy—, les expliqué que por algunos segundos me siento confundido cuando recuerdo este mundo.

—¿Me quieres, papá?

—me dijo Siegh.

—Claro que sí, me gusta tu pelo —dije—, lo tienes como lo tenía Silphy cuando era niña, y me encantan tus orejas.

Y las de Lucy, y el pelo de Lara y Lily, y el de Chris y Ars, y el de Edward y Sariel.

—Sí, sí, sí!

Quiero ver televisión !

—dijo Lara corriendo hacia la sala seguida por Lucy.

Rápidamente todos los niños salieron tras Lara.

—Esto fue una pésima idea —dije.

Mientras tanto, Ariel estaba dándole teta a Kael mientras miraba a Rúdeus dormir abrazado de Christina y Sariel, las cuales antes de dormirse casi se pelean por su padre.

Estaba en eso cuando llegó Nanahoshi.

—Qué bueno que Kael se parece a Rudy, así no podrás negar lo, dijo Nana .

—Siempre con tus comentarios sarcásticos, Nanahoshi.

—Rudy me dijo que aún niegas a Sariel y Edward, creí que Orsted te había dicho que debías confesarles la verdad.

—Ya lo sé, pero lo haré cuando sean adultos.

—¿Para qué?

Ellos ya saben que son hijos de Rúdeus .

—Dejame en paz Nanahoshi .

—Si, me largo.

Tú no eres mi persona favorita.

—¡Mentirosa!

, sé que disfrutas cuando estamos con Rudy, se te nota en la forma en que te mueves, te agitas y gimes de placer .

—¡Cállate!

, no quiero hablar de eso contigo .

—Porque nunca vas a sus sueños Nanahoshi , ¿a sus recuerdos?

—Me haría mal, ya te lo he dicho.

—¿Qué te da miedo?

¿Querer quedarte en tu mundo?

, ¿o darte cuenta que cuando te vayas, que todo lo que quieres lo que tienes ahora?.

—Ambos —dijo Nana sentándose a su lado.

—Oye, Nanahoshi, háblame de ti.

—Ya sabes todo, Ariel .

—No, sé que no te agrado mucho a pesar de que hemos tenido sexo, pero de verdad quisiera saber más de ti y por qué eres así conmigo .

—Jaja, ya lo sabes: odio que trates de sacarle provecho a todo y a todos a tu favor.

—Mmm, soy una reina, debo hacerlo.

—No hablo de tu función como soberana , hablo de Rudy, tu lo sabes.

—Lo hice por amor, lo mismo que tú: tú te lo cociste en mi mansión sabiendo que él estaba casado, se perfectamente que tu buscaste la iniciativa .

—No es lo mismo, y no quiero hablar de eso contigo.

Lo que hiciste tu fue mucho peor, aunque me he dado cuenta que sí lo amas d verdad .

—¿Lo dudabas?

—Claro que sí, nunca en confiado en ti.

—Uumm.

¿Qué hacías en tu mundo antes de llegar aquí?

—Estaba en mi último año de secundaria.

Los estudios no son como aquí, donde los niños entran a la universidad o escuelas a los 7 años: allá son 12 años de educación y luego unos años más en la universidad para estudiar alguna profesión.

—Eso es mucho.

—Así es, es demasiado.

—¿Y qué querías ser Nanahoshi ?

—¿A qué te refieres?

—¿Querías ser madre?¿ Escritora?

¿Sacerdotiza?

—Quería estudiar, me gustaba la literatura o el periodismo, mmm tal vez profesora.

Y sí, me hubiese gustado casarme y tener uno o dos hijos, o eso pensaba antes de conocer a Rudy .

—¿Tan pocos?

—Bueno, sí: es caro ser padres en ese mundo.

—¿Y qué piensas hacer cuando regreses?

—No lo sé, trato de no pensar en eso.

