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921: 921 Chu Yunjian 921: 921 Chu Yunjian Editor: Nyoi-Bo Studio El Príncipe Firmamento Carmesí claramente se negaba a aceptar que Luo Huo’er había ganado.
Aunque todo el mundo lo sabía, muchos de los discípulos del clan Zorro Blanco estaban de acuerdo con sus dichos.
Incluso si no se hacía mención del linaje, solo en base al poder, Yi Yun no llevaba la delantera.
Había usado una técnica mística para derrotar al quinto Fey Antiguo.
No era que él fuera poderoso, sino que esa era poderosa.
Por otra parte, la Princesa Zorro Blanco había usado sus propias habilidades para matar al sexto Fey Antiguo.
Las técnicas místicas ofensivas tenían efectos maravillosos, pero eran como armas.
Eran consideradas como objetos exteriores, y al alcanzar un reino aún más alto incluso había necesidad de cambiarlas.
Lo que realmente hacía poderoso a un guerrero era su conocimiento nomológico y su reino de cultivo.
—Vamos, Princesa.
No hay nada que discutir sobre esto.
—le dijo Yi Yun a Luo Huo’er.
A él no le importaba el resultado.
¿Y qué si el clan Zorro Blanco reconocía su poder o no?
En cuanto a acompañar a la Princesa Zorro Blanco en sus viajes, estaba aún menos interesado en eso.
Lin Xintong seguía sin aparecer.
El Cielo Empíreo de los Diez Mil Fey era extremadamente grande.
Ni siquiera sabía cómo o dónde empezar a buscarla, así que, ¿cómo podría acompañar en sus viajes a una mujer que apenas conocía?
Eso solo era parte del maléfico plan de Luo Huo’er.
Luo Huo’er gruñó.
La actitud altiva y poderosa del Príncipe Firmamento Carmesí la obligaba a darle un puñetazo despiadado en la cara.
—¡Pequeño Yun!
¿Por qué demonios mantuviste un perfil bajo cuando participaste en la prueba?
Al final debiste haber salido y volver a entrar a la matriz de la Roca Refinadora de Fey.
Si hubieras hecho eso, ¿qué excusa tendrían ahora?
—transmitió Luo Huo’er molesta.
Yi Yun contestó a la ligera: —No tiene sentido si lo vieron o no.
El poder le pertenece a cada uno.
Después de decir eso, se puso de pie.
Al ver que estaba a punto de irse, Luo Huo’er ya no tenía razón para quedarse allí por más tiempo, y también se paró infelizmente.
—¿Por qué se van así como así?
¿Por qué no se quedan a tomar un té?
—preguntó el Príncipe Firmamento Carmesí con una leve sonrisa.
Parecía relajado y complaciente.
Bai Yueqing también se rió a carcajadas.
Volvió a abrir su abanico y lo agitó lentamente.
—Si se quieren marchar, quedarse a beber té los hará sentirse incómodos.
Yo no los voy a echar, así que es su propia decisión.
—dijo Bai Yueqing.
De nuevo, fue una frase agitada la que entró en los oídos de Yi Yun.
—Yi Yun, sé que dices que no te importa, pero en realidad te sientes indignado en tu interior.
No creas que derrotar al quinto Fey Antiguo con una técnica mística es algo impresionante.
Después de todo, las técnicas místicas no son leyes.
Solo provienen de un manual místico; solamente son movimientos.
Cuando entres al reino Manifestación del Camino, tus leyes podrán formar frutos del Camino, pero tus técnicas místicas no.
La Manifestación del Camino determina en gran medida los logros futuros.
Si los frutos que condensas carecen de calidad, ¿qué importa si tu técnica mística es poderosa?
Xue’er alcanzó el Dominio del Camino en los primeros siete años de la prueba del Salón Divino Luo.
¿Tú también lo hiciste?
—dijo Bai Yueqing en voz baja, pero sus palabras se pudieron oír desde lejos.
Muchos estuvieron de acuerdo con él cuando lo escucharon.
Efectivamente, las técnicas místicas no podían condensar un fruto del Camino.
No eran muy útiles para la formación de un guerrero.
Solo podían aumentar su poder de combate.
Antes de que Yi Yun pudiera decir algo, Luo Huo’er habló primero.
—¡Ja!
¿Cómo sabes que los frutos que condensará serán de mala calidad?
Ten cuidado con lo que dices, Bai Yueqing, porque podrían golpearte en la cara.
Bai Yueqing se rió y contestó: —Pareces poco convencida, Princesa Espíritu Púrpura.
No es solo mi opinión.
Estaba hablando con alguien sobre lo que pasaría cuando ambos entren al reino Manifestación del Camino.
Mientras decía eso, miró a un pabellón cercano.
No muy lejos de allí, había un pequeño pabellón de color marfil.
Era mucho más pequeño que el pabellón donde estaban sentados Bai Yueqing y el Príncipe Firmamento Carmesí.