El otro día hablé con Rudy, y ya no seré la misma persona cuando regrese: Rudy, las chicas y los niños me occidentalizaron un poco, la cultura japonesa es muy distinta A esa o a la occidental de mi mundo.

—¿Esto no te gusta?

—Sí me gusta, al principio era raro.

Si bien Rudy viene del mismo mundo, nuestras culturas son muy diferentes, pero de alguna manera él me conquistó con su forma de ser: siempre es cariñoso, me trae flores, me besa, me acaricia.

Antes me daba vergüenza cuando hacía eso, pero ahora me gusta mucho.

—¿Las japonesas no hacen eso?

—Sí, pero más a solas en la intimidad.

Aunque no todas, pero siempre mi mama me decía que eso debía hacerlo a solas con mi novio.

—¿Te vas a casar cuando regreses?

—No lo sé, Rudy me dijo que sí, que debía casarme, tener hijos y ser feliz, rehacer mi vida, pero (…) —Pero él no va a estar, ¿cierto?

—Mmm, no quiero pensar en eso, dijo Nana .

—Lo siento, no quería hacerte sentir mal .

—¿Por qué me dices eso, Ariel?

—Porque sé que en el fondo siempre vas a desear que tus hijos biológicos sean de Rudy, y eso es imposible.

—Lo sé (…) no sé qué haré cuando regrese.

O sea, voy a abrazar a papá, mamá y mi hermano, a mis amigos y amigas, y regresar a mi escuela, pero (…) —Siempre te va a faltar algo,¿cierto?

—Sí.

Tuve la mala suerte de encontrar al amor de mi vida en otro mundo, o más bien: el amor de mi vida murió en mi mundo y lo volví a encontrar acá, y no solo era el amor de mi vida sino el de otras 4 mujeres.

—Es curioso: el hermano de Rudy del otro mundo nos decía que él era un hombre solitario en su otra vida.

Tal vez tú y él estaban destinados a estar juntos en la otra vida —dijo Ariel.

—Lo dudo, él tenía 36 y yo estaba por cumplir 18 años: era mucha la diferencia de edad.

—Dudo que eso sea un problema: Elinalise es 400 años mayor que Cliff, y Roxy 36 años mayor que Rudy.

—No es lo mismo, ellas se ven de 20 años.

—Él era guapo.

—No tanto como lo es acá.

—Lo sé, pero era buena persona como acá, tal vez si se hubieran amado .

—No lo creo, Rudy tenía una novia japonesa cuando murió, alguien de su edad.

—¿Y qué?

Tal vez él te hubiera conocido si no hubiese pasado ese accidente, en alguna pizzeria o tal vez te habrías caído y te habría levantado del piso y habría sido amor a primera vista .

—Jajaja, no lo creo, no me atraían los mayores en esa época, dijo Nana.

—¿Y por qué sonríes?

—No lo sé.

—Jaja, apuesto que te estás imaginando una vida con Rudy en ese mundo.

—Uuf, es algo que nunca va a pasar, por eso aprovecho de pasar este tiempo con mi familia y mis hijos.

—¿Los consideras tus hijos?

—Claro que sí, y ellos me aman mucho.

Lucy se está empezando a convertir en una mujercita, lo mismo Lara.

Amo a mis hijos, aunque no los haya parido.

—Te entiendo —le dijo Ariel.

—Sabes, en Japón muchas mujeres dejan de tener sexo con sus esposos cuando tienen hijos.

—Dios, qué horrible!

¿Por qué hacen eso?

—Costumbres, según la tradición es más importante los hijos que el esposo.

—Bueno, es cierto, pero ¿por qué dejan el sexo?

Es tan rico —dijo Ariel.

—No lo sé, cuando era adolescente pensaba que tenía lógica, pero ahora después de criar y seguir teniendo sexo, creo que eso es estúpido.

—¿Tus papás no tienen sexo?

—Sí, ellos sí lo hacen, no todos los días pero siempre son afectuosos entre ellos.

Pero he visto a muchos amargados en Japón, profesores y personas que trabajan: tal vez es por eso.

—Claro que es por eso, yo si bien tengo muchas chicas concubinas necesito que Rudy me coja, si no nadie me soportaría mi mal humor —le dijo Ariel.

—Mmm, ahora que lo pienso tal vez por eso tantos hombres casados se suicidan en Japón —reflexionó Nana.

—Pero Rudy no es así, él siempre disfruta el sexo.

—Claro, es occidental, tienen otra cultura.

Además, el mito dice que los países de donde viene Rudy son calientes.

—Jejej, eso sí lo puedo creer.

Por cierto, ¿de qué país es Rudy?

—No tengo idea.

Pero tú viste ese país, ¿viste la bandera?

—Vi varias banderas en una plaza, no sabía cuál era cuál.

—¿Y cómo era el paisaje del país ?

—Pues parecido a Fitoa.

—Carajo, yo no sé mucho de geografía fuera de Japón, menos de América del Sur.

Pensé que todo ese lugar era amazonas y selva.

—Yo no vi selva, al menos donde estuvimos no había selva —dijo Ariel.

¿Quién sabe de dónde demonios es?

Ummm, se lo preguntaré cuando despierte.

Siempre que lo va a decir alguien lo interrumpe —dijo Nanahoshi.

—Tal vez no quiere que sepan de dónde es.

—No, ha tratado de decirlo varias veces pero siempre alguien lo interrumpe.

—Ummm, pues habían supermercados, autos, parque de diversiones, museos, unos edificios altos.

—Todo ese mundo es así —dijo Nana.

—uuf ya veo.

Kael ya se durmió —dijo Ariel, quien lo llevó a la cuna.

Luego se sentó al lado de Nanahoshi y se tapó con una manta mientras leía un libro y comía chocolates de una bandeja.

—Qué rara te ves así, dijo Nana .

—¿Así como?

—dijo Ariel.

—Como una mujer normal, nadie pensaría que eres una reina si te vieran así.

—Jajajaja, me gusta esta distracción que tengo cada tantos días.

—Debo admitirlo, eres muy hermosa, Dijo Nana mirándola .

—Lo sé, y tú también —dijo Ariel tratando de besar a Nana, pero esta la detuvo.

—Que te diga un cumplido no significa que quiera besarte degenerada .

—Qué aburrida eres —dijo Ariel volviendo a leer el libro.

—¿Qué diablos lees?

Es uno de los libros de Rudy?

—No, es un libro que me leía mi madre cuando era niña para hacerme dormir.

Se trata de cómo Ars rescató a una chica del rey demonio Necross laCross, y esa chica se convirtió en su esposa.

Ellos fueron los primeros reyes de Asúra.

—¿y Qué pasó con ella?

—Pues se casó con Ars.

—No, hablo de tu mamá.

—Umm, ella era muy linda, se parecía a mí.

Murió cuando yo tenía 3 años, murió en el parto junto con mi hermana en su vientre .

—Lo siento.

—Apenas la recuerdo, pero ella me quería mucho, dijo Ariel .

—Rudy llegó asustado cuando diste a luz a Kael, dijo que fue el peor susto de su vida.

—Lo sé, también me asusté.

Que bueno que hizo ese procedimiento médico.

—Rudy no es doctor, eso fue muy arriesgado.

—Era eso o yo y Kael habríamos muerto.

Pensé que iba a morir —dijo Ariel cerrando su libro.

—Lo siento, No quise incomodarte.

—No lo hiciste.

Sabes, quiero que mis hijos se amen entre ellos y no traten de matarse como Grabel trató de hacerlo conmigo y mi otro hermano Alfrus.

—Rudy jamás los dejaría.

—Lo sé, por lo mismo quise que él fuera el padre de mis hijos.