Yi Yun miró en esa dirección y vio a dos personas sentadas.
Uno de ellos estaba vestido de negro, y de espaldas a él.
La otra persona estaba vestida con piel de zorro, y tenía un par de espadas, una larga y otra corta, a su lado.
La persona que con la piel de zorro tenía un aspecto delicado.
Sus brillantes ojos parecían tener vida propia.
Estaba sentado bebiendo vino, como si estuviera integrado a su entorno.
Esas dos personas, especialmente el hombre con la piel de zorro que estaba frente a él, llamaron la atención de Yi Yun.
—Es Chu Yunjian… Las cejas de Luo Huo’er se arrugaron.
—¿Eh?
¿Es muy famoso?
—Algo así —contestó Luo Huo’er asintiendo—.
Solía ser un cultivador itinerante antes de establecerse en el clan Zorro Blanco y convertirse en uno de sus discípulos.
Ha participado en las pruebas del clan anteriores.
Esta vez, como ya supera los cien años de edad, no pudo volver a participar.
Entró en el reino Manifestación del Camino hace unos años.
Condensó un fruto del Camino de cuatro hojas y dos frutos de siete hojas.
—¿Tres frutos del Camino?
Yi Yun se sorprendió un poco.
Tres frutos eran mucho.
Sin embargo, uno de cuatro hojas y dos de siete no parecía estar a la altura de un genio… Luo Huo’er pareció ver lo que estaba en la mente de Yi Yun, y dijo: —Un fruto de siete hojas ya es bastante poderoso.
Además, ¡el quid de la cuestión es que los frutos de siete hojas que condensó son extraordinarios!
El fruto del Camino de cuatro hojas fue una condensación del Camino de la Espada, mientras que los otros dos de siete hojas fueron del Gran Camino; uno una condensación del tiempo, y el otro del espacio.
Por haber adquirido conocimientos sobre las leyes del espacio-tiempo, logró condensar dos frutos del Camino de siete hojas a la edad de cien años.
Eso ya es muy sorprendente.
Condensó las leyes del espacio-tiempo junto con el Camino de la Espada, así que su poder es bastante aterrador.
Si fuera diez años más joven, habría llegado a participar en la última prueba del Salón Divino Luo.
Habrías tenido otro oponente fuerte, Yi Yun.
—¿El Camino del espacio-tiempo con el Camino de la Espada?
Yi Yun se quedó pasmado por un momento.
El espacio-tiempo había nacido junto con la formación del universo.
Era como el Yin y el Yang.
Eran el Gran Camino entre los Grandes Caminos.
Eran mucho más difíciles en comparación con el Camino de los cinco elementos, Metal, Madera, Agua, Fuego, Tierra, o el Camino Natural, Viento, Lluvia, Relámpago.
Después de comprenderlos, el poder de un guerrero también se incrementaba aún más.
Si se comparaban dos frutos del Camino de siete hojas, el de Camino del elemento fuego naturalmente sería inferior al del Camino del espacio-tiempo.
En cuanto al Camino de la Espada, aunque era inferior al Camino del espacio-tiempo, tampoco era un Camino inferior.
Con una espada, uno podía obtener un Sello Real y convertirse en un Señor Divino.
Había muchos casos así en los Doce Cielos Empíreos, como por ejemplo, el Señor Yang Azul.
En ese momento, Luo Huo’er añadió: —El estatus de Chu Yunjian en el clan Zorro Blanco es extraordinario, así que Bai Yueqing lo ve como un invitado de alto nivel.
No solo es muy fuerte, sino que sus ojos también son muy agudos.
Debe haberte evaluado hace un momento, pero quién sabe cómo lo hizo… Luo Huo’er estaba algo preocupada por eso.
No había visto el proceso de crecimiento Yi Yun en la prueba del Salón Divino Luo, ni conocía los efectos de su reclusión en solitario.
Aunque tenía una inexplicable sensación de confianza cuando se trataba de Yi Yun, tenía curiosidad por saber cómo lo evaluaría una persona de ojos afilados como Chu Yunjian.
—No necesito que nadie me evalúe.
Yi Yun sacudió la cabeza.
Durante su conversación con Luo Huo’er, Chu Yunjian bebió vino sin para con la persona que tenía enfrente.
Ni siquiera miró a Yi Yun, como si lo que pasara a su alrededor no le importara.
No era arrogante, sino que un espadachín dedicado a las artes marciales.
No prestaba atención y era indiferente a todo lo que sucedía a su alrededor.
Lo único que necesitaban las personas como él era tener una espada en el corazón, y las leyes.
Mientras Yi Yun y Luo Huo’er conversaban, la puerta del palacio real del clan Luo se abrió lentamente.
Salió un aura majestuosa y lujosa mientras Yi Yun miraba las puertas se abrían poco a poco.
No sabía por qué tantas facciones poderosas se reunirían en el palacio real, ni lo que había sucedido, pero estaba a punto de averiguarlo.
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