Los niños saben que Edward será el rey; no cometeré el error de mi padre de no hacerme la heredera aunque fuera la hija legítima de la reina consorte y mis hermanos hijos de concubinas.

—¿Edward no se molesta porque acá es tratado como un igual?

Preguntó Nana.

—No lo sé, pero debe acostumbrarse.

Eso le dará carácter y humildad; me he dado cuenta que la humildad es necesaria para gobernar.

—Tú no eres humilde Ariel .

—Comparada con mis hermanos, créeme que lo soy —dijo Ariel.— Además, quiero que crezcan con su padre, y Rudy es muy buen padre, siempre está preocupado de los niños.

—Lo sé —dijo Nana mirando a Rudy.

—¿Qué estarán haciendo ahora?

—se preguntó Ariel.

—No lo sé, pero podríamos aprovechar el tiempo —dijo Ariel besando a Nanahoshi.

—Suéltame, ¿por qué siempre tienes que ser tan caliente?

—Ya cumplí la cuarentena, necesito sexo.

—Ya lo tendrás mañana.

—¿Nos acompañas?

—No lo sé, ahora vigilemos sus sueños.

Mientras tanto en el sueño compartido de Rudeus: —Deja de acaparar eso Lara.

—Vete al demonio Ars, estoy ganando así que cierra la boca.

—Es mi turno —dijo Siegh.

—Bien, pero no destruyas el joystick —le decía Lara mientras jugaban Mortal Kombat.

—Qué aburrido, solo juegan ustedes eso no me gusta —dijo Christina—.

¿Papá, podrías poner otra cosa en la televisión?

—Si, Chris tiene razón, ya apaguen eso, ya lleva 2 hrs jugando.

—Si mejor, ya me aburrí de ganarle a estos perdedores —dijo Lara con burla.

—Por cierto ¿Donde están sus madres?

—Están en la cocina papá, están comiendo helado —dijo Sariel.

—¡Oigan!

, ¿no se supone que me ayudarían a cuidar a los niños?

Les grité a las chicas.

—Están contigo Rudy —me dijo Silphy qué Seguía hablando con Eris y Roxy mientras reían.

Mientras los niños comian galletas, yo buscaba algún programa.

—Qué aburrido —decía Lara.

—Cállate Lara, tú ya estuviste aquí —le dijo Siegh.

—Mira, títeres en la TV, dijo Lily emocionada .

—Eso es estúpido —dijo Ars.

—Yo quiero verlo —dijo Lily.

—Si, yo también —dijo Sariel y Christina qué me miraron sonrientes.

—No vas a dejar eso en la TV ¿cierto papá?

—me dijo Lucy.

—Las niñas menores no se han divertido, déjelas ver eso, les dije .

—Pero es estúpido, son marionetas.

Jajajaja, qué estúpido, dijo Ars de pronto riéndose al ver una escena .

—Esto es gracioso —dijo Chris que se subio en mis brazos, lo que provocó una pelea con Sariel.

— Jajaja, exploto.

¿Quién es el papi?

—me preguntó Sariel.

— Ese es Dante Torobolino, el maguito explosivo, le dije .

— ¿Usa mana?

— No, Lily, solo son títeres.

— Crei que eras adulto en este mundo, papá.

¿Veías un show de títeres?

Me pregunto Lucy.

— Sí, los veía con mis sobrinos; a ellos les encantaba.

— Son muy graciosos —dijo Edward—, me gusta ese conejo rojo.

— Sí, bueno, son para todo público en realidad —dije.

— Papá, ¿por qué no me haces estas marionetas?

—me dijo Chris con una sonrisa .

— ¡Silphy, ven aquí!

— Oye, Rudy, no me llames así.

Eres mi esposo, no mi jefe —dijo Silphy, que llegó regañándome.

— Chris, Sariel, Lily, mis niñas: cuando papá despierte, olvidara estos títeres, así que mamá blanca, que es experta en coser, puede hacerlos junto con mamá Nana.

— ¿Por qué yo ?

—dijo Silphy, confundida, mirando la TV.

— Pues estas niñitas quieren esos títeres, así que tú se los vas a fabricar.

Así que quédate aquí y míralos para que los hagas bien.

— ¿Y por qué no los haces tú, Rudy?

— Porque venir aquí con los niños fue idea tuya, amor —le dije, besándola y pasándome a las niñas pequeñas mientras iba a beber algo a la cocina.

— Mamá blanca, yo quiero al maguito —dijo Lily.

— Yo quiero al conejo rojo —dijo Chris—, y Sariel quería al títere que parece perro.

— Está bien, se los haré cuando despertemos —dijo Silphy con su hermosa sonrisa, mientras todos los niños miraban el show y se reían.

Mientras yo llegaba con Eris y Roxy.

— ¿Por qué ríen todos?

Me pregunto Roxy.

— Están viendo un show de títeres en la TV.

— ¡Oh, quiero ir a ver!

—dijo Eris, que salió corriendo hacia la sala.

— Ella aún es una niña —dijo Roxy.

— Sí, y tú también lo eres, en enanita sexy.

— No me llames así, Rudy, lo odio.

— ¿En serio?

Pensé que te gustaba cuando Eris te lo dice en la cama.

— Eso es diferente, no me gusta que tú me lo digas.

— ¿Estás enojada Roxy ?

— Rudy, ¿qué planeas?

— ¿A qué te refieres?

— Sé que vas a hacer algo, conozco tu mirada cuando tienes alguna sorpresa.

No me vas a hacer alguna broma tonta,y haces días que me ocultas algo, ¿estoy en lo correcto?

¿cierto?

— Claro que no, amor —le dije.

— Eso espero.

— Se suponía que vendrían a ayudarme con los niños y me dejaron solo con ellos.

Casi se forma una pelea por culpa del Nintendo.

— Déjame adivinar: Ars y Lara.

— Sí.

— Lara sacó tu lado burlesco y Ars tu lado conflictivo, me dijo Roxy apuntandome con un dedo de manera severa .

— ¿Por qué siempre los lados negativos de los niños son culpa mía?

— Yo no soy así.

— Pero eres una envidiosa, puedo verlo en tus ojos.

¿Crees que no me daba cuenta que te molestaba que lanzara hechizos en silencio cuando era niño?

Y me doy cuenta la cara que pones cuando los niños y Lara lanzan magia en silencio.

— Mmm, no soy envidiosa.

— Sí lo eres, un poco —dije riendome.

— Iré con las chicas.

— ¿Dónde crees que vas?

—dije, tomándola de la cintura y sentandola en una a la mesa.

— ¿Qué crees que haces?

Bájame, Rudy.

Pero la tomé de la cintura y le di un apasionado beso.

Roxy respondió rápidamente y nos estábamos besando de lengua.

— ¡Aaaah, qué asco!

Déjalo, el es mío, mamá azul —dijo de pronto Chris, que había llegado a la cocina.

— ¿Qué haces aquí, hija?

— Quería más agua dulce negra con burbujas.

¿Por qué siempre te besas con mis mamás, papá?

— Porque son mis novias, hija.

— No lo hagas —dijo Chris, subiéndose en mis brazos y dándole un leve empujón a Roxy.

— Creo que nuestra hija sufre de papitis crónica, Rudy.

— Sí.

Oye, Chris, no empujes a tus madres.

Pide perdón a Roxy.

— Lo siento, mamá azul, pero papá es mío, solo mío.

En eso llegó Sariel, que subió por mi pierna a mis brazos y se empezó a tirarse del pelo con Chris, mientras Roxy y yo tratábamos de separarlas.

Mientras tanto, Silphy y Eris no nos daban importancia, mirando al maldito Tulio Triviño.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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